Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO IX


QUIERO OÍRTE REÍR



Dormí, como un oso polar en invernación. ¿Estoy con ojeras? No. ¿Cansada? Eso sí. Creí, que luego de todo lo que tuve que pasar ayer, no pegaría un ojo en toda la noche, sin embargo, resultó ser todo lo contrario. Quedé tan cansada física y mentalmente, que fue algo mecánico, apenas mi cuerpo tocó la cálida cama, mis ojos se cerraron y no supe más nada del mundo exterior; hasta ahora, que estoy despierta a las 6: 15 am.


<< Que tortura >>


Me levanto de mi cama, hago toda mi rutina mañanera, y Boalá, ya estoy lista para largarme a ese gran edificio de llantos y lamentos. Cojo un bus y llego en tan solo diez minutos; me desplazo con seguridad hasta llegar a la cafetería, pido unas barras de chocolate, café bien cargado y caliente. Me lo dan en poco tiempo, pago y doy las gracias.


Me dirijo a mi casillero para buscar lo esencial. Cuando lo hallo, guardo mi barra de chocolate y pongo mi café en el suelo para tener mis manos libres. Abro mi casillero y busco con rapidez los libros correspondientes a las materias para este insufrible día. Al final, me voy hacia el jardín del instituto.


Veinte minutos de ventaja, siempre se saben apreciar, por supuesto, con un buen libro en mano para matar el tiempo. Me siento en la raíz de un árbol, acomodo mis cosas y me pierdo en medio de las palabras.


(...)


Lo admito, me encanta tanto éste libro "Ojos de Gato Tentador". Ese trama es impecable. Consigue que me interne con rapidez en la historia. Es casi imposible, no sentirte conectada con los sentimientos de Marien, con sus reacciones cada vez que se encuentra con Antonio. Sin duda alguna, se lo recomendaré a mi madre.


- Ey. Sam – Por tratarse de una buena persona, accedo a interrumpir la exquisita lectura. Giro mi rostro para verla.


- Zoey. ¿Qué necesitas? – La miro sin expresión alguna.


- Que dejes de evadirme, eso necesito – Cuestiona con los brazos cruzados y una ceja enarcada.


- ¿Porque debería? – Enarco yo también una ceja, en modo de desafío.


- Yo no soy tu enemiga, ni un bicho raro. Por favor, te pido... que no me apartes. Yo quiero ser tu amiga ¿O esto es por lo que pasó hace dos días? - ¿Sigo con mi lectura o le respondo con cortesía? Suspiro con fastidio. Sé la respuesta.


- Para nada – Mi vista se dirige de nuevo al libro.


- ¿Entonces? ¿Por qué? – Volteo a verla cómo si le hubiera salido otra cabeza en la nuca.


- Porque no deseo importunarte con tu novio, sencillo. Me agradas, pero estar en el medio de un conflicto amoroso no es lo mío. Oh, espera. Ser la causa de una pelea entre una pareja, no es lo mío – Sonrío y levanto el pulgar. Un poco cínico, sí.


- ¿De verdad piensas esa tontería? – Mi entrecejo se inclina con lentitud.


<< ¿Acaso estoy equivocada en algo? >>


- Por supuesto. ¿Pretendes que me guste crear disputas maritales? – Digo con molestia. Está en cambio, suelta una carcajada, no digna de una dama.


<< ¿A ésta que le picó? >>


<< ¿Siempre fue una demente y nunca lo noté? >>


- De verdad que eres tonta – Niega, mientras se limpia las lágrimas imaginarias.


- ¿Y eso cómo por qué? – Pregunto, sin estar todavía ubicada en el chiste.


- No me interesa un pepino, si a mi novio le agradas o no. Yo no le cuestionó sus amistades, porque confío en que tiene buen criterio, para decidir quiénes son sus amigos. Él, debe hacer lo mismo conmigo – Parpadeo tres veces.


- Y más le vale, que te trate bien la próxima vez que te vea, o sino, será él quien diga adiós. Descuida. Los chicos que les gusta manipular y controlar tus decisiones, no son lo mío – Me sonríe con tranquilidad.


<< Oh >>


- Pues, no sé qué decir – Me rasco la nuca, incomoda.


- No te preocupes, no tienes por qué decir nada. Saldremos hoy a comer un helado – Pienso refutarle, pero me interrumpe antes que yo diga algo más.


- Y no aceptaré un No. Me lo debes por haberme ignorado Lesson – Me señala con su dedo índice, recriminándome. Me masajeo el puente de mi nariz. No tengo otra opción.


- Pues, te pediré el favor, de que le avises a Chris. Él planea buscarme después de clases para llevarme a casa, y no tengo su número - Me encojo de hombros, indiferente.


- ¿Cómo es que pasó esto? – Me sonríe divertida.


- No tengo ni idea. Al parecer no le parezco tan rara como hace dos días atrás. Deberías preguntárselo tú – Desvío mi vista, para seguir con mi lectura.


- No puedo creer que le gustes. Ahora si podré hundirlo con esto – Escucho su risa maligna aun lado.


- Me parece bien – Cambio de hoja, sin quitar mi vista.


- Aquí tienes. Éste es su número – Me volteo a mirarla. Está sujetando su Smartphone frente a mí con el número personal de Chris. Giro de nuevo mi rostro y continúo con el libro.


- No hace falta. Puedes Avisarle tú.


- No ¿Por qué no se lo dices tú, directamente?


- Porque no y punto.


- Mentirosa. ¿No me digas que te da verguenza? – Me río bajo. ¿Tendría él tanta suerte para lograr eso?


- Que buena broma. Deberías ser comediante – La oigo bufar.


- Entonces, aclárame ¿Por qué no le puedes decir tú?


- No quiero que tenga mi número. Será una molestia. Me gusta que solo mis padres tengan mi número, son los únicos que lo necesitan – Suspira con fuerza.


<< Qué dramática >>


- Como prefieras – Asiento.


- Pero es tonto lo que haces – Niego sin apartar mi mirada de la lectura.


- Lo opuesto. Lo más inteligente, que una persona puede hacer - La oigo bufar nuevamente.


- Tonterías, no sabes si el amor está tocando a tu puerta, y tú en cambio, prefieres encender el estéreo y ponerlo a todo volumen, con la intención de ignorarlo – Me carcajeo. Su comparación me hace gracia.


- Te aseguro que es el tipo de chico Playboy, que todas las chicas anhelan, pero yo, sé que él nunca se ha enamorado ¿Por qué debería pensar, que él me ve de una manera distinta que a cualquier otra chica que estuvo cerca de él? – Cambio a la siguiente hoja. Es una historia, hechizante.


- Porque lo conozco. Él nunca le ha propuesto a una chica buscarla después de clases para hacerle un favor. De hecho no ha tenido más de dos novias en su vida – Suspiro.


<< ¿Por qué lo defiende? >>


- Me da igual. No estoy interesada en crearle falsas esperanzas. No quiero tener una relación amorosa en estos momentos – Reviso mi reloj de bolsillo. Faltan cinco minutos para que suene la campana. Cierro mi libro, recojo mis cosas y me levanto para irme.


- Eso no lo decides tú – Insiste.


- Eso lo controlo yo. Basta. Ese es mi decisión final – Comienzo a caminar a grandes zancadas para llegar a tiempo a clases.


- ¡Eres muy necia Sam! – Dice una irritada Zoey, caminando a mis espaldas.


- ¡Soy muy inteligente Zo! – Contraataco, mientras camino aún más rápido.


- ¡Argh! ¡Me rindo! – Sonrío con triunfo.


- Siempre gano – Comento mientras entro al salón de clases.


- Nos vemos en el almuerzo Samargada – Río por dentro.


- Nos vemos luego, Zopenca.


El salón está casi lleno. Escudriño todo el cuarto, para encontrar mi asiento, pero me encuentro con una chica al lado de Daemon, ocupándolo. Admito, que eso me irrita un poco, un poco bastante, sin embargo, con todo el orgullo que debe tener una chica, me encojo de hombros con indiferencia, y busco otro desocupado.


Localizo uno en la primera fila, al lado del atleta estrella de futbol de toda la Universidad. ¿Acaso estoy sonriendo con malicia? Puede ser. Este chico ha coqueteado conmigo innumerables veces, obviamente sin obtener buenos resultados. De todas formas, yo necesito un asiento, a su lado hay uno por casualidad, y puede haber una remota posibilidad, de que hoy, sea amable con el chico.


Camino hasta el lugar desocupado, y ubico mis cosas con tranquilidad. Me siento y volteo a mirar al lado, donde hay una atleta observándome sin discreción. Le sonrío amistosa, me devuelve el gesto y hace una bomba con su chicle.


<< ¿Acaso no es todo un caballero? >>


- Hola hermosa. No estoy seguro si es una mala pasada de mi mente, o ¿Realmente estoy viendo que estas frente a mí, sonriéndome como alguien agradable? – Río bajo. Está comenzando a caerme bien la estrellita.


- Pues, me parece que estás loco – Enarco una ceja con diverción.


- Ya decía yo que era muy bueno para ser cierto – Sonríe. Parece satisfecho de ver que no lo estoy ignorando.


- Exacto – Asiento y reviso mis anotaciones.


- ¿Habrá oportunidad está vez quizás? – Las comisuras se me elevan.


- Tal vez – Amplío mi sonrisa.


- Eres muy cruel Lesson – Ríe con gracia.


- Siempre – Suena la campana. El profesor entra de mal humor.


