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Capítulo 1

El amor es un sentimiento hermoso, pero a veces se puede disfrazar como la más pura de las intenciones, cuando la realidad es que hay todo un camino de espinas por las cuales atravesar si no se ve con claridad. El amor puede ser bello, pero también vengativo.

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Instituto Konoha, un recinto catalogado como uno de los mejores de todo Japón, por sus maestros debidamente preparados para ejercer, el reglamento que asegura el mejor de los comportamientos en los alumnos, la administración justa, entre otras cualidades. Una institución que asegura total igualdad entre todos, incluidos los donceles, aquí nadie se hace menos. La garantía de que sus estudiantes serán los mejores profesionales a futuro es segura, pero claro, nunca faltan las excepciones en todo un bello panorama.

En este caso, se habla de un alumno en específico, bastante popular en toda la institución debido a su carisma y atractivo; Naruto Namikaze, un muchacho de 17 años, cursando su último año listo para ir a la universidad. A pesar de ser un completo desastre y bromista con sus superiores, nadie le podía reclamar por sus calificaciones, si bien no era las mejores, pero desconoce lo que tener que es repetir una materia o, en el peor de los casos, el año completo.

En los recesos suele juntarse con su grupo de amigos, todos se conocen desde niños, por lo que podía considerar su amistad bastante verdadera; siempre han estado ahí para apoyarse entre sí. Su grupo estaba conformado por Shikamaru Nara, un alumno en extremo flojo, suele incluso quedarse dormido en medio de las clases, y nadie es capaz de explicar cómo es que está entre los mejores alumnos de su generación; Kiba Inuzuka, otro igual que Naruto, no hay mucha explicación que brindar; y Choji Akimichi, este suele ser más apegado a Shikamaru, pero aún así Naruto le considera uno de sus buenos amigos, además, espera que siempre los cielos lo libren de zafarse con decirle "gordito", ya una vez lo hizo y prefiere no contar esa experiencia. Todos son varones.

También estaba Sakura Haruno, su mejor amiga de infancia, una chica bastante linda e inteligente, pero por su carácter es mejor saber comportarse en su presencia; por último, está Ino Yamanaka, otra de las bellezas de la institución, vive en una lucha constante con Sakura por ver quien tiene más pretendientes y es la mejor en todo lo que deciden participar.

-Aún no puedo creer que me terminara. -exclamó Kiba sentado en la mesa de los patios traseros, estaban en la hora de almuerzo, al lado de sus piernas estaba Sakura sentada como corresponde, en el asiento.

-Eso te pasa por idiota, ¿cómo pudiste dejarla plantada? Cualquier chica te mandaría al carajo. -le miró mal.

-¡Dije que se me olvidó! -se cruzó de brazos. Simplemente su última novia lo mandó al diablo por haber olvidado su cita del fin de semana. Estuvo ocupado y a pesar de que trató de explicarle, la chica no quiso escuchar más. -¡Bah! Ella se lo pierde, no planeo rogarle.

El rubio solo esbozó una sonrisa, a veces se planteaba tratar de tener una relación con una chica o doncel, pero nadie lograba llamar su atención lo suficiente; otras veces se echaba para atrás al escuchar las historias de Kiba sobre el noviazgo. Apreciaba su soltería, si era honesto.

Por otro lado, en el mismo recinto, otro grupo de amigos disfrutaban de los últimos minutos de la hora libre. Estaban sentados en las raíces de un árbol, a esas horas el sol es insoportable, pero preferían poder disfrutar un poco el aire libre que encerrarse en el edificio. Este grupo era opuesto a los amigos de Naruto, o bueno, a excepción de dos.

En primer lugar estaba Sasuke Uchiha, uno de los chicos más atractivos de la institución, su cuerpo y rostro atraían más de una mirada, y ese carácter indiferente traía a más de uno a sus pies, es otro de los mejores alumnos en competencia con Shikamaru; para la desgracia de algunas, era un doncel, pero su apariencia no lo demuestra como tal. Quien no lo conoce jamás pensaría que es uno. Luego Suigetsu, un varón y un buen amigo de Sasuke; Karin es una chica atractiva con un cabello largo y rojo, al igual que sus ojos. Ella y Suigetsu suelen pelear a cada rato, el único con el que podía tener un rato de calma es con Yugo, este es más callado y sus opiniones son escasas, él también es un varón.

-¡¿Quieres dejar de molestarme?!

-No hasta que admitas que te gusta Sasuke.

-¡Que no es así! -buscó golpearlo, pero el muchacho la conoce lo suficiente para tener la capacidad de esquivarla.

-¿Se pueden callar? -alegó el Uchiha acostado en el césped, siempre era el mismo pleito. Karin no podía ser mínimamente cariñosa con él porque el otro ya empezaba a molestar; y sí, es cierto que ella gusta de él, ya se le ha declarado, pero simplemente son amigos. En esos tiempos los donceles no son exclusivos para los varones, hay más de una relación entre un doncel y una chica, nada es diferente. Claro, eso depende de cada quien.

La campana anunció el regreso a las clases, los alumnos se adentraron a la institución con orden; los maestros suelen dar unos minutos antes de pasar lista e iniciar la clase, eran considerados con el tiempo, pero era prohibido dar más de diez minutos.

Sasuke era el único en un salón diferente, ese año no tuvo la suerte de al menos contar con la compañía de uno de sus amigos, pero sí tuvo la desgracia de que el grupo de Naruto estaba junto, y se sentaban muy cerca de él. Todos eran tan escandalosos e inmaduros que prefiere no darles más atención de la debida, al único que compadece es a Shikamaru, pero supone que ya está acostumbrado. Tomó lugar en su asiento y esperó a que la clase iniciara; pronto escuchó las risas de Naruto, su dolor de cabeza estaba llegando.

Cuando el rubio entró al salón, Sasuke prefirió mirar a cualquier otro punto, a veces le resultaba realmente molesto. Parecía un niño en vez de una persona a tan solo meses de graduarse e ir a la universidad, ¿en qué planeta vive?

-¡Lo digo en serio! Pronto estaré una nueva relación y ella querrá regresar conmigo, ¡se los aseguro! -el castaño, Kiba, se sentó en uno de los pupitres.

-¿Quieres dejar el tema? Tú mismo dices que ya pasó, y a los minutos hablas de nuevo al respecto. -Nara apoyó su mentón sobre la palma de la mano, sentado en su lugar. -Ya solo déjala, si quiere volver contigo lo hará en su momento, y si no... pues bien por ella.

-¿Qué quisiste decir con eso último? -le enjachó.

-Nada, nada.

-Oye, Naruto, ¿ya le respondiste la carta a Hinata? Hace dos días te la entregó y no nos dijiste nada más. -la pelirosa le miró muy interesada, el chico se recostó en el asiento, bufando.

-No, y no sé cómo.

-De verdad que no sé qué tienes en la cabeza, ¡mírala!, Hinata es de las más guapas del instituto y ahi estás tú pensando en cómo rechazarla. ¿Sabes cuántos desearían estar en tu lugar? -Kiba le picoteó el pecho con el dedo índice. -Piensa, serías la envidia si te ven de novio con ella, dile que sí.

-No, no puedo hacerle algo así solo para dar "envidia". -enmarcó las comillas con sus dedos, ese tema lo ponía en verdad incómodo. Todos los días la topa en la entrada y no sabe cómo diablos decirle que no puede aceptar sus sentimientos. Hinata en verdad está enamorada de él, siempre procura acercarse y él solo es un maldito que prefiere alejarla. Es decir, sabe que ella en algún momento puede fijarse en otro hombre y dejará su fascinación por él.

-¿Qué es lo que no te gusta de ella? -preguntó Ino.

-Su personalidad, es tan... sumisa en todos los sentidos, si me entienden, ¿no? -suspiró. -Sé que ella es capaz de hacer todo lo que yo quisiera con tal de estar conmigo. Escuchen, hace un año salí con ella, en plan de amigos, ahi supe que está enamorada de mí... todo el día hizo lo que quise. Le pregunté qué quería comer, decía lo que yo quisiera; a dónde quería ir, donde yo quisiera; ¡fue asi todo el día!

-Pero no es tan malo, quizá solo quería conocer tus gustos. -trató de explicar Choji.

-Fuese eso o no, no me agradó. Quiero que la persona que esté a mi lado tenga su propio criterio, haga las cosas por su voluntad y que le pueda valer mierda el resto, alguien que se sepa valer por sí mismo. No quiero un títere de pareja.

-En ese caso te propongo un reto. -Kiba se acercó a él, apenas para que pudieran escuchar ellos. -Te compraré lo que quieras, sin importar si es caro o no, si logras conquistarlo a él. -señaló al pupitre de la esquina. Claro, estaba seguro de que era una apuesta perdida para Naruto, si no, jamás arriesgaría su dinero.

-¡¿SASUKE?! -el nombrado alzó la mirada, a lo que el rubio sonrió nervioso y negó con la cabeza, solo recibió una mueca amarga como respuesta.

-Dicen que es el doncel más voluntarioso, orgulloso y difícil de conquistar, pero curiosamente calza con tu "pareja ideal". Así que si lo logras, ya sabes la recompensa.

