Capítulo 14
Narra: (Melina)
El inicio de muchas confesiones.
*******
Veo que Michael saca un sobre de su cofre, saca del sobre una hoja de papel, al parecer es una carta... siento que conozco esa carta, esa hoja de papel... ¿acaso es?... él llora, me mira fijamente, seca sus lágrimas.
—¿Reconoces esta carta? —me preguntó, me da la carta.
¡No! ¡esto no puede ser! ¡es la carta que le escribí a Michael! ¡es mi carta! ¿acaso él si la leyó?... creo que estoy soñando... me pellizco las manos, respiro profundo, vuelvo a mirar la carta... ¡es mi carta! ¡Michael ha tenido mi carta todo este tiempo!... pero... ¿cómo pasó eso si él me dijo que no la leyó y que la botó a la basura?...
Todo se vuelve oscuro, mi cuerpo pierde su estabilidad, ¿acaso a Michael si le gustó mi carta?...
—¿Te pasa algo Meli? —escucho la pregunta de Michael, no sé por qué no puedo hablar, mi lengua se entorpece; miro la carta de nuevo... ¡es la carta que le escribí a Michael el día del funeral de su abuela!...—. ¿Por qué no me dices nada?... entiendo, tú pensaste que yo boté tu carta... perdóname, me arrepiento de haberte mentido.
Volteo a mirarlo, inevitablemente viene a mi mente aquel día, cuando Michael afirmó que no había leído mi carta y que la botó, sufrí tanto por eso ese día, pensando que tanto no le había importado lo que le escribí que botó mi carta y ahora vengo a enterarme de que él la ha conservado siempre.
—Pensé que botaste mi carta, en verdad creí que lo habías hecho —solo puedo llorar, confieso que siento emoción de saber que si leyó mi carta y que la ha conservado y dolor a la vez de haber sufrido al pensar que la botó.
—No te diré que no llores porque estás en tu razón, fuí un imbécil, perdóname por favor, déjame contarte como pasó todo, como amé tu carta, cuanto amo cada preciosa palabra que escribiste para mí —toma mi mano, la besa—. Todo el tiempo he guardado tu carta.
—¿Por qué me dijiste la habías botado?
—Por el mismo motivo que me hizo negarme a amarte, fuí un imbécil, no fuí, soy una persona miserable.
—Tampoco quiero que sufras, te confieso que si me dolió demasiado el hecho de que tú no hayas leído mi carta y que encima la hayas botado, pero ahora que sé que la has conservado todo este tiempo me emociona mucho.
—Como te he dicho, hay muchas cosas que tenemos que confesarnos, esto de la carta marca el inicio de esas confesiones, déjame explicarte al detalle como es que leí tu carta, la amé y la guardé, ¿quieres que te cuente como pasó todo? —besa mi mano de nuevo, mi niño, ¿cómo podría molestarme con él?
—Cuéntame al detalle qué pasó cuando la leíste, es que... en verdad pensé que nunca la ibas a leer y que no te importaría lo que te escribí.
—Al contrario, tu carta fue una cura en unos de los momentos más oscuros de mi vida, tú eres mi cura, eres todo lo que necesito —me besa, nos besamos; guardo la carta en mi bolsillo, lo abrazo.
—Te amo mucho Michael, te amo.
—Déjame contarte como fue cuando leí tu carta, todo lo que me ocurrió esa noche, ¿sabes que viví una experiencia sobrenatural?
—¿Qué? ¿cómo así?
—Es que... antes de confesarte todo lo relacionado a tu carta, debo confesarte que... amé, te juro, amé el abrazo que nos dimos aquella tarde en el jardín de mi casa de campo, sé que tus caricias y ese abrazo fueron mi medicina, fueron mi cura.
Al oír lo que Michael me dijo, sentí una punzada en mi corazón, ese hermoso sentimiento que viví esa tarde me invade, es como si lo estaría viviendo de nuevo, recuerdo cuando me lancé a sus brazos, en ese nomento nada me importaba, me perdí en su aroma y en la textura de su piel, en la luz y el brillo de sus ojos, fue uno de los momentos más románticos de mi vida junto con el beso que nos dimos anoche, mi primer beso.
—¿Por qué sonríes copito?
—Porque recordé ese hermoso momento cuando nos abrazamos, fue tan mágico, debes saber que amé mucho tu aroma, el aroma de tu cuello, la textura de tu piel, tus ojos hermosos me derretían toda, bueno, hasta ahora me desvanecen esos ojos verdes claro hermosos.
—¿Qué? ¿enserio has tenido esa percepción de mí todo este tiempo?
—Desde el primer día, te amé desde aquel primer segundo que te ví.
—Igual yo, yo también te amé desde que te ví por primera vez, el haberme negado a reconocerlo fue el mayor error de mi vida, pero ahora no quiero hablar de eso, todavía tengo que aclarar mis ideas, por ahora solo quiero confesarte todo lo relacionado a tu carta, este es el inicio de muchas confesiones que te haré.
—Si, cuéntame, cuéntame todo al detalle, ¿mencionaste algo sobre esa noche?
—Si, no sabes lo que viví esa noche.
—Cuéntame todo, ¿qué te pasó?
—Primero quiero contarte como pasó todo, esa tarde... yo estaba sufriendo mucho por la muerte de mi abuelita, hasta ahora sufro por su pérdida, esa tarde solo quería escapar de ese sufrimiento y aliviar mi dolor y... lo único que pude hacer en ese momento fue consumir, era la única forma de escapar de mi realidad.
—Si, si lo recuerdo, ví que aspirabas un polvo blanco, polvo que más adelante llegué a saber que se llama cocaína, yo también debo confesarte algo... como es que supe que ese polvo se llama así.
Confieso que no sé como le voy a decir que me escondía en su closet y que... ¿cómo le digo que siempre supe que Scarlett lo engañaba con otro?...
—Si, estaba consumiendo cocaína, quería aliviar mi dolor, fue ahí que tú llegaste, algo en mí amó tenerte en ese momento, luego me abrazaste, juro que sentí que fuiste una cura para mí, tus caricias fueron una cura, tu mirada por unos segundos me llevó a un lugar hermoso y puro en el que nunca antes había estado, tu voz, era tan suave, sentí que eras sincera, te entregué mi vulnerabilidad... es un poco complicado describir exactamente lo que sentía en ese momento, lo único que te puedo decir es que amé cada segundo que te tuve entre mis brazos.
¿Qué?... lo que menos imaginé era que él también amó ese abrazo.
—¿Entonces por qué me dijiste que ese abrazo no significó nada para ti?
—Por el mismo pinche motivo que me hizo mentirte que boté tu carta... ¿qué he hecho? ¿por qué me negué a amarte? —se lamenta llorando, mejor no le voy a preguntar nada sobre esas actitudes que tuvo conmigo porque sé que lo harán sufrir, confieso que me ha lastimado demasiado pero lo que importa ahora es que nos amamos.
—Mejor olvida eso, lo que menos quiero es hacerte sufrir, solo cuéntame como es que leíste mi carta y lo que te pasó esa noche.
—Si, te contaré todo copito —seca sus lágrimas, intenta sentarse, lo ayudo a hacerlo, me siento a su lado en la camilla—. Esa noche desperté muy triste por mi abuelita, ella se llamaba Romina, quiero que sepas su nombre.
—Me hubiera gustado conocerla.
—Sé que te hubiera querido mucho, ¿sabes que ella me ha hablado en mis sueños?, ella me decía que te valore, que tu... ahora que lo recuerdo... mi abuelita me dijo que tú me amas y yo... esa es otra de las muchas confesiones que te haré, pero será más adelante.
—Espero poder conocerla a través de una foto, siento que la señora fue una muy buena persona.
—Te puedo asegurar que lo fue, mi viejita linda, siempre la voy a amar, te confieso que la amo más que a mi madre, hasta ahora no supero haberla perdido.
—Sé que ella y tú se van a encontrar en el cielo algún día.
—Si, lo sé, escribiste eso en la carta.
—Si, todo lo escribí con mucho cariño... este... me decías que esa noche estabas triste por tu abuelita, ¿y luego?... quiero saber más sobre mi carta, me refiero a...
—Tranquila, sé a qué te refieres, esa noche quería no sentirme solo, fue así que me puse a leer las cartas que me habían escrito mis amigos... Maxwell me escribió algo que... sé que él se quiso burlar de mí, claro que tampoco lo considero mi amigo pero... bueno; cuando terminé de leer todas esas cartas, había quedado más vacío por dentro, fue ahí que...
—¿Qué Michael?
Michael agacha la cabeza, otra vez llora, ¿por qué llora ahora?... me duele mucho verlo sufrir.
—No te diré lo que quise hacer antes de leer tu carta, eso es algo que nunca debió existir y por lo tanto ni siquiera lo voy a recordar; me senté en la piecera de mi cama y empecé a leer tu carta, mientras la iba leyendo sentía cosas muy raras y a la vez agradables, fue como si cada palabra que leía revelaba lo que en verdad deseaba.
—¿Cómo así Michael?
—Te juro que ni yo mismo lo entiendo hasta ahora, es que tú eres tan especial que... fue como si tú hubieses sabido exactamente todo lo que yo tenia que saber para sentirme mejor, te juro, cada palabra, admito que eso de que Dios va a ayudarme a superar mi dolor hasta ahora no lo comprendo del todo, solo sé que en ese momento me gustó mucho saber eso.
—Es verdad, cuando le entregas a Dios tu dolor, él convierte eso en esperanza y amor, yo lo he vivido, por eso lo escribí en la carta, yo también quiero contarte a quien perdí.
Un día de estos Michael va a saber que he superado la pérdida de mi amada perrita gracias a Dios, con su ayuda, su favor y gracia, es más, le tengo que contar la historia de mi portaretratos y... yo también tengo mucho que confesarle.
—No te entiendo Meli, perdón, tal vez te parezco un tonto.
—No, ¿por qué piensas eso?, tú no eres tonto, tú vales mucho, tienes mucho talento, solo te falta descubrir exactamente qué es.
—¿De qué me vale tener talentos y todo eso si no puedo caminar?
—Pronto lograrás volver a caminar, no pierdas la esperanza, todo va a pasar conforme a la voluntad de Dios.
—Si, puedo jurar que es así, sé que todo está pasando conforme a su voluntad, sé que fue Dios quien nos ha unido.
—Si, gracias a Dios es que ahora nos amamos, bueno, sigue contándome qué pasó esa noche que leíste mi carta.
—Yo siempre he sentido que mis padres no me aman, que... que... Scarlett... —golpea el colchón, ¿por qué se altera cuando menciona a Scarlett?... estoy segura de que ya sabe que ella y Ben son amantes, estoy más que segura que Ben vino a decirle eso anoche... ¿y ahora?... ¿cómo le digo que yo siempre he sabido que son amantes?...—. Lo único que eliminaré de lo que escribiste en la carta es todo lo relacionado a esa... a Scarlett, en cuanto a ella, hay algo que te quiero decir, mejor dicho, pedir.
—¿Pedir?...
—Si, pedir... todo será en orden, primero te contaré todo lo referente a tu carta y lo que viví esa noche y luego te pediré que... ya verás, es otra sorpresa.
—¿Otra sorpresa?
—Lo sabrás ahora mismo Meli, ahora te quiero seguir contando todo sobre cuanto amé tu carta; ecepto lo de Scarlett, amé lo que me escribiste, eso de que mis padres me aman... ¿cómo supiste que yo quería sentir que mis papás me aman?...
—No es que lo haya sabido, todo lo que te escribí, lo sentí en lo más profundo de mi corazón, lo que quería es que te sientas amado por tus padres, que sepas que ellos te aman, que no estás solo.
—No solo me sentí bien al leer esa carta, sentí algo mágico, algo muy especial que nunca antes había sentido, no tengo ahora las palabras exactas para describir lo que sentí en ese momento, de lo que si estoy seguro es que amé esa carta, la amo y sé que siempre va significar mucho para mí —me confiesa.
Juro que nunca, nunca logré imaginar en lo más mínimo que Michael había leído mi carta y menos que le iba a gustar lo que le escribí y mucho menos que la iba a guardar como algo especial, recién en este momento es que confirmo que aquella vez que sentí algo, ese cosquilleo en mi corazón que me impulsó a ir al funeral y escribir una carta para él, en la que plasmé todos mis sentimientos... sé que aquella vez fue Dios mismo quien me habló al corazón, y eso es algo que significa mucho para mí, el tener una conexión tan especial con mi Dios amado es algo que no tiene precio.
—Fue Dios mismo quien quiso que fuera al funeral aquel día, yo estaba dudosa, no sabia si ir o no, fue ahí que le pedí guía a Dios en oración y... sentí algo especial en mi interior, un cosquilleo que me hizo sentir que debía ir y apoyarte en un momento de dolor, escribirte mis más profundos sentimientos y... abrazarte, bueno, eso no lo planeé pero ahora sé que ese abrazo siempre será especial.
—Tú no tienes idea de cuanto me arrepiento de haberme negado a ti, ¿sabes cuanto te necesité esa noche?, hubiese sido precioso tenerte a mi lado, no hubiese cometido tantas estupideces, simplemente necesitaba de una caricia tuya para estar bien.
—Y yo feliz te hubiera acompañado, te habría dado mi amor, mi cariño y mi apoyo.
—Perdóname.
—¿Te confieso algo?
—Si claro, dime Meli, amo la forma deliciosa en la que sonríes ahora.
—¿Sabes por qué sonrío?...
—No, ni idea.
—Esa noche dormí sin parar desde temprano, esa mujer, la que llamaba tía no estaba en casa cuando llegué, aproveché eso y fuí a descansar, estaba como flotando, me acosté abrazando la ropa que había usado, tenía tu aroma, dormí feliz, dormí sin parar hasta el amanecer.
—Y si yo no... ¿por qué tenia que ser tan imbécil?, ¿cómo pude desperdiciar un amor tan especial como el tuyo?, ¡te necesité tanto esa noche! —llora, no sé por qué Michael está tan susceptible últimamente, debe ser por todo lo que le está pasando, en verdad espero que Dios le quite poco a poco su dolor, espero ser yo el medio para que eso ocurra.
—No llores más por favor, me duele mucho verte sufrir.
—Mi sufrimiento... este es el inicio de mi dolor, de mi condena, de mi sufrimiento... si no tendría tu amor y tu cariño estaría condenado a la oscuridad, en fin, quiero contarte lo que viví esa noche, me pasó algo sobrenatural.
—No digas eso, tienes que aprender a ser feliz en medio de la dificultad, mejor sigue contándome todo lo que te pasó esa noche; de verdad quiero saber todo de ti y que tú sepas todo de mí.
—Eso es lo que más quiero, conocer todo de ti copito.
—Tenemos mucho por conversar, mucho, ahora te toca a ti contarme qué te pasó esa noche.
—Esa noche, después de leer tu carta, estaba... estaba como ido, era como si no hubiese sido yo mismo y a la vez si, todo era confuso, estaba muy dolido por la pérdida de mi abuelita y a la vez empezaba a notar que me estaba enamorando de ti.
—Te puedo jurar que lo que menos imaginé era que también te estabas enamorando de mí.
—Anoche, cuando te besé es que lo supe, todo vino a mi mente como una película, te contaré como me pasó eso, pero más adelante, bueno, de vuelta a esa noche... esa noche... yo salí por ahí, fuí al centro de la ciudad, entré al primer bar que ví, me puse a beber como idiota, recuerdo que una mujer me propuso... ¿si te digo lo que ella me dijo te enojarias?
—No, la verdad no entiendo a qué te refieres, solo quiero que me cuentes todo lo que te pasó.
—Esa mujer era mayor que yo, al menos eso pude notar, ella... ella me propuso ir a un lugar en el que podamos estar a solas y... ya sabes, me miraba como... ella quería conmigo, espero no te molestes por esto que te estoy confesando.
Confieso que no terminé de entender del todo lo que me quiere decir, lo único que entendí fue que una mujer le propuso ir a un lugar para estar a solas, supongo que a ella le gustaba y le atraía Michael, la entiendo.
—No entendí del todo lo que me dijiste, ¿cómo es eso de que quería contigo?
—Ella quería tener intimidad conmigo.
¡Vaya mujer!, y yo sintiendo pena de el solo hecho de pensar en todo lo referente a la intimidad, aunque... aquella vez cuando estaba escondida en su closet después de oír lo que Michael le decía a Scarlett, eso de las erecciones y las autosatisfacciones... días después investigué en internet todo lo referente a eso y... supe que para que un hombre pueda tener relaciones íntimas con una mujer primero tiene que... su órgano sexual tiene que estar erecto, y... la autosatisfacción... saber todo lo referente a eso me dejó atónita... una persona, sea hombre o mujer puede tocar sus partes íntimas para sentir placer, juro que del solo haber leído eso aquella vez y ahora del solo recordarlo me hace sentir que me arde la cara de vergüenza, y esa mujer de la que Michael habla... ¿cómo pudo querer tener intimidad con él sin ser su pareja?...
—Por la cara que pones puedo deducir que... no quiero que nuestra relación inicie mal, te juro que yo no acepté tener nada con esa mujer... Melina... ¿me escuchas? —oí a Michael decirme, siento que me sacude.
Miro a Michael... mejor eliminaré todo pensamiento referente a la sexualidad porque si no... simplemente lo olvidaré.
—¿Qué me decías? —reaccioné.
—Te juro que no tuve nada con esa mujer, nada, después de oír lo que ella me propuso me alejé de ella, me puse a beber solo.
La verdad es que si, sentí algo, solo algo de celos al enterarme de lo que esa mujer le propuso a Michael, solo que más me impresiona el hecho de que ella no haya sentido pena de querer eso con un hombre que no es su pareja; de todas formas le creo, si él me dice que no tuvo nada con ella le creo, y a si haya tenido algo no le diría nada, después de todo yo no era nada suyo en ese momento.
—No es necesario que me jures Michael, yo te creo, tampoco me hubiera molestado a si me hayas dicho que aceptaste su propuesta, yo no era tu pareja en ese momento, aunque si, sentí algo, solo algo de celos.
—¿Sabes algo?, aunque en ese momento no me daba cuenta, fue por ti que no acepté esa propuesta, algo en mí solo quería ser tuyo, solo tuyo, claro que yo... le atribuí ese sentimiento a serle fiel a esa... a Scarlett, no la mencionaré más, aunque en algún momento tendrás que saber lo que ella me ha hecho.
Estoy totalmente segura de que Michael ya sabe que Scarlett le era infiel, que ella lo engaña con Ben, ¿si supiera que yo sé que ella le ha sido infiel todo este tiempo?... ¿cómo le voy a decir que siempre lo he sabido?...
—Solo no la menciones, mejor sigue contándome más sobre esa noche.
—Si claro, salí del bar, ya no recuerdo que tanto había bebido, lo único que recuerdo es que llevaba una botella de vodka, caminaba por las calles sin rumbo, no sabía ni a donde iba, lloraba y bebía hasta que llegué a un lugar horrible, por ahí pasaban unos tipos de un aspecto terrible, les pedí que me dijeran donde venden drogas, ellos me llevaron a un lugar horrible, nunca antes estuve en un lugar así; compré... ya no recuerdo ni si quiera qué compré, creo que compré éxtasis... no lo recuerdo bien, el hecho es que cuando estaba saliendo del lugar un tipo quería robar mis pertenencias, yo solo le dí lo poco de dinero que tenia y mi chaqueta, fue ahí que... me ocurrió algo sobrenatural.
—¿Cómo así?...
—Solo tú me vas a ayudar a salir de dudas, tú eres creyente, tú tienes la verdad.
—¿A qué te refieres?, no te entiendo.
—Ese tipo al no poder robarme lo que quería me quiso matar.
—¿Qué?... ¿te quiso?... ¿matar?...
—Si... —me mira pensativo—. No seré explícito, solo te puedo decir que cuando sentí que estaba a punto de morir en manos de ese tipo... le clamé a Dios, recé, o... hice un rezo u oración, no sé como se dice, le pedí a Dios que si él existe y me ama como tú lo mencionaste en tu carta me ayude a librarme de morir y te juro que en ese preciso momento ese tipo se esfumó, simplemente se fue, recuerdo que unos tipos le dijeron que la policía estaba cerca... o... que ya llegaba la policía... no recuerdo bien, lo que si está claro en mis recuerdos es que ese hombre se fue, en ese preciso momento sentí una especie de calor en mi cara y algo extraño en mi interior, ¿tú qué crees? ¿habrá sido Dios quien me libró de morir?
—Si, definitivamente si fue Dios, te explicaré mejor para que entiendas... ¿qué harías tú si alguien a quien amas te está pidiendo ayuda? ¿ayudarías a tu ser amado verdad?
—Si claro, por ti, por mis padres, sobretodo por mi papá, por Joseph, por Mike y por mi abuelita habría hecho lo que sea por ayudarlos.
—Ahí tienes la respuesta, si tú y yo, siendo personas imperfectas ayudamos sin dudarlo a quienes amamos, con mayor razón Dios, siendo perfecto, todopoderoso y maravilloso ayuda a quienes ama y le claman de todo corazón.
—Poco a poco voy comprendiendo todo, gracias Dios.
—Dios te ama, nuestro precioso señor Jesucristo te ama tanto que dio su vida por ti.
—¿Cómo así?
—Más adelante te explicaré al detalle todo sobre la obra de amor más grande de la historia de la humanidad.
—Necesito que me cuentes eso.
—Lo haré, será un placer para mí hacerlo, ahora sigue contándome qué más te pasó.
—Fuí a una banqueta a drogarme hasta que amaneció, tomé un taxi y fui a mi casa de campo, mi papá al verme ebrio me golpeó y me gritó, sentía odio por mí mismo en ese momento, te necesitaba tanto.
—Lo siento, en verdad me hubiera gustado estar a tu lado en ese momento de dolor.
—Ven acá copito —me jala del brazo, me abraza, llora, otra vez llora desconsoladamente, en verdad espero que su dolor y sufrimiento sea aliviado y curado por Dios mismo, siento que su sufrimiento me está lastimando, obvio no se lo diré.
—No llores, no lo hagas más, ¿si? ¡por favor!
—No te valoré, desperdicié tu valioso amor... no diré más nada —seca sus lágrimas—. Ya no voy a llorar más, no quiero que pienses que soy una niñita que solo se la pasa llorando, soy un hombre adulto y maduro que tiene que ser valiente y proteger a su mujer, desde hoy eso haré, protegerte y cuidarte, aunque... ¿cómo lo haré si ni siquiera puedo caminar?... ¡soy un desastre!
—Shhh, no digas eso, sabes muy bien que te amo, eso es lo único que importa.
—Sabes también que te amo demasiado, incluso más que eso Meli.
—¿Sabes que me hace feliz saber que leíste mi carta?, me hace feliz saber que te gustó lo que te escribí y que la guardaste como algo especial para ti.
—Ahora la vamos a guardar los dos, será como una señal de nuestro amor, mientras la tengamos con nosotros significa que estamos juntos y que nos amamos.
—Entonces la vamos a conservar para siempre y por siempre, sé que nuestro amor es eterno.
—Por siempre copito, aun más allá de esta vida —me abraza, besa mi cabeza—. Adoro el aroma de tu cabello, adoro todo de ti mi Meli hermosa.
—Amo cuando me dices esas frases tan lindas.
—Y yo amo ver como sonríes cuando te las digo —me besa en la boca, nos besamos, lo beso tanto como puedo, confieso que mientras más lo beso más me gusta hacerlo, amo besarlo.
El sonido de la puerta hizo que dejemos de besarnos; veo que Kimberly ha venido con una charola con comida y algo de beber, sé que es para que Michael coma, es su almuerzo.
—Me da mucho gusto verlos juntos chicos —nos dijo Kimberly, dejando la charola en una mesa especial con ruedas que está a un lado de la camilla.
—Gracias amiga —sonrío.
—No me digas que esa comida es para mí —Michael le dijo a Kimberly, mirando la comida.
—Si, es su almuerzo joven Michael, usted no ha comido nada, sus análisis de sangre que le hicieron arrojaron que usted tiene anemia, si sigue así, sin comer va a bajar de peso aun más.
—No comeré nada, lleva esa comida, ¿no quieres comerla tú Meli? —Michael me preguntó, no entiendo por qué se niega a comer.
—Es tu comida Michael, ¿por qué no quieres comer?
—Te lo diré después —me dijo mirando a Kimberly.
—Creo que ustedes lo que necesitan es estar a solas, cualquier cosa que necesite solo aprete el botón que está a un lado de su camilla, tú también me puedes avisar cualquier cosa Melina —nos dijo Kimberly.
—Gracias amiga, yo me encargo de que Michael coma, no te preocupes —le dije a Kimberly.
—De nada, hago mi trabajo con gusto y ahora me voy feliz de saber que están juntos y que se aman, nos vemos más tarde chicos, ya saben, cualquier cosa que necesiten solo me avisan —nos dijo Kimberly, se va.
—Menos mal se fue porque no pienso comer nada —Michael me dijo empujando la mesa con la comida hacía un lado.
—¿Por qué no quieres comer?, ¿acaso no escuchaste que tienes anemia?, enserio, no querrás sufrir de esa enfermedad, es terrible, te dan desmayos siempre, te dan mareos.
—No me importa, puedo seguir recibiendo alimento por la vía, no comeré nada hasta lograr volver a caminar.
—No entiendo qué tiene que ver una cosa con la otra Michael.
—¿No viste lo atroz que me fue anoche cuando quise orinar?... no pude ni siquiera... ¿no te das cuenta que si el solo hecho de hacer pis me costó como será si intento usar el baño para hacer mis necesidades?, no quiero ni imaginarlo.
Juro que me lastima ver a Michael así de frustrado y cabizbajo, recién entiendo por qué no quiere comer, lo que él no entiende es que yo estoy dispuesta a ayudarlo incluso para usar el baño para que haga sus necesidades, estoy dispuesta en ayudarlo en todo, en todo.
—Sabes que estoy dispuesta a ayudarte en todo, yo te llevaré al baño, te apoyaré de tal forma que usarlo sea para hacer pis o tus necesidades sea fácil para ti.
—Eso es lo que no quiero, ser un estorbo para ti, no quiero que experimentes mi lado más miserable.
—¿Por qué dices eso Michael?, ¿qué de malo tiene que te ayude a usar el baño?
—Todo, todo lo malo, ¿crees que es grato para mí que tú tengas hasta que limpiar mi trasero?
—Pero si eso es todo lo que hacemos los seres humanos después de hacer nuestras necesidades, es lo más normal, además para mí es como si estaría haciéndolo en mí misma, ¿acaso sientes pena? ¿no confías en mí?
—No es eso, por supuesto que confío en ti, tú eres la que te avergüenzas cuando... cuando toca que laves mis partes íntimas, anoche noté esa actitud en ti, noté como te avergonzaste.
—Eso es otra cosa Michael, créeme, para mí es otra cosa muy diferente, además... sé que va a llegar un momento en el que tengo que perder la vergüenza y... ayudarte a... a limpiar y lavar tus partes íntimas cuando sea necesario.
—¿Sabes algo?... tu nobleza y tu bondad me conmueven, simplemente no merezco eso tan puro de ti.
—No digas eso Michael, no vuelvas a repetir eso, sabes que te amo, que tu felicidad y bienestar es la mía también, por favor, come, come algo por lo menos.
—No, no quiero sufrir ni que sufras al ver mi miseria cuando no pueda ni siquiera ocupar el baño.
—Más voy a sufrir si tú enfermas, al ver como sigues perdiendo peso, estás muy delgado y demacrado, me duele verte así.
—Pero... no Melina, no comeré nada hasta que pueda caminar de nuevo.
—Sé que lograrás volver a caminar, le clamaré a Dios día y noche para que eso ocurra, pero mientras tanto debes alimentarte, vamos, come aunque sea un poquito.
Jalo la mesa con la charola, cojo el plato, veo que Kimberly le ha traído pure de patatas, vegetales cocidos y pedazos de pechuga de pollo, gelatina líquida para que beba y una manzana, mezclo un poco de pure con vegetales cocidos con la cuchara, acerco la cuchara con comida a su boca, espero coma aunque sea un poquito.
—¿Qué?, no me digas que me vas a dar de comer en la boca como si yo fuese un bebé.
—Al menos espero que comas aunque sea algo, vamos, come un poco de pure, está muy rico.
—¡Wow! ¿esto está ocurriendo en verdad?, ¿una preciosa princesa me está consintiendo? —sonríe, abre la boca, me recibe el pure y los vegetales, al menos conseguí que coma, voy entendiendo que Michael solo necesita mucho cariño y amor.
—Solo porque me des de comer en la boca, voy a almorzar, admito que adoro que me consientas y me mimes.
—Y yo adoro hacerlo, adoro mimarte bebé.
—¿Cómo me llamaste? ¿bebé?...
—Si, tú eres como mi bebé al que quiero cuidar, alimentar y mimar.
—Awww, copito, eres... ¿cómo es que no me dí cuenta antes de lo preciosa que eres? tu nobleza me cautiva.
—Entonces a comer.
Con gusto le daré de comer, en verdad lo único que deseo es que él sea feliz, que seamos felices, le pido a Dios que él sea el medio para que eso pase.
—Después de comer te diré algo más que importante, mejor dicho, te pediré algo...ya verás copito.
—Me muero por saber qué es eso que me quieres pedir.
—Gracias Meli, gracias por ser así de buena conmigo, gracias por ser tan noble.
—Te he dicho que haré de todo porque seas feliz y estés bien.
—Te amo Meli.
—Te amo también mi Michael hermoso.
—Por ti voy a comer aunque no todo, pero trataré de acabar lo que hay en el plato para luego pedirte lo que quiero... ya verás.
No imagino qué es eso que Michael me quiere pedir, aunque siento que es algo bueno, lo puedo sentir en mi corazón.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro