CAPITULO 17
HENRY RUSSELL (17 AÑOS)
¿Qué es morir?
Mis dias eran de los mas normales, si tenía una enfermedad la cual esta en mi sangre llamada leucemia, pero no era un problema o al menos ya no. La habia vencido y todos estaban contentos y yo por un tiempo también lo era.
Las hematomas ya no salían, mi piel y mi cuerpo se estabilizaban, ya no estaba tan cansado como otros dias, mi hambre regresaba y estaba recuperando peso rapidamente.
¿Entonces como termine asi?
No era una persona muy social, al cambiarnos muy seguido por mi el trabajo de mi mamá hacia que perdiera los pocos amigos que podia tener. Recuerdo muy bien a Hailey, una niña parlanchina que se emocionaba hasta porque una mosca paso, siempre la recordaba meciéndose cuando estaba nerviosa y haciendo una mueca cuando algo le desagradaba, la queria tanto que aun conservo esa piedrita con la inicial ¿Me pregunto si ella aun conserva la mía? solo espero algun día volver a verla. De mi amigo Max solo me quede con un juguete que una vez se quedo en mi casa y no se pude regresar. Fueron los dos últimos amigos que hice ya que no queria mudarme otra vez y tener que despedirme nuevamente sentia que tal vez asi dolería menos la despedida.
Nunca estuve solo, siempre tuve a Jonny mi hermano mayor, él era ¿Cómo decirlo? Imperativo y fastidioso. Siempre se quejaba de que Dog se subía a su cama y mordía sus zapatos, tenia un gusto especial con la ropa al igual con su apariencia. El nunca me dejo solo... ni una vez ahora que lo pienso, aquella vez que me escape el me siguió y debo admitir que esa vez le agradezco que no me haya dejado solo.
Mi madre es hermosa, impetuosa y furiosa cuando quiere. Ella trabaja por nosotros al igual que vive por nosotros, se da el tiempo necesario para cada uno. Mi madre le encanta vernos formales dice que demuestra nuestra belleza y nos da personalidad, tiene una luz que puede hacer feliz a cualquiera y también hacer temer a cualquiera. Siempre carga una sonrisa, aunque sea el peor tiempo y es lo que más admiro de ella.
Mi padre lo quiero, aunque no lo conozca, no puedo decir que si algun día lo viera le daría todo mi amor, pero tampoco podria odiarlo.
Mi perrito fiel Dog me lo regalaron de 1 mes y es lo que mejor me ha pasado, siempre me da miedo que un día despierte y ya no este ¿Por qué su vida es tan corta? ¿Por qué no pueden ser eternos? Es lo que mas amo y siempre seré su cómplice en sus travesuras a mi hermano.
Pero ¿Quién era yo? ¿Por qué me sentia invisible? Si un día desapareciera ¿Me extrañarían? No sabia esas respuestas, no sabia quién era como tendría una vida si no sabía nada.
La navaja en mi mano brillaba con intensidad, esa voz en mi cabeza me decía que lo hiciera, me rogaba por saber como se sentia el filo contra mi piel, solo necesitaba un corte lo suficientemente profundo y todo terminaría, pero otra voz me decía que pensara en mi familia, que pensara lo feliz que era comiendo helado, lo feliz que me sentia sintiendo el viento en mi rostro.
El cuarto de baño estaba frio, estaba sentado en el suelo del baño mirando aquella navaja en el suelo, cada vez la tentación me incitaba a agarrarlo. Sentia el agua de la regadera caer por mi rostro, por mi cuerpo, por mis cicatrices. Levante la mano sintiendo el agua fría, mis manos se habían arrugado por el agua al igual que mis pies. Tomé la navaja entre mis manos pasando la punta del dedo por el filo, un pequeño corte me hice saliendo una pequeña gota de sangre, cerre mis ojos posando el filo en mi muñeca, sentia mis lagrimas calientes descender y mezclarse con el agua, rasgué lentamente hasta que me detuve. Un pequeño hilo de sangre escurría por mi muñeca, no era lo suficientemente profundo, pero gracias al agua ardía como nunca.
Suspire pesadamente levantándome del suelo "hoy no será" exclame en mi mente tratando de librarme de esa voz odiosa en mi subconsciente. Talle mi cara con desesperación para luego enjabonarme dejando que quitara todas mis ideas, me enjuague sintiendo el agua fría por todo el cuerpo. Al salir tome una toalla sujetándome en la cintura, mire la navaja de reojo para luego esconderla en uno de los cajones del baño. Sali del baño mirandome en el espejo, mis costillas ya se notaban un poco menos y las cicatrices eran algo notables, pero a la vez no, mi cabello goteaba mojándome los hombros debia admitir que lo unico que me gustaba era mi cabello y eso hacia enojar a mi mamá ya que estaba seguro de que debió tener un tic ya que nunca lo pudo acomodar.
-No lo vuelvas a intentar idiota- amenace a mi reflejo para luego mirarme como un loco por hablar solo.
Tome una camisa holgada y unos pans holgados, coloque mis tenis para luego bajar a pasos lentos, la casa de mi hermano era normal, pero a la vez era un desastre, que me hiciera un cuarto para mi fue lindo de su parte, pero no se lo diria o toda una semana me la andaría cantando de cursi. Abrí el refrigerador buscando algo de comer, pero solo habia yogurt, unas cuantos botes de queso derretido, miel, jamón y tocino, tomé el yogurt para luego abrir la lacena tomando el cereal de fresas y esparcirlo sobre el yogurt. Después me encaminé rumbo a la sala con mi bote de cereal con yogurt y fresas, me recosté en el sofá tomando el control de la televisión entre mis manos, no habia nada nuevo estaban los mismos programas aburridos por lo cual puse una aplicación y una serie x en el televisor.
Todo estaba prácticamente normal, mis ojos se sentían cansados al igual que mi cuerpo no físicamente si no era algo más, algo que me hacia sentir sin ganas, sin motivación. Hace 3 dias habías regresado de Estados Unidos y el cambio a nuestra antigua casa en Canadá fue extraño ya que nunca regresábamos, pero el trabajo de mi mamá ha ido demasiado bien y me alegro por ella. El timbre de mi celular sono con impaciencia por lo que lo tome contestando.
*Si es para una encuesta, no me interesa*
*Soy yo idiota, tu hermanito consentido*
*Nop, lo siento número equivocado*
Colgué con una sonrisa en los labios y el celular volvió a sonar.
*¿Alo? *
*¿Por qué me colgaste imbécil? *
*Por que me dio la gana*
*Bueno ya, mamá llegara en la noche con Nora, asi que me dispuse comprar el pastel por el cumpleaños de ella*
*Ajam te estoy escuchando* conteste comiendo del bote de yogurt.
*Deja de tragar y pon atencion, ves a comprar unas velas a la tienda de la esquina*
*¿Y por que yo? Tu estas en una tienda prácticamente ¿Por qué no las compras tu? *
*Una estoy en el estacionamiento, dos ya me acabé lo que traía y 3 para que salgas y camines*
*Llegaras tarde ¿No es asi? *
*¿Yoooo? No como crees, el tiempo es relativo*
*Jonny siempre llegas tarde y eso es porque no acomodas bien tu tiempo bien podrías tomarte un descanso*
*Solo serán unos 5 minutos tarde ¿Qué puede pasar? *
* para cuando llegues estaré muerto... pero del aburrimiento*
*No eres gracioso y que mamá no te escuche esos chistes porque ahora si te mueres*
*Bien, yo las compro*
Sin querer me recargue en el control subiendo el volumen y casualmente una escena un poco comprometedora estaba ocurriendo en el televisor.
*¿Qué mierda estas haciendo en mi casa? ¡Contéstame! *
*Yo nada, es el televisor* conteste tratando de no reír al imaginar su cara.
*¿Qué carajos pusiste? Ohh, no me digas que estás viendo...
*¡¿Qué?! No malpensado, solo es una escena que salió de una serie la cual no pensaba que apareciera*
*Aja y santa Claus existe* rio por el teléfono y yo bufe queriéndolo ahorcar por la llamada.
*Bien, yo comprare las velas y te espero temprano ¿Oíste sordo? Nada de llegar tarde*
*SIP, Ah y no te creas que te salvas de esa conversación señorito*
*Que asco*
*Te quiero sonso y prometo llegar temprano, Bye*
Colgó y yo le saque la lengua al celular "Genial" ahora tenia que ir por velas, unas que podia comprar antes de llegar, pero no, que el menso vaya. Además, ni que estuviera lejos.
Me dispuse acabar el capitulo de la serie que estaba puesta y algo me llamo la atencion, la muchacha Hannah sentia que nadie la veia. Si me hubiera quitado la vida hace unos momentos ¿Quién hubiera contestado? Nadie y por mi culpa el festejo se hubiera visto afectado, ellos estuvieran afectados solo por mi decisión.
Al acabar todo quedo el silencio al apagar la televisión, me quede pensado unos momentos, esa voz seguia con lo mismo pero mi cordura me seguia diciendo que tenia mucho porque vivir. ¿A quién debia hacer caso?
Tome las llaves de la casa y un poco de dinero por si me faltaba, guarde el yogurt en el refrigerador y cuando todo estaba listo me di la vuelta saliendo.
No recordaba como era vivir por acá, todo era un poco mas agitado que en la ciudad que antes estábamos, coloque mis audífonos caminando lentamente, los rayos del sol golpeaban mi rostro y solamente mi flequillo me dejaba ver un poco. Cruce la calle llegando a la tienda, compre unas velas y una cajita que sabia que a mi mamá le gustaría. De regreso todo estaba bien o eso creía.
¿Cómo ocurrió el accidente? No lo recuerdo del todo bien.
Una niña corría persiguiendo un globo que cayo a la mitad de la calle, un auto venía a toda velocidad sin darse cuenta de que la niña estaba tomando su globo. Mis ojos miraron a la niña al darse cuenta de que el auto se estaba acercando.
Corri lo mas rapido que mis pies pudieron alcanzar, tomé a la niña en mis brazos... y después oí el ensordecedor ruido del choque.
Senti el sacudimiento al caer. Todo paso en cámara lenta, volaron fierros cuando el auto choco con el de a lado, pedazos de vidrio rozaron mi rostro. Me acuerdo apretar a la niña a mí en forma protectora, mi cuerpo volaba y mis gritos con los de la niña se mezclaban a la vez.
Y todo quedo en un silencio...
....
Desperté, todo estaba en silencio, mi cuerpo dolía. Abrí los ojos lentamente acostumbrándome a la luz del sol, un paramédico estaba delante de mi preguntando cosas, las cuales aun por el golpe no podia escuchar. Quise hablar, pero una presion en mi pecho me lo impedía, senti como sangre escurría de mi boca, fue cuando me acorde, la niña. Quise levantarme para buscar su cuerpo al no sentirla, pero me impidieron levantarme y yo mismo deje de intentar al sentir la presion nuevamente en mi pecho, mis lagrimas descendían cuando quise hablar y no podia, no senti mi cuerpo por un momento. Los paramédicos me colocaron en una camilla levantándome mientras colocaban el oxígeno.
- ¡Henry! – la voz de mi hermano escuche antes de subir a la ambulancia.
- Jo.. Jon... - susurre tratando de gritar que ahí estaba, busque a mi hermano con la mirada y senti mi corazón latir rapidamente cuando logre verlo.
Mi hermano estaba llorando, nunca lo habia visto llorando. Al verme corrió lo mas rapido que lo habia visto, se subió a la ambulancia cuando explico que era su hermano, al subir los paramédicos empezaron a tratar de regularme y todo momento mi mano era sujetada por la de mi hermano.
-Es... estarás bien ¿Sí? Yo se que eres fuerte hermanito, solo aguanta un poco más – sonrio con lagrimas mientras veia que sujetaba mi mano cada vez más fuerte – Vamos solo un poco mas ¿si?...
La camilla estaba levantada y por un momento pude observarme, mi cuerpo estaba destrozado, pedazos de vidrio estaban incrustados en mis piernas y parte de mis brazos y pecho estaba ensangrentado, pero lo extraño era que el dolor era cada vez menos. Mis ojos estaban pesados, no sabía si por el cansancio o las lágrimas, tal vez si durmiera un poco todo estaría bien.
- ¡Henry! -abrí los ojos un poco al escuchar el grito de mi hermano - ¡No te duermas Little Star! No lo hagas, todavía no... por favor – suplicaba tomando mi mano con más fuerza.
-Jo... Jon – quise hablar, pero los paramédicos me repetían que no me esforzara al hablar.
No queria hablar, queria gritar, queria decirle que estaría bien, que íbamos a estar bien. No soportaba su mirada, su labio temblaba y sus manos estaban manchadas de sangre, sus ojos estaban rojos mientras lagrimas no dejaban de caer.
-Ma... mamá – suplique moviéndome a los lados, queria hablar, pero no lo lograba. ¿Qué tenía que hacer? No queria morir asi, no asi.
- Henry todo esta bien... mamá ya va para el hospital – me acaricio la mejilla tratando que no me moviera – solo quédate con nosotros un poco más... ¿Sí? – su voz estaba rota, queria lanzarme abrazarlo, aunque me digiera que era un cursi.
- ¡¿Cuánto falta para llegar al hospital?! – oí a mi hermano gritar y mirar a los lados con desesperación.
- Ha perdido demasiada sangre, tiene que abstener que puede que no lleguemos a tiempo al hospital – mi hermano se congelo con una mirada de miedo para luego mirarme con esa misma. No un miedo de cuando alguien te asusta era ese miedo de saber que perderás algo en ese momento y no pudieras luchar por quedártelo.
- Tienes que quedarte Henry... prometo llegar temprano... yo lo prometo – rogo tomando mi mano agachando la cabeza contra ella – no puedes dejarme solo... no ahora.... te lo pido hermanito...
Yo solo podia llorar, me sentia en una nube, una que me daba miedo. Habia veces que normalmente me sentia en una nube, cuando escuchaba música, cuando sentia el agua caer, cuando escuchaba las historias de mi hermano, pero esta era distinta, esta era silenciosa, era fría, era solitaria, era pesada. No podia moverme, solo mis dedos y mis ojos.
Mis ojos se sentían cada vez más pesados, no queria irme, aun no, pero no podia más hasta que todo fue oscuridad.
......
- ¡Henry! – la voz de mi Jonny se sentia lejana a mí - ¡Por favor quédate a mi lado!
¿Me estaba moviendo? Unas luces recorrían, era un techo, si eso era. Mi madre llego a un lado mío con lagrimas en sus ojos.
-Mi nene, quédate con nosotros – la voz de mi mamá la escuchaba – no puedes dejarme, se supone que yo deba irme primero mi niño, no puedes dejarme sola, no podre... no podre no verte – escuchaba sus sollozos – no quiero que te vayas de mi vida, aun no... eres mi niño... mi bebe... por favor abre tus ojitos para mí y todo estará bien.
Quiero darle un abrazo, quiero gritar, quiero abrir los ojos ¡Pero no puedo carajo! No soporto oir su voz romperse en llanto. Se que estos últimos años no demostré cuanto los amaba por miedo a irme y sufrir, pero ahora no me importaba, queria decirle que la amaba mas que a mi vida, que todo estaría bien, que tenia un regalo para darle.
Siento sus manos en mis mejillas y como peina mi cabello, posa un delicado beso en mi frente dejando unas lágrimas en mi rostro. Esas caricias me recuerdan cuando estamos en el hospital y ella me cuidaba en las noches a que me quedara dormido.
-Te amo tanto mi niño – susurro contra mi frente dando caricias suaves.
- Perdón...- esas palabras hacen que mis ojos se humedezcan – Lo lamento por llegar tarde... lo lamento, lo lamento – su lamento crece cuando tocan mis mejillas, se que saben que puedo oírlos.
Como quiero darle un abrazo y decirle que no fue su culpa, el no llego tarde, llego a tiempo, pero yo fui quien se fue. Él no tiene la culpa, jamas lo culpare de nada.
¿Podria aferrarme a vivir? Lo intentaba con todas, aun no queria irme.
Era cierto que cada vez me costaba respirar al igual que el cuerpo me dolía horrible, queria luchar, pero estaba agotado. Me estaba aferrando a lo unico que me quedaba mientras sentia mi vida pasando por mis ojos, las promesas que habia dicho, los errores que habia cometido.
Era mi ultimo intento de aferrarme a mi vida.
Antes de todo pude alcanzar a estirar unos de mis dedos rozando la mano que estaba a un lado mío.
- ¡Henry! – la voz de mi mamá y Jonny era lo último que oiría y eso me hacia sentir feliz porque no moriría solo.
Entonces me rendi, sosteniendo a mis dos grandes amores por última vez.
.....
¿Qué se siente morir? ¿Qué hay después de la muerte?
Desperté en una oscuridad la cual sentia que caía lentamente en un agujero negro, trataba de salir, pero cada vez me succionaba a lo profundo de sus aguas ahogándome, sentia como mis manos querían salir como rozaba la orilla, pero nunca podia llegar a la superficie.
Al abrir los ojos estaba en unos columpios, niños corrían sin parar con sonrisas en sus rostros. Mire mis manos dándome cuenta de que era trasparente, me acerque aun niño tratando de hablarle.
-Oye niño ¿me podrías...- el niño me atravesó sin dificultad alguna a lo que yo me quede congelado.
Otro niño volvió atravesarme, volví a mirar mis manos mientras el miedo me consumía, corri rumbo a un adulto el cual al poner una mano en su hombro lo atravesó.
- ¿Qué es eso...- susurre temeroso al ver como nadie podia verme.
- ¿Puede decirme quien soy? – pregunté, pero nuevamente fui ignorado.
- ¡Alguien puede decirme quien soy! Por favor – el miedo me estaba ganando al no saber que hacer - ¡Por favor!
Los amaba tanto pero lo siento... me tenia que ir.
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