HAILEY ROBERTS

El universo es algo mágico, nunca sabrás que maravillas puedes encontrar en el más allá. Ver las estrellas, las constelaciones es algo mágico a los ojos. El universo tan grande que puedes admirarlo y jamás encontraras su final ¿Podemos ver el universo a través de los ojos?

- ¡HAILEY! - grita mi mamá desde la puerta agitadamente.

Me quito los audífonos rápidamente tapando el dibujo del escritorio.

- ¿Qué paso madre mía? Acaso la importunó en algo - sonrió con fragileza al observar su cara.

-Hailey, cuantas veces te tengo que decir que cuando llegues saques a Tobey al patio trasero, solo ve a ver como dejo los cojines - me observo con una mirada que le daría miedo al más valiente.

-Lo siento demasiado, me distraje - me excusé mirando al suelo.

-Hailey, eres casi una adulta debes ser más responsable - toma el puente de su nariz con desespero - sabes que un día ya no estaré contigo y me iré para no volver. Dime ¿Qué harás cuando estés sola? 

No supe que responder, por lo cual bajé la cabeza haciéndome chiquita en mi lugar.

-Respóndeme, Hailey - su voz sonaba agitada y nerviosa.

-Yo... No lo sé - musite tímidamente.

Al ver que el silencio reinaba levante la mirada, ella seguia recargada en el marco mirandome mal.

-Hailey sabes que soy dura contigo porque no quiero verte sufrir, no tienes amigos, solo te la pasas encerrada sola... Quiero que tengas amigos, una vida- confeso ladeando sus labios.

-Yo tengo un amigo, Dick cuenta como uno ¿no? - dije en un canto diminuto tratando de sacar una sonrisa en ella.

-Y el único al parecer -suelta un bufido con cansancio

-Hablando de amigos mamá, Dick vendrá a recogerme para ir ver una película ¿está bien? – pregunte jugando con el suéter que traía puesto.

-Mientras salgas de casa y te esté cuidando tu garrapata pelos de zanahoria está bien- exclama llevándose las manos a la cara.

Suelto una carcajada por el apodo y en eso se escucha el timbre por lo que corro a la puerta.

-Hola Hailey, esta lista mi luciérnaga para irnos – llama haciendo que suelte una sonrisa. -señora le prometo regresarla antes de que se oculte el sol.

-Esta bien Dick, solo cuídense – cierra la puerta mi mamá.

Avanzamos lentamente por la acera recorriendo las calles Toronto. Dick es mi mejor amigo de la vida, lo conozco desde que tengo memoria, y aunque todos dirían que ser pelirrojo es ser afortunado el dice que es lo peor, por lo que se lo tiñe de color castaño.

-Hey, hey Hailey ¿Me estas poniendo atención? – truena los dedos delante de mis ojos mirandome con curiosidad.

- ¿Qué perdón? – pregunto tallándome los ojos.

- Te estoy hablando como acabo de conocer al amor de mi vida y me ignoras – hace un puchero mientras da la vuelta indignado.

- ¡Oye espera! – corro tratando de alcanzarlo.

Sin darme cuenta el está en la otra esquina con una sonrisa burlona, por lo que acelero el paso tropezándome con la acera. Me levanto lo más rápido chocando con una persona.

-Lo lamento tanto, le prometo que no fue intencional – me disculpo tratando de enderezarme.

- ¿Estas bien? – suena una voz amable y un brazo me sujeta levantándome.

-Si estoy bien, lo lamento nuevamente – levanto la mirada encontrándome con unos ojos blancos con rayos azules.

Su mirada es realmente mágica y escalofriante, no sabia si moverme o quedarme donde estaba, no podia observar otra parte de su rostro ya que lo tenia tapado con una bufanda y una gorra.

- ¡Hailey! – la voz de Dick llama mi atención volteando rápidamente, pero al voltear nuevamente ya no hay nadie delante de mí.

-Dick dime que lo viste – pronuncio rápidamente cuando él llega a mí.

- ¿A quién? No había nadie aquí, estabas hablando sola – me mira confuso - ¿Cómo era? 

-No sé, solo pude ver que traía puesta una gabardina con una bufanda y una gorra puesta – me encojo de hombros mirando a los lados tratando de encontrarlo.

- ¿Está segura de que no estabas hablando sola? – le hago mala cara y el ríe.

-No estoy loca, yo lo vi, tenía ojos blancos con rayos azules, te lo prometo – empiezo a caminar hacia el cine. -tenia...

-Espera ¿Cómo va a ver alguien con ojos blancos? Segura que no es un alíen al que viste – me interrumpe posicionándose delante mío.

-Yo que se, pero estoy segura de que lo vi -murmuro.

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Al llegar a mi casa me recosté en mi cama cerrando los ojos descansando, peros esos ojos no me los podía quitar de la cabeza. Así que decidí lavarme la cara y ponerme mi pijama para dormir.

Estaba lista para acostarme, pero decidí que todavía podía ver un capítulo de mi serie favorita. Al tocar la cama sentí escalofríos por todo el cuerpo, al voltear la ventana estaba abierta por lo que me pongo de pie cerrándola.

Me acuesto tranquilamente, pero esos ojos siguen en mi memoria distrayéndome, cierro la laptop molesta apagando la luz. Me remuevo al no conciliar el sueño, si de algo estaba segura era de que esos ojos me estaban volviendo loca.

Me paro para lavarme la cara nuevamente, al regresar la ventana está abierta otra vez, siento otro escalofrío recorrer mi cuerpo, esta vez me paro en la ventana viendo la oscuridad del cielo.

-Hey, señorita ¿puedes escucharme? - escucho una voz susurrando a un lado mío.

Al voltear rápidamente miro esos ojos blancos con azul enfrente de mí, pero esta vez el está sin bufanda por lo que veo la transparencia de su ser.

-Ah, eres tú – me volteo con normalidad hacia la ventana, pero cuando razono vuelvo a ver y el sigue mirándome con curiosidad. - ¡eres tú! Si eres tú 

Siento como mi pulso aumenta hasta el grado de escucharlo, escucho su voz llamándome, pero todo termina cuando caigo al suelo y todo se vuelve oscuro.