8: Estallido
8: Estallido
La situación económica de su país había sido mala e inestable desde mucho antes de que ellos nacieran. Pero, conforme pasaba el tiempo, las cosas parecían sólo empeorar. En su ciudad, la mayoría de los barrios eran pobres y conseguir trabajo resultaba bastante difícil. Ellos tenían mucha suerte en ese sentido, porque eran jóvenes, fuertes y no se quejaban por la miseria de los sueldos. No tenían familias que mantener y estaban resignados.
Pero Jongin empezó a notar que las cosas estaban cada vez más intensas por todas partes. Habían muchas huelgas entre los grupos de los trabajadores y muchos sectores tenían problemas económicos y sociales graves. Entonces, la represión empezó. Los policías y los militares no tenían miedo de golpear a la gente que exigía sueldos decentes para trabajar y dar de comer a sus familias. Eso enojó a muchos, pero atemorizó a la mayoría.
Kyungsoo y Jongin preferían mantenerse al margen, pero sí salieron a una protesta general cuando se enteraron que la salud pública iba a ser privatizada. Eso ponía a gran parte de la población en una situación complicada, al no poder acceder a un médico con los precios exagerados que establecieron. No consiguieron nada, además de golpes. Kyungsoo estaba especialmente frustrado, porque tenían trabajo y parte de su sueldo estaba destinado a cubrir su derecho a un hospital, que ahora tendría que pagar de todas formas. Ya no tenían derecho a enfermar.
También se quejaron cuando el sueldo mínimo bajó, pero tuvieron que terminar por aceptarlo y siguieron asistiendo a la lavadora normalmente. Empezaron a promocionar los servicios, porque temían que la pérdida de clientes les hiciera quedarse sin trabajo otra vez. Kyungsoo se empezó a preocupar, porque ya no les alcanzaba como antes y Jongin tuvo que renunciar a su idea de asistir a la universidad el siguiente semestre. La tristeza de su mejor amigo era su tristeza.
Así, Kyungsoo empezó a frecuentar el bar clandestino, porque las peleas todavía pagaban bastante bien. Era un problema, porque Jongin empezó a ser insistente con las preguntas y él se negaba a decir que algo malo estaba pasando y le mostraba cuánto ganaba. Eso, en vez de calmarlo, le hizo ponerse más ansioso. Por eso Kyungsoo se inventó varias excusas, pero ninguna era lo suficientemente creíble.
–Encontré un lugar donde puedo hacer lo mismo que hacía en el supermercado. Incluso si no soy empleado, me dan más barato todo lo que esté por caducar– le explicó Jongin a su casera. Ella estaba entusiasmada con las compras del chico y tenían una charla agradable, pero su felicidad pasó a preocupación en un instante.
–Kyungsoo, querido, ¿qué te pasó?
Jongin se volteó. No lo había visto desde el día anterior que había salido al anochecer. Su ojo estaba completamente negro y su labio estaba partido. El chico una mueca que provocó que Kyungsoo se sintiera realmente mal. El dolor físico no se comparaba con lo que sintió al ver los ojos de Jongin vidriarse.
–Le respondí mal a un militar– se excusó. La mujer se puso de pie, se acercó a él y lo revisó con cuidado.
–Son unos animales. Querido, ¿cómo se te ocurrió? Los dos deberían alejarse lo más que puedan de ellos. Si los encuentran, no hablen y no digan nada. ¡Mira este ojo! Jongin, ¿podrías llevarlo arriba y curarlo? En el baño está el botiquín. No tiene mucho, pero puede ayudar.
–Eso haré, señora Park. Muchas gracias.
Los muchachos subieron las escaleras que crujieron con cada uno de sus pasos en silencio. Entraron al baño y Jongin sacó la cajita y buscó algo que fuera útil. El otro muchacho no se atrevió a decir nada y se sentó a esperar que lo atendieran.
–Fue una buena excusa.
–Es la verdad– mintió Kyungsoo.
–Puedes engañarle a ella, pero no a mí.
Jongin lo curó con el ceño fruncido. Aún así, fue muy cuidadoso e incluso dejó un suave beso sobre su frente cuando terminó. El mayor de los dos se tragó todos sus sentimientos.
–¿Qué pasó?
–Nada– respondió secamente Kyungsoo.
–Como tu pareja, estoy preocupado por ti. Creo que merezco saber qué es lo que haces por las noches y que te están poniendo en tanto riesgo.
–Tú no eres mi pareja.
–¿Qué?– Jongin casi sintió dolor físico al escuchar esas palabras y se alejó un poco para verlo directamente a los ojos.
–Dije que no somos una pareja.
–Pero, Kyungsoo, vivimos juntos– argumentó el muchacho de inmediato.
–Vivimos en la misma casa. ¿Acaso la anciana también es nuestra pareja?– respondió fastidiando el otro.
–Nos besamos.
–Bueno, sí pero...
–Dormimos juntos. Tenemos planes para el futuro, ¿eso no nos hace una pareja?
–Tus planes son distintos a los míos. Tú quieres alargar nuestra estadía aquí por tus estudios, mientras yo estoy, literalmente, luchando todo lo que puedo para que podamos huir lo más pronto posible de este infierno.
–Has dicho "podamos", has mencionado nuestros planes y hablas de "nosotros" siempre– le hizo notar Jongin y bufó indignado.
–Claro que he dicho podamos, nos hemos puesto de acuerdo.
–¿Y por qué nos hemos puesto de acuerdo para huir juntos?
–Porque eres mi único y mejor amigo– Kyungsoo bajó la cabeza, rendido.
–Entonces, ¿por qué duermes conmigo?
–Muchas personas duermen con gente que no es su pareja. ¿Cuántas personas van donde las prostitutas? Eso no prueba nada.
–¿Estás diciendo que soy una prostituta para ti?
Jongin guardó todas las cosas en el botiquín con furia. Kyungsoo se dio cuenta lo que había hecho e intentó disculparse. Tomó su brazo, pero fue apartado de inmediato.
–No, no, no. Jongin, puse un pésimo ejemplo. Sólo quiero que entiendas que hay gente que duerme con otra sin ser una pareja. Nosotros no hemos... dicho nada al respeto antes.
–Bien, entonces seamos mejores amigos.
Jongin salió del baño y se encerró en su cuarto. A la hora de comer, fue amable con la anciana, pero ni siquiera lo miró. En las escaleras, cuando intentó abordarlo, Kyungsoo sólo recibió una mirada fría llena de rencor y un ligero empujón para que lo soltara.
Empezó a desesperarse, jamás había visto a su amigo tan enojado. Ni siquiera cuando se quejaba de las injusticias que vivían había notado tanto dolor e ira. Intentó llamarle, pero no recibió respuesta. Golpeó la puerta, pero ni la luz se encendió. Entonces, intentó abrirla y lo logró. Rápidamente, se fue hasta su cama para abrazarlo, pero Jongin lo apartó.
–Déjame dormir. Regresa a tu cuarto por favor.
–Pero... Jongin. ¿Sigues enojado?
–No estoy enojado– aseguró el chico. –Pero he decidido hacerte caso. Has dicho que soy tu mejor amigo y voy a actuar como uno.
–¿En serio?– preguntó Kyungsoo con una ligera esperanza.
–Sí. Te apoyaré, no te dejaré y seguiremos con nuestros planes como lo habíamos acordado. Pero no dormiré contigo, no te besaré ni dejaré que me toques.
–Pero...
–Los mejores amigos no duermen juntos, no se besan y no se escabullen en medio de la noche para meterse a la cama del otro. No voy a abandonarte, pero tampoco voy a ser una prostituta.
–No dije eso con intención de lastimarte. Por favor, no mal entiendas lo que quise decir.
–No lo hago, por eso voy a seguir a tu lado. Pero no me siento cómodo con alguien que quiere dormir conmigo sólo por necesidad y no porque realmente me... quiera. Entonces, seguiré siendo tu mejor amigo, pero no tendré sexo contigo. Los amigos no hacen eso.
–Jongin...
–Sal de mi cuarto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro