35: Encontramos el camino
35: Encontramos el camino
Es la segunda vez que Jongin le está escribiendo una carta a una casera que ha sido demasiado buena con ellos. La señora Oh había superado cualquier expectativa. Realmente se había comportado como una madre con ellos y los había protegido sin importarle ponerse a sí misma en riesgo.
Después de conversarlo llegaron a la conclusión que lo mejor era irse. La señora Oh tenía apoyo de mucha gente en el pueblo y también tenía a Sehun. Su presencia ahí hacía más daño que otra cosa, lo mejor era buscar un nuevo lugar. No tenían muchas oportunidades laborales y los rumores no los dejarían vivir con perfil bajo como siempre esperaron.
Les daría mucho pesar dejar ese lugar. Más que la casa de la señora Park, más que su ciudad natal y más que el tren. El pueblo les había dado la oportunidad de tener una casa, una familia y amigos. Salir con libertad y establecerse. Si bien ya sabían convivir con otros, entendieron que eran diferentes y lo mejor era apartarse lo suficiente para no ser heridos por los prejuicios de la gente.
–¿Debería dejarles la dirección de Baek y Chanyeol?– pregunta Jongin mientras Kyungsoo empaca las últimas cosas.
–Sí, la postal y las indicaciones, por si alguna vez nos necesitan. Podemos invitarlos para las vacaciones de verano, Baek dijo que el clima es delicioso en esa época– comentó el mayor de los dos.
–Está bien, copiaré el croquis que nos dio también.
Sin dar un aviso previo, los chicos se mantuvieron alejados de la mayor parte de los habitantes y empezaron a guardar y separar, nuevamente, todas las cosas que de verdad necesitaban y las que no. Dejaron el lugar limpio y habitable, por si la dueña de casa necesitara alquilar su cuarto a alguien más. Acomodaron todo para llevarlo en una carreta que habían contratado para que los llevara hasta la estación de tren. A partir de ahí, guardarían todo en uno de los vagones y se bajarían dos paradas después. Tomarían un autobús hasta la división del camino en tres, en la parada con la señal roja. Verificarían el nombre y cargarían sus cosas hasta encontrar otra carreta, Baek les aconsejó acercarse a las personas con comida y no con animales. Si tenían suerte, los llevarían hasta la entrada a un parque con un lago, a la derecha, había un camino. Ellos estarían esperándolos ahí.
–¿Crees que se enoje con nosotros?– preguntó Jongin, mientras caminaban hasta el restaurante. La señora Oh les había invitado a comer.
–Lo más probable es que sí, pero se alegrará de que encontramos un trabajo con gente que nos apoya.
–¿Gente que nos apoya?– Jongin miró a su novio con algo de curiosidad. Evidentemente esas palabras tenían un peso más grande del que parecía en un principio.
–Ella lo sabe, Jongin. Sabe nuestro secreto y por eso nos defendió como lo hizo. Le debemos mucho. Quizá con nuestro trabajo podamos mandarle cosas con frecuencia.
El chico estaba completamente sorprendido. Sabía que era una buena persona, pero no se imaginó que estaría dispuesta a todo después de saber lo que pasaba dentro de la habitación que les había alquilado. Realmente se sintió conmovido. Era muy triste dejarla sabiendo eso, tal vez por eso Kyungsoo hizo tantos esfuerzos por mantenerse ahí y ayudarla a pesar de todo lo que estaban pasando. Y eso hizo que se sintiera orgulloso. El chico del supermercado que a penas saludaba a sus compañeros de trabajo y que vivía exclusivamente para sí mismo, se había convertido en alguien que se sacrificaba por las personas que quería. Un avance extraordinario, pensar que todo había empezado por una tormenta.
–¡Eso no es justo!– se quejó amargamente Sehun. –¡No pueden irse! Ustedes no han hecho nada malo, es el señor Young quien debería estar avergonzado.
–Ustedes van a estar bien, pero nosotros nos convertiremos en una carga. El tiempo va a seguir pasando y no podemos seguir dependiendo de ustedes para siempre. Las oportunidades de trabajo aquí son un poco más complicadas, la oferta que tenemos es muy buena y además, ¡tienen un lugar para ir los veranos!– Kyungsoo sonrió ampliamente.
–Si es una decisión que han tomado, estoy muy triste. Pero puedo entenderles– dijo la señora Oh. –Estoy orgullosa de que intenten protegernos, pero no creo que sea necesario. Por otro lado, si lo hacen por ustedes mismos, para buscar una mejor oportunidad, creo que no tengo otra opción que apoyarlos.
–Esto– Jongin no tenía palabras, le entregó un sobre y el mapa que tanto se había esforzado en copiar. –Podemos vernos pronto.
–Gracias, cariño– la mujer acarició su rostro con ternura. –Nos veremos pronto.
–Y podemos hablar por correspondencia. Las cartas llegan pronto, así hemos estado hablando con Baekhyun– informó Kyungsoo. Se justificaba en cada momento porque, en gran parte, se sentía culpable por dejarlos solos.
–No me parece justo– Sehun se cruzó de brazos y su madre sonrió.
–También los voy a extrañar.
–Tienes muchos amigos, estoy seguro que en poco tiempo sentirás que recuperaste un poco de privacidad– bromeó Jongin, pero el chico lo miró con resentimiento.
–Deberías invitar con más frecuencia a tus compañeros a comer. Piensa que ahora tienes todo ese cuarto renovado sólo para ti.
–¿En serio, mamá?– la emoción del muchacho hizo reír a todos, porque su tristeza parecía haberse desvanecido un poco.
Salieron temprano en la mañana, para que nadie les viera. La señora Oh se encargaría de decir que habían sido reclutados en la gran ciudad. Nadie más necesitaba saber, a parte del cartero eventualmente, dónde estaban. No querían dejar rastro. Probablemente, el hombre que los empujó a dejar su ciudad ya lo había olvidado, pero no querían arriesgarse y, peor, regresar a un lugar tan frío y distante. Siguieron las indicaciones que Baekhyun les había dado, cargaron sus pesados libros y su futón. Un par de carretas aliviaron su camino y finalmente empezaron a reconocer las cosas que el chico había descrito en sus cartas. Con un último esfuerzo, llegaron hasta el lugar donde Chanyeol los esperaba. La emoción del reencuentro hacía parecer que habían sido amigos toda la vida.
–¿Y Baek?– preguntaron emocionados.
–Un comprador lo retuvo, parece que la venta de los tomates va a estar buena. ¿Son todas sus cosas?
–Sí– Kyungsoo ayudó con los libros, que estaban un poco pesados.
–La casa está dividida en cuatro ambientes y tiene un patio interno central. La parte de adelante usamos Baek y yo, los costados son salas comunes y la parte de atrás usarían ustedes. Todas son independientes, la usábamos para las herramientas, pero hemos limpiado y adaptado un poco todo.
–¡Podíamos hacerlo nosotros!– exclamó Jongin.
–No se preocupen. Mañana trabajaremos los cuatro. Construiremos un nuevo lugar para las herramientas, aprenderán a usarlas y podrán sembrar su propia comida. Con más manos y los animales, mejoraremos la producción. Estoy seguro de que seremos un gran equipo– el gigante sonrió ampliamente.
Completamente exhaustos, llegaron a la granja. Era un lugar grande, amplio y precioso. La luz del sol del medio día hacía que se viera especialmente iluminado y precioso por el cielo azul y el ambiente resplandeciente. Baek salió chillando y los abrazó con emoción. A pesar de sus pies adoloridos, lo acompañaron mientras él les mostraba con emoción todo y un tablero con tareas.
Los cuatro se sentaron a comer y hablaron de todos los proyectos que tenían, de todas las cosas que podrían hacer juntos. La emoción del chico era contagiosa, todos parecían entusiasmados con las infinitas posibilidades. Era un nuevo comienzo, una nueva vida, una nueva oportunidad, todo era tan abrumador para ambos.
Pero el sentimiento era diferente. Por primera vez en mucho tiempo, ya no se sentían perdidos.
En una sociedad donde todo parecía difícil, los chicos lograron encontrar la forma de sobrevivir y de salvarse mutuamente, de protegerse y de aceptar ser protegido. Aprendieron a amar y a ser amados. Encontraron el camino que habían estado buscando. Encontraron un mejor lugar.
"Querida señora Oh,
No encuentro palabras para expresar lo agradecido que estoy por todo lo que hizo por un par de chicos desconocidos que llegaron de la nada. Disfrutamos cada momento, cada comida, cada palabra de aliento y cada "cariño" que fue dirigido a nosotros. Por primera vez en nuestras vidas, teníamos un hogar cálido al que podíamos volver. Kyungsoo era un niño maltratado y yo uno relegado. Estábamos solos en el mundo y, cuando nos encontramos, las cosas cambiaron para siempre. Estaba seguro de que nadie aparte de nosotros podría entender cómo nos sentimos, pero hubo alguien más. Mi madre jamás había acariciado mi rostro con una sonrisa y unos ojos tan amables, mi niño interior sanó en parte gracias a eso. Si supiera como pasamos de una tormenta, a una huida, a un tren. Como nos perdimos, como nos encontramos y como llegamos a sus brazos, no podría creer todo lo que escucha, pero sobrevivimos. Ahora, parece que tenemos oportunidad de un nuevo comienzo, pero las cosas buenas no se olvidan. La estaremos esperando y seremos muy felices si nos visita con Sehun. Lamento no haber sido de tanta ayuda como usted lo fue para nosotros. Espero poder comer sus platos muy pronto.
Gracias por defendernos,
Gracias por entendernos,
Gracias por querernos,
Gracias por aprobarnos,
Haré todo lo posible para que pueda sentirse orgullosa de nosotros y le juro que nuestro amor será para siempre, para probarle que no se equivocó. Espero que podamos adorarnos como usted lo hizo con su amado marido.
Nos veremos pronto.
Con cariño,
Jongin"
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¿Están sorprendidas porque es el final?
¡Yo también lo estoy! He tenido este fanfic desde algún tiempo y me costó un poco darle forma, también recorrí un largo camino hasta aquí.
Como siempre, no puedo hacer otra cosa que agradecerles por cada lectura, por cada comentario y por cada palabra de aliento. Escribir para ustedes es una de las mejores cosas que me han pasado. No tienen idea, queridas froggies, todo lo que yo les debo.
Les ama,
Ranamai
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