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Capítulo 9: Visita inesperada


OCTAVIA


– ¡Llegué familia! –escucho que dice una voz muy familiar

Demasiado familiar... Maldita sea, enviaron a Gabe aquí.

–Ustedes sí que saben rockear y por supuesto yo tenía que estar en su primera presentación. Vine a darle apoyo a la enana

– ¿Enana? –pregunta Jesse divertido

–Sí, Octavia. Ya debes conocerla, una chica como de esta estatura y...

Ya tuve suficiente.

–Gabe, ¿por qué nadie me dijo que vendrías? –digo levantándome de mi asiento

– ¡Sorpresa! –dice él viniendo a abrazarme

Luego de la presentación y de darnos una ducha, estamos en una de las habitaciones más grandes que tiene el hotel y están todos aquí: las chicas, los chicos, los bailarines y prácticamente la mayor parte del equipo para festejar esta primera presentación.

Tanto Jazmín como Bash coincidieron en que salió todo espectacular y estamos festejando.

Y ahora se nos ha unido mi querido hermanito.

–Bueno, sí que es una sorpresa. No te esperaba en lo absoluto

–Esa era la idea, nuestros padres quisieron que viniera. Y heme aquí, pero miren a quién tenemos por aquí. Tessa, Lindsay, Blair y mi futura esposa –a medida que las va nombrando va saludándolas con un beso en la mejilla hasta llegar a Barbara –como siempre eres la mejor. Por supuesto luego de mi hermana –agrega mirándome

Escucho que Connor ríe, pero yo observo atenta las expresiones de mi amiga, parece igual de divertida cada vez que él bromea acerca de su futuro juntos. No se ve incomoda ni molesta.

Cada vez me hago a la idea de que Barbara será mi cuñada y no sé si decirle que reaccione y que vea bien a mi hermano o estar feliz por ellos.

–Gracias –responde ella

–Y por supuesto que no me olvido de ustedes. Hice una búsqueda intensiva de ustedes en internet, así que me sé sus nombres: Connor, Aiden, Kyle, Madie, los adorables bebés llamados Kaira y Kaiden y para finalizar el novio de...

– ¡Gabriel! Será mejor que te sientes –lo interrumpo antes de que termine de hablar y meta la pata delante de todas estas personas

Ni siquiera quiero mirar a Jesse, porque seguro sabe que es lo que iba a decir mi hermano. Después de todo le dije que Gabe había sido el que había enviado el mensaje a su cuenta.

– ¿Gabriel? –pregunta Kyle mirándolo

–Sí, me llamo Gabriel Morgan, pero todos me dicen Gabe. Un gusto desconocido –se presenta ante las demás personas que han visto todo su espectáculo

–Se me había olvidado lo teatral que era Gabriel –dice Bash

–Bash, acabo de decir que soy Gabe

–Y tú sabes que me llamo Sebastian y aun me sigues llamando Bash, Gabriel

–Touche

–Al parecer me espera una comida eterna –digo en voz baja, pero creo oír que Tessa me dice que sí


(...)


Luego de que las demás personas que forman parte del equipo se fueran, podré finalmente irme a mi habitación. Tengo entendido que Gabe tiene una para él solo, pero por supuesto que me lo llevaré conmigo.

Aunque cuando lo busco entre los demás invitados que aún quedan y lo veo hablando con Jesse, lo doy todo por perdido.

–Gabe, ya nos vamos –digo esperando a que entienda la indirecta y no me obligue a hablar con Jesse, pero mi voz solo hace que ambos se volteen a verme

–Claro que nos iremos, pero antes estaba hablando con Jesse. Debo conocer a mi cuñado, ¿no crees? ¿Por qué no me dijiste que era tan divertido?

– ¿Qué Jesse es divertido? Gabe es muy temprano para que andes bebiendo –digo tomándolo del brazo para irnos antes de que sea tarde

Una parte de mí esperaba que no coincidieran nunca, porque imaginaba que si se conocían se llevarían bien, después de todo ambos disfrutan sacándome de mis casillas.

–Los dejaré solos un momento, iré a buscar algo más de comida –dice Gabe dándose la vuelta

Y antes de que pueda escapar de Jesse o intentar huir de ahí, él habla:

–Así que estabas viendo mis fotos, ¿eh? Eso fue lo que vio tu hermano y por eso pensó que nosotros salíamos

–Por favor, lo acabas de conocer. Por cualquier estupidez me molestaría, ¿no lo viste?

–Me parece un chico bastante agradable

–Cómo no, es Gabe. Le agrada a casi todo el mundo.

–Eso pude ver, así que... ¿enana? ¿Enserio usa ese apodo?

–Vuélvelo a decir y...

–Vamos, dime que harás. Ahora tengo curiosidad –dice bajando un poco su rostro para quedar más cerca de mí

–Aún no lo sé, no se me ocurrió nada, pero lo pensaré

–Mientras piensas en la amenaza que quieres hacerme, necesito que me acompañes...

Lo último que tendría que hacer es pasar más tiempo del necesario con él, pero tengo curiosidad sobre lo que quiere decirme, así que dejo que me guíe por el pasillo hasta encerrarnos en uno de los baños.

–Estaba pensando... que podríamos vernos más tarde. Hay un lugar que me gustaría que vieras antes de irnos mañana

–Muy bien, ahí estaré. Ahora de verdad iré a buscar a Gabe y lo entretendré un rato...

–Antes de que te vayas quiero un beso

–No estás en ninguna posición para exigirme nada. Déjame pasar –pero el idiota de Jesse me bloquea la puerta -¿Cuántos años tienes? ¿Siete?

–Tengo veintidós años si tienes tanto interés, ahora el beso

–Muy bien, entonces voy a gritar. ¡Ayuda...! –Jesse me tapa la boca con la mano y entonces le muerdo un dedo

–Ay... ¿enserio acabas de morderme? –pregunta sorprendido mirando su dedo

–Por Dios Jesse, sólo muévete de la maldita puerta. Ya nos besamos en esa habitación oscura y...

Entonces Jesse apaga la luz del baño y yo trato de pasar, pero me topo con su pecho. Muy bien sigue sin moverse. Sólo pasa un segundo para que sienta sus labios moverse sobre los míos en la oscuridad y justo cuando iba a corresponderle el beso se aparta de mí.

–Ahora puedes pasar –dice divertido encendiendo la luz

–Eres un completo idiota –digo pasando por su lado y escuchándolo reír


(...)


–Entonces... ¿ese chico sí te gusta?

–No me gusta, apenas lo soporto. Tiene un humor muy parecido al tuyo, es horrible

–Es genial. Creo que me gustaría como cuñado. Además si a ti te gusta...

– ¡Que no me gusta! –vuelvo a repetir como por quinta vez

–Por favor, te vi saliendo con él de los baños

Maldita sea.

–Sólo conversamos

–Claro y para eso ambos tenían que estar encerrados...

–Era algo privado, ¿vas a seguir jugando o no? Te toca sacar a ti –digo señalando la torre de Jenga

Gabe se queda callado mientras intenta buscar una pieza de madera que pueda sacar, pero admito que yo fui sacando los más estratégicos para que se le caiga a él.

–Eres una tramposa Octavia Liliana Morgan, así no juego

–Oh, vamos. Lo que pasa es que no sabes perder

Estamos en mi habitación, mientras que Tessa está en el baño. Aún no he pensado en que mentira diré para ir a ver a Jesse más tarde, pero seguro Gabe estará con las chicas o incluso quizás salgan y yo pueda decir que me siento mal o algo por el estilo.

Finalmente termino botando la torre y guardando pieza por pieza en su caja. Gabe se negó a ayudarme porque me acusó de hacer trampas.

En el fondo me alegra que haya venido, su presencia me molesta a la vez que me alegra.


(...)


Cuando llego al punto de encuentro con Jesse, él ya me está esperando. Como predije las chicas salieron al pub al que fui ayer y se llevaron a Gabe con ellas, yo mentí y dije que estaba muy cansada y que quería dormir, al parecer me creyeron.

–Me alegra ver que esta vez no me ibas a dejar plantado –dice al verme

– ¿A dónde vamos?

–A un lugar que descubrí ayer, seguro te gusta

Pasamos por la zona de spa en donde aún hay personas y luego me doy cuenta de que hay una zona común en donde se encuentra una especie de terraza al aire libre con algunos sillones.

Como ya es tarde, se ven algunas estrellas.

–Es bonito –digo tomando asiento en uno de los sillones

–En realidad, el lugar lo encontró Connor, pero me pareció un buen lugar en el que pasar el rato. Además pocas personas llegan aquí. La mayoría están en el restaurant o en el pub

–Buena observación

Me mantengo en silencio un momento al igual que Jesse. Me siento tranquila y relajada, casi podría decir que estoy feliz y no entiendo el por qué. A lo mejor se debe a que nuestra primera presentación fue un éxito, lo cual es muy bueno. Mis padres me felicitaron y Gabe estaba alucinado con lo bien que se lo pasó en el concierto.

– ¿Te sientes bien?

–Sí, estoy bien. Un poco cansada, eso es todo. Ahora que lo recuerdo, ¿cómo es que estás aprendiendo español?

–En esa aplicación donde hay un pájaro verde, cada día me recuerda que debo hacer una lección y creo que lo único que sé decir hasta ahora es hola y adiós.

–Por algo se empieza. Recuerdo que hubo un tiempo en que quise aprender francés porque me gustaba un actor que conocí en una serie y cuando tuve la oportunidad de conocerlo en persona y traté de coquetearle, me dijo que era gay. Jamás volví a ocupar esa aplicación de idiomas

Jesse guarda silencio unos minutos y luego rompe a reír. Cuando se lo dije a Dasher le ocurrió algo parecido y Elijah trataba de decirme que no era el fin del mundo.

–No me imagino cómo debes haber reaccionado

–Le pedí disculpas en caso de haberlo incomodado y luego me fui de ahí. Ha sido una de mis más grandes desilusiones amorosas. Aun me duele recordarlo

–Seguro que sí –responde aun sonriendo y de repente me siento feliz de haberlo hecho reír. No me considero muy divertida, Gabe es el divertido de los dos y según él yo soy la malhumorada.

Observo a Jesse de reojo y se ve relajado, me alegra que pueda estar así a mi lado. O tal vez sólo sea porque está cansado.

–He estado escuchando algunas canciones... en español. De hecho me parece que tu habías puesto algunas de esas. Las tengo descargadas en mi celular –dice Jesse luego de un rato de estar en silencio

–No te imagino escuchando canciones en español. O espera, ahora lo hago y te imagino con cara de no entender nada, ¿cuáles has descargado? –pregunto con algo de curiosidad

Jesse saca su celular y presiona una canción. La reconozco enseguida. Es Darte un beso de Prince Royce. Mi madre estaría orgullosa de mí al saber que estoy publicitando la bachata.

–Muy bien Jesse, ahora tendrás que bailar conmigo

– ¿Por qué?

–Porque no puedes poner una canción así y no esperar que no quiera bailar. Vamos, te enseñé los pasos básicos. Debes acordarte de algo

Me alegra no ser la única que está loca de los dos, porque Jesse se levanta y me extiende sus manos. Y cómo recordaba no tarda en seguirme el ritmo.

Para mi están natural bailar estas canciones que casi no me doy cuenta de que lo estoy haciendo. No es una coreografía muy elaborada, pero aun así Jesse me hace dar algunos giros de vez en cuando.

En un momento dado me pongo a cantar la canción sin sentir pena por mi pronunciación. Sólo me encargo de disfrutar de este momento tan... espontáneo. Me gusta.

Justo cuando va terminando la canción Jesse me hace dar un último giro y terminamos de bailar justo a tiempo con el ritmo.

Una vez que la canción acaba y nosotros nos quedamos quietos en la posición final sin hacer otra cosa que observarnos, siento la necesidad de besarlo. Al parecer Jesse llega a la misma conclusión que yo, puesto que unos segundos después me está besando y creo que suena otra canción desde su celular, pero todo eso pasa a un segundo plano.

Ahora mismo sólo me quiero concentrar en lo cómoda que me siento entre sus brazos y lo bien que besa.

No quiero saber porque ahora tiene interés en saber español o porque recuerda las canciones que en algún momento le enseñé. Mucho menos si escogió esta canción por algún motivo que desconozco. Eso no me importa.

–Vaya y ahora resulta que si me quieres besar –dice cuando se separa un poco de mí

–Puede que me caigas mal la mayor parte del tiempo, pero me gusta besarte. Cuando yo quiero, no cuando pareciera que es una orden tuya –aclaro haciendo referencia a la situación del baño

–Claro, porque eso tiene mucho sentido Octavia –dice divertido

–Por supuesto que la tiene –Jesse presiona suavemente sus labios en los míos y olvido lo que iba a decir – ¿Sabes? Mejor haz algo útil y bésame

–Como quieras

Pasamos un buen rato tonteando en esa terraza y besándonos. Y cuando vuelvo a mi habitación me doy cuenta de que debo tener más cuidado con Jesse. No tengo ninguna intención de salir con alguien o enamorarme, aunque... ¿es eso posible?

Ya ni siquiera recuerdo como era estar enamorada, sólo sé que lo que ocurrió hace un rato borró los límites que había entre los dos y eso me da miedo.

Puedo seguir conversando con Jesse, incluso podemos seguir besándonos, pero no debo olvidar que entre nosotros no hay nada y que nunca lo habrá.

Con ese último pensamiento en mente, me quedo dormida. 



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