19: Te encontré
19: Te encontré
Baekhyun y Chanyeol se asustaron cuando Kyungsoo se lanzó de la carreta en movimiento. Incluso dejó sus cosas y corrió mientras gritaba desesperado. Los chicos dudaron un poco, pero terminaron yendo tras él, debían darle sus cosas y estaban preocupados, la gente de los alrededores los estaban viendo con curiosidad. Eso nunca era bueno.
–¡Jongin! ¡Jongin!– gritaba Kyungsoo, la voz se le cortaba y sonaba como un chillido desesperado. El chico, que estaba recostado sobre sus cosas, después de que la trabajadora de la estación se las devolviera cuando su turno acabó, se incorporó al escuchar su nombre.
–¿Kyungsoo?– preguntó en voz baja para sí mismo. Se levantó y vio que alguien avanzaba a toda velocidad en su dirección.
¿Era él? ¿Era realmente él? ¿Kyungsoo? ¡Sí! Era él. Corría y gritaba, se tropezaba en el camino, pero no dejaba de avanzar. Se puso de pie tan rápido como le fue posible y también salió a su encuentro. El choque de sus cuerpos en un abrazo fue doloroso, pero no fueron capaces de sentirlo. Estaban en los brazos del otro y eso significaba demasiado. El olor, ese aroma tal delicioso hizo que las lágrimas de Kyungsoo saltaran. Realmente lo había esperado.
Se había estado repitiendo desde que se separaron. Todo su camino que, si bien no fue muy largo le resultó eterno, se repitió una y otra vez "Jongin te está esperando". Y ahí estaba, con todas sus cosas, recostado a un lado de las vías del tren, esperándolo. Se quedaron largos minutos abrazados, hasta mientras, los nuevos amigos de Kyungsoo se acercaron al rescate.
–¿Qué pasa con esos dos?– comentó una señora a otra, mientras caminaban.
–¿Qué les pasa?– dijeron un par de campesinos.
–¡Mira, Chanyeol! Esos hermanos han estado separados por dos largos años y ahora finalmente se han logrado encontrar– chilló Baekhyun, señalándolos.
–¡Es verdad!– confirmó el gigante en voz igual de alta. –¡Por fin pudieron verse otra vez!
Kyungsoo tomó la muñeca de Jongin para llevarlo hasta donde estaban los chicos que lo habían ayudado, pero el lo detuvo un momento.
–Nuestras cosas, están ahí– dijo el menor de los dos, corriendo hasta el lugar donde quedaron sus pertenencias.
–¿Dejaste el tren?– preguntó el chico, aunque la respuesta era obvia.
–Te dije que te esperaría en la siguiente estación. No iba a continuar sin ti, no podía hacerlo. Me asusté mucho cuando me enteré que la siguiente parada era este lugar. Debemos irnos pronto.
–Lo sé– Kyungsoo acarició su cabello. –Lo siento tanto. Yo en serio pensé que llegaría a tiempo, el tren ya estaba avanzando y...
–No tienes que justificarte, no fue tu culpa, fue la mía. Tomé tu mano y te dejé ir. Yo lo siento tanto– unas lágrimas llenaron sus ojos y el muchacho lo abrazó de nuevo.
–No, no, no. Estabas herido, no es tu culpa. No. Ven, hice un par de amigos en el camino. Deberíamos saludarnos y despedirnos.
Fue un poco incómodo para todos. Los dos amables chicos fueron muy simpáticos, pero Jongin estaba un poco aislado y callado. Kyungsoo les agradeció por todo y volvió a ofrecerles dinero, pero ellos se negaron con la misma insistencia que el chico intentó compensarles.
–¿Cuál es su siguiente destino?– quiso saber Chanyeol.
–Cualquier lugar lejos de aquí– respondió el Jongin tenso. Tenía buenas razones para estar asustado. El amor de su vida corría verdadero peligro en esa ciudad.
–Debemos tomar un tren– intentó explicar Kyungsoo más calmado.
–Nosotros vamos hasta el siguiente pueblo. Podemos llevarlos hasta ahí. La estación es más pequeña, pero supongo que hay menos peligro– ofreció Baekhyun
Era un chico listo. Los había defendido y se había dado cuenta de muchas más cosas de las que decía, pero Kyungsoo pudo sentir que se trataba de una buena persona que quería ayudar. Habían pocas como él a su alrededor, quería ser agradecido.
–¿Podemos comprarles algo delicioso entonces?
Los cuatro chicos fueron en la carreta. Hablaron y se aseguraron de mandarse correspondencia cuando tuvieran la oportunidad. Jongin soltó unas cuantas palabras de agradecimiento, pero seguía un poco cohibido. Quería besar a Kyungsoo, fundirse en su cuerpo y llorar como loco, pero no podía hacerlo. Tenía que esperar hasta que estuvieran solos de nuevo.
Pero estar solos de nuevo significaba, empezar de cero otra vez. Eso no era tan preocupante ahora, mientras estuvieran juntos, todo estaría bien. De todas formas, tendrían que intentar conseguir un trabajo. El dinero reunido no les duraría para siempre.
Estaba casi oscuro cuando se despidieron de Chanyeol y Baekhyun después de invitarlos a comer en un lugar pequeño, pero muy agradable y delicioso. Ellos les insistieron en que los visiten alguna vez. Incluso les explicaron cómo podían ir hasta su casa y cómo reconocerla. Por un instante, Jongin quiso pedirles que los acojan, que trabajarían duro y que se esforzarían, que se independizarían de inmediato, pero se tragó sus palabras. No podía meterse así en la vida de esos pobres chicos.
–¿Deberíamos buscar trabajo en un tren nuevamente? Tenemos nuestras cosas, nos acomodaremos enseguida– propuso Kyungsoo.
–Necesito besarte– dijo Jongin, con los ojos todavía rojos de todo lo que había estado conteniendo y llorando a escondidas. Su novio se sonrojó un poco y acarició su mano disimuladamente.
–Si venimos en la madrugada, podríamos dormir un poco– siguió el mayor de los dos.
–Necesito abrazarte y besarte y dormir contigo y sentirte y saber que esto es cierto.
–Te amo, Jongin. Te amo mucho y estoy agradecido de que me hayas esperando. Durante todo mi camino me seguí repitiendo "Jongin te está esperando" y eso me dio la fuerza para seguir. Cuando te vi y me di cuenta que realmente lo habías hecho, me juré que me quedaría a tu lado toda la vida.
–Te amo– respondió Jongin y su voz se quebró. Saldas lágrimas corrieron por sus mejillas otra vez.
–Si vamos a un hostal ahora, podremos descansar hasta la madrugada.
No les importó nada, pidieron una habitación. La recepcionista ni los miró, sólo les entregó la llave. No pidieron dos camas, no dijeron nada, sólo que querían un cuarto. Fueron felices al ver que era una cama. Pequeña, pero eso era lo de menos. Durmieron tan pegados el uno al otro, que sudaron bastante, pero no importaba, estaban juntos.
Kyungsoo se despertó en medio de la noche y prefirieron arreglarse, darse un largo baño de agua caliente, comer lo que habían comprado y estar descansados, llenos y listos para una búsqueda de trabajo. Fueron a la estación, pero el primer tren no paró. El segundo lo hizo, pero ya era temprano en la mañana y no contrataban. Iban a quedarse en el pueblo, pero Jongin se puso ansioso, estaban demasiado cerca del peligro.
–Paguemos un tren, vayamos hasta una estación más grande. Pasemos el día, busquemos opciones e intentémoslo mañana.
–¿Crees que nos pase lo mismo si nos quedamos? Los trenes de carga parecen no parar aquí– pensó Kyungsoo preocupado.
–Vámonos lejos, no quiero estar cerca de esa ciudad, nunca se sabe.
–Está bien. En la siguiente ciudad grande buscaremos algo que nos beneficie.
Les tomó tres horas llegar a un lugar que cumpliera con sus características. Estaba lejos, llena de gente y tenía una estación mucho más grande. Parecía un lugar donde se podía pasar desapercibido con facilidad, eso les gustó. Esperarían a la madrugada y pedirían trabajo en los trenes de carga de nuevo. Tenían experiencia, podían decirlo.
Gastando un poco sus ahorros, comieron bien y durmieron en un hostal de nuevo, Salieron en medio de la noche y vieron que el sistema era más o menos el mismo. Ya había personas cuando ellos llegaron. El tren llegó un poco antes del amanecer y otro hombre, uno mucho más grande y tosco, les preguntó las edades y sus nombres.
Kyungsoo y Jongin dijeron que tenían experiencia y que estaban dispuestos a todo, pero no fueron elegidos. Su sorpresa fue grande, no tenían un plan. No podían seguir gastando su dinero en hostales y comida de restaurante. Necesitaban trabajar. Intentaron en otros lados, pero nada.
–Deberíamos subir escondidos– propuso Kyungsoo.
–Es peligroso, vieron nuestros rostros, no creo que sea una buena idea.
–¿Y ahora? ¿Qué hacemos ahora?– se exasperó el chico.
–Busquemos trabajo en la ciudad, por un tiempo.
–¿Quedarnos?
–Es grande, podríamos encontrar algo y escondernos. Nadie nos conoce aquí.
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