Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🌧️

*Angst, contenido no apto para sensibles.

Mi cuerpo parecía comenzar a reaccionar. Por fin, lo haría. Había tomado mi decisión después de la última discusión. ¿O debería decir pelea?

—No lo hagas —susurró—. Por favor.

Las peleas eran tan fuertes que me dejaban temblando. Ya no aguantaba el nudo en mi garganta, no aguantaba más el sentirme tan miserable. No me lo merecía.

Bueno, tal vez sí.

Tal vez me merezco todo lo malo que me sucede. Y como dice ella, que le sucede al resto por mi sola existencia.

Pero aún así tuve momentos felices, dentro mío siempre estuviste tú. Hoseok. La única persona que tenía. La única que podía sacarme una sonrisa, sin siquiera estar presente. Porque así de fuerte es tu hermosa existencia. Y así de fuerte me gustas.

Hoseok siempre fue mi héroe, mi todo. Dios, eso siempre sonaba tan gay pero es sólo por él me sentía así, sólo por él siento esto y no tengo miedo en reconocerlo.

Jung Hoseok siempre movió todos los lugares correctos en mí. Ahora que estaba a kilómetros de distancia podía sentir su ausencia tan latente que era inevitable ponerme mal. Me es tan inevitable llorar. Lo extraño tanto aunque sé que él no a mí.

Las sábanas frías acariciando mi cuello ahora, volvían a traerme al presente, a mi decisión. La silla sigue igual temblorosa bajo mis pies... ¿O soy yo temblando?

—Por favor... Para.

Otra vez, otra vez esa voz.

¿Por qué hablaba si ya tenía mi decisión tomada?

Ella siempre me dijo que no sirvo de nada, ella lo continuó diciendo hasta el día de graduarme. Nunca me perdonó, y yo tampoco a ella nunca se lo perdonaría. Fueron demasiados años. Nunca fui de odiar. Y nunca creí que cuando lo haría fuese por alguien cercano, por ella, por quien todos aman. Pero simplemente fue creciendo, oscureciéndome, acabando con mi felicidad y matándome en vida.

Hoseok, fue único que se dio cuenta, y el único que se quedó a mi lado intentando ayudarme, pero, olvidó que no puedes curar algo que está roto. Y yo realmente lo estoy.

Un sollozo volvió a inundar la vacía habitación. Quería que se calle de una vez. Todos queremos que se calle de una vez.

Es egoísta de mi parte aún desear a alguien que ya es feliz lejos de mí, pero lo hago. Lo quiero conmigo, quiero a Hoseok conmigo, lo quiero para mí solo. ¿Por qué no puede ser así de fácil? ¿Por qué no puedes estar conmigo?

¿Por qué nunca te enamoraste de mí?

Lo sé, sé como soy. Soy tan tóxico. Tanto que la oscuridad y el veneno de mi alma estaban comenzando a impregnarse en ti. Pero aún así lo quiero de vuelta. Y, si, perdón, perdón por ser como soy pero no lo puedo evitar, perdón por confundir nuestra amistad de esa forma, juro que no fue mi intención, simplemente pasó. Perdón, Hobi.

Perdóname, por favor.

Tal vez tenía razón, tal vez, cuando dijo que necesitaba ayuda profesional. Pero eso era algo que nunca admitiría. Y yo... yo recuerdo claramente como le grité esa vez. Como lo lastimé con mis palabras. Nunca iba a perdonármelo. Sin embargo, nunca supe si te fuiste por eso o por mi confesión... sólo sé que fue por mi culpa.

Porque todo siempre es mi culpa.

Perdón. Me arrepiento tanto. Me arrepiento de que así fuera nuestra última despedida, ojalá hubiese sabido que luego de eso te irías.

Mi garganta vuelve a cerrarse, tan fuerte, tan doloroso, un nudo que parece ahorcarme hasta dejarme sin respirar y matarme... ja, irónico.

En el mundo que cree en mi mente -ahí donde nada más que felicidad habitaba- cuando le confesaba lo que sentía, él me correspondía y todo cambiaba. Ya no más dolor, ni miedo, ni tristezas. Pero resultó que desperté, que ya desperté, desperté de ese mundo imaginario y me causa ternura o hasta gracia lo infantil que fui.

¿Qué digo? En realidad, lo único que siento por mi es odio. Me odio. Me odio por haber sido tan idiota. Siempre me he odiado, y ella tiene parte de culpa en esto. Ella y todos aquellos que me lastimaron.

Ojalá hubiese sido más fuerte.

Siempre he tenido un orgullo muy grande y dije que no me arrepiento de nada pero, la verdad es que arrepiento de todo lo que hago, siempre. Me arrepiento por lo que callé, el no darte las gracias por el haberme hecho tan feliz todo este tiempo que estuviste conmigo. Pero de lo que más me arrepiento es el haberte hecho saber que me gustabas, porque ahí... ahí fue cuando sentí que todo cambió. Perdón, por arruinar nuestra amistad, Hobi. Perdón por mirarte de esa forma, por desearte y por creer que podrías sentir lo mismo por mí.

Más sollozos salen de mis labios, por más que intento tragármelos, los odio. Me odio. Ya casi no podía respirar por la culpa del nudo en mi garganta, el cual yo cree.

Mi culpa.

Jung Hoseok, sólo él se merece todo el crédito de que alguna vez fui feliz, porque sólo con él pude sonreír cuando sangraba por dentro.

Sólo por él llegué a esta edad.

Siempre he querido escribirte un carta, como tú lo hacías por mí. Pero ¿para qué? Ya no quiero hacerte sentir mal, ya no quiero molestarte más, ya es tiempo de dejarte libre para que seas feliz. Sé que te aburrí, nunca me lo dijiste, nunca dijiste nada malo, pero no hace falta que lo hagas para darme cuenta. Todos siempre terminan cansándose de mí y odiándome, tú no podías ser la excepción.

Aunque quiero que seas la excepción en esto, en que seas único hombre más feliz del mundo, porque sólo tú mereces ser feliz, Jung Hoseok. Tú, la única persona que puede ser tan hermosa por dentro como por fuera. Nadie, absolutamente nadie se compara contigo. Eres perfecto y siempre lo creí, hasta en los días que no estaba enamorado por ti. Oh, porque existieron esos días, sólo que... es inevitable caer por ti.

Eres capaz de tener todo el mundo a tus pies, en tus manos, y aún no te das cuenta, bebé. Ojalá algún día lo hagas.

Jung Hoseok, espero que nunca vuelvas aquí. Y que el cariño que sientes por mí se vaya rápido, confío en que así será, no merezco ser recordado por alguien como tú. Perdón, por entrar en tu vida, y perdón si te hago llorar por primera vez.

El nudo en la garganta ya no es lo único que me aprieta, pero a pesar de lo molesto que es esto, se siente más suave. Más liberador. Porque seré por fin libre, libre para ya no sentir, para ya no sufrir.

—C-cobarde —susurró entre sollozos. Aún sigue su maldita voz aquí, en la vacía habitación.

Aún sigue mi voz aquí.

Ahora sé que la última palabra que oiré será la mía, hubiese deseado que sea la tuya, pero no viniste y tampoco vendrás. Es mejor así, Hobi, sé feliz donde sea que estés.

Parpadeando lejos las lágrimas en mis ojos me doy cuenta que la última cosa que veré será el título y al fin, ahora todo vuelve a su lugar; tú no perdiste tu tiempo conmigo, ni dinero porque me encargué de trabajar lo suficiente dejarte todo lo que gastaste en mí, a la vez que te dejo con la satisfacción de poder decir que no perdiste a un hijo. Perdiste a un médico. Y espero que lo presumas siempre que puedas, porque por este título recibí tus insultos que siempre me dejaron doliendo el corazón -aunque decías que no tenía- tus golpes en todo mi cuerpo y las marcas para nunca más volver a ser el mismo... Por este título que me obligaste a tener, mamá.

La silla tiembla bajo mis pies. Es tiempo. Sólo una cuenta regresiva de diez segundos. Diez segundos en los que podría salir aquel lado mío que me impedirá hacer esto, ese cobarde. Odio a ese cobarde. Aunque, ¿no es más cobarde esto?

¿Qué significa ser cobarde? ¿Qué significa ser fuerte?

Cierro los ojos dejando caer las lágrimas. Sollozos últimos resuenan en la habitación, últimos latidos pulsando en todo mi cuerpo y el temblor de mis manos que no me han dejado desde que colgué esta sábana y la enredé en mi cuello. Es entonces cuando muevo mi pie derecho fuera de la silla, con lentitud y temblor, hasta que cuelgue fuera de ella. Ahora es cuando la cuenta regresiva comienza:

Uno.

El timbre de afuera suena una y otra vez, acompañando mi conteo.

Dos.

Luego golpes, y el ruido de las llaves se hace presente. Cierro los ojos porque sé de quien se trata, sólo una persona tiene las llaves de mi departamento. Y cierro los ojos con más fuerza cuando escucho pasos correr por afuera.

Corre desesperado, mi amor...

—¡Taehyung!

Tres.

Te ignoro, porque debo hacer esto. Debo dejar de existir para que todos sean felices. Para que tú seas feliz.

Cuatro.

—¡Tae, abre la puerta! —grita girando el picaporte y luego desesperándose golpeando la puerta, gritando mi nombre cada vez más fuerte—. ¡Taehyung! ¡Taehyung, abre!

Cinco.

—¡Taehyung! ¡Para! ¡Lo que sea que estés haciendo, páralo ya!

Seis.

Él llora, la primera vez que lo hago llorar. Llora y golpea la puerta. La golpea tan fuerte que vibran todas las paredes y sé que se está sangrando las manos, tan fuerte que le quedarán marcas por días.

Siete.

—¡Por favor! ¡Taehyung! ¡Por favor! —grita y golpea la puerta tan fuerte que se mueve y el ruido llena mis oídos—. ¡Abre la puerta! ¡Taehyung! ¡Taehyung, escúchame! ¡Por favor!

—Apártate. Voy a romperla. —Una voz desconocida se escucha. Llegaste con alguien más. Siento celos y odio eso, no debo sentir celos por nadie, porque tú mereces ser feliz con quien sea.

Ocho.

—¡Apúrate! —gritas y el ruido de un metal rompiendo el picaporte se escucha.

Nueve.

—¡¿Por qué no se rompe?! —vuelves a gritar— ¡Dámelo a mi! —el golpe en el picaporte comienza a resonar seguido, sin pausas y duro, más que antes.

Pero no es suficiente. Tampoco para hacerme cambiar de decisión.

Diez.

La puerta se abre segundos después y escucho tu grito. A pesar que ya no debería hacerlo.

—¡No! ¡No no no no! —su grito es tan desgarrador que sé que quedará afónico pronto, sé que es fuerte. Me olvidará pronto. A lo lejos en alguna parte de mi cerebro, el único despierto lo escucho llorando—. ¡Tae! ¡Taehyung, por favor, no! ¡No!

Tus manos se envuelven alrededor de mis piernas, e intentas levantarme hacia arriba, intentando que la sábanas alrededor de mi cuello dejen de ahorcarme. Pero es tarde, Hobi.

—Mierda —gruñó la otra voz, no lo puedo ver y supongo que tome la decisión correcta en cerrar los ojos antes de dejarme ir.

—¡Trae algo para cortar esto! —cargas mi cuerpo con todas tus fuerzas, a pesar que soy más pesado que tú. Y en algún momento siento como las sábanas dejan de apretar mi cuello, caí en tus brazos. Lloras, lloras tan fuerte y tiemblas mientras me agarras en el piso, sé que me tienes en tu regazo y cuánto hubiese deseado que así haya sido antes, ahora todos mis sentidos parecen apagarse de a poco y no puedo sentir por completo esto como me gustaría—. T-Tae... Tae, por favor, despierta, ¿si? T-todo, todo está bien, te lo juro. Ya todo está bien. Estoy aquí. Contigo. Estoy contigo, Tae. Por favor.

—Hoseok... déjalo.

—N-no, él está bien, él va a d-despertar. —Tus manos acarician mi cara, te siento y ojalá pudiera mostrarte lo feliz que me siento ante eso. Acaricias mis mejillas una y otra vez mientras sollozas, acaricias mi cabello y lo peinas, peinas mi flequillo con tus finos dedos.

—Hoseok, él está muerto, déjalo ahí, tenemos que llamar a la policía. Vamos.

—No —lloras y sorbes por la nariz acariciando mis mejillas con tanta delicadeza como puedes, entonces siento tu aroma más cerca. Hueles tan bien como siempre. Tu nariz en mi mejilla y tus lágrimas mojándome—. Vete. D-déjanos solos.

—Vamos —te habla con voz suave mientras acaricias mis labios y besas mis mejillas, tan irreal, totalmente irreal—, Hobi. Sé que lo amas. Pero murió y la policía-

—¡Que te vayas de aquí! —le gritas apretándome más a tu pecho— ¡Déjanos en paz! ¡Él no está muerto! ¡No vuelvas a decir eso! —gritas ya casi sin voz mientras que lloras más alto ahora, escondiéndote en mi cuello—. N-no está muerto. No puede estar pasando esto —susurras entre lágrimas en mi cuello, oliéndome, acariciándome. Comienzas a temblar.

—Cálmate, Hoseok —él te dice preocupado—. Mierda, estás temblando. Cálmate.

Lo interrumpes con un sollozo más fuerte.

—T-tae, vuelve a mí. Te lo ruego —susurras sin parar de llorar en mi cuello.

—Quédate aquí sin hacer nada, trata de calmarte, llamaré a una ambulancia para ti y a la policía.

—No puedes irte. Aún no te dije lo que siento, fui un cobarde, Tae. Perdóname, por favor, abre los ojos, bebé —tus palabras comienzan a desvanecerse, comienzo a dejar de tener sensibilidad en las piernas pero siento tus dedos en mis labios y luego... siento tus labios—. Te amo —susurras sobre mis labios pero comienzas a dejar besos por toda mi cara—. Te amo, Taehyungie, perdóname, amor. T-tu... tú no puedes dejarme —tiemblas tanto que siento que podrías tener un ataque, quiero cuidarte—. Te amo. Hoseok te ama, Hobi te ama, Hobi está enamorado de ti, bebé... ¿recuerdas? siempre me llamas así. Sí, amor, soy yo, tu Hobi te ama, mucho. Mucho. Y quiere ser tu novio, seamos novios, ¿si? —susurras sobre mis labios sin dejar de llorar y con lágrimas cayendo, también lloro por dentro.

Pero ya no se siente real, ya nada se siente real, y al fin, todo el dolor que alguna vez sentí comienza a desaparecer, al igual que lo qué pasa alrededor. Todo comienza a apagarse. En el momento que más quería escucharte.

—P-perdón, Taehyungie, perdón por tardar —susurras en sollozos sobre mí y besas mi frente por largos segundos—. Nunca voy a amar a nadie como te amo a ti, mi amor. Te amo. Te amo mucho, Kim Taehyung.

Y lo último que siento es lo mejor que pude haber sentido en mi vida; tus labios moviéndose sobre los míos.

Y luego, oscuridad.



Fin.

Si se preguntan si lloré escribiéndolo, la verdad es que sí.
Quiero describir un poco a los personajes; este Taehyung es una persona con depresión a causa de un pasado donde alguien tan cercano como su madre lo dañó de tal forma que lo volvió inseguro por completo, tan inseguro que sentía que todo el mundo lo odiaba o se cansaba de él, tan inseguro que no tuvo suficiente valor en independizarse y estudiar lo que él realmente quería y/o hasta llegar a confundir la realidad con sus negativos pensamientos, y creer que Hoseok no lo quería tampoco y que por eso se fue, y la realidad es que Hoseok se va porque se siente asustado con sus sentimientos, cosa que se lo aclara antes de irse pero en la mente de una persona como Taehyung ves todo negativo, y más cuando la persona que más debía cuidarte -su madre- te lastima.

¿Cómo es que llegó Hoseok? Taehyung le había mandado un mensaje para encontrarse el anterior día y como estaba cegado en su depresión olvidó que Hoseok estaba casi al otro lado del mundo y por eso no llegó en el tiempo acordado. Cabe destacar que intentó comunicarse pero Taehyung se negó porque creía que lo hacía de compromiso.

Con respecto a las voces que él escuchaba (antes que lleguen los dos chicos), era el mismo, suplicándose detener. Porque tenía miedo de morir y ese miedo también fue en parte lo que lo mantuvo vivo todos esos años.

¿Quien era el otro chico? Sólo era un amigo de Hoseok, nadie más.

Gracias por leer hasta aquí, te mando besos y si tienes preguntas puedes hacerlas🌷
–Dualitymask

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro