Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPITULO 6

HAILEY ROBERTS

Dick me miraba apenas entre al salon de clases, sus brazos lo sostenían en el banco mientras su mirada reflejaba concentración en mis movimientos. Yo me senté a un lado suyo haciendo un mohín soltando la mochila al suelo. Dick se mantenía en la misma posición sin mencionar ninguna palabra, encarno una ceja ladeando la cabeza.

Ladeé mi cabeza tratando de verlo de la misma manera, parecía que estábamos en una guerra de miradas interminable, esta vez, fui yo quien encarno la ceja confundida por tanto misterio.

- ¿Quieres decirme porque tanto misterio?

- Claro, como todos los domingos me llamas a las 11 de la noche para recogerte de una fiesta, no me das ninguna explicación del porque estabas sola ¿Le sigo? – Dick me da una mirada entrecerrando los ojos.

- Ya te repetí 5 veces que no estaba sola – mordí mi labio al notar que no me creía.

- Hailey ¿y si te ocurría algo? O ¿si no llegaba por ti? – el negó varias veces y podia entender su preocupación, pero era lo suficientemente mayor para cuidarme sola.

- Estoy bien, no me paso nada – puse mi mano sobre la suya tratando de contentarlo – no te enojes.

- No estoy enojado, solo me preocupo por ti Hailey, eres como una hermana menor para mí lo sabes – sostuvo mi mano por un momento para luego removerse en un lugar.

- ¿Te puedo hacer una pregunta?

- Te escucho luciérnaga

- ¿Sigues trabajando de mesero en la cafetería? – indique mirándolo nerviosa.

- Si claro, trabajo los fines ¿Por qué?

- ¿Puedes ayudarme a entrar a trabajar contigo?

- Claro, pero acuérdate que te entrevistaran para ver tus habilidades.

- ¿Qué preguntas hacen?

- Fáciles, como manejas a un cliente enojado, si tienes experiencia, el por qué quieres trabajar y mas preguntas de ese estilo.

- Oh

- ¿Puedo preguntar? ¿Por qué buscas empleo?

- Mi mamá esta trabajando muy duro, y yo siento que no aporto lo suficiente para ayudarla

-Yo se que conseguirás el puesto luciérnaga, pero cambiando de tema ¿Qué te parece ir por unos helados a la nevería después de clases? – levanta las cejas con diversión esperando mi respuesta.

- Esta bien vamos, si no vamos me estarás reprochando una semana que por no ir no conocerás al amor de tu vida – vuelco los ojos con fastidio mientras la suelta una escandalosa carcajada.

- Me conoces tan bien mi queria luciérnaga, pero si, te imaginas que ahí la conozca y nos casemos, vamos a tener un perro y 2 gatos o unos pajaritos...

-Señor Lennox ¿Le importaría por favor poner atención a la clase? – la maestra está a nuestro lado mirándonos con curiosidad – si no comparta el chiste para reírnos todos juntos.

- Ya pondré atención – Dick se acomoda rápidamente como niño bueno mientras la maestra nos reprende con la mirada.

- Una más y los sacos de mi clase, están advertidos - se aleja lentamente siguiendo con la clase.

Las horas cada vez pasan mas lento de lo esperado, nunca entenderé como pasa el tiempo, de alguna forma esperaba encontrarme con aquel chico de ojos eléctricos, pero no habia rastro de el por ninguna parte. Algo en mi me volvía loca, estos dias seguia con sus estúpidos ojos en mi memoria, no tenia ninguna razón por la que me cayera mal, simplemente no podia sacarme la idea de que conocía a un fantasma real.

Al llegar a las canchas observe las gradas esperando que estuvieran libres, pero lastimosamente ahí se encontraba Jason, mi corazón se sentía lastimado ¿Por qué me habia llevado a esa fiesta?

Gire sobre mis pies rumbo en busca de Dick, parecía que todos se estaban escondiendo de mi ya que tampoco lo encontraba en ninguna parte, y eso que no era difícil de perderlo de vista, el era alto y además de ser la persona más idiota que conozco, pero con un gran sentido de humor.

- ¿Esta lista lucí? – susurra Dick contra mi oído haciendo que chille del susto.

- Por Dios – tomo mi pecho tratando de recuperar el aliento – Primero Adrien y ahora tu – bufe para luego arrepentirme de haberlo mencionado.

- Hubieras mirado tu cara – se acerca a mi poniendo un brazo arriba de mis hombros empezando a caminar a la nevería – Ah, y no creas que no escuche al tal Adrien.

- ¿Cuál Adrien? Yo no conozco a nadie con un nombre tan feo – hago un mohín con la esperanza que cambie de tema.

- Aja, ¿Crees que soy estúpido?

Lo observo de reojo por lo que el se indigna quitando el brazo de mi hombro – Bueno tal vez un poco, pero no me cambies de tema.

-No es nadie importante ¿entiendes? - respondo tratando de parecer directa posible, en ese mismo momento siento un escalofrió por todo mi cuerpo causando frio a mi alrededor.

- Hare como que te creo, pero no te creo una mierda – toma mi mano para seguir con nuestro camino, al dar la vuelta trato de buscar a quien pudo causar ese escalofrió, pero por más que trato de verlo no lo encuentro.

###

- ¡Toby suelta mi calceta! – No podia creer que esa bolita corriera más rápido que yo.

Cuando por fin alcance a rodearlo, el estaba en pose para jugar, me acerque lo mas cautelosa posible, tan solo me faltaba unos centímetros para tomar la calceta cuando escucho un estornudo causando que Toby corriera y yo cayera en el intento.

-Derrotaba por un cachorro, que triste – Adrien esta acostado en mi cama plenamente mirandome con burla.

- ja, ja que gracioso, ¿Qué haces aquí? ¿se te olvidaron las reglas? – hago una mueca tratando de buscar a Toby.

- Tus reglas en este momento no me importan – su mirada estaba apagada, de alguna forma extraña lucían diferentes.

- Se nota que alguien no esta de humor – vacilo tratando de alivianar el ambiente, pero no lo consigo.

- Solamente vengo a agradecerte... sabes que no te voy a agradecer nada – se pone de pie para caminar hacia la puerta, al abrirla Toby brinca hacia el con una sonrisa, el corre subiendo a mi cama con una cara de espanto. – Aleja a ese monstruo con patas de mi ¿quieres?

- ¿Por qué le tienes miedo a los perros? – cargo a Toby en mis brazos quien se remueve con impaciencia para ir con Adrien.

- No es miedo, es prevención – vuelve al piso acomodando su cabello – me tengo que ir.

- Ok, eres muy raro – vuelco los ojos, poniéndome las calcetas lo más rápido posible.

- ¿Por qué estas vestida asi? – estaba recargado en el marco de la puerta mirandome neutro.

- Tengo cosas que no que incumben que hacer, asi que ahora soy yo la que te pide que te vayas – su mirada sigue siendo la misma, esperaba que digiera algo más, pero solamente se dio la vuelta para marcharse sin decir nada.

###

Al estar enfrente del restaurante mi estomago daba vueltas y mis manos empezaban a sudar.

Era la siguiente en ser entrevistada y mi corazón latia más rápido de lo normal, no era la mejor hablando en público, pero tenía que hacerlo, por mi mamá, no podia dejarle todo a ella.

Cuando fue mi turno entre lo mas sutil posible, trate de mostrar una sonrisa, pero en realidad no era capaz de mantenerla. Me senté en la silla donde estaba una señorita con unos papeles, ella era alta, pelinegra, pero se notaba que no era muy risueña.

- ¿Estas listas? – pregunto recargando sus manos en la mesa, asentí rápidamente a lo que ella negó – Por favor contéstame verbalmente.

- Si, esta bien

- ¿Cuál es tu nombre señorita?

- Hailey Roberts Patton – suelto en voz baja, a lo que ella vuelve a negar.

- Habla un poco más fuerte por favor – su voz era serena, pero en lo absoluto me tranquilizaba, mi corazón lo sentía en mis oídos.

- ¿Me podría dar unos minutos? – agache la mirada, pero de reojo observe que asentía, me levante lo más rápido que pude para salir y esconderme detrás de una pared.

Estaba llorando, no podia retener mis lágrimas, sentía nauseas, no estaba lista para seguir. Tome mi rostro en mis manos tratando de limpiar mis lágrimas, pero cada vez sentía ese dolor en mi pecho creciendo rápidamente.

-No llores princesita – la voz de Adrien llamo mi atención haciendo que levantara la mirada.

- ¿Tu? ¿Qué haces aquí? – quite las manos de mi rostro observando que estaba vestido de una manera muy peculiar.

- Observando como lloras ¿Por qué lo haces?

- Soy una cobarde, no sirvo ni para esto ¿Cómo podre ayudar si no puedo con esto? Soy una cobarde – derramo mas lagrimas mientras siento mi respiración más pesada.

- Hailey eres muchas cosas, pero cobarde no eres, eres de las personas mas valientes que he conocido. – de alguna forma extraña puedo sentir una paz al tenerlo cerca – Vamos, no dejare que te rindas asi de fácil.

- Pero...

- Pero nada, ven acá – me pongo a un lado suyo quitándome las lágrimas del rostro – postura derecha, mentón arriba, acomoda tu cabello, y limpia bien esas lágrimas.

Trato de hacer todo lo que digo lo más rápido posible para salir. – Por último, Hailey, demuestra una sonrisa como tu lo sabes hacer – al escuchar eso suelto una sonrisa haciendo que él también lo haga.

Camino nerviosa rumbo a la mesa, donde observo que esta apuntando algo en su cuaderno, me siento nuevamente tratando de seguir los consejos de Adrien.

-Señorita Hailey, le recomiendo no volver a tener un inconveniente de este tipo ¿esta entendido...

- Disculpen señoritas, ¿Quisieran disgustar alguna de nuestras bebidas? – mi cara se asombra al ver llegar a Adrien con una cartilla de bebidas a la mesa.

- Lo siento por el momento no, pero a la señorita Hailey por favor un vaso con agua fría – responde la muchacha con una sonrisa coqueta a Adrien.

- En un momento – Adrien me observa de reojo guiñándome un ojo.

De alguna forma, todavía sentía los malestares, pero el me hacia sentir un poco en confianza.

Al terminar sabia que habia fallado al marcharme de la entrevista y tal vez no me darían el trabajo.

- ¿Por qué me ayudaste? ¿Y cómo pudo verte? – suspiro mirándolo con curiosidad. El me devuelve la mirada con una sonrisa de lado.

- Tú me ayudaste ayer... era mi turno de devolverte el favor – su sonrisa crece, pero su voz estaba quebrada, pero decidí no preguntar al respecto. – y por qué pudo verme, déjame decirte que ni yo mismo se el porqué.

- Gracias por ayudarme Adrien.

-Gracias a ti princesita.

ADRIEN MCGRAY

Sabia y podia sentir que en cualquier momento podría desaparecer.

Hailey era una tormenta, pero una tormenta hermosa que al ver podías quedar hipnotizado o al menos escuche decir eso a Jason.

No sabia cual era la razón que sentía la necesidad de estar cerca de ella ¿Por qué no podia quitar de mi mente sus ojos? ¿o su sonrisa?

Al obsérvala llorando contra la pared una parte de mi queria dar la vuelta y otra queria acercase lo más rápido posible.

Yo sabía que no estaría con ella mucho tiempo, pero no dejaría que los malos tiempos se llevara lo más hermoso de ella.

Ella era una maldita estrella que tenía que brillar a su esplendor, y yo me aseguraría de verlo antes de irme.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro