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28: Cumpleaños feliz


28: Cumpleaños feliz

La señora Oh y Sehun se miraban con complicidad mientras Jongin le pedía a Kyungsoo que saliera a comprar unas cosas para el restaurante. Se aseguraron que fuera algo complicado y difícil de conseguir para que tuvieran suficiente tiempo para preparar la fiesta sorpresa. Estaba seguro que su novio jamás había festejado su cumpleaños, así que cerraron todo, sacaron el pastel que habían preparado y los regalos. La señora Oh le había tejido una bonita bufanda, Sehun le había conseguido un libro y Jongin una pequeña pulsera igual que la suya.

La decoración de la mesa fue bastante sencilla, pero se veía agradable, Sehun avisó que el chico ya regresaba y prendieron las velas. Kyungsoo se sorprendió que todo estaba cerrado y golpeó la puerta. Cuando entró, se asustó al encontrar las luces apagadas y se acercó hasta done bailaba el fuego de las velas. Las tres personas saltaron gritando ¡sorpresa!

–Pero, ¿qué...?

–¡Feliz cumpleaños!– gritaron emocionados.

–¡Señora Oh! Le dije que era mañana... y esto no era...

–¿Mañana?

–¡Sorpresa!– gritaron la mujer y su hijo, sacando otros dos regalos.

–¿Qué es esto?– Jongin ahora estaba confundido.

–Jongin nos pidió una fiesta para Kyungsoo y Kyungsoo nos pidió cosas deliciosas para Jongin. Supimos que sus cumpleaños son muy cerca e hicimos algo para los dos– explicó Sehun emocionado y quiso cortar el pastel, pero su madre no le dejó.

El intercambio de regalos fue divertido. Ambos tuvieron una bufanda y un libro, eran las únicas cosas que los Oh conocían que disfrutaban. Jongin le regaló una manilla a Kyungsoo, que luego le diría que tenía una pareja, y el chico le dio a su novio muchos lápices y un cuaderno nuevo, pero con su nombre grabado en la cubierta.

A la hora de la comida, los cuatro se sirvieron hasta hartarse y los abrigos fueron retirados. La señora Oh estaba haciendo una broma cuando notó en Jongin un exagerado morado en su cuello. No era la primera vez y Kyungsoo también tenía marcas, cerca de su mentón. Agradeció internamente que estuvieran en invierno. No encontraba la manera de decírselos sin dejarlos en evidencia. Cuando al temperatura subiera, tendría que encontrar el modo. Ella los apoyaría y protegería sin importar nada.

La fiesta fue un éxito y Kyungsoo insistió en saber los cumpleaños de Sehun y su mamá, porque también querían hacer una reunión y preparar algo para ellos. Jongin parecía un niño pequeño que había podido cumplir un sueño.

–¿Estás feliz?– el mayor de los dos acarició su rostro y el sonrió encantado.

–Preparé algo para sorprenderte y yo terminé sin palabras. Siempre encuentras la forma de hacerme feliz.

–Pues, saberlo es lo que me hace feliz a mí.

Kyungsoo sacó una carta de su bolsillo y luego colgó su abrigo en una improvisada percha que habían logrado armar. Jongin miró el papel con curiosidad, no sabía que el chico tenía correspondencia con alguien.

–¿Y eso?– quiso saber curioso.

–Justo te lo iba a mostrar, es de Baek– explicó Kyungsoo y su novio alzó una ceja. No recordaba a un Baek.

–¿Quién?

–¿Recuerdas a los chicos de la carreta que me ayudaron a llegar a ti? Pues el más alegre se llama Baekhyun y me dijo que cuando tengamos un lugar fijo, le mandamos una carta. Me gustaría visitarlos en algún momento para agradecerles por todo y, por qué no, aprovechar para tener unas pequeñas vacaciones.

–¡Es una excelente idea! Podemos ir al campo por un tiempo. Siempre es bueno tener a alguien en quién confiar.

–Sí. Le escribí diciendo que estábamos aquí. Le dije que no sabíamos cuánto tiempo nos quedaremos, pero que estamos muy bien y ya establecidos. Veamos que nos dice.

"Querido Kyungsoo,

Estoy realmente feliz de saber que conservaste la dirección y que decidiste avisarnos sobre su situación. Estoy muy alegre de que ambos encontraran un buen lugar para vivir, eso es lo más importante. Mientras estén saludables y fuertes, podrán buscar una mejor vida. Estoy sorprendido por lo que me has dicho, arreglar una habitación para convertirla en un hogar debió ser duro, pero muy gratificante. ¡Disfruten de su estancia en el pueblo! Tengan mucho cuidado en la mina. Nosotros los estaremos esperando y, si tenemos la oportunidad, podremos visitarlos también, por favor dime el nombre del restaurante para encontrarlos con facilidad. Chanyeol manda saludos para ambos y también está emocionado de su buena suerte.

Un abrazo,

Baekhyun"

–Habla como si fuera nuestro amigo de toda la vida, es una persona muy agradable– Jongin volvió a leer la carta y sonrió emocionado. –¿Debería escribir algo yo también en la siguiente carta?

–Por supuesto.

Un poco más tarde, ese mismo día, la señora Oh envió a Sehun a que dejara un poco de comida a los chicos como una pequeña merienda. Ambos agradecieron y, emocionados como estaban con las cartas, le escribieron una a su casera con palabras muy bonitas de agradecimiento por todo lo que había hecho por ellos. No lo supieron, pero le sacaron un par de lágrimas.

Jongin acomodó la chimenea para avivar un poco el fuego, era una noche un poco fría. Se frotó las manos y se acercó a la cama, para acurrucarse al lado de su novio. Estaba bastante frío, así que estuvieron besándose y acariciándose un poco para entrar en calor.

–¿Alguna vez te imaginaste algo como esto?– preguntó Kyungsoo, haciendo círculos con sus dedos en la espalda ajena.

–¿Juntos?

–Sí. Cuando me conociste, ¿alguna vez pensaste que terminaríamos recostados en una cama cómoda, cerca de una chimenea en nuestra casa, los dos?

–Seré honesto: no. Jamás pensé que me mirarías siquiera, menos aún que serías capaz de sacrificarte por mí, amarme y protegerme. Estoy muy agradecido por la suerte que tengo de tenerte a mi lado, pero realmente jamás pensé que algo así pasaría.

–Yo tampoco– admitió el mayor de los dos. –Estaba convencido que mi destino era morir solo y olvidado. Tenía pocas y terribles expectativas con respecto al futuro. Ahora todavía tengo miedo, pero mis ganas de protegerte son más fuertes. Mi amor por ti es más grande que cualquier temor.

–Deberías escribirlo– bromeó Jongin y el chico negó con la cabeza.

–Te dejaré la poesía a ti.

Ambos rieron y se abrazaron con fuerza. Por el momento, nada malo parecía que pudiera pasar. Se sentían seguros, se sentían apoyados y amados. No podían mejorar más. Mientras tuvieran sus necesidades cubiertas, un trabajo y a su pareja, podrían estar en paz, al menos por un tiempo.

–¿Debería darte tu regalo de cumpleaños?– susurró Kyungsoo contra el cuello de Jongin.

–Interesante– comentó cuando Kyungsoo se sacó la camiseta.

–Recuerdo que una vez te comenté que para el frío, lo mejor era el calor corporal. ¿Lo recuerdas?

–Por su puesto.

–Pues bien, tengo mucho frío, Jongin. 

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