Capítulo 64
Narran: (Melina y Michael)
Una amistad destruida, una tragedia inevitable
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[MELINA]
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Michael acaba de salir de casa, lo miro por la ventana, se va en su auto, este es el momento que estuve esperando, ahora mismo iré a su habitación, le robaré esas drogas y las botaré, me duele ver como se droga, tengo mucho miedo de que muera igual que el hijo de la vecina, si pasa eso nunca me perdonaria por no haber evitado que use drogas, sé que no es correcto que le robe pero esto es por su bien, lo estoy protegiendo de si mismo, un día me va a agradecer por lo que hago por él, lo amo y lo arriesgaria todo porque esté bien.
Presurosa salgo de la sala de estar, menos mal la señora Dévora se ha ido también, así podré buscar más tranquila todas esas drogas para botarlas, espero que nadie venga ahora.
Camino hacia la habitación de Michael, abro la puerta, entro, corro hacia su cómoda, sé que ahí esconde las drogas, no me puedo arriesgar, voy a la puerta, pongo seguro, asi nadie me va encontrar aqui...
De inmediato abro el primer cajón de su cómoda, saco todas sus piyamas y su ropa interior, lo pongo en el suelo, vacio todo el cajón, meto mi mano al fondo del cajón, no siento nada, busco y busco y no hay nada, Michael no guardó aquí las drogas, abro el segundo cajón, veo que hay ropa que huele a guardado, la dejo en el suelo, trato de memorizar como dejó toda su ropa para dejarla exactamente igual, saco también CD's, los sobres de esos que se llaman condones, siento pena de solo verlos, dejo eso en el suelo, hay más ropa...
Dejé vacío todo el cajón, meto mi mano en el fondo, busco y no hay nada, ¿dónde guardó esas drogas?, estoy empezando a sentir ansiedad, mi corazón se acelera, no sé por qué tengo miedo de que me descubran aquí, o peor aún, que Michael me vea aquí, solo falta un cajón, el tercero, lo abro, veo que ahí hay calcetines, pantuflas y cajas de perfumes, tal vez ahí están las drogas, abro la caja, veo que solo hay pomos vacios de perfumes, lo dejo en el suelo, saco lo que resta y veo que es ropa de invierno, hay mucha de ella, lo saco todo...
Dejé este cajón vacío también, meto mi mano, siento algo en el fondo, lo saco, ¡SON LAS DROGAS!, de inmediato las guardo en los bolsillos de mi casaca, sigo buscando...
Saqué unos sobres con unos pequeños cristales dentro, eso es crack, busco más en el fondo, siento como unos pequeños frascos con pastillas dentro, creo que es éxtasis, es mucha droga junta, meto de nuevo mi mano, siento que hay algo más, intento sacarlo y no puedo, creo que se atracó en la parte de atrás del cajón, intento sacarlo, jalo y no sale, siento que es un paquete, de seguro es cocaina, lo sacaré sea como sea, no le dejaré ninguna droga, me quiero asegurar de que Michael no dañe su cuerpo.
—¡¿Qué haces aquí?! ¡¿por qué estás rebuscando en mis cosas?! ¡¿me estás robando?! ¡¿me estuviste mintiendo todo este tiempo?! ¡¿quién eres realmente?! —oí a Michael gritar.
Siento que mi corazón late a mil, siento una terrible punzada en mi pecho, MICHAEL ACABA DE DESCUBIR QUE... ¿cómo entró si yo puse seguro?...no puede ser, él... él, me ha pillado robándole... mis manos tiemblan, me quedo inmóvil... aquí acabo todo...
Volteo a mirarlo, soy incapaz de pronunciar palabra, siento que me falta el aire, siempre tuve miedo de que un día me descubra y... ahora pasó, lo que más temia pasó...
¿Qué dijo?... ¿que le estuve mintiendo?, ahora él cree que yo soy una ladrona... siento que mi corazón quiere salirse de mí, creo que aquí acabo mi vida, que Dios se apiade de mí, mi fin ha llegado.
—¡Respóndeme! ¡¿me estuviste engañando todo este tiempo?! ¡¿fuiste tú la que robó mi paquete?! ¡¿quién mierda eres?! —Michael me gritó acercándose a mí, su mirada de ira hacia mí me lastima.
Por más que quiero decirle algo no puedo, estoy en shock ahora, mi mente no procesa nada, quiero hablar y no puedo, siento que mis lágrimas corren por mis mejillas, estoy temblando de miedo y de dolor de saber que nuestra amistad terminó aquí y ahora.
—¡¿Por qué mierda no me respondes?! ¡habla! ¡¿qué mierda haces aquí?! ¡¿por qué me estás robando?! —preguntó a gritos, presiona mis muñecas, se apoderó de mí, si él lo desea puede matarme, yo soy incapaz de ni siquiera moverme—. ¡Habla estúpida! ¡habla! ¡¿dime qué mierda haces aquí?! ¡¿para qué entraste a mi habitación?! —me gritó de nuevo, me mira lleno de rabia, su mirada me lastima, sus ojos están rojos, siento como si fuera más fuerte que antes, como si un monstruo viviera en él ahora, sé que me va a matar, ¿qué he hecho?... que Dios se apiade de mí.
Por más que quiero no puedo hablar, siento un nudo en mi garganta y miles de espinas que se clavan en mi corazón, paso mi cara por mi brazo para secar con mi ropa mis lágrimas, son tantas que me impiden ver con claridad, no puedo usar mis manos porque Michael las tiene sujetadas, del impacto del momento olvidé que ahora lo llamo Miki...
—¡Habla maldita! ¡¿dime qué haces aquí?! —me gritó empujándome contra la pared, presiona su mano en mi garganta, me está asfixiando, siento que me lastima, me mira lleno de ira, sus ojos están más rojos todavía, al igual que yo también le corren lágrimas por sus mejillas, me lastima saber que llora porque cree que lo estuve engañando.
Él aprieta más mi cuello, me ahorca, ya casi no logro tragar aire, me mira fijamente, su mirada me lastima, lo miro, todo lo que vivimos, todos los buenos momentos que vivimos vienen a mi mente como un efímero rayo de luz, mi corazón se detuvo por unos segundos al saber que...
AQUÍ TERMINÓ NUESTRA AMISTAD, AQUÍ TERMINARON MIS SUEÑOS DE UN DÍA SER ALGO MÁS QUE SU AMIGA... TODO SE TERMINÓ... ¡TODO!
Lo miro a los ojos, él me mira también, cada vez presiona más su mano en mi cuello contra la pared, veo borroso, aquí acabó mi vida, siempre supe que Michael un día me iba a matar...
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[MICHAEL]
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Quiero matarla, ¡¿por qué se burló de mí?!, me siento el ser humano más ingenuo y estúpido que pisa la faz de la tierra, Melina siempre me engañó, se hacia la inocente para ganar mi amistad y mi confianza, estar cerca a mí y robarme, recuerdo como se hacia la buena y no aceptó que mi padre le pague por enseñarme lo que no sé de las clases, solo queria aparentar ser buena y desinteresada, ayer le ofrecí drogas y no las aceptó, fingia ser inocente... ¡mierda! ¡uso a Dios para hacerse pasar por una buena persona! ¡ES EL PEOR SER HUMANO QUE HE CONOCIDO!, ¡la mataré!
Aprieto más mi mano en su cuello, la quiero matar, ¡me engañó!... ¡diablos! ¡le confié cosas de mi vida íntima! ¡confié en ella! ¡maldita sea! ¡confié en una maldita mentirosa e hipócrita! ¡¿qué clase de ser humano es?!
Melina sigue asi, es tan hipócrita que finge llorar...
—¡Habla maldita mentirosa! —le grito, la mataré pero no sin antes descubrir qué me estaba robando.
Con una mano aprieto su cuello, la presiono contra la pared, con mi otra mano busco en sus bolsillos...
¡MALDITA DESGRACIADA! ¡TIENE TODAS MIS DROGAS! ¡ME ROBÓ MIS DROGAS! ¡LO MÁS PRECIADO QUE TENGO! ¡MALDITA! ¡MALDITA LADRONA!...
Seguramente vende drogas, ahora entiendo su afán de hacer mi trabajo de la universidad, ella se hizo la buena y la que me ayudaba para robarme... ¡MALDITA LADRONA! ¡FUE ELLA LA QUE ROBÓ LOS SOBRES DE COCAÍNA QUE IBA A VENDER EN LA UNIVERSIDAD EL OTRO DÍA! ¡FUE ELLA LA QUE ROBÓ TODO! ¡ELLA ROBÓ MI PAQUETE CON COCAINA!...
Yo recuerdo que guardé el paquete en mi cómoda, por eso no lo encontré, Melina lo robó...
¡MALDITA MENTIROSA! ¡ME ENGAÑÓ COMO A UN NIÑO! ¡DE SEGURO SIEMPRE ENTRÓ A MI HABITACIÓN Y YO NO ME DÍ CUENTA! ¡ME VIÓ LA CARA! ¡SOY UN IMBÉCIL!.
Sé muy bien lo que merecen las ladronas como ella, ¡MERECEN MORIR!
—¡¿Tú robaste mis drogas antes verdad?! —le pregunto llorando, lloro de ira.
La maldita mentirosa y ladrona de Melina me mira, maldita mentirosa, finge llorar, es tan hipócrita.
—Me... es...me... estás lastimando, suelta mi cuello —habló al fin.
¿Qué la estoy lastimando?... ¡la quiero matar!
—¡Te voy a matar maldita mentirosa! ¡maldita ladrona! ¡¿por qué robaste mis drogas?! ¡¿por qué me engañaste?! ¡confié en ti maldita! ¡te confié cosas sobre mi vida privada!
—No... no, no es lo que crees Miki—habla difícilmente ya que yo la sigo asfixiando.
¡¿Miki?! ¡¿por qué me sigue llamando asi?! ¡¿por qué sigue fingiendo?! ¡nunca debí de decirle que me llame asi! ¡nunca debí de...! ¡mierda! ¡¿qué he hecho?!
—¡No me vuelvas a llamar asi maldita! ¡yo soy Michael! ¡no eres mi nada para que me llames asi! —le dejo en claro, maldita desgraciada, cínica, mentirosa, la odio con todas las fuerzas de mi ser.
—Perdón... pensé que... éramos amigos —me habla jadeando.
—¡¿Amigos?! ¿crees que aún somos amigos?! ¡¿crees que te voy a considerar mi amiga después de saber que me engañaste para poder robarme?! ¡NO SOY TU AMIGO! ¡MALDITA BASURA!
—No me digas eso, yo no te engañé, no es lo que piensas Michael —fingió, es tan cínica, sigo apretando mi mano en su cuello contra la pared, la quiero matar ahora mismo pero no sin antes obligarla a que me diga la verdad.
¡¿Qué no me engañó?! ¡madita hipócrita! ¡me vió la cara de imbécil! ¡se burló de mí todo este tiempo!
Es tan buena actriz que me hizo creer que es una chica buena e inocente...¡maldita mentirosa!, fingió no saber nada relacionado al sexo para parecer inocente, lo que más me duele es que caí en su juego y le creí, le brindé mi amistad... no, no, ese no era yo, como usé diferentes tipos de droga algo le pasó a mi mente que empecé a sentir cosas por Melina, ella fingió ser buena y me dejé llevar, no he sido yo mismo últimamente, en mi sano juicio yo nunca hubiese sido amigo de alguien como ella, siempre supe que las pobretonas solo buscan aprovecharse de la gente adinerada y decente para sacar algún provecho, esta maldita solo queria robarme, ahora sé que siempre estuve en mi razón al despreciarla, siempre supe que era basura, solo que las drogas me hicieron una mala jugada haciendo que sienta que la apreciaba, no fuí yo mismo.
—¡¿Por qué me engañaste?! ¡¿por qué me elegiste a mí?! ¡¿qué clase de basura eres?! —le pregunto soltando su cuello pero apretando su mano, no la dejaré escapar, hoy acabaré con ella, siento que la ira crece más y más en mí.
—Yo no te engañé Michael, lo juro, no es lo que crees.
—¡No mientas maldita! ¡deja de fingir!
—No miento, yo no te engañé.
—¡No solo me engañaste! ¡me robaste!
—No te robé, no es lo que tu estás pensando... yo...
—¡¿Tú qué?! ¡habla ya!
—Yo nunca te engañaria, eres mi amigo, te quiero como tal, no es lo que crees.
Maldita mentirosa, ¿qué no me engañó? ¿entonces por qué mierda me roba?
—¡¿Qué no es lo que creo?! ¡me robaste! ¡lo hiciste más de una vez! ¡me robaste en la universidad!
—No es como tú lo crees, si te robé en la universidad fue porque no quise que los investigadores de la DEA encuentren drogas en tu poder.
—¡Que buen pretexto! ¡aquí no hay ningún investigador! ¡¿por qué robaste mis drogas de mi cómoda entonces?!
—Porque...
—¡¿Ves maldita?! ¡¿ves que no sabes qué decir?!
—No es lo que tu piensas, eres mi amigo, nunca te lastimaria.
—¡Yo no soy tu amigo!
—Si lo eres, tú mismo me dijiste que quieres que seamos amigos.
—¡No era yo! ¡no he sido yo mismo últimamente! ¡me dejé llevar por el efecto de las drogas! ¡me dejé llevar! ¡por eso senti algo que no es parte de mí! ¡yo nunca en mi sano juicio te hubiese considerado nada mío! ¡siempre fuiste y serás basura! ¡¿entendiste?! ¡basura! ¡eres basura!—le digo la verdad de lo que me pasó.
Me siento muy mal de haber considerado a Melina como una amiga, no sé que tipo de efecto causaron en mi mente las drogas que me hicieron sentir aprecio y algo especial por alguien despreciable como ella, sin duda no fuí yo mismo últimamente.
¡¿Por qué sigue aquí esta maldita?! ¡la mataré ahora mismo!
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[MELINA]
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Cuando Michael me dijo que no fue él mismo y que me brindó su amistad porque estaba drogado sentí que mi corazón se partió en pedazos, que miles de espinas se clavaron en él, me duele saber esto, pensé que en verdad habia cambiado, que Dios tocó su corazón y no fue asi, ahora comprendo que Dios no interviene en personas que sabe que nunca van a cambiar, cómo pude pensar que él en verdad cambió? ¿cómo?
—Pensé que en verdad habias cambiado, que éramos amigos —le dije mirandolo fijamente a los ojos, puedo notar que sus ojos están muy rojos y llenos de lágrimas, su mirada está llena de ira,
—¡No era yo! ¡fue un maldito efecto de las drogas! ¡yo nunca seré amigo de basuras como tú! ¡maldita ladrona! ¡mentirosa! ¡te odio! ¡te odio con todas mis fuerzas!
—No me digas eso.
—¡¿Qué no lo diga?! ¡no seas cínica! ¡imagina que en verdad hubiese considerado mi amiga a una ladrona y mentirosa como tú! ¡¿crees que seria justo para mí?!
—No es lo que crees, yo no te robé.
—¡Deja de mentir! ¡te pillé robando mis drogas! ¡¿qué mierda quieres que piense entonces?! —me gritó dándome un fuerte golpe en mi cara, fue tan fuerte que me tiró al suelo al golpearme.
Juro que nunca sentí tanto dolor en mi vida, siento que corre algo caliente por mi cara, me toco, es sangre, Michael me lastimó, me duele mucho, siento dolor en mi pómulo derecho y en mi labio, corre mucha sangre, tengo miedo de que me haga algo peor, mi alma está destruida, nunca imaginé que me iba a golpear, siento que mis fuerzas se van, me duele mucho mi rostro, la sangre no para de correr por mis mejillas junto con mis lágrimas, siempre supe que Michael me iba a matar, ahora ese día llegó, me duele lo más profundo de mi alma y mi corazón al verlo lleno de ira contra mí, su mirada llena de odio me lastima incluso más que sus golpes.
—No me lastimes más Michael, por favor no lo hagas —le imploré ahogándome en llanto, me duele el rostro, tengo miedo, demasiado miedo.
—¡¿Qué no te lastime?! ¡te voy a matar maldita ladrona! ¡te mataré ahora mismo! ¡pero antes me dirás qué más me robaste!
Sabía que él un día me iba a matar, siempre lo supe, ahora comprendo que no estaba equivocada.
—No me mates, te lo ruego, no me mates —le imploro, sigo tirada en suelo, me faltan fuerzas para pararme, el dolor del golpe crece más y más a cada segundo, limpio la sangre con mi ropa.
—¡Te mataré! ¡será un placer para mí hacerlo! ¡mírame fijamente!... escucha esto —bajó el tono de su voz—. Yo siempre te he odiado, siempre, desde que te conocí te desprecié, siempre has sido y serás basura para mí, si te dije que seamos amigos fue porque estaba drogado, no fuí yo realmente, pero volví en sí y ahora sé que te odio incluso más que antes, no estaba equivocado al despreciarte ya que eres una maldita ladrona, mentirosa e hipócrita, estoy en mi razón de despreciarte, te odio y te desprecio con todo lo que soy —me dijo jalando fuerte mi cabello, siento que lo arranca, me duele mucho.
Soy incapaz de decirle algo, es mejor que piense que le robé porque soy una ladrona y mentirosa a que sepa que le robé sus drogas porque lo amo y quise protegerlo, si le digo que lo amo, que siempre lo amé no me va a creer, pensará que miento, que Dios se apiade de mí, Michael me tiene en su poder ahora, es mucho más fuerte que yo, le será muy fácil matarme.
—No me mates, ¿acaso quieres ir a prisión por matarme? —intenté hacerlo entrar en razón, algo en mí me dice que luche por mi vida, aunque dudo mucho que sobreviva.
Si él me mata irá a prisión, igual nuestras vidas acabarán de la peor y más terrible manera.
—¡Eres tan estúpida! ¡¿crees que iré a prisión por matar a alguien tan insignificante como tú?! ¡tú no tienes familia! ¡eres huérfana! ¡¿quién se va a preocupar por ti?!... ahora entiendo por qué tus padres te abandonaron, porque eres tan insignificante y despreciable que ni ellos quisieron criarte, no vales nada, ¡eres basura! —me gritó jalándo más fuerte mi cabello.
¿Por qué es tan hiriente?, ¿por qué tocó algo tan delicado para mí como el tema de mis padres?, aunque... tal vez tiene razón, mis padres me abandonaron porque no valia nada para ellos.
Mientras oía cada palabra que Michael decia, sentí que un fuego ardiente e hiriente traspasaba mi pecho, siento un dolor terrible e inexplicable en mi corazón, nunca antes nadie habia sido tan hiriente conmigo como lo es él, me habló con tanta sinceridad que sé que es verdad lo que dijo, me duele mucho mi cabeza, él jala más fuerte mi cabello, me mira lleno de ira, sus ojos están más rojos todavía.
—¡Te mataré maldita! —gritó golpeando mi cabeza contra la pared, ví luces cuando lo hizo, me duele demasiado la cabeza por el golpe, siento que corre sangre donde me golpeó, no está mintiendo, me va a matar, le pido a Dios que guarde mi alma y espíritu, aquí acabó mi vida.
Ya no sé qué más decirle, me faltan fuerzas para pararme, estoy tirada en el suelo de su habitación, él busca algo entre sus cosas...
—¡Aquí está! —me mostró un puñal, habla enserio, me va a matar.
Veo pasar mi vida frente a mis ojos, siento no solo dolor por los golpes si no en mi alma, le ruego a Dios que se apiade de mí, le ruego que si muero hoy me acoja en su reino.
—¡Mírame! ¡mírame fijamente maldita!... —levanta mi mentón haciendo que lo mire—. Nunca debiste de meterte conmigo, tú no tienes idea de lo que soy capaz de hacer, no imaginas lo que le hago a las personas que se burlan de mí como tú lo hiciste, nunca debiste de robarme y menos engañarme, ¿sabes qué es lo que más me duele?... —se queda mirándome fijamente, está llorando, lágrimas corren por sus mejillas—. Que por un momento te creí, creí que eras una buena persona, que eras diferente a las demás, nunca te perdonaré por haberme engañado—me dice llorando, tiene el puñal en mi cuello ahora.
Me duele saber que me creyó, que en verdad supo que le brindé mi amistad verdadera, lo arruiné todo por protegerlo.
—Gracias por haberme creido, en verdad te brindé mi amistad —le hablé llorando, ojalá me crea.
—Yo nunca te brindé la mía maldita horrorosa, te creí por un momento y me dejé llevar porque estaba drogado, pero en el fondo yo nunca te consideré nada mío.
Cada palabra suya me lastima más y más, la sangre sigue corriendo por mi rostro, no me deja ver con claridad, me duele mi cabeza y mi rostro, mi boca se llena de sangre porque reventó mi labio del fuerte golpe que me dió.
—Mírame, escucha lo que te diré, esto lo tienes que saber antes de morir —presiona más el puñal en mi cuello, siento que me lastima, yo lo miro, su mirada está diferente, se nota que la ira se apoderó de él—. ¿Quieres saber por qué te desprecié desde el primer día? —pone el puñal en mi rostro, presiona el puñal cortando mi mejilla derecha, siento que corre sangre caliente por mi rostro, el dolor se va hasta mis huesos—. ¿Lo sabes?... ¿sabes por qué?... porque siempre supe que eres diferente a mí, que no vales nada, que eres basura, que eres insignicante, nunca debiste de estudiar en una universidad donde solo estudian personas decentes, tú nunca encajaste ahí porque eres una maldira pobretona, por eso te odio y te desprecio, porque eres basura, una ladrona mentirosa, por ser una pobretona es que te has convertido en una vil ladrona, aunque eso era lo que se podia esperar de alguien como tú.
Sentí que cada palabra me hiere junto con el puñal, él me hizo un corte en mi cara mientras me hablaba, mi ropa está empapada en sangre, lo miro, sus ojos están rojos y llenos de ira, me gustaria saber por qué elegí amar a un hombre que me odia, me duele profundamente el alma de saber que él siempre me despreció, nunca imaginé que amar iba a ser el peor y más doloroso sentimiento que pueda sentir, por amarlo estoy a punto de morir, este amor que siento me lastima, lo mejor será que muera, asi no sentiré más amor ni seré lastimada por amar... sin duda elegí mal, elegí a la persona incorrecta, lo que más me duele y me ha dolido todo este tiempo es que no pude controlar mis sentimientos y arrancar de mi ser ese sentimiento por él, porque juro que si hubiera podido hacerlo lo hubiera hecho desde el primer día que lo conocí.
....
De pronto sentí que una voz interna me dice que luche por mi vida, que este no es mi final, sé que es la voz de Dios, él nunca querría que muera, él ama la vida...
No sé de donde saqué fuerzas para levantarme del suelo y correr hacia el pasillo, la sangre y mis lágrimas no me dejan ver con claridad, aún asi camino rápido hacia las escaleras, siento que el camino hasta ellas es infinito.
—¡No huirás de mí maldita! —oí la voz de Michael tras de mí, él me persigue, yo camino más rápido—. ¡Te voy a matar maldita mentirosa y ladrona! ¡no vas a escapar de mí! —me jaló del brazo, me detuvo justo en el inicio de las escaleras, me mira lleno de ira, presiona el puñal en mi vientre.
—No me mates por favor, mírame, tú no eres un asesino —cogí su manó con el puñal mirándolo fijamente a los ojos. Él me mira fijamente también, ambos nos miramos fijamente a los ojos—. Tú no eres un asesino, no lo eres —le hablé cogiendo los lados de su cara mirándolo a los ojos, él se queda mirándome, me mira fijamente...
—¡Suéltame maldita! —me gritó empujándome hacia las escaleras.
Caigo hacia las escaleras, me ruedo por ellas, mi cabeza se golpea mientras mi cuerpo rueda por los escalones... sentí un dolor muy fuerte en mi cabeza al caer al primer piso...
De pronto... todo se oscurece, aquí acabó mi vida, que Dios guarde mi alma, al fin mi dolor se terminó.
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"Amar no siempre es algo bonito o romántico, amar también puede ser tu peor castigo y condena cuando la persona que amas solo te lastima"
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