Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO VII


PEPE



Pepe... Pepe... Pepe...


No sé por qué rayos de repente ese nombre me gusta tanto, no le veo el sentido, quiero decir, Pepe es un nombre tan sencillo y vulgar, que me pregunto ¿Por qué ahora quiero decir ese nombre? Simple, todo eso nos lleva a un mínimo común múltiplo... Miller.


Él tiene la culpa. Sus palabras están taladrando mi mente sin piedad, sin darme tregua, nada. Quiero golpearlo hasta dejar su hermosa cara sin dientes, pero ya sé qué se preguntan, lo que sus insignificantes mentecitas están pensando.


"¿Khé?"


"¡Alice! ¡WTF! "¿Desde cuándo sabes que Dan es Daemon?!"


"¡¿Cómo supiste que era él?!"


"¡¿Por qué actuaste como si no supieras que él era Daemon?!"


"¡¿Por qué no se lo preguntaste o echaste en cara?!"


"¡¿Piensas que Daemon ahora es malo?!"


"¡¿Te gusta ahora que sabes que es Daemon?!"


"¿Qué harás ahora que sabes que él es tu antiguo amor? ¿Actuaras diferente?"


"¡Por Khrisna!"


No recuerdo su rostro con claridad. Su mirada, sin embargo, es algo que no podré olvidar nunca. Su forma de verme no ha cambiado del todo, me es difícil olvidarme de algo como eso, logro reconocerlos. Los tengo tan tatuados, impresos en mi cuerpo, en mi mente, en mi piel. Sus ojos tan azules y tan fríos como un tempano de hielo me persiguen a donde quiera que voy. Quise creer que eran solo ideas mías, pero me es imposible escapar ahora de ellos. 


Su primer error, fue creer que lo recibiría con brazos abiertos al decir que mis besos seguían siendo suyos, a pesar de que él es el único con el que quiero compartir mis besos, no puedo dejar de lado el hecho de que él ya no es el mismo Daemon de antes. Él ya no es mío.


No es el mismo Daemon de hace doce años atrás. Es tan confuso sentir a veces que es Daemon quien está frente a mí, y al siguiente es Dan, otro chico.


No quiero arriesgarme de decir que sé con quién estoy tratando. Siempre supe que a Daemon lo cubría un misterio, lo tuve claro desde el primer momento en que lo conocí, pero no pensé que eso lograra afectarme con el paso del tiempo, y me he equivocado en gravedad.


<< Estúpido Dan >>


Pepe... Pepe... Pepe...


- Alice – Llama quien menos quiero ver en este momento.


Y aquí estoy, atrapada entre Dan y un estúpido árbol. Con sinceridad no confió en él, no importa cuánto me afecte él y sus palabras. El pensar que puede ser Daemon (Porque todavía no me lo confirma con un "Sí. Soy Daemon tonta") me tiene en exceso confundida, no sé cómo afrontar la vedad de que sea Daemon.


Él ahora actúa de manera extraña y peligrosa, porque si hubiera llegado siendo el Daemon de antes lo hubiese recibido mucho mejor que con un tajante "Aléjate de mí"; a pesar de eso, una pregunta aún más importante resurge dentro de mí. ¿Por qué volvió? ¿Qué se supone que quiere de mí?


Pepe... Pepe... Pepe...


- Mejor será que... me retire por el momento – Procuro no verlo. Me cuesta darme cuenta de lo inocente que fui en ese entonces.


- ¿Por qué no me lo has preguntado? – No lo miro.


- ¿El qué?


- No finjas. Sabes de que te hablo Sam – Su tono ansioso me dispara el pulso. ¿Estaba esperando que descubriera que él era Daemon?


- No entiendo. ¿Qué se supone que debo preguntarte O'Connor? – Digo con tono de ingenuidad.


- Sam... por favor. Ya no finjas – Confrontó sus ojos fríos. Trago saliva, como deseo que deje de mirarme con inexpresividad.


- No estoy fingiendo nada. Dan – Marco con tono seco la última palabra. Me acerco hasta su oído.


- ¿Quieres que te diga Daemon? Oh, cielos... – Me alejo.


- Creí que te alegrarías al saberlo – Noto algo de decepción, pero no me molesta en lo más mínimo. La tristeza la siento yo.


- ¿Saber qué? ¿Qué eres Daemon Miller y no Dan O'Connor? – Suelto con un tono cargado de rencor y odio. Lo veo tensarse.


- Recuerda... que yo soy una Lesson. No me tomes por tonta – Éste me mira con confusión.


- Ahora soy yo quien no entiende.


- Hacerte ver pequeño, inofensivo y normal. Me impresionas – Lo veo con verdadero asco. Nunca me imaginé verlo de esa manera, y él tampoco.


- ¿De qué me acusas?


- ¿Por qué me perseguías la primera vez que nos vimos Miller? ¿Te parecía gracioso asustar a una pequeña niña de siete años? ¡¿Cuál es el misterio?! ¡Responde! – Respiro agitada.


Daemon se encuentra descolocado, pero sigue obstaculizando cualquier vía de escape. Por supuesto que él no esperaba que al revelar quién era él realmente, lo atacaría con odio, en vez de darle un abrazo cursi o algo por el estilo.


Ese mugroso ser situado frente a mí, ha dañado lo único bueno que atesoré de mi solitaria niñez, lo único que me mantenía de pie ante la devastadora sensación de soledad, siempre consideré que a pesar de no tener amigos, yo tuve uno, al que podría considerar único y real


Una falsa amistad, ahora destruida por él.


- ¿Te divertiste fingiendo ser mi amigo? Explícame. ¿Acaso fue una apuesta o algo por el estilo? ¡Habla! – Exploto al fin. Golpeo su fuerte pecho con mis pequeñas manos, lo empujo con impotencia al no poder devolverle el mismo daño que él me está ocasionando.


- Sam yo... no puedo explicártelo – Me da tanto dolor ver que no le importé nunca, solo fueron invenciones mías. Me hubiese gustado ver antes quién era Daemon en realidad.


Lo miro con verdadero odio, fui engañada y no sé cómo haré para seguir como si nada hubiese pasado. Veo sus ojos azulados y todas mis energías se drenan. El hecho de saber que nunca capturé esas dos esferas congeladas por ser yo, por ser Sam, alguien autentica y divertida, me hace reírme de mí misma por ser tan ingenua.


Un nudo se hace en mi garganta, es como tener una piedra atravesada en el esófago, o por lo menos así lo siento yo. Todo un mundo que creí real, es destruido en tan solo segundos.


Ni siquiera puedo verlo a la cara, lo que deseo es desaparecer, hundirme. Recuerdo justo ahora ese dicho tan cruel que ahora obtiene un sentido y significado para mí.


"Lo que más duele de la traición de un amigo, es pensar que nada fue cierto."


Bajo la mirada abatida, atormentada por las sombras que me persiguen desde que tengo uso de razón. Es duro aceptar que al final mis sentimientos fueron burlados, ahora sé que al Amor solo hay que ignorarlo, y de ser posible... enviarlo lo más lejos que puedas. 


Mi cuerpo entero está entumecido debido a la presión interna que estoy teniendo, quiero llorar.


- Por favor, apártate – pido con voz monótona. Su cuerpo se acerca más al mío, pero ya no surte el mismo efecto de atracción.


- No puedo dejarte ir Sam, no puedo.


- Entonces... ¿Solo quieres que siga con este juego bizarro? ¿A qué has venido? ¿Cuál es tú propósito? – Su cuerpo se tensa. Palabras fuertes. ¿Acaso...? 


<< No. Por favor eso no... >>


- ¿Vienes a... terminar con mi vida? 


Silencio.


- Desde siempre eso es lo que debiste hacer, deduzco – Sigue sin decir nada ante mis acusaciones.


- Sam... yo... - lo miro a los ojos a pesar de saber que ahora puede ver mi dolor impregnado en ellos.


- Por favor, Dime con sinceridad... ¿Ese primer beso también fue falso?


Se tensa aún más, no lo creí posible. Su mirada me escruta por largos y molestos segundos. Baja la mirada con semblante frustrado y comienza a apartarse de a poco, presiona sus puños con gran fuerza y me dedica una mirada de súplica. Lo veo sin ninguna expresión en particular, ya no siento nada más que vacío, eso es todo lo que deja en mí. Le doy una sonrisa dolida, sin previo aviso una lágrima polizona se escapa de mi ojo derecho y maldigo en mi mente por permitirme algo tan débil.


- Sam...


- Adiós O'connor.


Me retiro a paso rápido sin mirar atrás. Con una mirada perdida, camino en dirección a mi departamento, sintiendo un gran peso en cada paso, como si tuviera una carga de tres mil toneladas en mi espalda y me impidiera caminar. Estando ya lejos y con nadie a la vista, me permito llorar con gran agonía y amargura.


Las lágrimas salen a mares sin nada que se los impida, y mi cara se desfigura por el dolor tan fuerte que me comprime el pecho. En este momento solo deseo olvidar, que los recuerdos de TODA mi niñez se vayan de mí, y así no sufrir más. Duele tanto perder un amor, pero pensar que perdí al único amigo que tuve, me destruye. Todo viene a ser oscuridad, cada recuerdo se mancha, cada broma, cada risa, cada abrazo, cada apoyo se ennegrece sin dejar un solo color.


Me acerco a un callejón y me desplomo sin ninguna fuerza en mi cuerpo. Solo soy capaz de llorar hasta drenarlo todo por completo.


(...)


Consumida en mis pensamientos, no oigo que se acerca una moto hasta donde yo me encuentro. El toque de una mano me sobresalta haciendo que mi rostro cambie a una de miedo y terror, pero al ver que se trata del amigo de Zoey, "Chris", me calmo.


- Me disculpo si te asuste. ¿Estás bien?


- Esta bien, da igual – Me levanto y doy media vuelta para comenzar a caminar de nuevo, ignorándolo por completo.


- ¡Eh! ¡Hablemos por favor! – Exclama con tono de ruego detrás de mí.


- No hay nada que hablar – Sigo caminando y voy limpiando mis lágrimas con velocidad. Oigo su moto rugir a mis espaldas, para luego posicionarse frente a mí, impidiendo mi paso.


- Por favor, fui un completo imbécil... quiero remendarlo – Lo miro fijamente.


- No hace falta, no tenga nada en contra de ustedes, solo hazte a un lado ¿Ok?


- No. Hice mal, por favor, ¿Qué tal si vamos a algún lado? Yo invito – Ladeo la cabeza pensativa.


Yo quería ir desde un principio a algún lado ¿Por qué no aceptar? Él está invitando, una ventaja muy grande. Podría olvidar si me distraigo. Suspiro y asiento con la cabeza.


- Bien. Ahora ¿Qué tal si me dices el motivo por el que llorabas? – Su mirada se cubre de seriedad. ¿Y a éste que mosca lo pico?


- Me parece que no. Eso no es tu asunto – Lo miro indiferente.


- Está bien. Por lo menos dame la oportunidad de alegrarte para lo olvides, sea lo que sea.


- ¿Por qué te interesa? Habla con sinceridad ¿Por qué de repente te interesa que te perdone? ¿Crees que soy tonta? No pienso darte satisfacción en la cama si eso es lo que buscas.


- Es que... me agradas.


- Escucha, hay otras nenas que de seguro te darán lo que buscas, de seguro tienes muchas chicas detrás de ti, así que te recomiendo no perder el tiempo conmigo.


- No lo hago. Tranquila – Sonríe. Desvío mi mirada incomoda hacia otro lado.


- Ok. Vamos ya, o si no me arrepentiré.


- Excelente. Sube – Se acomoda correctamente sobre esa bella máquina de velocidad.


Me acerco despacio, y algo incomoda me posiciono detrás de él. Mis manos rodean su abdomen y me acerco un poco a él. La hace rugir y arranca a gran velocidad sobre la deshabitada calle.


(...)


- Esa película no fue la gran cosa.


- ¿En serio? Me parece que ver el fotógrafo es algo de gente fuerte.


- Sí. Tú no eres uno de los fuertes, te la pasaste mirando hacia otro lado cuando venían las escenas de miedo – Río a carcajadas.


- ¡Había un animal suelto escondiéndose en la sala! ¡Lo puedo asegurar! – Suelto otra risotada.


- Por supuesto. Vayamos al parque ahora, niño lindo – Me dirijo hacia la salida.


- Vaya, vaya. Te parezco atractivo, eso es bueno – Sonríe de oreja a oreja. Pongo los ojos en blanco. Típico de los hombres vanagloriarse de su atractivo.


- Hay muchos en el mundo amigo, no me impresionas con eso. Andando.


- ¿Siempre eres así de agradable?


- Siempre – Resuella y me sigue por detrás.


(...)


- ¿Te sientes bien? – Me mira con preocupación.


- Solo estoy un poco mareada, es todo – Toco mi estómago para intentar aliviar el malestar.


- Mejor será que te sientes por ahora, te buscaré agua – Asiento agradecida.


-Ya vuelvo. Espera aquí.


Lo veo irse hacia un puesto de comida. Me acomodo lo mejor posible sobre el banco y suspiro cansada. Todo un día de distracciones y aun no puedo olvidar a ese imbécil, de tanto en tanto, aparece en mi mente para torturarme. Fingir es lo que más me cuesta, no quiero que Chris me fastidie con preguntas que no pienso responder.


<< Olvídalo ya, Sam >>


Ojeteo mi reloj de mano, solo falta poco para que se hagan las ocho de la noche, este parque lo cierran a las diez, aun podemos subir a una última atracción, pero ¿A cuál? Ya todas las hemos subido. Daemon aparece de nuevo en mi mente, y suelto un grito de frustración.


- Maldito Daemon.


- Tienes razón. Soy y estoy maldito – Me sobresalto, pero no volteo a mirarlo, no soporto ver sus ojos de nuevo.


- Desaparece.


- Sam, por favor mírame – Río sin gracia.


- No perderé el tiempo contigo, será mejor que te vayas – Se sitúa frente a mí, pero miro el suelo.


- No quiero irme.


- Bien. Me voy yo – Me levanto y me voy hacia un lado de éste.


Me sujeta del brazo y me sacudo el brazo como si de un  leproso se tratase. Camino en dirección a Chris y oigo sus pasos seguirme.


- Vete Daemon.


- No.


- Como quieras.


Llego hasta Chris y al verme me mira confundido. Lo sujeto para que sigamos y éste acepta aun dudoso de mi repentina actitud. Mira atrás de mí y frunce el ceño, parece comprender ahora a qué va mi cambio de humor.


- ¿Conoces a ese chico que nos sigue?


- No.


- Pues no es lo que parece desde mi punto de vista.


- Ignóralo.


- ¿Él fue quien te hizo llorar? – Me quedo en silencio.


- Sam, suéltame. Le diré unas cuantas cosas – Lo presiono con más fuerza.


- Por favor. Te odiaré si no me haces caso ahora.  Sigamos y subamos a otra atracción ¿Sí? – Chris me mira dudoso, pero al final acepta a regañadientes.


- Bien. ¿Qué tal si vamos a la rueda de la fortuna? es la única que nos queda.


Me tenso en el acto. Los recuerdos me hacen lamentarme tanto y la tristeza se vuelve a ceñir. Quiero gritar y llorar, maldecir a todo aquel que ose a ponerse frente a mí


Flashback


- ¡Subamos de nuevo a la montaña rusa! – ¡Exclama emocionado! Asiento de acuerdo con la idea.


- ¡Sí! ¡Eso es lo más divertido de todo este lugar! – Corremos emocionados buscando la atracción.


Después de varios minutos de buscar, nos hemos perdido, no la encontramos. Suspiro y pataleo impotente. Quiero pasar más tiempo con el Daemon alegre, quiero recordar su rostro de emoción al estar en este lugar conmigo y divertirnos. No es justo que algo como esto pase.


- No la veo – Digo decepcionada.


- Yo tampoco – Niega con su cabeza frustrado.


Giro mi cabeza y abro bien mis ojos para intentar encontrarla, y en eso me percato de una gran rueda que gira y brilla en todo lo alto. Vislumbro varias parejas que se montan y me pregunto qué harán estando allí. En eso volteo hacia Daemon, pensar en la idea de que ambos estemos allí me parece interesante.


Me acerco a él, tomo su manga para llamar su atención, este voltea y me ve  confundido. Un poco sonrojada, ladeo la cabeza y le señalo la potente atracción. Éste lo observa confundido, muerdo mi labio inferior nerviosa y él me ve rápidamente en los labios, desvía de nuevo la mirada y se rasca la cabeza.


- Solo veo que gira lentamente, no entiendo dónde está lo divertido ¿En serio te llama la atención ese juego? – Asiento, algo dudosa de si estoy haciendo lo correcto.


- ¿Por qué no la probamos para ver qué tal? – Miro el suelo y mis mejillas se acaloran.


- Pues, solo veo que gente adulta se sube allí. No hay niños subiendo a esa atracción. No creo que sea para niños – Hago un puchero y éste se ríe.


- Vamos – Le suplico.


- ¿Qué tal si lo probamos cuando tengamos más edad? – Escondo mi decepción y asiento conforme.


- Está bien.


- ¿Promesa de meñique? – Me muestra su dedo más pequeño, y yo la estrecho con mi meñique gustosa.   


- Promesa de meñique – Sonrío.


Fin del Flashback


- De acuerdo – Logro aceptar con gran esfuerzo.


- Sam... - Oigo detrás de mí. Ignoro su presencia y halo a Chris para subir a la atracción.


- Andando.


Una vez llegamos, nos subimos en un cubículo de color azul celeste, del mismo color que los ojos de Daemon. Trato de dejar de lado ese hecho y observo la vista a nuestro alrededor.


- ¿Estás bien? – Suspiro y lo miro. Asiento despacio.


- Sí. Mejor que nunca.


- ¿Segura? – Bajo mi mirada.


- Ayúdame a sentirme mejor, Chris.


- ¿Cómo? – Levanto mi vista.


- Bésame – Abre sus ojos como platos. Lo observo con determinación, segura de lo que digo.


- ¿Estás... muy segura? - Asiento.


- Está bien.


Se acerca y queda a pocos centímetros de mí. La imagen de Daemon viene a mí mente, me hace pensar por un mili-segundo que quizás no sea buena idea, pero desecho todo sentimiento de culpa y termino el espacio entre nosotros, uniendo nuestros labios. El beso se hace intenso y me pierdo en la suavidad y las caricias. Me fastidia descubrir que... No lo disfruto.


<< Haré todo lo posible para olvidarte, Daemon >>


NUEVO CAPITULO ¿LES GUSTÓ? SI FUE ASÍ, COMENTEN Y VOTEN POR FAVOR. PERDONEN SI TARDÉ. NO HE TENIDO EL TIEMPO, PERO AQUÍ ESTÁ MI DEUDA SALDADA :v LOS APRECIO A TODOS. ¡SALUDOS!

P.S: EL CHICO DE LA IMAGEN ES CHRIS ;) ATRACTIVO ¿CIERTO?




Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro