Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

☬ 𝑡𝑟𝑒𝑠 ☬

𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 3
𝐿𝑙𝑒𝑔𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑎 𝑙𝑎 𝑓𝑟𝑜𝑛𝑡𝑒𝑟𝑎.

Los Flyggers fueron atacados y debilitados con un hechizo de magia negra. No podemos contar con ellos.

Una flecha atraviesa mi cuerpo. El dolor desaparece con rapidez gracias a mi poder de curación. Quito la flecha y agarro mis armas para clavarlas en el abdomen de algún astracano.

La ira que siento por perder a Tahla es mayor que cualquier cosa. Ataco con ferocidad a los oponentes. Mi pelotón se defiende como puede. Ellos también están conmocionados por lo sucedido.

Escucho el grito de dolor que suelta Mabelle. Ella está detrás a unos metros de mí. Me volteo y veo a una de mis mejores amigas siendo apuñalada por un rival.

—¡Mabelle! —grité.

Un astracano se entromete en mi camino hasta ella. Con un movimiento rápido le corto la garganta y la sangre comienza a brotar de esta.

Realmente perturbador.

Acelero el paso, acabando con varios rivales sin siquiera pestañear. Mab recibe dos puñaladas más en el abdomen. No, no, no. Ella cae al suelo de rodillas. Antes de poder hacer algo escucho otro grito: Sia pide ayuda. Observo a Sebastián cuando va a ayudarla. Sin embargo algo sale mal y los dos terminan heridos.

Busco con la mirada al resto de mi pelotón. Denisse lucha cuerpo a cuerpo con un tipo enorme. No tiene oportunidad de ganar. Ariana y Yordrick se mantienen juntos peleando. Pero, son demasiados para ellos dos. Mia está siendo arrastrada al bosque por un par de la gente de Astrac.

Tengo que hacer algo.

Y sólo se me ocurre una cosa.

Dejar salir al monstruo.

Me concentro lo más que puedo. Intento con todas mis fuerzas lograr que el poder destructivo de Andeera se manifieste.

Adoptada, siente la ira recorrer cada centímetro de tu cuerpo —aconsejó la blanca en mi mente—. Sólo así podrás hacerlo.

Ira. Odio. Rabia.

Hice exactamente lo que Andeera dijo. Mi piel comenzó a carbonizarse. Quemaba por dentro y usé ese dolor a mi favor. Logré hacer que mi alma no se separara de mi cuerpo y ni siquiera sé cómo pasó.

Elegí los objetivos. Habían al menos veinte astracanos rodeándonos. Envié ondas por el aire que los debilitarían. El daño colateral sería que afectaba también a mi pelotón. Con la gente de Astrac débil, tenía más posibilidades.

Mis pies dejaron de hacer contacto con el suelo, estaba elevándome. Levanté ambas manos a mis costados, a la altura de los hombros. Los cuerpos de los astracanos eran controlados por mí ahora. Acababa con sus vidas desde adentro, destrozando órganos vitales.

Algunos empezaron a sangrar. Eran como lágrimas de sangre.

Qué hermoso.

Poco a poco cada uno de ellos fue perdiendo la vida. Mi último ataque fue enviar más ondas por el aire. Y todos dejaron de luchar. Ninguno sobrevivió a eso. Los cuerpos cayeron al suelo y yo también lo hice.

Mi piel dejó de quemar mientras que un nuevo amanecer se abría paso entre las lejanas montañas y los árboles del bosque que nos rodeaba. Miré a mi alrededor. Habían unos cuantos arbustos y algún que otro árbol destruido gracias a las ondas destructivas.

Mi pelotón estaba en pésimas condiciones. Busqué a Mabelle con la mirada. Ella está tendida en el suelo luchando por su vida. Su último aliento está cerca y no puedo permitirlo.

Utilizo mis pocas fuerzas para usar mi poder de curación en cada uno de los miembros de mi pelotón. Envío ondas curativas por el aire y lo último que veo es una luz amarilla saliendo de mis manos.

Esto drenó toda la energía que me quedaba. Perdí el conocimiento y después no supe qué más pasó.

• • •

Sentía el movimiento de algo debajo de mí. Es un suave pelaje. Paso mis manos con delicadeza. No abro los ojos, pero soy conciente de que voy sobre un Flygger y el vínculo me dice que se trata de Yerreag.

Hasta que por fin despiertas, Adoptada. Creí que de verdad estabas muerta —murmuró él—. Levántate, anda.

—¿No puedo seguir haciéndome la muerta un rato? —cuestioné—. Es que estoy muy cómoda aquí.

—Tú estás cómoda, pero yo no, Adoptada —aclaró, algo malhumorado.

Vale, vale. —Suspiré mentalmente—. ¿Algún día dejarás de llamarme "Adoptada"?

—Ni lo sueñes.

Me acomodé sobre el lomo del Flygger, sintiendo un leve mareo. Recuperé la compostura enseguida. Denisse se adelantó para alcanzarme en mi posición liderando la formación. Por un segundo creí que diría algo para molestarme, pero no fue así.

—Fenómeno, ¿estás bien? —Su preocupación sonaba sincera.

—Estoy bien, Denisse —mentí.

—Yo... —Hizo una pausa—. Quería darte las gracias, Yvett.

—¿Por qué?

—Por salvarnos a todos.

—No pude salvar a todos.

—Hiciste lo mejor que pudiste. Tahla era una buena chica, no pensé que diría esto, pero le tenía cierto aprecio.

—Ella era demasiado buena para todos nosotros y la perdimos. —Mi voz se quebró por un momento—. La perdimos, joder.

—No podías hacer nada para salvarla, Yvett. Ninguno de nosotros, en realidad.

Ella regresó a su posición. Miré al frente. Estábamos dejando el bosque atrás. La frontera estaba cerca. Atravesamos un campo abierto lleno de cadáveres: gente de mi reino y astracanos. Me dolía ver tantas vidas perdidas por una guerra sin sentido.

Volteé un poco mi cuerpo para observar a mis compañeros detrás de mí. Ellos miraban la destrucción que hay bajo nosotros. A ellos también les afectaba ver esto. Noté que faltaba un Flygger en la formación. El de Tahla. Sentí una punzada en el pecho al darme cuenta de que ella jamás estaría volando con nosotros.

Esto resulta tan triste.

No vi el cuerpo de la chica por ningún lado. Regresé a mi posición mirando al frente y deducí que habían enterrado su cuerpo en el bosque donde murió.

Yo sólo podía pensar en el señor Mack cuando supiera que su sobrina había muerto. Y absolutamente todo era mi culpa. Yo los traje a esto. Yo les pedí que vinieran. Debí hacerle caso a mi mal presentimiento y no hablarles sobre la misión.

Si no lo hubiera hecho...

Tal vez ella seguiría viva.

Finalmente llegamos a un claro donde la frontera se extendía ante nosotros como una línea entre la vida y la muerte. Cada pensamiento que tuve sobre estar aquí, no era nada comparado con el sentimiento de estarlo realmente. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora?

Vi a alguien en el gran muro enorme de piedra que es la línea que divide a Silfet de Astrac. Supongo que debía acercarme a él y hablarle.

La idea no me agradaba mucho. Sin embargo, no tengo otra opción. Listos para enfrentar lo que viniera después, el pelotón y yo nos acercamos a la frontera.

Los Flyggers se quedaron en el aire, si aterrizábamos, la persona en el muro no nos vería ni escucharía. Nos pusimos a su altura.

El hombre, de cabello castaño claro y ojos color miel, se puso en posición de defensa, preparado para atacar. Me dediqué a observar su aura, en esta noté que tenía miedo.

—No vamos a hacerte daño —aseguré—. Vinimos en representación de los reyes de Silfet para negociar un tratado de paz con los reyes de Astrac.

—¿E-Eres la princesa Yvett? —inquirió. Sus manos temblaban ligeramente—. ¿Cómo sé que es así?

—Bueno, sólo tienes mi palabra como garantía de que digo la verdad.

Pareció dudar un momento. Sé quedó callado por unos segundos.

—Está bien —soltó al fin—. Pasa, en el castillo te están esperando. Aunque, nadie dijo que vendrías acompañada.

—Ellos vienen conmigo. Sin ellos no entraré.

—Pasen todos.

Hice una señal con la cabeza para que mi pelotón me siguiera mientras volábamos sobre la frontera. Oficialmente estamos en territorio de Astrac.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro