Capítulo 74
Narra: (Melina)
Lo inesperado
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Me siento demasiado ansiosa, tengo miedo de lo que pueda pasar, me gustaría saber qué he hecho para ser buscada por la policía; probablemente Michael me metió en esto, solo eso puedo pensar, o quizás mi tía, que yo recuerde no he cometido ningún delito... aunque... quizás el rector de la universidad supo que Michael y yo hicimos trampa en las pruebas o simplemente supo que yo hice trampa al hacer todo el trabajo del proyecto de investigación que le tocaba hacer a Michael, siempre tuve miedo de que nos descubran, al menos es lo único que puedo pensar. Mientras más tranquila quiero estar y descansar, más problemas ocurren, no sé si pueda afrontar todo esto.
El taxi me deja frente a la casa de mi tía, veo un patrullero de la policía y un auto negro, le pago al conductor, salgo el taxi, automáticamente mis manos empiezan a temblar, respiro profundo, 《Dios, ayúdame en todo por favor》Le pido a Dios en voz baja caminando hacia la casa.
Toco la puerta, pasan varios segundos, mi tía abre, se queda mirándome de pies a cabeza.
—¿De dónde sacaste esa ropa tan fina? —preguntó mi tía, lo último que imaginé era que me iba a preguntar eso.
—Me la compró un amigo, buenas tardes tía.
Tengo que demostrarle que primero hay que ser educada.
—¿Un amigo? —se ríe—. ¿Piensas que te voy a creer?, mejor dime, esta ropa me la compró mi amante, algún viejo rico que atrapé haciéndome la inocente —dijo riendo.
¿Qué?... ¿dijo mi amante? ¿un viejo rico...?, ¿de dónde sacó eso? ¿por qué piensa eso?... en fin, después de todo quién me lo dijo es mi tía, alguien que solo me ha maltratado desde que tengo uso de razón, haré como si no me hubiera dicho nada.
—¿Puedo pasar? —le pregunté intentando entrar a la casa, ella me detiene cogiendo fuerte mi brazo, me hace doler.
—No tan rápido, ¿piensas que te voy a creer?, ahora sé que todo este tiempo estuviste viviendo con tu amante, es mejor que vayas cuanto antes a que te revise un ginecólogo por si estás embarazada, no pretendas que me haga cargo de tu hijo como tuve que hacerme cargo de ti y que tu hijo sea un estorbo para mí como lo eres tú hasta el día de hoy —me habló presionando más mi brazo, me jala hacia la acera, no sé por qué me trata así, me estoy empezando a arrepentir de haber vuelto.
Sabía que volver a vivir con mi tía me iba a causar problemas, que iba a ser un martirio solo que nunca imaginé que a tal punto, esto que me acaba de decir es imperdonable, ¿cómo puede pensar que tengo un amante y menos que estoy embarazada y pero aún que le pediría que se haga cargo de mi hijo? ¿de dónde saca tantas barbaridades juntas?
—Deje de decir tantas barbaridades tía, nada de lo que usted dice es cierto, nada, déjeme en paz por favor—le dije soltando mi brazo, camino hacia la casa.
—Ya verás lo que te va a pasar malcriada, si tan solo me ocasionas un problema te vas a arrepentir —me amenazó jalando mi cabello hacia atrás, al hacerlo me hizo doler el corte en mi cara, me hiere.
Veo que sale un oficial de la casa, se acerca a nosotras, se queda mirándonos, mi tía me suelta automáticamente al verlo.
—¿Usted es la señorita Melina? —preguntó el oficial, me acerco a él.
—Si, soy Melina Rogers —lo saludé estirando el brazo para darle un saludo de mano.
—Yo soy el oficial Marc Roy —me da la mano, luego me muestra su placa, está muy serio, me da temor esa actitud, trago saliva, intento relajarme.
—¿Por qué me está buscando? ¿pasó algo oficial? —le pregunté.
—Mejor entremos a su casa para poder conversar mejor —dijo caminando delante mío, yo camino a su tras, entramos a su casa, mi tía viene tras de nosotros.
Veo que hay otro hombre vestido de civil, está sentado en un sofá pequeño, me mira fijamente, su mirada me incomoda no sé por qué, el oficial se sienta en otro sofá, yo me siento frente a ellos.
—Él es mi compañero, el fiscal Chris Wilson —el oficial señaló al otro hombre vestido de civil—. Bueno señorita Melina, le contaremos el motivo por el cúal estamos aquí —dijo el oficial.
—Eso es justo lo que quiero saber —dije.
—Hace algunos días recibimos una denuncia, un par de jóvenes reportaron su caso, ellos aseguran que el señor Michael Ward, su compañero en la universidad casi la mata, que fue quién la golpeó a tal punto que fue hospitalizada a causa de esas heridas y contusiones.
—¿Qué? ¿quién es ese tal Michael? ¿es tu amante? —preguntó mi tía muy asombrada, lo último que me faltaba era esto, ahora cree que Michael es mi... mejor ni lo pienso, a veces me arrepiento de no haber aceptado ese apartamento que Joseph y su papá me regalaron, soportar a mi tía es un martirio, lo peor es que no sé qué decir, no sé qué hacer.
Juro que esto es algo inesperado para mí, lo que menos imaginé era que la policia me estaba buscando porque saben que fue Michael quién me hizo tal masacre, el oficial mencionó a dos jóvenes, sé que fueron Todd y Joseph quienes denunciaron a Michael, como siempre tengo sentimientos opuestos, sé que Michael merece pagar por todo lo que me ha hecho, por haberme casi matado, sé que eso que me ha hecho merece ser castigado con la cárcel, otra parte de mí quiere evitar problemas y que la vida de Michael no se arruine por ir a prisión, aparte de que si él va a prisión sé que querrá vengarse de mí y peor aún de Todd y Joseph, sería terrible que busque vengarse de su primo, de su misma familia, lo mejor será que mienta, que niegue todo lo que pasó, que Dios me perdone por mentir, sé que es un pecado pero no tengo opción.
—¿Quién es ese tal Michael Ward? —preguntó mi tía sacudiéndome, me ha hecho volver en si de inmediato, no pienso explicarle nada, no me importa lo que piense de mí.
—Le pido señora que por favor tenga la amabilidad de retirarse, el interrogatorio es solo a la persona agraviada —le dijo el fiscal a mi tía, ella acerca su boca a mi oído...
—Me debes una explicación sobre quién ese tal Michael, ahora sé que no eres tan santa como parecías, si él te hizo todo eso es por algo —mi tía me habló al oido, se va, no le tomaré la más mínima importancia a lo que me acaba de decir.
—Ahora que estamos a solas, digamos que fue lo que pasó —me dijo el oficial.
—Lo primero que debe saber es que Michael no me ha hecho nada, él es inocente, confieso que él y yo nos nos hemos llevado muy bien que digamos desde que empezó el ciclo, es por eso que mis amigos pensaron que fue él quién me golpeó y me lastimó pero no fue asi —mentí, me siento mal de hacerlo.
—Explíquese mejor señorita, no la entiendo —dijo el oficial, veo que el fiscal me mira como si sospechara algo, espero que me crean.
—Quienes denunciaron a Michael fueron mis amigos, Todd y Joseph; lo que pasa es que desde que empezó el ciclo en la universidad Michael y yo tuvimos algunos altercados, ciertos problemas, es por eso que mis amigos creen que fue él quién me golpeó, porque aquella tarde estaba en su casa, le puedo asegurar que Michael no me ha hecho nada —mentí, espero que Dios me perdone por hacerlo.
—Entonces... ¿qué fue lo que pasó? —preguntó el fiscal.
—Espero que nos cuente toda la verdad de lo que pasó —dijo el oficial.
Trago saliva, respiro profundo, ojalá me crean.
—Esa tarde Michael y yo... —me quedo en silencio, necesito pensar bien qué les diré.
—Michael y usted ¿qué? —dijo el oficial.
—Lo que pasó fue que Michael y yo discutimos porque él no quiso estudiar unas redacciones sobre un proyecto de la universidad, yo le insistí en que lo haga y él se negó a hacerlo, luego él se fue, yo me quedé terminando el trabajo del proyecto sola en su casa, en el momento que iba a salir, caí por las escaleras, fue esa caída la que me provocó todas las heridas que sufrí.
—Le pido que sea más clara, no entiendo, ¿dice que todas esas contusiones, golpes y ese corte en su cara fueron a causa de una caída? —preguntó el oficial, algo me dice que el fiscal me está observando, giro mi mirada hacia él, como lo imaginé, el fiscal me mira de forma sospechosa, sé que no me cree, ¿qué voy a hacer ahora?
—Yo caí por las escaleras eso es todo, no hay más que contar —dije.
—Hay cosas que no concuerdan, el reporte del médico que la trató dice que usted fue golpeada por una persona muy fuerte, que le hicieron un corte con arma punzocortante, el reporte del médico es irrefutable —dijo el oficial, sé que no me cree, ¿cómo es que he llegado a esto?
—Yo no niego lo que dice el reporte del médico oficial, yo solo declaré lo que pasó aquella tarde —lo reafirmé, así será hasta que me crean.
—Debo de hablar con ella Marc —le dijo el fiscal al oficial.
—No la presiones, deja que recuerde bien lo que pasó, o que piense bien las cosas para que podamos tomar su declaración —le dijo el oficial al fiscal.
—Sé como tratar situaciones como esta —dijo el fiscal, me mira fijamente, se acerca a mí, me intimida mucho tenerlo tan cerca, mira mi rostro, sé que mira el corte en mi mejilla derecha—. ¿Podria quitarse la gasa que cubre esa herida? —preguntó, eso era lo que menos quería que pase, ¿qué hago ahora?, si me quito la gasa y le enseño mi herida se va a dar cuenta de que fue hecha con un puñal, aparte de que si hago eso me va a doler mucho.
—No, no puedo descubrir la herida porque me causará dolor, aparte de que se puede infectar —me negué a hacerlo.
—Yo he traído guantes esterilizados y alcohol, no hay problema con eso, déjeme ver esa herida —insistió.
El fiscal saca de un envase en forma de cubo unos guantes, se pone mascarilla, viene hacia mí, debo evitar que vea la herida.
—¿Qué hace?, le pido por favor que no me toque —me negué parándome del sofá.
—Si ella no quiere no insistas —le dijo el oficial al fiscal, menos mal lo detuvo, no sé qué más decir, me siento muy cansada y perturbada.
—Es necesario que revise esa herida, es parte fundamental de la investigación —dijo el fiscal.
—No quiero que descubran mi herida, ayer se abrieron los puntos y empezó a sangrar, eso me causó mucho dolor, apenas está cicatrizando, el doctor ha curado mi herida recién, no es adecuado que la descubra tan pronto —le dije al fiscal cubriendo mi mejilla derecha con mi mano.
—Tiene razón Richard, retirar la gasa que cubre esa herida podría ser perjudicial, es mejor que lo haga un médico en nuestra presencia, sería conveniente ir con la señorita Melina a un doctor a que la revise —dijo el oficial.
¿Qué? ¿quieren que me revise un médico frente a ellos?... estoy segura que si eso ocurre van a confirmar que ese corte fue hecho con un arma punzocortante, y Michael iría a prisión.
—No es necesario que me revise ningún doctor, hay un doctor que me está tratando y solo él se encargará de revisar mi herida, les pido por favor que respeten el estado en el que me encuentro y que no insistan más.
—Es necesario que nos diga exactamente qué fue lo que pasó aquella tarde, su caso es muy delicado, estuvo en cuidados intensivos por varias semanas ya que fue golpeada y herida a tal punto que pudo morir —dijo el fiscal, me mira fijamente—. Veo que hasta ahora tiene moretones en su cara, esos moretones no fueron causados por una caída, de eso estoy seguro —el fiscal habló alterado.
¿Cómo es que he llegado a este punto en mi vida?, cuando el fiscal dijo que pude morir solo me hizo recordar todo el dolor que sentía aquella vez, hasta ahora pienso en como es que Michael se ha convertido en un monstruo, en un ser tan malvado, sé que pudo matarme, él siempre quiso hacerlo, no sé como pude creer que había cambiado, a veces pienso que merece ir a prisión por tanto daño que me ha hecho, es solo que no quiero arruinar su vida y menos hacer sufrir al señor Harry por eso, además que Michael querría vengarse y eso es justo lo que quiero evitar.
—Sé muy bien que pude morir señor fiscal, una vez más le digo que caí por las escaleras y por eso quede así de herida y golpeada, mi compañero Michael no me ha hecho nada, él no tiene nada que ver con lo que me pasó —lo reafirmé.
—Entonces usted declara que sufrió una caída y que a causa de eso se golpeó y sufrió un corte en su cara ¿verdad?, ¿usted afirma que a causa de esa caída pudo incluso morir? ¿lo afirma? —me dijo el oficial.
—Si, lo afirmo, todos los golpes y la herida en mi cara que sufrí fueron a causa de ese accidente, de haber caído por las escaleras, esa es la verdad —volví a reafirmarlo, espero que esto se termine aquí y ahora.
—Bien, entonces tomamos así su declaración, solo le advierto que si llegamos a descubrir que no es verdad lo que usted acaba de afirmar y que fue el señor Michael Ward quién le hizo todas esas heridas, quién casi la mata, usted recibirá cargos en su contra por encubrimiento, ¿ha entendido? —me dijo el fiscal.
No sabia que si llegan a saber la verdad yo podría recibir cargos por encubrimiento, no sé como voy a controlar todo esto.
—He entendido muy bien todo señor fiscal —fingí estar calmada aunque por dentro estoy destrozada.
—Bien, no hay más qué hacer, debe saber que su caso aún no se ha cerrado por falta de pruebas, ni usted, ni el señor Michael Ward pueden salir del país mientras dure la investigación, en unos días la estaremos llamando para que vaya a la fiscalía a hacer oficial su declaración, piense muy bien lo que dirá, recuerde que si usted niega lo que pasó está encubriendo un delito grave ¿me ha entendido? —dijo el oficial.
¿Dijo que ni Michael ni yo podemos salir del país mientras dure la investigación?... eso significa que van a ir a la casa de Michael, que lo van a llevar a la cárcel... siento que ni el oficial y mucho menos el fiscal me han creído, algo me dice que todo va a empeorar, si Michael va a prisión va a buscar vengarse de mí, de su primo y de Todd, nuestras vidas se van a arruinar de cualquier forma, no sé qué más hacer para evitar que vaya a prisión, me siento cansada, débil, no tengo fuerzas para luchar contra esta realidad, le pido a Dios que me ampare, sé que todo va a empeorar, iré a beber un poco de agua, necesito relajarme, esto no lo esperaba, me paro del sofá.
Cuando estaba por dar el primer paso hacia la cocina todo se vuelve oscuro, mi cuerpo se tambalea, siento que mi cerebro se ha adormecido, me dan mareos, me agarro del respaldo del sofá.
—¿Se siente bien señorita? —me preguntó el oficial, me sostiene de mi brazo derecho, por más que trato de mantenerme en pie no puedo, me dan mareos.
—No, no me siento bien, me dan mareos, me cuesta respirar —dije sentándome en el sofá.
—Padece de alguna enfermedad? ¿está embarazada? —preguntó el oficial, ¿si supiera como me siento?
—Sufro de anemia, es por eso que me dan mareos, en más de una ocasión me he desmayado a causa de eso.
—Entiendo, bueno, nosotros nos retiramos, recuerde que no puede salir del país mientras dure la investigación, esté atenta a nuestra llamada, ¿nos puede dar su número de celular?, la llamaremos cuando tenga que ir a la fiscalía a dar su declaración —dijo el fiscal.
—Si claro ahora le doy mi número, solo permítame descansar por unos segundos —respiro profundo, amarro mi cabello, trato de relajarme, saco una libreta de notas de mi bolsillo—. ¿Me puede prestar un lapicero para apuntar mi número? —le pedí prestado al oficial.
—Si claro, tenga —me dio un lapicero.
Apunto el número de mi celular en el papel.
—Aquí está apuntado mi número de celular —le dije parándome del sofá, voy a la cocina, por un vaso con agua, aún me dan mareos, necesito beber agua, tengo mucha sed.
—Gracias por su atención señorita —dijo el oficial.
—Gracias señorita Melina —dijo el fiscal, ambos se van, menos mal porque está situación era muy difícil de controlar.
—Gracias a ustedes por tomarse el tiempo de haber venido hasta aquí, que Dios los bendiga, adios —los despedí.
Bebí mucha agua, vaya que tenía sed, ahora iré a descansar, me siento muy cansada.
—¿A dónde crees que vas Melina? —oí la voz de mi tía tras de mí, me detuve justo antes de entrar a mi habitación, de seguro ella quiere que trabaje ahora mismo, debí hacerme a la idea de que estando aquí iba a poder hacer todo menos descansar.
—Me siento cansada, iré a mi habitación.
—¿Tu habitación?, esa nunca ha sido ni será tu habitación Melina, ni creas que te voy a dejar ociosear, ahora mismo iras a trabajar a la cafetería y ni creas que te voy a pagar este fin de mes, no has trabajado en varias semanas, si quieres que te pague primero debes de trabajar y duro —me gritó empujándome, ya no me extraña esta actitud suya, que me queda más que trabajar.
—Como usted diga tía, solo le pido, le exijo que me respete, no es necesario que me empuje o que me maltrate cuando me dice algo, le pido que me trate bien de ahora en adelante —le exigí, ya estoy cansada de permitir que me maltraten todo el tiempo.
—¿Qué te pasa malcriada? ¿quién te crees que eres para hablarme así?, yo te trato como mereces ser tratada, eres una malcriada ¿y encima quieres que actúe diferente?, yo te trataré como se me dé la gana, ahora ve a trabajar —me gritó empujándome de nuevo, no sé hasta cuando podré soportar todo esto.
《Sufres así porque quieres, tienes un apartamento, un trabajo y un sueldo para vivir tranquila, ¡deja ya esta vida que no te pertenece!》Pienso, es como si una voz en mi interior me dijera eso, tal vez lo mejor para mí sea aceptar el apartamento que Joseph y su papá me regalaron, el trabajo y el sueldo, es solo que no me siento bien de aprovecharme de la gentileza que han tenido ellos dos hacia mí, no quiero sentir que soy amiga de Joseph porque él me ha dado trabajo y un lugar para vivir, no es lo correcto, al menos no para mí; así que lo quiera o no debo seguir trabajando en la cafetería hasta que pueda conseguir un mejor trabajo, ahora qué me queda más que ir a trabajar aún sintiéndome cansada.
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Aunque no lo quise, tuve que regresar a estudiar presencialmente a la universidad, el profesor Brown me recomendó que lo haga porque este fin de mes serán los exámenes generales del inicio de ciclo y lo ideal es que participe de los cursos que son hechos por ejecutivos de empresas de prestigio e internacionales y como hay prácticas junto a esos ejecutivos era necesario estar presente y participar en los cursos.
Como lo esperaba, Michael al verme se puso como loco, empezó a exclamar malas palabras, la ira se apoderó de él, yo lo ignoré por completo, traté de estar cerca al profesor Brown y a la profesora Ana y a Todd, a él también le recomendé que trate de estar cerca a los profesores así Michael no podrá hacernos nada malo, ni él, ni sus amigos; confieso que en el momento que lo vi sentí un dolor tan profundo en mi alma que me debilitó aún más de lo que estoy, esa mirada de odio de Michael hacia mí me lastima demasiado, quisiera que llegue el día en que no sienta ese dolor y él al fin me sea indiferente; lo que me extraña es que estaba con moretones en la cara, es como si se hubiera golpeado, o quizás alguien lo golpeó, fuí tan, pero tan tonta que por un momento sentí preocupación por él.
He estado pensando que el próximo ciclo Dios mediante lo seguiré desde Pasadena, me inscribiré para un intercambio estudiantil que se hacen todos los años, estudiaré en otra
universidad, aunque no lo quiera tendré que aceptar el sueldo que Joseph me ofrece para así poder pagar un apartamento en esa ciudad, en cuanto al proyecto de construcción del mall, lo seguiré en línea, en lo que pueda y cuando sea necesario vendré aquí a Los Angeles para la ejecución de construcción o cosas así, le propondré eso a Joseph en cuanto pueda, ya no aguanto más estar cerca a Michael, me hace daño porque inentendiblemente lo sigo amando y eso es lo que más me lastima, que aún después de todo lo que me ha hecho siga amándolo, he tratado de no sentir nada por él, incluso de odiarlo pero no lo conseguí, por eso me es necesario estar alejada lo más que pueda de él para tal vez así lograr olvidarlo para siempre.
Otro motivo por el cúal no quiero seguir viviendo aquí es porque no soporto más a mi tía, no pienso aguantar más sus maltratos y abusos, la he soportado toda mi vida, no pienso hacerlo más, ahora mismo me ha exigido lavar los trastos, limpiar los pisos y lavar los manteles de las mesas sabiendo que me estoy recuperando y que me siento cansada, si acepté hacer todo lo que me ha exigido es porque no quiero tener más problemas con ella, qué me queda más que aguantar esto por un tiempo más, espero que Todd me ayude a conseguir un empleo en una cafetería que él conoce, le pedí que me ayude con eso, si consigo ese trabajo esto de soportar a mi tía será cuestión de unos días nada más; se acercan las fiestas de fin de año, lo que menos quiero es estar al lado de mi tía como todos estos años que han pasado, ojalá pueda estar al lado de Todd y Joseph para la navidad, ese sería el mejor regalo.
—¡Ey!, ¡Melina!, ¡acaban de llegar unos chicos muy distinguidos, ve a atenderlos ahora mismo! ¡ve rápido ya que solo ellos han llegado!, últimamente viene menos gente a comer, ellos de seguro consumirán lo más caro que aquí se sirve, ¡vé ya a atenderlos! —mi tía me ordenó a gritos, lo último que me faltaba, atender a los comensales...
....
¡No puede ser!, ¡esto no me puede estar pasando a mí!... los comensales son: Michael, Scarlett, Mike y Melany... ¿para qué han venido?... siento que han venido solo para molestarme, que Dios me ampare... algo terrible me espera, de eso estoy segura.
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