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16: Me quedaré


16: Me quedaré

Jongin llegó a la siguiente estación con los ojos hinchados y rojos de tanto llorar. No tenía forma de comunicarse con su novio para seguir asegurándole que lo esperaría sin importar nada. Pero, en cuanto pudo bajarse del tren, la desesperación lo invadió. Conocía esa estación, la conocía muy bien: era la ciudad que habían abandonado por miedo a que encontraran a Kyungsoo. No tenía idea de cuántos meses habían pasado desde la última vez que se estacionaron ahí, pero cumpliría su palabra. Se quedaría ahí hasta tener a su pareja de nuevo en sus brazos.

***

Los únicos trenes que seguían la misma ruta que el suyo no llevaban pasajeros. Kyungsoo ofreció todo su dinero con tal de que lo lleven, pero el transportista se veía muy desconfiado y no lo dejó subirse. Intentó ser polizón, pero tampoco funcionó. No quería meterse en problemas, sólo quería llegar para encontrarse con Jongin, que seguramente estaba sufriendo mucho por su culpa.

Entonces, pensó en la mejor opción. Si no podía tomar un transporte rápido, seguiría la línea del tren y se iría ayudando. Incluso si se demoraba un año, sabía que Jongin lo esperaría, estaba seguro, algo en su corazón pesaba por causarle dolor, pero su confianza en su novio era mucho más grande que su miedo.

Caminó durante dos horas al lado de las rieles, pasando por varios obstáculos, siguiendo la ruta que le señorita en información de la estación amablemente le había dado. Era un camino casi recto, sólo se desviaba cerca de un letrero que anunciaba el nombre de dos ciudades, él sabía perfectamente qué camino debía tomar cuando llegara a ese punto.

***

Jongin empezó a sacar todas sus cosas del vagón, ante la preocupación de su jefe. Empezó a empacar con rapidez, porque no tenían mucho tiempo. Su primera pregunta fue: ¿cuánto tiempo nos quedaremos aquí? Y la respuesta fue: tres horas. Era imposible que Kyungsoo llegara en ese tiempo, le había preguntado a la gente de la estación y le habían informado que un chico preguntó cuál era la ruta más rápida para llegar y que se había ido.

–Estás siendo irracional, regresa todas tus cosas– le pidió el hombre, pero Jongin negó con la cabeza mientras bajaba todo solo, con su brazo herido.

–Le dije que esperaría en la siguiente estación. Eso haré– informó el chico, acomodando todos sus paquetes a un lado. Era la segunda vez que debía escoger qué se quedaba y que no.

–Le dejaremos una nota, diremos a todos que cuando venga, le informen que lo esperaremos en nuestra siguiente parada o cuando tengamos varios días.

–No– su tono porfiado impacientó a su jefe.

–Si te quedas, perderás tu trabajo y el de Kyungsoo. Incluso si nos alcanzan, ya habré conseguido a alguien más.

–Está bien– aceptó sin dudarlo. –Pero le dije que me quedaría y que lo esperaría.

–¿Dónde te quedarás? ¿Tienes suficiente dinero?'

El hombre, a pesar de haber sido una buena persona y un buen jefe para los chicos, jamás había mostrado un interés tan marcado y sincera preocupación. Jongin se sintió agradecido por eso y le dejó saber que tenía suficiente para vivir.

Debía quedarse, porque tenía mucho miedo. ¿Y si los tipos encontraban y atrapaban a Kyungsoo? ¿Y si no encontraba modo de llegar pronto a la estación y no recibía su nota? No podía abandonarlo, no cuando esa ciudad era tan peligrosa para él. Además, le había jurado que lo esperaría. Seguramente tenía miedo y dificultades. No sabe cuánto dinero le lanzó, si será suficiente o si lo recogió. No podía estar tranquilo hasta verlo de nuevo.

***

Kyungsoo llegó a un pequeño pueblo que logró ver. Sin desviarse demasiado, fue hasta ahí, compró algo que pudiera cubrirlo para no ser reconocido y comida. Guardó todo en el bolso que ya tenía y regresó hasta las rieles para poder seguir caminando. Un hombre en un caballo le preguntó si estaba perdido y él le informó que tenía que llegar hasta la ciudad grande. El jinete lo llevó por un largo tramo y lo dejó cuando llegó a su propio destino. Kyungsoo le agradeció y, al ver que estaba reacio a recibir dinero, le ofreció parte de las golosinas de Jongin. Ese pequeño avance a caballo lo ayudó bastante y calculó que podría llegar más pronto no se detenía y recibía este tipo de colaboraciones en el camino. En cuánto llegara, buscaría por todas partes a Jongin, no se dejarían ver y desaparecerían. Si su novio no estaba, se quedaría en la casa vieja abandonada hasta que el tren regresara a la estación, debía hacerlo en un punto. Lo único importante era encontrarlo, era la razón por la que debía sobrevivir.

***

Jongin vio como el tren se alejaba y, con él, su estabilidad completa. Ahí se iba su felicidad, su pequeño espacio ambulante de momentos que había pasado junto a la persona que más amaba. Se quedaría esperando hasta que llegara, así eso tomara cien años. La desesperación más grande era no poder avisarle, decirle que estaba ahí, esperándolo. Tenía la esperanza de que Kyungsoo supiera cuál era su siguiente destino y que tuviera muchísimo cuidado.

Organizó sus cosas, no podía perder nada de todo lo que les había costado acumular. El futón se lo quedó, la ropa y la comida. Dejó algunas cosas a medio usar, que seguramente su jefe o sus compañeros usarían o botarían. Si tenían que empezar de nuevo, no tendrían que comprar ciertas cosas otra vez. Acamparía donde fuera cerca del tren y la estación. Esa era la única manera. Mientras repartía el dinero en diferentes bolsas y guardaba un poco entre sus ropas también, encontró el cuaderno que Kyungsoo le había regalado.

"Te he visto escribir, pero el tuyo casi se acaba, así que compré uno nuevo."

El recuerdo llenó sus ojos de lágrimas nuevamente. Encontró una esquina un tanto deshabitada y se instaló ahí. Parecía un viajero que había tomado todas sus cosas para irse. Y, si lo pensaba bien, lo era, pero esperaría hasta que su compañero llegara. Era la idea repetitiva que aparecía en su mente una y otra vez y que lo enloquecía.

Así que buscó un lápiz y se puso a escribir. Lo hizo por mucho tiempo, dejando salir todos sus sentimientos, sus miedos, sus frustraciones. Escribió y escribió, tachando palabras que lo le gustaban, cambiando trozos o añadiendo versos que consideraba que quedarían mejor. Lo hizo hasta que la luz desapareció. Cuando se dio cuenta que era de noche, se alejó un poco de la estación, para sentirse más seguro. Esa noche no dormiría, esperando a Kyungsoo.

***

Cuando llegó la noche, Kyungsoo aceptó su derrota. Debía descansar en algún lugar, buscar un lugar donde dormir. Si se desmayaba del cansancio o moría sin comer o deshidratado, no serviría de nada su esfuerzo. Dormiría un poco, ganaría fuerzas y regresaría. Calculaba, que se demoraría hasta el siguiente día si seguía avanzando a ese paso, pero no importaba, lo haría.

Encontró un lugar en el que le dejaron dormir por un par de billetes de baja denominación. Su cuerpo cansado y su cara demacrada le despertó cierta empatía al dueño de un pequeño restaurante y después de comer, le dejó dormir sobre un montón de paja que tenía para los animales. Kyungsoo agradeció el descanso y calló rendido.

Jongin me espera, Jongin me está esperando. Despertaré y podré seguir avanzando. Porque Jongin me espera, él me está esperando. 

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