
Capítulo 20
Narra: (Michael)
Melina casi me ve desnudo.
**********
Despierto, lo primero que veo es un techo blanco, no recuerdo exactamente qué me pasó, miro a mi alrededor, veo que estoy acostado en la camilla de un hospital, recuerdo que Melina y yo nos quedamos encerrados dentro del ascensor, juro que pensé que me iba morir ahí dentro, ahora que recuerdo bien, en mi desesperación le clamé por ayuda, otra vez se aprovechó de mi vulnerabilidad y me abrazó, solo trato de entender por qué siempre ella está justo en mis momentos de debilidad; lo que más me molesta es que me desmayé a su lado, no recuerdo muy bien por qué es que nos quedamos encerrados dentro del ascensor, estaba desesperado, quería que le diga a mi papá que dejará de enseñarme a resolver fórmulas y que no quire ir a mi casa, también quería que le diga que no quiere que yo sea parte de el proyecto con su equipo. Algo me dice que Melina está aquí, miro a mi lado, para mi desgracia ella está aquí.
—¿Por qué sigues aquí? —pregunto sentándome en la camilla, me molesta que siga a mi lado.
—Tu papá me encargó que espere hasta que despiertes y te acompañe a tu casa, él me dijo que no puede quedarse porque tiene que ir a una junta de su trabajo y que no puede cancelarla —dice acercándose a mí.
Ahora sé que mi papá estuvo aquí, también sé que pudo ser él quién me acompañe a casa, pero no, para él las juntas de su trabajo son más importantes que yo, ahora que recuerdo ayer lo oí decir que tenía que ir a una junta con unos inversionistas el día de hoy.
—Si, oí a decir a que hoy tenía una junta con unos inversionistas ¿por qué justo hoy?... ¿exactamente qué me pasó?
—Te desmayaste dentro del ascensor que se averió porque tú y yo lo manipulamos mal.
Siento rabia de haberme desmayado a su lado, creo que... 《¡mierda me desmayé en sus brazos!》Exclamo en mi mente. ¿Por qué hice eso?, ahora sé que debo alejarme de Melina cuando me sienta vulnerable, espero que ella haya olvidado que me desmayé en sus brazos.
—Me faltaba el aire, sentía que nunca iba a salir del ascensor, pensé que me iba a morir.
—Me asusté cuando te ví asi Michael, nunca imaginé que eras claustrofóbico.
¿Qué? ¿Melina se asustó al verme mal? ¿tanto le importo?... ¡no! ¡no creo!, imagino que cualquiera que haya estado a mi lado se hubiese asustado al verme en ese estado, al menos eso creo.
—¿Te asustaste? ¿acaso te importa lo que me pasa?
—No es que me importe tu vida ni nada de eso, estaba a tu lado y me asusté cuando te ví en ese estado Michael, es eso, nada más, me hubiera preocupado por cualquiera que se haya quedado encerrado dentro del ascensor conmigo.
Eso era lo que suponía, no es que le importe lo que me pase es que naturalmente tenia que asustarse al verme asi, no es por mí, es por cualquiera al que le haya pasado lo mismo que a mí, menos mal, ya me estaba molestando la idea de saber que le importo.
—Todo fue por tu culpa ¿por qué mi papá te tuvo que pedir a ti que me enseñes? ¿por que justo a ti? hubiera deseado que le pida a Kyoko que me enseñe y no a ti.
Melina se queda en silencio, me mira y piensa, imagino que está recapacitando, que ha decidido que va a dejar de enseñarme y de obligarme a participar en su equipo.
—¿Será porque te tocó estar en mi equipo? ¿sabes que Michael?... —Melina se queda en silencio por un momento, debe estar pensando lo peor de mí ahora, para lo que me importa, siento que me sobreviene de pronto un fuerte dolor de cabeza—. Debes saber que si a mí me hubiera tocado elegir a los integrantes de mi equipo, nunca te hubiera elegido a ti ni a tu novia.
Sé que no me hubiera elegido a mí, ella siempre supo que yo soy superiror a ella, lo que me molesta es que se meta con Scarlett, sé que le tiene envidia.
—No metas a ni novia en esto, a ella no le vas arruinar la vida como a mí ¿entendiste Melina?
Veo que Melina me mira, no dice nada, solo me mira, luego cierra los ojos por unos segundos como si estaría pensando en algo, espero que esté recapacitando la situación y me deje en paz para siempre.
—Tu novia no me interesa en lo más mínimo, solo te dije que tanto tú como ella fuerón elegidos al azar, yo nunca los hubiera elegido Michael ¡nunca!
Sé que Melina le tiene envidia a Scarlett ya que ni volviendo a nacer se le compararía ni en belleza ni en clase, siento que su voz me irrita haciendo que me duela más la cabeza.
—¡Ya cállate! me duele la cabeza ¡cállate Melina! no soporto ni siquiera escucharte, mejor vete de aquí ahora mismo.
—No me puedo ir, tu papá me dijo que te acompañe hasta tu casa, por eso me quedé aquí hasta que despiertes, tu papá confió en mí Michael, no me iré, lo hago por él, no por ti.
Sabía que mi papá me odia pero no al punto de pedirle a la indeseable de Melina que me acompañe hasta mi casa; para él valen más sus juntas de negocios que yo, y para librarse de mí le pidió a la horrorosa que me acompañe 《¡que bonita manera de arreglar las cosas!》Exclamo en mi mente.
—No soy un niño, no necesito que me acompañes, ¡vete de aquí!
—No, le prometí a tu papá que te iba a acompañar hasta tu casa.
¿Por qué no quiere dejarme en paz?, no soporto tenerla cerca.
—¡No te quiero en mi vida Melina! ¡déjame en paz!
Si no se va ella, me voy yo.
—Habla con tu padre, dile a él lo que me acabas de decir, es él quién me pidió que te acompañe a tu casa, yo solo soy educada con él.
Sé que mi papá no le pidió que me acompañe no por preocupación si no para castigarme, ahora mismo llamaré a mi papá para decirle que me deje en paz de una vez por todas y deje de pedirle a Melina que se meta en mi vida.
—Si, ahora mismo lo llamaré —digo sacando mi celular, veo que está apagado, intento encenderlo y no se enciende, olvidé cargarlo.
—¡Diablos se apagó! olvidé cargarlo.
Aunque no quiera y me cueste le pediré a Melina que me preste su celular, ahora mismo se termina esto de que ella se meta en mi vida por culpa de mi papá.
—Préstame tu celular para llamar a mi papá.
Melina saca su celular del bolsillo de su chaqueta.
—Ten —me da su celular.
Veo que su celular es un modelo antiguo, de esos con teclas, creo que es del siglo pasado 《¡el celular de la horrorosa tenía que ser!》Pienso.
—¿Qué? ¿esto es enserio? ¿este es tu celular?
—Si, ese es mi celular ¿algún problema con eso?
—Enserio eres rara, eres tan... —me quedo en silencio unos segundos, no encuentro la palabra acertada para calificar a Melina, es rara, horrorosa, no sé que más es, solo sé que nada de lo que hace o dice me agrada, ni siquiera su celular—. Espero que esto acabe pronto —digo marcando el número de mi papá, lo malo es que no recuerdo como se usan estos aparatos, enserio Melina si que complica mi vida.
—Solo llama a tu padre nada más.
—Ni siquiera recuerdo como se usan estos aparatos, enserio Melina no te soporto.
No recuerdo que teclas aplastar, no conozco el funcionamiento de estos celulares.
—Dame el celular yo marcaré el número de tu papá—me quita su celular —. ¿Cúal es su número?
Estaba por decirle el número de celular de mi papá pero no pude hacerlo porque veo entrar a una enfermera.
—¿Ya se siente bien Michael? ¿ese es su nombre verdad? —pregunta la enfermera.
—Si, ese es mi nombre y ya me siento bien, solo quiero irme de aquí y solo—digo poniéndome mi chaqueta.
—Su papá me dijo que lo revise antes de que usted se vaya y que me asegure de que la señorita lo acompañe —dice señalando a Melina.
—¿Ves? fue tu padre el que quiso que te acompañe, no es que yo quiera hacerlo.
Es de suponer que lo hace por quedar bien con mi papá no por mí.
—No es necesario que nadie me acompañe yo me puedo ir solo —digo caminando hacía la puerta para salir, me largo de aquí, no soportaré a Melina ni un segundo más.
—Debo revisarlo primero jóven Michael, usted se desmayó, llegó aquí muy pálido, debo revisarlo, acuéstese en la camilla —le enfermera me ordenó.
Para lo que me importa que me revise, solo aceptaré ser revisado para asegurarme que estoy bien, aunque eso es lo más probable, solo me desmayé del pánico que le tengo al encierro.
—¡Está bien! ¡está bien! ¡hágalo! solo quiero que esto termine pronto —acepté ser revisado y me acosté en la camilla.
La enfermera me examina, me toma la presión, espera a que el tensiómetro marque la lectura de mi presión, luego me toma el pulso, escucha mis latidos, me mira preocupada, ¿acaso estoy enfermo y no lo he notado?; revisa mis ojos con esa luz especial que usan los médicos.
—Su presión arterial está baja y sus latidos están acelerados, no es bueno eso, sería mejor que se quede para que sea revisado constantemente —sugirió la enfermera.
Yo no pienso quedarme ni un segundo más aquí, al diablo con mi presión arterial y mis latidos, no me importa a si esté enfermo, no soporto estar cerca a Melina.
—No, de ninguna manera, yo me voy de aquí, me siento muy bien —digo levantándome de la camilla.
—No, puede desmayarse de nuevo —la enfermera me dice deteniéndome.
—Me siento bien, no me qudaré más en este lugar —digo caminando hacia la puerta, que se vaya a la mierda todo esto, juro que no soporto estar cerca a la horrorosa.
Salgo de la habitación de hospital, camino rápido hacia la salida, espero que Melina me deje en paz; salgo del hospital, me paro a esperar un táxi, el táxi se detiene, abro la puerta para entrar; cuando estaba entrando al táxi ví a Melina tras de mí, no sé qué quiere conmigo, no la soporto, no sé por qué me sigió.
—¿Por que sigues aquí? ¿acaso me estás siguiendo?
—No te dejaré ir solo, le prometí a tu papá que te acompañaría hasta tu casa —dice acercándose al táxi en el que yo iré a mi casa, ¿qué diablos quiere conmigo? ¿acaso no entiende que no necesito de su compañía?
—¡Ya te dije que no necesito que me acompañes Melina! ¡no te necesito!
Espero me haya entendido.
—¡Le prometí a tu padre Michael!, además no estás bien del todo, si te ocurre algo tu papá me culpará a mí por no cuidarte, al menos hasta que llegues a tu casa.
Melina abre la puerta del táxi, me va acompañar, para mi desgracia ella no sabe romper promesas, eso significa que aunque no quiera ella me va a acompañar hasta mi casa, yo la voy a ignorar todo el camino.
—¡Como quieras! ¡haz lo que quieras! ¡yo haré como si no existieras! —digo entrando al táxi.
Melina se sienta a mi lado para mi mala suerte, no habla nada, yo le indico la dirección de mi casa al conductor, apoyo mi codo en la ventana del auto, miro a través de la ventana, me concentro en ver la ciudad, Los Angeles de noche es bellísima; trato de olvidar que Melina está a mi lado, arrecuesto mi cabeza en el asiento, intento relajarme.
*******
—¡Michael despierta! —oí la voz de Melina, abro los ojos, vuelvo en si, ella palmea mi hombro, recién noto que me quedé dormido en el camino, miro por la ventana, veo que ya llegamos a mi casa, lo que me molesta es que Melina haya venido hasta aquí, otra vez ella en mi casa para mi desgracia.
—Creí que no vendrías hasta mi casa—digo frotando mis ojos, aún tengo sueño.
—Le prometí a tu papá que lo haría, yo siempre cumplo lo que prometo.
Para lo que me importa si cumple sus promesas o no.
—Esto debe ser una pesadilla, aún sigues aquí, si que esto es una pesadilla.
—Aún no me han pagado —dice el conductor, olvidé que no le he pagado.
—¿Cuanto es? —pregunto sacando mi billetera.
—Son treinta dólares —Melina me dice cuanto es lo que le tengo que pagar al conductor.
Me molesta que ella responda a una pregunta que yo no le hice, odio que se meta en mi vida.
—¡A ti no te pregunté! —le digo a Melina—. Tenga cincuenta dólares y quédese con el cambio.
Salgo del táxi, Melina también, yo la ignoro, ya cumplió su promesa de acompañarme hasta mi casa, ahora espero que se largue de aquí, veo que Dévora me está esperando en la puerta de la casa.
—¿Se encuentra bien jóven Michael?—Dévora me pregunta abriendo la puerta.
—Si, ya me siento mejor, solo me duele un poco la cabeza.
Creo que el estar cerca a Melina me causa este dolor de cabeza.
Entro a mi casa, no soporto ni un segundo más al lado de Melina.
Subo a mi habitación, entro, prendo la luz, me saco esta ropa que traigo puesta; en el camino hacía aquí pude sentir un olor diferente a los olores que me son familiares, debe ser el olor a corriente que Melina tiene y que me dejó al abrazarme en el ascensor, odio a mi estúpido pánico ya que por eso otra vez abracé a la horrorosa esa, imagino que ella ahora se está burlando de mí y de mis miedos, maldigo la hora en la que la empujé al ascensor.
Dejé mi ropa en la cesta de ropa sucia, le pediré a Dévora que la lave varias veces para que se le vaya ese terrible olor a corriente, si no fuera porque la ropa que traía puesta es uno de mis outfits favoritos de seguro la botaría a la basura, espero que Dévora lave bien mi ropa.
*******
Me bañé, me puse mi piyama, puse a cargar mi celular, mientras tanto llamé a Scarlett para disculparme con ella por no haber ido a ayudarle a revisar los arreglos para su fiesta, le mentí que me quedé yo solo encerrado en el ascensor y que recién los rescatistas lo abrierón, ella supo entenderme, me dijo que más tarde me llamará para conversar un poco más, también me dijo que me echó de menos.
Tengo hambre, me provoca una pizza, iré a pedirle a Dévora que me ordene una y también que me ordene una coca cola de cereza ya que amo acompañar lo que más me gusta con coca cola; salgo de mi habitación, bajo por las escaleras.
—Dévora, ¿me puedes pedir una pizza por favor? —le ordeno a Dévora terminando de bajar las escaleras.
Veo a Melina sentada en el sofá, está en la sala, ¿por qué diablos sigue aquí?, juro que se está volviendo una verdera pesadilla en mi vida, no la soporto.
—¿Por qué sigues aquí? —le pregunto a Melina a modo de hacer que se vaya de mi casa.
—La señorita está esperando al conductor que la llevará a su casa —Dévora me responde en vez de Melina.
¿Un conductor la llevará a su casa? ¿que?... no sé por qué Dévora no la dejó ir sola a su casa a la horrorosa, me molesta que hasta conductor le brinden.
—La hubieras dejado ir sola a su casa Dévora, asi no le quedarán ganas de venir a mi casa nunca más.
—Su padre dió la orden al conductor para que la lleve jóven Michael, no fuí yo —Dévora me habla algo incómoda, ¡ay mi papá!, ¡tenía que ser mi papá!
—¡Ay mi papá! ¡a veces es tan!... ¡haré como si no existieras! —exclamo lleno de rabia mirando a Melina fijamente, no me queda de otra que hacer como que la horrorosa no existe.
Entro a la cocina, tengo sed, busco mis latas de soda en el refrigerador, veo que no están, busco en las alacenas, ahí tampoco están, le pediré a Devorá que ordene una pizza y unas latas de coca cola de cereza.
—Dévora, necesito que ordenes una pizza grande y tres latas de coca cola de cereza y que recarguen el pedido a la cuenta de mi madre por favor.
—Ordenaré la pizza pero no las sodas, la señora Teresa me ordenó que no permita que usted beba sodas, al menos en lo que yo pueda controlarlo, lo siento, pero no ordenaré las sodas.
¿Por qué me prohiben beber soda como si fuera un niño?
—¡Esto no puede ser! ¿por que mi mamá es asi? ¡yo no soy un niño para que me prohiban beber lo que me gusta Dévora! ¡me revienta que me traten como tal! —exclamo lleno de rabia, juro que no veo la hora de ser independiente y vivir solo, asi nadie me va a prohibir hacer nada y seré un hombre libre y feliz—. Ordena la pizza entonces —le ordeno a Dévora—. ¡Ay mi mamá! —exclamo de la impotencia.
Subo a mi habitación, entro, cierro la puerta, me siento aburrido, ya he visto mis pelis favoritas, no sé que hacer, voy a mi mesa de noche por mi celular, jugaré candy crush, creo que después veré Bob Esponja, mi eterno favorito también, ya luego veré que hacer para no aburrirme, estoy empezando a cansarme de esto, no sé cuanto tiempo más voy a soportar seguir castigado sin poder salir a ninguna parte.
Veo que Scarlett me ha dejado mensajes, espero que me haya escrito diciendo que va a venir para pasar esta noche juntos, sería un gran regalo, el mejor regalo del mundo.
Scarlett 🖤: Hola amor, te cuento que de última hora me llamaron de la agencia de modelaje para posar para unas fotos y... espera un ratito amor...
Scarlett 🖤: ¡mira Miki! TENGO UNA SORPRESA PARA TI.
Scarlett 🖤: me la tomé antes de posar para una sesión de fotos, sé que te va a gustar amor, no tengo pantis bajo la minifalda.
La sorpresa es que mi reina me envió unas fotos suyas después de posar para una sesión de fotos, ella solo trae puesta una pequeña minifalda y esta sin pantis y sin brasier, 《¡QUE RICA SORPRESA!》Exclamo en mi mente. Automáticamente verla asi me calentó, me muero por hacerla mía ahora mismo, que rica se ve asi, con esa faldita y sin brasier.
Me cae otro mensaje de Scarlett.
Scarlett 🖤: imagino que ya has visto mi foto, solo para ti poso asi de sexy Miki, sé que te va a gustar verme asi, quisiera estar contigo ahora pero no puedo ya que tengo mucho que hacer en la escuela de modelaje, te amo Miki, en cuanto leas este mensaje me escribes algo, en verdad te necesité para que me ayudes a organizar la fiesta, te amo, bye. 💜
Miro la foto de Scarlett, si que es la nena más hermosa y sexy del universo, que rica se ve asi, me muerdo los labios, deseo tanto saborear cada milímetro de su piel blanca, fragante y perfecta; siento que mi erección está a full ahora y con justa razón, esta fotito de Scarlett si que me calentó, como siempre acudiré a la autosatisfacción para calmar mis deseos.
Me siento en la piecera de mi cama, me saco mi pantalon de piyama y mi bóxer, con una mano me toco y con la otra sostengo mi celular para mirar la foto de Scarlett, me hago autosatisfacción, imagino que mis manos recorren sus piernas hasta llegar al inicio de su minifalda y lentamente avanzan a su entrepierna hasta llegar a su... ¡delicia!, me vuelve loco la idea de que no tenga pantis bajo la minifalda, me froto más rápido, mi erreción está a full ahora, me froto tan rápido y fuerte que siento que me duele mi pene, imagino que saboreo, que chupo rico sus deliciosos pezones, mis labios van avanzando por su pecho hasta llegar a sus labios, nos besamos como locos, me hago autosatisfacción más rápido, me falta el aire, me estoy ahogando en deseo, me salen fuertes gemidos, me muero por hacerlo con Scarlett ahora mismo, ¡haa que rico!
Cuando estaba en la gloria y con mi erección en su punto máximo, escuché que la puerta se abrió, yo abrí los ojos, veo a Melina frente a mí 《¡mierda! ¡mierda! ¡pinche mierda!》Exclamo en mi mente.
¿Qué hace la horrorosa aquí?, creo que me ha visto desnudo, no sé para qué vino a mi habitación, siento tanta vergüenza ahora que se me quitó mi erección en segundos; de inmediato voy a vestirme, me pongo mi boxer y mi pantalon de piyama, ahora me va a conocer la horrorosa esta, no sé que mierda quiere conmigo que tuvo el atrevimiento de venir hasta mi habitación; lo que más me molesta es que no haya tocado la puerta primero, aunque de alguien tan corriente y sin clase como Melina se puede esperar lo peor.
—¡Mierda! ¿qué haces aquí? — pregunto acomodando mi pantalón, dejo mi celular en la mesa de noche.
Ella no me dice nada, veo que está tapando sus ojos con sus manos, espero que no me haya visto desnudo... ooo ¡quizás es lo que quería!... verme sin pantalon, sé que nunca en su vida ha visto a un hombre tan perfecto como yo desnudo.
—¿Ya estás vestido? ¿ya tienes los pantalones puestos? —Melina me pregunta, aún sigue tapando sus ojos con sus manos; ¿por qué me pregunta si ya me puse mi pantalón si se supone que ya lo hice?... ¿no será que quiere ver mi pene?... sé que alguien como ella nunca ha visto uno como el mío, lo que me molesta es que sea hipócrita y se tape los ojos si en el fondo me quiere ver sin bóxer.
—Si, ya me vestí, ¿por qué? ¿lo querías ver? —le pregunto, creo que no debí de preguntarle eso, aunque sé que quería ganarse con mis partes privadas, pobre horrorosa nunca va a saber lo que es que se lo hagan tan rico como yo lo sé hacer.
—Haré como si no hubieras dicho nada —dice abriendo los ojos, ¡ay si como no!, estoy seguro de que aunque se haga la inocente se muere por saber como es mi pene, pobre horrorosa, la compadezco, nunca va a saber lo rico que se siente hacerlo conmigo... ahora que lo pienso... ¿para qué vino a mi habitación exactamente?
—¿Para que viniste? ¡ay Melina! ¡enserio eres una pesadilla en mi vida! ¡hasta mi autosatisfacción me arruinas!
No sé qué le hecho a la vida para que tenga que soportar a esta horrorosa que hasta mis momentos de intimidad los arruina, no sé qué mierda quiere conmigo.
Veo que Melina piensa, se queda mirándome y no dice nada, solo me mira pensativa, supongo que está imaginando la manera de explicarme por qué entró sin tocar a mi habitación.
—¿En que piensas Melina? ¿por qué sigues aquí? ¿para qué viniste?
Espero que tenga una buena razón por la cual entró a mi habitación sin tocar la puerta primero.
—Vine a darte esto —dice sacando un par de latas de coca cola de cereza;¡que rico! ¡coca cola!
—¡Bien! ¡coca cola de cereza! ¡bien! —exclamo del gusto, aunque sea Melina quién me trajo las sodas no pienso rechazarlas ya que muero por una lata.
—Sé que te prohiben beber soda, por eso te las traje —dice dándome las latas de coca cola, yo se las recibí al instante, solo que... aquí hay algo que no me cuadra, ¿acaso a Melina le interesa complacer mis antojos?... ¿se interesa por mí?... no, no creo que sea eso, tal vez quiere obtener algo a cambio de las sodas, tal vez sea dinero, drogas o... ¿qué podría querer de mí?
—Debes saber que a ti es a la última persona en el mundo a la que le pediría soda, ¡fuiste tú quién me las quiso traer! —le aclaro lo que pienso para que no crea que me ha comprado con un par de latas de coca cola.
—Lo sé, tampoco esperaba que me agradezcas, solo me pregunto: ¿por qué no te compras sodas cuando no estas en tu casa? te compras drogas,¿una lata de soda es mas fácil de obtener verdad?
¿Si supiera que me compré dos sixpacks de coca cola y mi mamá me las escondió todas?, mi error fue ponerlas a helar en la refri, por eso ella las vió y las escondió, Melina no sabe lo que dice, y yo no sé como es que hasta ahora la sigo soportando en mi habitación.
—Ese no es problema tuyo —le digo mientras abro una lata, la bebo, haaa ¡que delicia!
—Solo te lo digo para que siempre bebas soda sin que nadie te prohiba hacerlo —Melina me dice acercándose más a mí, ¿para qué se me acerca?... mejor será que se vaya.
—¡Vete ya Melina!
No la soporto más aquí, no me hace bien tenerla tan cerca, aunque si reconozco que me ha complacido demasiado al traerme mis sodas.
—Si, ahora mismo me voy, no creas que es de mi agrado estar aquí ¡ha! y debes saber que tu madre escondió las latas de soda en una gaveta que esta escondida tras la gaveta de los cereales —Melina me dice dónde esconde mi mamá las latas de soda.
—¿Tras la gaveta de los cereales? ¡por qué no se me ocurrió buscar atrás de las gavetas!
No sé por qué no se me ocurrió buscar atrás de las gavetas, me pregunto: ¿como le hizo Melina para descubrir el escondite?...
Veo que Melina se dirije hacía la puerta, ya se va, y que bueno que se marche ya que no me gusta la idea de que siga aquí en mi habitación.
—¡Gracias Melina! ¡gracias por las sodas! —le agradezco acercándome a ella, la verdad no sé por qué lo hice, creo que fue un impulso, amo mis sodas y Melina es la única que me entendió en mis gustos y me las trajo además de decirme dónde escodió mi mamá mis latas.
—¡De nada! ¡disfruta! —dice abriendo la puerta.
Melina al sale de mi habitación, menos mal que se fue, ya me estaba incomodando mucho ternerla tan cerca a mí.
Dévora me trajo mi pizza, lo mejor de todo es que la acompañaré con coca cola de cereza; veré Bob Esponja mientras como, será otra noche solitaria, larga y fría, deseo tanto tener a Scarlett a mi lado sobretodo después de ver la foto que me envió, ¡que mujer para mas sexy!, cuento las horas para verla, mañana será un buen día ya que la pasaré junto a ella todo el día, le voy a comprar un collar de diamantes precioso como regalo de cumpleaños, Scarlett merece lo mejor, he pensado en darle su regalo frente a todos en su fiesta, sé que después de eso mi reina me va a amar más todavía, ahora me siento más relajado y contento, mañana será un gran día.
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