-¿Para qué haría eso? Si acaso hemos hablado dos o tres veces en lo que va del año, y fue para insultarnos, además, creo que ni siquiera es doncel. Me estás jugando una broma.

-Pero lo es. -se unió Choji a la conversación.

-Harás eso ya que te haces desear por Hinata y otros pretendientes que has tenido, así que será fácil para ti contra el Uchiha, ¿no? A ver si estás a la altura de tus propias exigencias. -se cruzó de brazos sonriendo. -Si no lo logras, saldrás con Hinata aunque sea una vez, me niego a que dejes ir semejante oportunidad.

-Aunque la tendrás difícil. -dijo Sakura. -Dicen que ha rechazado a cualquier varón, incluso chica, que se le ha declarado. Es lo suficientemente frío como para que alguien vuelva a tener el valor de pretender algo con él. -continuó. -Yo misma me llegué a fijar en él, pero su carácter no aparenta ser el mejor, así que lo olvidé.

-Bueno, está bien. Si lo que dicen de él es cierto, le entro al reto. Y tú... -señaló a Kiba. -Ve preparando tu billetera, sabes que no me rindo fácilmente.

El profesor se adentró en el salón, todos tomaron sus asientos y sacaron sus cuadernos. Naruto se fue al final, donde ya era su lugar; Iruka, el profesor, había asignado asientos fijos para todos, y el suyo estaba al lado de Sasuke. Nunca antes se había puesto a mirarlo con detenimiento, y no podía negar que tenía su atractivo. Lo ha visto ya varias veces, pero sus actitudes son tan diferentes que duda realmente poder acercarse. Físicamente, el Uchiha no se acerca en lo absoluto a un doncel, ¿y si no lo era y de verdad era una broma? Quedaría como un completo idiota por "ligarse a otro varón". Aunque bueno, tampoco es que esté mal una relación entre varones, ¿no? A fin de cuentas el amor es un sentimiento libre para todos.

Le miró un par de segundos sin disimular, tenía un bonito perfil y se veía con un cuerpo definido, una mirada profunda que puede atraer a cualquiera, además de esa blanca piel, ¿será suave? Su mente divagaba en todo eso.

-¿Se te perdió algo? -parpadeó un par de veces, saliendo de su trance y poniendo su espalda recta. Sasuke le miraba con el ceño fruncido, parecía molesto. ¿Cuánto tiempo tenía mirándole?

-No, nada. -respondió con el mismo volumen bajo.

-Entonces deja de mirarme.

Le desvió la mirada, vaya mal genio se traía, ¿siempre era así? Ni siquiera era su culpa mirarle, tan solo lo estaba inspeccionando. Tenía que pensar alguna manera de poder acercarse a él.

-... y Naruto Namikaze, con eso terminamos las parejas.

-¿Eh? ¿Parejas? -miró alrededor, muchos se levantaban de sus asientos y tomaban sus cosas, Naruto en realidad no entendía pero solo los imitó y guardó sus cosas. ¿Ya la clase terminó? ¿Cuánto tiempo pasó?

-Tienes la ventaja contra Kiba, eh. -se le acercó Sakura con una sonrisa, no pasó por alto que Sasuke iba saliendo del salón.

-¿Qué fue lo que pasó? -preguntó en voz baja, no quería quedar como un idiota frente a los demás.

-¿Qué no pusiste atención? El maestro tenía una situación personal y necesitaba retirarse, asi que hizo parejas para presentar una exposición la próxima semana, tu pareja es Sasuke.

-¡¿En serio?!

-Si, no se complicó y nos emparejó de acuerdo a los lugares en el salón.

Él pidió una oportunidad y la vida le daba la victoria de su apuesta en bandeja de plata, ya tenía la excusa perfecta para acercarse al Uchiha sin levantar grandes sospechas; aprovecharía esa semana para asegurar su victoria, solo tenía que usar sus encantos con él y tendría a Kiba mordiendo el polvo.

Salió del salón y se apresuró por los pasillos esperando encontrarlo en algún lado. Al doblar la esquina, lo vio abriendo la puerta de un casillero. Se acomodó la camisa, pasó la mano por su cabello y respiró para verse lo más natural posible, caminó con confianza y se apoyó sobre el casillero al lado del de Sasuke. En tanto este cerró la puerta, volvió a mirarle enojado.

-¿Qué?

-Entonces... somos compañeros. -le brindó una sonrisa, la mirada de Sasuke lo ponía nervioso, parece que quería fulminarlo.

-Sí, haremos esto rápido, te diré qué debes hacer y eso es todo.

-¡No, no! -dio un paso al frente. -Escucha, la verdad es que nunca antes me había detenido a mirarte bien, y me gustaría que este trabajo me dé la oportunidad de conocerte más. Quizá podamos ir a mi casa para trabajar en esa exposición. -iba a dar otro paso, pero la mano de Sasuke lo detuvo.

-Escúchame, no creas que ignoro que tú y tus amiguitos hablaban de mí, asi que algo te traes conmigo. En todo este tiempo nunca me habías vuelto a ver, y curiosamente hoy sí, asi que te diré una única cosa, Namikaze... no trates de hacerte el gracioso conmigo.

-¡Me malinterpretas! Sí hablamos de ti, pero... pero es porque hablamos de los donceles más... ¡más atractivos! Y te estaban comparando con otro que no te llega ni a los talones, entonces por eso mi reacción. -se rascó la nuca nervioso. -No me atrevía a hablarte porque... bah, solo quiero conocerte.

-No tengo ni el mínimo interés en hacerlo, así que ve haciéndote la idea de no meterte conmigo. -el pelinegro se acercó lo suficiente para no tener que levantar la voz, Naruto podía asegurar que son de la misma estatura. Haremos ese trabajo y hasta ahí, tú y yo volveremos a ser desconocidos.

-¿Siempre fuiste así? ¿No podrías ser más gentil como los otros donceles? -su espalda se estrelló contra los casilleros, Sasuke le tomó de la solapa, mirándolo fijamente a los ojos.

-No sabes el error que comentes a creer que soy igual a los demás, si buscas a alguien para ligarte, te recomiendo no perder el tiempo conmigo... y de paso no me lo haces perder a mí. En mí no vas a encontrar un doncel al que puedas enamorar. -le soltó, para después irse por el mismo pasillo del cual Naruto le siguió.

El rubio se quedó allí de pie, procesando un poco las cosas que pasaron. Solo le quedaron claro un par de cosas, una de ellas es que definitivamente Sasuke es un doncel, pues se lo acaba de confirmar; otra es que ya no estaba tan seguro de poder ganar la apuesta contra Kiba, tendría que encontrar la manera de tocar el corazón de Sasuke; y por último, ese doncel definitivamente no era como los demás, y se lo dejó muy claro.

No tardó en regresar de su trance, solo había una persona en ese lugar que podía ayudarle con su pequeño problema, y era su prima, la supuesta mejor amiga de ese Uchiha. No lo tiene asegurado, pero por lo general siempre los ve juntos, así que de todas maneras la buscaría. Recorrió los pasillos, en dirección al aula de la Uzumaki, esperaba de verdad poder encontrarla ahí, su plan de conquista debía de empezar ese mismo día.

En lo que iba a entrar al aula, su prima justo salía, por lo que ambos chocaron. La pelirroja se echó para atrás con un gesto molesto, sobando su frente por haberse golpeado.

-¿¡Qué no te fijas!?

-¡Lo siento! Lo siento, ¡pero necesito tu ayuda! -le tomó la mano con la que ella se sobaba con drama el golpe, ella retrocedió un paso asombrada. -Por favoooooor.

-Normalmente no nos hablamos aquí, ¿y vienes a pedirme un favor?

-¡Es que solo tú me puedes ayudar! ¿Sabes dónde vive el Uchiha?

-¿Sasuke? -levantó una ceja.

-¿Cuál otro Uchiha hay aquí?

-¡Ya sé! ¿Para qué quieres saberlo? -le quitó su mano a Naruto y cruzó ambos brazos. Por la otra puerta del salón vio salir a sus otros dos amigos, solo hizo un gesto con la mano como despedida y volvió a mirar al rubio delante suyo.

-Pues nos dejaron un trabajo, y él es mi compañero, así que pensé en ir a su casa.

-Se ve que no lo conoces... escucha, por lo general él no recibe visitas en su casa, cada trabajo en grupo que ha tenido los hace aquí, así que solo espera a que te dé indicaciones. Además, ¿de cuándo acá tienes tanto interés en hacer un trabajo?

-Mm... ¿Sasuke?

-¿Te interesa? -el rubio dudó un momento, pero terminó asintiendo, la muchacha soltó una risilla. -Ok, confirmo, no lo conoces. Sasuke no tiene interés en establecer una relación con cualquier persona.

-Peeeeero... no me ha conocido, ¡solo dime dónde vive!

-Bueno, bueno, ¡pero no le digas que yo te di su dirección!

Fueron unos segundos cuando le estaba llegando el mensaje de Karin con la dirección exacta, haría todo lo posible por ganar esa apuesta. Un doncel orgulloso no debería de ser un problema, solo era apariencia por parte de Sasuke, en algún momento dejará ver sus sentimientos.

Volvía a estar en el juego.

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