Separarse.
Las hojas debajo de mis pies crujen conforme camino, mis amigos me siguen algo atemorizados y cuidándose las espaldas. Aún no confían en mis explicaciones y creen que me he vuelto loco, sé que sólo me han seguido porque quieren asegurarse.
Me adelanto buscando entre los pequeños arbustos y los lugares más oscuros. El frío es aterrador, comienzo a entumirme conforme nos adentramos al lugar.
-Alex, regresemos a casa. Esto es ridículo. -se quejó Will acercándose a mi.
-Pediremos ayuda, tal vez es una crisis. -comentó Luke seriamente. -Pero podemos ayudarte.
-No estoy loco, chicos. Ellas son reales, bueno... -comencé rascando mi nuca. -Alguna vez lo fueron. Ahora están muertas.
-Sólo escucha lo que dices, amigo. -se quejó Luke ahora molesto. -¿Chicas muertas? ¿Encontrar cadaveres? Esto ya está muy mal.
-Tienen que creerme, cuando los encontremos, sabrán que nunca mentí. -aseguré dejándolos ahí y volviendo a caminar hacia más allá de los campamentos.
Llevábamos un largo rato ya caminando y buscando, por unos minutos observé de reojo que ellos también revisaban los lugares. Sonreí mirando a mi alrededor, había llegado a la fogata donde las chicas dijeron que habían estado aquella noche.
"Todos fueron a dormir y sólo nos quedamos nosotras tres. -susurró Vayolet. -Edith quería jugar a verdad o reto."
Estaban solas aquella noche, recordé entonces las palabras de las chicas cuando me dijeron lo que había pasado.
"Le pregunté a Helena sobre el chico que le gustaba y no quiso responder. -se burló Edith. -Así que la reté a nadar en el lago."
"Obviamente dije que no, éste estaba congelado.-dijo Helena. -seguimos hablando y Vayolet le robó un poco de licor a su padre, al jugar en verdad o reto."
"Después de eso no recordamos más. -se quejó Edith."
Habían tomado, eran tres chicas ebrias una noche enmedio del bosque, jugando tonterías.
-Ellas estaban ebrias. -dije en voz alta para que me escucharan mis amigos. -Una retó a otra a ir al lago a nadar.
-¿Lo hizo? -preguntó Will incrédulo.
-Claro que no lo hizo, ¡eso sería muy peligroso! Está congelado, si pudieran entrar al agua morirían de hipotermia o algo así.
-Ellas murieron. -susurré meditando las posibilidades.
-¿Y si fueron? -se preguntó a si mismo Will. -Tal vez estando ebrias fueron al lago, ellas entonces están...
Los tres nos miramos mostrando que todos pensábamos lo mismo. Sin esperar más corrí dejándolos atrás.
Corrí sintiendo como el aire frío entraba por mi boca y quemaba en mi garganta. Mis mejillas ardían y mis labios temblaban a causa del viento.
Podía escuchar a Will y Luke acercarse a mi, mientras tanto yo seguí corriendo, buscando el camino que me dirigiría al lago.
Pronto los dejé atrás, observé a unos metros el gran lago congelado. Miré alrededor como el agua estaba hecha hielo, había una gruesa capa sobre este, mis pies resbalaron en la orilla.
Caí sobre la tierra húmeda de la orilla y sentí como el aire faltaba en mis pulmones. Había corrido mucho y no debí haberlo hecho, mucho menos con este frío que empeora mi asma.
Busqué en mis pantalones el inhalador, lo tomé en mis manos y presione el botón. Pero no salió el medicamento, me había terminado la medicina de ese inhalador, ya no contenía lo que yo necesitaba en estos momentos.
-Respira, Alex. -escuché la voz de Edith cerca de mi, pero no podía verla.
-Tienes que calmarte. -susurró Vayolet. Me giré buscándolas pero no las podía encontrar.
-Chicas, creo que ustedes están ahí. -dije señalando el hielo mirando en todas direcciones para tratar de verlas. Pero ellas no estaban.
Una vez que mi respiración se reguló, gatie hasta el hielo.
-¡Alex! -gritaban mis amigos. Al parecer no podían encontrar el lago.
-¡Estoy aquí! -les grité tratando de orientarlos.
Me acerqué más y más tratando de ver debajo del hielo, limpié con mis guantes la nieve buscando debajo del agua congelada.
Tras unos eternos segundos encontré algo que me heló la sangre. Tres cuerpos de chicas debajo del agua, una junto a la otra, tomadas de la mano.
Sus rostros lucían sin vida, como si estuviesen durmiendo y su ropa estaba llena de moho.
Mi corazón se agitó cuando sentí el crujir del hielo debajo de mi. Al parecer aquella parte del hielo era muy frágil, estaba retirado de la orilla y no debía causar ningún movimiento brusco.
-¡Alex! -gritó Will asustado.
-¡Las encontré! -les aseguré a mis amigos. -Están aqu..
El hielo debajo de mis rodillas se abrió dejándome caer al agua. La sensación fue horrible, era como si miles de agujas perforaran mi piel.
Traté de volver a la puerficie pero mis abrigos pesaban demasiado, mis manos se entumian y mis pulmones exigían aire.
No podía ver con claridad, había mucha basura en el agua que podía entrar en mis ojos. Alcé mis manos en busca de la superficie pero sólo me topaba con una gruesa pared de hielo. Traté de golpearla con mis manos pero era inutil.
Mi cuerpo dejó de moverse haciéndome ir al fondo del lago, caí al suelo sintiendo algo junto a mi.
Miré los cadáveres flotar a mi lado y el pánico me envolvió, ahora podía comprender lo que aquellas chicas habían sufrido antes de morir.
¿Iba a morir igual que ellas? ¿Este era el final?
Mis pulmones gritaban por algo de oxígeno, mis ojos se comenzaron a cerrar mientras mi cuerpo se relajaba para su final.
-¡Alex! -escuché que gritaban.
-Tienes que salir de aquí. -escuchaba que decía Helena. -Sal a la superficie.
Abrí mis ojos topándome con el rostro fantasmal de aquellas tres chicas, ellas sin perder tiempo me quitaron las chaquetas que llevaba y me tomaron de los brazos junto a mi camisa, jalándome hacia arriba con fuerza.
Sentí como nadaba hasta la superficie y el hueco por donde había caído aparecía frente a mi.
Al salir a la superficie dejé de sentir las manos de las chicas, pero ahora mis amigos jalaban de mi para sacarme de aquel lugar.
- Oh dios, Alex, estas bien. -suspiró aliviado Will.
-Tenemos que pedir ayuda. Puede morir de hipotermia, llama al 911. -le exigió Luke.
-Ellas están ahí abajo. -le aseguré a mi amigo mientras no paraba de temblar. -Tenemos que sacarlas.
-De eso se encargarán las autoridades. -me regaño. -Vamos a tierra para que tomes calor.
Como pudo me tomó de los hombros y me ayudó a caminar hasta la orilla, se dejó caer junto a mi en la tierra y hojas de los árboles.
Mi cuerpo ardía por completo, podía sentir como mis extremidades entumidas volvían a la normalidad. Mis labios temblaban y mi cuerpo se retorcia sin parar bajo los efectos que causaban los espasmos musculares.
-¿Si?¿911? -llamaba Will con voz temblorosa. -Estamos en el lago Lawtong. Necesitamos ayuda, mi amigo cayó al agua por accidente y está muy mal. Tiene asma, no tenemos su inhalador.
-Todo estará bien, Alex. -me aseguró Luke quitándose la chaqueta para ponerla en mi cuerpo.
-Diles que encontré a las chicas.-pedí entre temblores a Will.
-Si, también encontramos unos cuerpos bajo el lago. Si. -decía Will nervioso. -Son las tres chicas desaparecidas, estamos seguros.
Me dejé caer entre las hojas secas sonriendo con satisfacción, las había encontrado, por fin podrían descansar. Lo había logrado.
Entonces la duda me invadió, la alegría que había sentido hace unos minutos se esfumo por completo, ellas se irían. Me dejarían sólo, estaba seguro.
...
-Hola cariño. -me saludó mamá entrando a mi habitación. -¿Cómo te sientes?
-Mejor mamá, ¿Cómo me veo? -le pregunté mostrándole mi traje negro.
-Muy guapo. -sonrió ella acercándose a mi. -¿Enserio quieres salir? Hace mucho frío.
-Tengo que ir. -aseguré seriamente. -Debo despedirme de ellas.
Asintió resignada acomodando la corbata de mi traje, sonrió y salió de la habitación dejándome a mi sólo frente al espejo.
Miré mi atuendo y satisfecho con mi apariencia, tomé mi celular y salí de mi cuarto. Subí al auto del abuelo, donde mamá y él ya me esperaban.
En el camino al funeral observé por la ventana perdiendome en mis pensamientos.
Han pasado dos días después de que encontramos los cuerpos de las chicas, dos días en los que estuve en cama para prevenir una grave pulmonía que afectaría mi condición.
Por fortuna el doctor había dicho que podía ir al funeral, siempre y cuando fuera bien abrigado y así era.
Estaba muy nervioso, en mis manos sostenía tres hermosas rosas, una color roja para Edith, una rosa para Vayolet y una rosa blanca para Helena.
Yo mismo las había comprado un dia anterior, quería despedirlas como se debe y estar presente en su entierro.
Al llegar nos topamos con muchas personas, sus familiares lloraban en sus lugares abrazándose entre ellos.
Habían tres enormes ataúdes enmedio del jardín donde se llevaba a cabo la despedida.
Un padre comenzó con la misa y mi abuelo junto a mamá se sentaron en unas sillas al final del lugar.
Yo en cambio caminé hasta el frente y me sente mirando a los ataúdes, escuchando las conmovedoras palabras que pronunciaban.
Sus familiares las recordaron contando anécdotas graciosas y otras muy serias. Todos sollozaban con dolor mirando el lugar donde las chicas descansaban.
Una señora de ojos azules se acercó a mi y sonriendo entre lágrimas me abrazó, secó sus lágrimas y me miró directo a los ojos.
-Gracias por encontrar a nuestras hijas. Mi hija era Vayolet, ella... ella era mi unica hija.-me sonrió. -No se como pagárte por encontrarla.
-No tiene que agradecer, señora. -le aseguré seriamente. -Es algo que alguien debía hacer y me alegra haberlos ayudado. Las conocí muy poco y sé que eran unas hermosas chicas.
-Sin duda, las tres eran muy especiales.
Sonreímos a modo de despedida cuando ella se alejó para reunirse con su esposo que me miró a forma de agradecimiento. Observé como una señora de gafas y pelo corto me hablaba en señas para que me le acercará.
Era muy parecida a Helena, tenían las mismas facciones.
-Gracias. -fue lo único que dijo antes de abrazarme cuando me acerqué a ella.
Otra mujer de cabello oscuro me abrazó y acaricio mi cabello, se hicieron a un lado dejándome ver los tres ataúdes.
Dejé sobre cada uno su respectiva rosa para después retoceder.
Todos se acercaron para arrojar sus flores al pozo donde eran sumergidos los ataúdes.
Yo retrocedi hasta mirar a lo lejos a aquellas tres hermosas chicas sonreirme.
Me encamine hasta donde ellas estaban y las miré esperando que alguna hablará, pero sólo me miraban en silencio.
-Es hora de irnos, Alex. -aseguró Vayolet.
-Pero queríamos agradecerte por todo. -sonrió Edith.
-Lo hiciste muy bien, gracias por ayudarnos. -me dijo Helena sonriente.
Me gustó mucho verlas felices, parecían más tranquilas que antes, más serenas. Todo estaba terminado y ahora sus cuerpos descansarían en paz.
-¿Volveré a verlas? -dije después de unos segundos.
-No lo creo. -susurró Helena. -Ya no tenemos nada que hacer aqui.
-Pero yo... -comencé confundido. -¿Qué hay de mi? Creí que éramos amigos, que me vendrían a visitar o algo así. -me quejé. -No pueden simplemente irse.
-Asi es como debe ser.-aseguró Edith encogiéndose de hombros.
Edith se acercó a mi y me abrazó por el cuello mientras depositaba un pequeño beso en mi cuello.
Retrocedió para que Vayolet se arrojará a mis brazos, la abracé con ternura sabiendo que está sería la última vez y sentí como dejaba un pequeño beso en mi mejilla.
-Cuidate mucho, Alex. -sonrió ella retrocediendo junto a Edith y dejando que Helena se acercará a mi.
Ella se quitó las gafas y me dejó ver sus hermosos ojos fijos en los míos. Sonrió de lado antes de dar otro paso hacia mi.
-Yo te conocía desde hace meses. -admitió bajando la mirada. -Te observé por semanas, aquel día en que hablamos por primera vez, fue el mismo día que morí.
Dejé que el recuerdo volviera a mi memoria y sonreí al recordarlo de forma clara.
"Estaba esperando a mis amigos en la salida, mis audífonos estaban enredados como víboras.
Una chica se sentó junto a mi en los escalones de la entrada, llevaba anteojos pero se los quitó para limpiarlos.
La miré de reojo y me topé con su mirada en mí, al darnos cuenta de esto ambos retiramos la mirada apenados.
Su celular sonó haciendo que atendiera una llamada. Como mis amigos tardaban mucho, saqué una pequeña hoja y comencé a dibujar.
Lo primero que mi mente procesó fue el rostro de aquella chica tomando el teléfono entre sus manos. Su mirada perdida en un punto fijo y sus labios moviéndose.
Hice sólo el boceto y me prometí terminarlo después. Traté de guardarlo en mi bolsillo pero se voló de mis manos y cayó a los pies de ella.
Al verlo, se giró para mirarme y colgó la llamada. Parecía en extremo confundida.
-Lo siento, es que me encanta dibujar y... -comencé apenado.
-Dibujas muy bien. -sonrió tímidamente.
-Gracias. -dije sonrojándome.
Ella extendió el papel para que lo tomará y así lo hice. Nos miramos unos segundos, ella abrió la boca para comenzar a hablar pero la voz de mis amigos la interrumpió.
-Nos vamos a Roy's, ¿Vienes Alex? -preguntó Will.
-Si ahora voy. -le dije poniéndome de pie. -Hasta luego. -me despedí de la chica.
-Hasta luego. -dijo sonriente.
Yo camine junto a mis amigos y la dejé ahí, sentada en los escalones observando como me iba."
-¿Qué ibas a decir aquella vez? -le pregunté acercandome un paso más a ella.
-Iba a decir que me gustaría ver el dibujo terminado después. -sonrió alzando la vista.
Metí la mano en mis pantalones y saqué un pedazo de papel arrugado y doblado, comencé a extenderlo para mostrarselo.
Era aquel dibujo, lo había terminado ayer en la noche después de buscarlo sin parar en mis cosas.
-Te quedo muy bien. -sonrió Helena.
-Es tuyo. -le sonreí dándoselo.
-Gracias, Alex. -sonrió ella acercándose hasta chocar su nariz con la mia. -Por todo lo que haz hecho por nosotras. Vamos a extrañarte.
-Tenías razón, no era buena idea encariñarse. -le aseguré nervioso. -Ahora no sé que pasará sin ustedes.
-No eres el único que se encariñó. -se quejó ella. -Lamento no haberte dicho hace mucho que me gustabas.
Miré sus ojos llorosos y acaricié su mejilla suavemente.
-Yo también lamento que no lo hayas hecho. -dije haciéndola reír un poco.
-Hasta siempre, Alex. -se despidió ella. Dejó un pequeño beso en mis labios y se alejó de repente.
Las tres chicas comenzaron a caminar hacia los ataúdes, tomadas de la mano.
-Sabía que te gustaba. -se quejó Edith.
-Traidora. -le reclamó Vayolet. -A mi me pareció lindo siempre. Al menos lo besé primero.
Sonreí viendo como desaparecian poco a poco, desvaneciéndose en el aire.
Suspire aliviado al verlas descansar al fin, pero de todas formas triste al saber que jamás volvería a verlas.
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Hola! Chic@s este no es el final, así que sigamos leyendo.😉
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