<< Que raro eso >>


- Muy bien, espero que hayan estudiado, porque hoy vamos a tener el examen en el que dependerá si valen o no valen la pena – Se oye a la mayoría quejarse y refunfuñar.


El Sr. Brooks, es uno de los profesores que más se caracteriza por ser amargado, disciplinado y exigente en toda la Universidad Imperial. Tiene la costumbre de hacer exámenes sin previo aviso, en la cual, muchos son aplazados.


- No quiero escuchar ni un solo respiro, todo el mundo en silencio ¿Quedó claro? – Advierte con voz tensa. Algunos asienten, otros responden con un escueto .


- Bien, empiecen.


<< Aquí vamos >>


(...)


No estuvo nada difícil. Me pareció que el profesor fue bastante condescendiente, pero, ya que, aún con poca dificultad, muchos salieron con caras cabizbajas. Me hace sentir un poco mal por ellos, no disfruto ver, que otros fracasen.


Las demás clases, también tuvieron exámenes importantes, para la culminación del último semestre que tenemos. Ya solo queda un mes para poder decir... arrivederci. El pensar en terminar y poder salir, es un gran alivio para mí. Necesito irme de aquí. 


Suena la campana, avisando la hora de almorzar.


<< Gracias >>


Me encamino a paso rápido por todos los pasillos, tengo un hambre, que solo permite que mire mal a todo aquel que está atravesado en la vía por la que paso. En el comedor se haya mi Verdadero Amor.


Cuando llego, me apresuro a escoger mi comida antes que otros lleguen y arrasen con todo lo bueno. Tomo una buena porción de cada cosa y me voy a una mesa cercana de la puerta. Abro mi boca y comienzo a tragar.


<< Que delicia >>


- Pareces un hipopótamo, Sam – Ignoro todo ruido molesto que amenaza mi hora de descanso.


- Si me ignoras, está noche no daré tregua, y realmente no deseo hacerlo para la próxima – Me atraganto de la impresión.


Toso como una enferma, mientras el imbécil que está parado frente a mí, sonríe como el estúpido que es. Me trago todo el jugo de mora, y entonces me calmo. Me limpio, me levanto y busco más jugo.


- Piérdete O'Connor.


- Cuando dices eso, solo me motivas más – Tenso la mandíbula.


- Tú no eras así. Ahora eres un insufrible – Me arrepiento al instante. Debo cortarme la lengua.


Su rostro cambia a uno más molesto, se acerca hasta quedar a pocos centímetros de mi cara, dejándome muy roja y avergonzada.


- Te lo advierto Samantha, no juegues conmigo. Tú eres mía, si veo que alguien está intentando tomar lo que me pertenece, despídete. Te recomiendo que se lo digas a ese estúpido que intento coquetear contigo en la mañana.


Aun no tengo muy claro qué tan peligroso puede resultar ser Daemon, pero a pesar de que me esté exponiendo, a que me haga daño por desafiarlo, no permitiré que me traten como algo que puedan controlar.


- No tengo por qué decirle nada a nadie. Hablo con quién me venga en gana. Podrás haberme gustado en su momento Daemon, pero si algo aprendí, al haber estado sola toda mi vida ante muchos abusones, es a no temer a nada ni a nadie, y pienso aplicar lo mismo contigo. No me importa, si implica morir. ¿Lo comprendes? – Síseo bajo la última frase.


- Como prefieras. Esto tendrá sus consecuencias Samantha – Habiendo dicho esto, se retira.


Suspiro y me siento. Me obligo a comer lo que traje, no dejaré que nadie me quite el apetito. Me atrevo a levantar la mirada, y como sospecho, muchos están en silencio y otros susurrando con sorpresa. Esto me traerá problemas en los próximos días.


- Sam – Se acerca Zoey.


- Hola – Digo sin animo.


- ¿Estás bien? – Aprieto mi mandíbula, incomoda.


- Sí, descuida.


- Oye... ¿A que no adivinas qué dijo Chris sobre el cambio de planes? – La observo, para distraerme de lo anterior.


- No lo sé.


- Eres muy mala adivinando, ni siquiera lo intentas – Me encojo de hombros.


- Bien. Aguafiestas. Me dijo que me pateará el trasero cuando me vea, por arruinar su regreso a solas – Se ríe con gran energía, contagiándome su risa y su buen humor.


- Así me gusta. Quiero oírte reír – La observo por unos segundos. Sonrío agradecida.


<< Gracias Zo >>


¿LES GUSTÓ? ESPERO QUE SÍ :v POR FAVOR VOTEN Y COMENTEN. ACTUALIZACIÓN UN POCO MÁS RÁPIDA :3 EN LOS CAPIS SIGUIENTES ES QUE EMPIEZA LO BUENO :B ESTÉN ANSIOSOS JEJEJE LOS AMO A TODOS :D APRECIO SU APOYO!  SALUDOS Y ABRAZOTE!


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro