CAPÍTULO XIII
DEJA DE OCULTARTE
Me alisto con la ropa adecuada para una cena elegante, por si acaso; << Si al final voy a un lugar sencillo y humilde, no habrá problema >> También estará bien verme elegante alguna vez en mi vida.
Reviso la hora en mi celular y éste dicta las 5: 55 pm. Vuelvo a evaluarme con duda por milésima vez frente a la espejo, con una sensación de extrañeza al verme maquillada y con un vestido, no es normal en mí, usar este tipo de cosas << Más si es para ir a "una cita" >>
Sí, es duro decir aquella frase. Nunca me imaginé que estando Daemon cerca de mí, le otorgaría mi una cita a alguien más. Siempre esperé que el primero y el único fuera él, pero es curioso decir, que el tiempo, muchas veces te cambia los planes y las expectativas.
Todo parece tan falso e ilusorio ahora. Quisiera poder decir que aún hay algo que se puede salvar de mi pasado, que quizás no todo tuvo que ser mentira, pero, ir descubriendo poco a poco el "verdadero" pasado por el que viví, hace que cada día me desilusione más.
¡Toc, Toc!
Tocan la puerta.
<< Chris ya está aquí >>
Flashback
- Espero que la Secundaria no sea tan molesta como la primaria lo ha sido para mí – Comento en queja.
- ¿Si sabes que aún te faltan dos años más para salir de aquí? ¿Cierto? – Enarca una ceja. Que molesto es.
- Sí, no me lo recuerdes, por favor – Pongo mis ojos en blanco. Daemon ríe bajo.
- Lo siento Sam, pero ya no quiero escuchar por más tiempo tus lamentos... me están exasperando – Abro mi boca, indignada.
- Uh, eres un tremendo odioso – Me cruzo de brazos, molesta.
- Te estás comportando como una cría de dos años Sam – Ríe con gracia. Su risa me calienta el pecho.
- Oh, será mejor que calles Daemon – Lo señalo con mi dedo índice.
-Te pareces a Marisa con esa actitud. Oh no, espera, te pareces a... Sophie – Mi rostro se enrojece de la cólera. Se ha sobrepasado.
- ¡Daemon Miller! ¡Eres un...! – Presiono mi mandíbula para contenerme – No me hace gracia.
- Oh, vamos. Tanto te afecta que te diga eso – Me doy la vuelta dándole la espalda, con la intención de que capte la indirecta.
- Sam, deja de hacer dramas, me fastidian las personas así - Frunzo mi ceño, me doy la vuelta y me acerco a él con velocidad. Lo sujeto del cuello de su camiseta, lo acerco hasta quedar a escasos centímetros.
- Escúchame bien Daemon Miller, si me vuelves a comparar con ella, me pondré lo más dramática e insoportable que me sea posible – Lo taladro con mis ojos.
- ¿Estás molesta Lesson? – Me mira sin emoción alguna.
- Pues es tú culpa – Siseo.
- Te ves muy graciosa enojada – Sonríe de punta a punta. Él sabe que me está haciendo enfurecer más con eso.
- Me parece que no llegamos a nada de esta forma. Me voy a casa – Lo suelto con brusquedad, giro y me encamino para irme.
- Sam... - Apresuro el paso y puedo escuchar sus pasos detrás de mí.
- ¿Quieres relajarte un poco? Solo es otra tonta niña – Me detengo y él queda a poca distancia de mí.
- No, tú no lo entiendes – Mi mirada se pierde en la nada.
- Entonces explícamelo – Respiro con dificultad.
- Lo siento, pero no. No lo haré – Mis pies continúan con su marcha. Esta vez, Daemon no me sigue.
(...)
La oscuridad me rodea de pies a cabeza, y lo prefiero así. Me encuentro recogida en mi cama, con las luces apagadas, intentando no pensar, en lo malo, en lo difícil que es lidiar con la gente. Mi mente está en blanco, no hay ni un solo ruido, como era de esperarse en este pueblo silencioso y aburrido, pero, aun así... No consigo paz con el silencio.
Que frustración el estar molesta con mi mejor amigo, quisiera no haber discutido con él por eso, fue como sacar un secreto, que después me costará volver a ocultar << Demonios >> Suspiro y me acobijo en las sabanas.
<< Tal vez dormir un poco me haga bien >>
Me acomodo en una mejor posición y cierro mis ojos. Mi respiración se acompasa mientras pasa el tiempo, produciendo entonces, que mi conciencia se desintegre con lentitud. Siento levemente algo de frío en la habitación, no obstante, por el cansancio, lo ignoro y termino por rendirme, permitiendo que la oscuridad me envuelva.
(...)
Me muevo un poco entre las sabanas, no estando muy consciente de ello. Comienzo a sentir un roce extraño, como un toque frío y lento. << ¿Qué ocurre? >> Mi mente va despertando de a poco de la modorra, pudiendo así, percibir con mayor intensidad la extraña caricia que parece irrumpir mi cuerpo.
<< ¿Lo estaré soñando? >>
El contacto es lento e invasivo, me incomoda, parece una fricción perversa. Toca todo mi cuerpo de una manera muy irrespetuosa. Harta, me muevo perturbada y abro los ojos, pese a eso, todo se halla en penumbras y sin nadie alrededor.
<< ¿De verdad lo habré imaginado? Pero, es que se sintió tan... real >>
¡Toc, Toc!
<< Alguien está llamando a mi puerta >>
- Pase – Ordeno con voz ronca.
- Soy Yo – El rostro de Daemon se asoma.
- Hola – Digo con tono ido.
- Hola – Su vista se desvía - ¿Aún sigues molesta?
- No.
- ¿Quisieras contarme ahora? – Sus ojos reparan en mí con intensidad.
- No – Daemon resuella – Sin embargo, como sé que seguirás insistiendo, confesaré para que no me molestes más ¿Entendido?
- Bien.
- Bien.
- Bien – Reta con tono más duro.
- Bien – Confronto con un tono de voz más elevado.
- Habla, estoy esperando – Recuesta su cuerpo contra la pared, y se cruza de brazos. ¿Chico Malo? Hace el intento.
- Antes de tú llegar al pueblo de Food, llevaba un año siendo acosada por varios niños, bajo la excusa de sentirse atraídos por mí, era algo así como "la niña popular", pero, yo no me sentía así, y tampoco quería serlo, me resultaba molesto e irritante tener a esos niños encima de mí como moscas al popo de perro.
- ¿Y tus padres?
- Es obvio que nunca les conté a mis padres sobre eso, por inseguridad, aunque eso no evito, que ellos alguna vez sospecharan que algo pasaba, de cualquier modo yo les negué todo y les dije que todo estaba bien, ellos me creyeron; pero eso apenas es la punta del Iceberg.
- ¿A qué te refieres?
- Muchas niñas sintieron envidia de mí, una de ellas o la principal de ellas, fue Sophie Cullen. Desde entonces ha sido para mí, como un grano en el trasero, un horrible dolor de cabeza.
- Pareció estar frustrada de sentir que la embargaba, que yo lograra tener toda esa atención con todos, sin siquiera desearlo o buscarlo, eso provocó que me odiara; de hecho, en una oportunidad, se había acercado a mí, diciendo que era mi culpa, me dijo... que deseaba mi muerte – Mi garganta hizo un nudo al recordar aquello. Hago una pausa de cinco minutos antes de continuar.
- No pude ir a la escuela durante una semana entera, aquellas palabras me afectaron demasiado, tenía miedo, me sentía como la peor escoria de todo el planeta, una basura. Fingí estar muy enferma, para así no tener que ir a la escuela, con todas aquellas palabras dichas por ella, golpeándome como un saco de boxeo, estaba derrumbada, teniendo tan poca edad en esta miserable vida.
- Luego de esa semana, las demás niñas al ver que las palabras de Sophie me habían afligido en sobre manera, tomaron fuerzas para insultarme y decir todo tipo de cosas en mi contra, me perseguían y asediaban, me hacían bromas de mal gusto, me decían fea y esas cosas. Bajaron mi autoestima como una aplanadora, a tal punto de no comer a escondidas de mis padres, de despeinarme a propósito luego de que mi madre hubiese regresado a casa; odiaba mi cuerpo, mis ojos, mi cabello, mi voz, todo. Estaba en exceso perturbada.
- Sam... - Lo interrumpo.
- Déjame terminar – Lo observo con una expresión dura.
- Está bien.
- La mayoría de esos niños que se confesaron, habían sido rechazados por mí, por lo tanto, al tiempo de ver la persecución que había contra mí, causó en ellos el deseo de vengarse, y apoyaron el hecho de hacerme la vida de cuadritos. Había pasado de ser "la niña más popular y codiciada" a ser... "la niña más odiada y repudiada" Fue una agonía para mí estar en esa escuela en aquel entonces – Río sin una pizca de gracia.
- Su líder y actual "niña popular" se convertió en Sophie Cullen, quien era la encargada de no hacerme olvidar cada día de mi vida, quién era yo.
- ¿Sabes qué era? Adivina – Lo reto con cinismo.
- Detente Sam.
- No seas un aguafiestas – Frunzo el ceño – Me preguntaste y te respondí, así que ahora tú vas a responder.
- No quiero imaginar que te dijo, y mucho menos decirlo – Mueve su cabeza en negación.
- Perfecto – Siseo.
- Lo diré yo, entonces.
- Bast... - Lo interrumpo de nuevo.
- Me dijo, que era y que siempre sería, la peor bazofia que ha de haber pisado este mundo – Lagrimas polizonas escapan de mis ojos, y recorren mis mejillas.
- No aguanté, tanto abuso Miller, y me hice respetar al poco tiempo. Me prometí en ese momento que me defendería de ella, y de todos aquellos que quisieron hacerme sentir miserable y de poco valor.
- Sam... -
- Al siguiente mes llegaste tú – Sonrío con tristeza. Más lágrimas resbalaron por mi rostro.
- Te aseguro, que no dejaré que te pasé algo así de nuevo – Lo veo acercase a mí, para luego abrazarme.
- Te protegeré.
- No estarás para mí, toda la vida.
- Siempre. Siempre voy a estar allí, aunque ya no me veas más.
- Promételo... por favor.
- Lo prometo.
Lo abrazo con fuerza, y lloro en consuelo, es como un bálsamo para mi alma sentir que alguien puede sostenerme cuando me caigo, que ya no estoy sola. Son por estas cosas, que nadie podrá suplantar a alguien como Daemon.
<< Nunca >>
Fin del Flashback
Mi rostro está cubierto de lágrimas, es imposible para mí relegar cada detalle de ese tiempo, ya que aún a estas alturas, sigo sintiendo que esa fue mi mejor época, y la persona que se encargó de hacerlo así, fue Daemon.
Es una lucha diaria conmigo misma, el pensar que aún sigue estando mi Daemon en algún lado, que quizás solo es una broma de mal gusto, que quizás... él esté fingiendo, y eso sea todo.
Con el mayor desanimo que puedo tener, seco mis lágrimas con una servilleta, llevando este consigo todo el elaborado maquillaje que tanto trabajo me llevo hacerlo, suspiro con tristeza y me dirijo a la puerta a abrirle a Chris. Éste al verme, me observa sorprendido.
- ¿Te encuentras bien? – Sonrío con esfuerzo, pero la alegría no llega a mis ojos.
- Perfecta.
- ¿Estás segura? – Delata su preocupación por mí.
- Segurísima – Digo cortante. Suspira cansado.
- Sam, si tú no quieres esto, de verdad, lo entiendo. Cancelaré la cena y... - Lo interrumpo.
- Por favor Chris, vamos a esa cena. Te aseguro que quiero ir – Me examina con cuidado, y al final baja su vista y asiente.
- Este bien, quiero verte disfrutar ¿Sí? – Le sonrío agradecida.
- Lo haré. Vamos – Lo sujeto de su brazo y salimos.
(...)
Al final sí ha sido en un lugar muy excepcional, una cena en un bote privado siempre sorprende << Supongo >> Pero, lo que más me gusto, fue el ambiente fresco y divertido que Chris supo crear, en toda la noche me reí como si no hubiese un mañana, todas sus ocurrencias, sus bromas, todo fue... sorprendente.
- Con cuidado – Me sujeta de la cintura y me ayuda a subir al muelle.
- Listo. Ahora tú.
- Ok. Allá voy – Le extiendo mi mano y se engancha de ella, se impulsa y logra subir con elegancia. Reímos los dos.
- Que noche tan grata, Chris – Comento mirando el cielo sin estrellas.
- Tienes razón.
- Y lo ha sido gracias a ti. Muchísimas gracias por todo, eres un gran amigo – Lo veo a los ojos con detalle.
Estoy segura de que mis palabras pudiesen haberlo afectado, sin embargo, no quiero darle falsas esperanzas, no me gusta aprovecharme de nadie. Sigo estando confundida, y al mismo tiempo, con un corazón alterado, con una mente turbia; en ese estado, es mejor no adelantarse a las cosas, no, hasta estar segura de la decisión que necesite tomar.
- ¿Te llevo a casa? – Sonrío.
- Está bien, pero... antes de eso ¿Te importaría si me ausento un momento? Debo ir al baño – Chris asiente no muy seguro de dejarme sola, pero lo acepta.
- No tardes, por favor.
- Sí.
Entro al restaurante que está al frente, y examino toda la estancia, dirijo mi vista a las últimas mesas, las más ocultas, y veo allí una silueta conocida.
<< Lo presentía >>
Me acerco con tranquilidad hasta la mesa y tomo asiento. Veo a Daemon a los ojos, mi mirada puede expresar muy bien lo que pienso. Desde que salí de casa con Chris, me sentí observada, era evidente que alguien estaba cerca, pero al mismo tiempo lejos.
- Deja de ocultarte –Digo con tono severo.
- Yo siempre soy claro Lesson. Te advertí que no te quería cerca de él ¿Crees que lo que dije fue una broma? – Presiona la mandíbula con furia.
Nunca he temido por mi vida, si llegase a morir, lo único que deseo es no entristecer a los seres que amo y aprecio. Pese a eso, si eso llega a involucrar a alguien, no podré soportarlo. Presiono mis manos hasta hacerlos un puño.
<< Él no está siendo un bálsamo, por lo menos, no ahora >>
Prefiero llamarlo ahora, Dan O'connor.
- No lo involucres a él, por favor, si debes desquitarte con alguien, hazlo conmigo – Le ruego con mi mirada.
- ¿Por qué te importa si algo le pasa? Antes no te importaba nadie – Aplico más fuerza y mis puños se tornan blancos.
- Porque lo considero mi amigo, y él no merece esto – Desvía su vista, con insatisfacción.
- Solo habrá una manera de que no lo lastime, y tú lo sabes. No te volverás a acercar a él ¿Comprendes? Irás ahora y le dirás que no deseas irte con él a casa... te irás conmigo – Asiento sin animo.
Me alejo y me encamino hacia la entrada. Al salir, me termino de acercar a Chris. Este sonríe al verme, pero yo... No.
- Disculpa Chris, cambiaré los planes, regresaré a casa con Daemon – Sus ojos se apagan, y me pecho se exprime en la culpa.
- Si es lo que deseas, está bien – Me sonríe con tristeza. Se acerca, me toma de los hombros y besa mi frente con lentitud.
<< Vaya >>
- Por favor cuídate.
- Ella estará bien – Daemon aparece detrás de mí. Cierro mis ojos rogando que esto no se pongo feo.
- Estando contigo, lo dudo mucho – Chris lo ve con molestia.
- Si sabes lo que es mejor para ti, te irás ya – Da un paso en frente. Me alarmo.
- Daemon. Basta – Advierto.
- ¿Crees que te tengo miedo? He visto personas más desafiantes que tú – Lo reta, cosa que me asusta aún más.
- Deténganse – Advierto de nuevo, con voz más autoritaria.
- Sam ¿De verdad quieres irte con él? – Me corto, sin saber que decir. Deseo decirle que NO.
- Sí. Claro que quiere – Lo mira con arrogancia.
- No espero la respuesta de ti – Lo observa con fastidio.
- Mejor será que te largues ya.
- Chicos... - Me muevo para detener el enfrentamiento, pero no noto, la cercanía de la orilla del muelle, y caigo con torpeza dentro del agua. Todo pasa con lentitud.
-¡Ah! – Grito.
Me hundo y entro en pánico. Oigo mi nombre a lo lejos, pero el agua comienza a entrar a mis pulmones, sofocándome y produciendo un dolor insoportable, el liquido me desgarra y me rompe desde adentro, y dejo de saber lo que ocurre a mi alrededor. Sí... No sé nadar. Poco a poco Mi vista se borra, y me dejo ir junto con mi consciencia.
<< ¿Esto es un adiós? >>
BUENO, NO DARÉ NINGUNA EXCUSA DE MI TARDANZA, FALTA DE INSPIRACIÓN SUPONGO. TRABAJO + POCA INSPIRACIÓN = CAPÍTULOS TARDE. LO SIENTO MIS BELLOS LECTORES TT-TT LES FALLÉ. OJALA ESTE CAPITULO DISMINUYA SU DECEPCIÓN HACÍA MÍ, ESPERO LES HAYA GUSTADO. POR FAVOR COMENTEN Y VOTEN. COMENTARIOS + VOTOS = CAPITULOS SUPER RÁPIDOS XD JAJA LOS QUIERO A TODOS, NOS VEREMOS HASTA EL SIGUIENTE CAP ¡SALUDOS! XOXO
P.D. LA IMAGEN ES DE SAM ESTANDO ARREGLADA PARA LA CITA :D
=�'� b݄lV�
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro