Capítulo único.
N/A. Esto es algo que escribí hace un par de meses. Simplemente, la idea no salió de mi mente. Es bastante corto, pero espero que lo disfruten.
Feliz navidad.❤️
_
—¿Qué es lo recuerdas?
La habitación estaba demasiado iluminada para su gusto, hacía que le doliera la cabeza. Tanta luz cuando su alma se sentía tan oscura...
—Recuerdo estar en medio de la pelea con mis compañeros —contó, sus dedos se presionaron con fuerza contra el respaldo de la silla—. Estábamos perdiendo, pero entonces, más de ellos llegaron. Yo... no recuerdo sus nombres ni sus rostros pero sé que había trabajado con ellos antes. Se sentía como si todos fuéramos un equipo: una familia.
Su terapeuta se inclinó, hacia atrás mientras anotaba algo en su libreta. Hay un mechón de su cabello fuera de su peinado, sus gafas parecen haberse desacomodado en la última media hora que ha estado insistiendo en hablar con él.
—¿Algo más?
Suspiró profundamente para darse valor a sí mismo de hablar. De afrontar la realidad.
—Los vi morir —aseguró—. Y no sé cómo, pero yo logré hacer el chasquido con las gemas; en este momento, todos ya habían muerto. Los Vengadores estaban muertos.
•
Parte I.
—¿Nombre?
—Anthony Edward Stark.
—¿Fecha de nacimiento?
—29 de Mayo, 1970.
—Bienvenido a la cuarta sesión terapéutica, Anthony. Como cada vez, pondré mi fe en que abrirás un poco más tus sentimientos y pensamientos para mí.
Tony asintió, apretando los labios para no decir un: "Siga esperando."
Tomar terapia era lo peor que el Gobierno le había obligado a hacer, sobretodo porque ninguna de las terapeutas había creído en sus palabras. Después de la tercera que había renunciado, Tony se había cerrado a hablar con las demás. Nicole Adams era la sexta y tampoco pensaba hablar con ella.
—Empezaremos con la pregunta básica de cada miércoles —Nicole dijo—. ¿Cómo estás?
—Bien —respondió automáticamente.
Nicole suspiró y dejó la estúpida libreta de notas a un lado para mirarlo fijamente.
—Anthony, el punto se estas sesiones no es que me mientras cada vez que te pregunto tu estado de ánimo.
—Entonces debería dejar de preguntar lo mismo cada jodido miércoles si ya conoce mi respuesta —contestó mordazmente.
Nicole le dio una última mirada y volvió a tomar su libreta.
—Esto no funciona, Anthony.
"Aquí viene, otra que renuncia", pensó.
—¿No?
—No —Nicole confirmó—. Así que me temo que debemos cambiar de técnica.
¿Qué?
—¿Qué?
—No quieres abrirte conmigo y no te culpo, sabes, he revisado los expedientes que dejaron mis colegas que trabajaron contigo antes y he visto en qué se equivocaron. Yo no pienso hacer lo mismo. Eres una persona importante para el mundo, Anthony, pero sobretodo, deberías ser importante para ti mismo. —Tony se abstuvo de rodar los ojos—. Vamos a cambiar las sesiones individuales por otras en pareja. Estoy trabajando por algunas personas afectadas por el blip y tal vez trabajar con alguna de ellas te serviría.
—¿Cree que ponerme a hablar con alguien que sufrió lo mismo que yo me servirá?
Tony sintió su sangre arder en sus venas. Nicole no sabía nada de lo que era sufrir de esa forma. Ella no había perdido a sus seres queridos en una guerra brutal que se había llevado a casi todos los Vengadores; a sus compañeros, amigos y a su propia pareja. A aquellas personas que no podía ni recordar.
—Sí —afirmó Nicole—. Para que puedas vivir tu futuro, debes dejar ir lo que te ata al pasado, para ello, debes revivir todo el dolor y la perdida y superarlo.
—No lo haré.
Nicole le dio una mirada llena de lástima.
—No tienes opción —ella dijo—. Lo siento, Anthony. Para que estés bien, debes recordar a aquellos que has perdido.
Tony se negó a contestar; con dos frases recorriendo su mente una y otra vez.
No me quiero ir, no me quiero ir. Lo siento.
•
Parte II.
Se despertó de madrugada, con el nerviosismo recorriendo su cuerpo entero. Su mente corría a mil por hora, ideando maneras de salir de aquel lugar en el que el Gobierno lo había internado después de laa Guerra.
"Has olvidado a todos tus compañeros", había dicho su primera terapeuta, Sarah. A Tony le había caído bien ella. Hubiera avanzando mucho más con ella de no ser porque ella se cansó de que él fuera tan cerrado. "Perdiste a la mayoría de los que más amabas y tu mente no fue capaz de procesarlo, así que decidió olvidar a todos aquellos que alguna vez amaste para no sentir tanto dolor."
Tony había pensado que aquello era estúpido. Hasta que había comprobado que era verdad.
No recordaba a ninguno de los Vengadores. Tony sabía que existían —o que habían existido—, pero no podía recordar sus nombres y rostros. Todos eran solo figuras borrosas en su mente. Voces sin nombre, atormentando su cabeza para que recordara. Lo peor de todo era que Tony los había visto morir. Los había escuchado gritar y llorar porque no los había podido salvar.
"Algunos de ellos sobrevivieron, ¿quieres ver a alguno para ver si así recuerdas?" Ella había ofrecido en una ocasión, para ver si él se animaba a avanzar y a hablar, pero Tony no había querido aceptar. ¿Qué pasaba ella le mentía? Él los había visto morir a todos y no podía sacarse eso de la mente. No sabía que haría de sí mismo si ella le mentía.
Semanas después, Tony se había enterado, por medio de Sarah, que algunos de los otros también habían perdido la memoria (si se podía decir así). Ella había dicho que algunos de los otros también estaban recibiendo terapia porque habían olvidado a todos sus compañeros (igual que él).
La mente de Tony había estado ansiosa, preguntándose si el chasquido había tenido algún efecto secundario y por eso habían olvidado (en caso de que hubieran sobrevivido de verdad). Dejó de pensar en aquello cuando se dió cuenta de que no valía la pena pensarlo porque nunca lo iba a saber realmente.
Thanos estaba muerto. Las gemas habían sido destruidas. El mundo adoraba a Tony Stark como su héroe. Los Vengadores... estaban muertos.
•
Suspiró profundamente, tomando valor para tocar la puerta. Nicole lo instó a pasar y Tony así lo hizo.
—Anthony, buenos días. Toma asiento, por favor.
Tony posó su mirada en las sillas y se quedó paralizado en la puerta. Había un hombre, joven, en la silla que estaba a la par de la suya. Su cabello era castaño con rizos, ojos marrones y cuerpo esculpido. Algo en él gritaba hogar; familiaridad, comodidad y tranquilidad.
El hombre lo miró como si Tony fuera su mundo y fue eso lo que lo sacó de su trance.
—¿Quién eres? —Preguntó, sintiendo que tal vez podía recordarlo si conocía su nombre.
—El joven que ves acá es Peter Parker —Nicole dijo—. Trabajará contigo.
Peter Parker. Peter Parker. Peter Parker.
Algo en su nombre sonaba precioso y conocido para Tony y le frustraba no saber por qué.
—Tony Stark —se presentó por cortesía. Seguramente el otro ya sabía quién era él.
Después de todo, era uno de los salvadores del mundo y el Universo, Tony esperaba que al menos más de la mitad de la población lo conociera.
—Es un gusto, Tony —el chico le sonrió, formando un hoyuelo en una de sus mejillas, los ojos del chico brillaron con tristeza, pero Tony pudo haberlo imaginado. Así que tomó asiento.
—Peter es... —Nicole se detuvo, dándole una mirada compasiva a Peter antes de continuar—. Peter perdió a gente importante en la Guerra también, muchos seres queridos. Él accedió a hablar contigo sobre las personas que perdió primero y ver si tú decides hablar después, pero que quede claro desde este momento que no es obligación que hables después. Solo escucha primero y después decides.
Tony asintió, mirando críticamente a Nicole. No le creía ni una palabra pero no perdía nada con escuchar.
—Está bien.
Nicole le dió una última mirada antes de mirar a Peter.
—Puedes empezar, Peter.
—Yo... peleé en la Guerra con otros compañeros —comenzó Peter, Tony le prestó atención de forma cuidadosa. El tono de voz del otro le parecía bastante familiar—. Fui afectado por el blip así que desaparecí cinco años. Cuando volví, mis compañeros estaban con vida, pero ellos... se perdieron a sí mismos durante la guerra. Perdí a muchos.
El hombre hizo una pausa, dejando que un ambiente de tristeza se posara en la habitación.
—Perdí a todos mis amigos, mis compañeros de equipo, todos. Cada persona que era importante para mí hoy en día no está como quisiera que estuvieran y me he quedado solo —La voz del chico se perdió—. El mundo afuera está continuando con su vida pero yo no puedo hacerlo, porque no sé cómo moverme y avanzar sin las personas que amo y que completan mi vida.
Tony bajó la vista cuando las lágrimas rodaron por las mejillas de Peter y este se dio un momento para llorar.
En lo profundo de su alma, Tony sentía el mismo tipo de tristeza que Peter. La diferencia era que él no podía recordar a los que había perdido.
Y ahora, Tony quería recordar.
•
Nicole le había ofrecido a Peter marcharse y este había aceptado después de no poder controlar el llanto. Tony había visto como el otro se marchaba mientras él mismo tenía los puños apretados y el pecho lleno de frustración.
Tony había terminado marchándose sin decir una sola palabra también.
Esa noche, había soñado con polvo en las estrellas y rizos castaños.
•
Parte III.
El siguiente miércoles llegó más rápido de lo que Tony hubiera querido. Pasó toda la semana pensando en si abrirse y hablar con Nicole o si negarse y que enviaran a otra y repetir el ciclo una y otra vez pero aún no había tomado una decisión.
Sin embargo, cuando estaba a punto de tomar una decisión, la presencia de Peter en la oficina de Nicole lo sorprendió. Tony había esperado que el chico se negara a colaborar por el dolor que conllevaba abrirse con alguien más pero el chico parecía tener agallas.
Es valiente, pensó para sí mismo, valiente y hermoso.
Peter le dio una sonrisa dulce y suave, como si la última vez que lo había visto no hubiera pasado.
Tony se forzó a darle una mirada suave pero sin sonreír.
Esta vez, Peter profundizó más sobre la función que cada persona perdida había cumplido en su vida. Empezó con uno de sus compañeros de equipo, no había querido darle un nombre.
"Él era... increíble" había dicho, "era muy correcto en todo y siempre veía lo bueno de todas las personas aunque siempre estaba preparado para lo malo. Su pérdida la sintió todo el mundo."
Después, había hablado de uno de sus mentores.
"Era un Coronel. Era increíble también, pero de formas diferentes. Su mejor amigo..." Peter se había parado a sí mismo y había tomado aire lentamente antes de continuar, como si pensar en el mejor amigo del tal Coronel le doliera en el aa. "El Coronel era muy serio y estricto, le gustaba entrenarme y aconcejarme pero también le gustaba hacer apuestas conmigo y hacerle bromas a... Otros compañeros de equipo. Le había tomado demasiado cariño."
Los dedos de Tony se habían movido ansiosos en el reposa brazos de su silla, queriendo extender una mano hacia Peter y darle consuelo. No sabía de qué formas, solo sabía que la necesidad estaba en cada poro de su piel.
Peter había tomado otra pausa de diez minutos y había hablado de alguien más. Una mujer.
"Era hermosa y letal. Sus habilidades eran magníficas e increíbles, pero su corazón era lo mejor de ella. Ruda por fuera y protectora por dentro. Todos la queríamos, a pesar de que habíamos tenido nuestras diferencias con ella. Ella se sacrificó por todos."
Peter había estaba llorando de forma silenciosa de nuevo cuando terminó el relato de la mujer y Tony se preguntó qué se sentía perder a todos y poder recordarlos.
Quizás perder a todos y no poder recordarlos no era tan malo después de todo.
•
—Hoy será diferente —Nicole dijo, cuando Tony entró el siguiente miércoles a otra de sus sesiones—. Peter no pudo acompañarnos porque tiene que trabajar.
Tony se preguntó si Peter no había trabajado los miércoles anteriores pero alejó rápidamente el pensamiento.
—Bien.
Se sentó, Nicole se tardó un poco antes de prestarle atención, haciendo un par de anotaciones.
—¿Tienes algo que comentar? —Preguntó ella—. Sobre ti o sobre lo que Peter dijo, cualquier cosa está bien.
Tony pensó en callarse por los próximos diez minutos hasta que ella se cansara y lo dejara ir pero se arrepintió, no pudiendo contener las palabras sobre lo que pensaba.
—Sobre Peter —comenzó—, es muy... Valiente que haya decidido contar toda su experiencia conmigo. Con un desconocido.
La mandíbula de Nicole se apretó, lo que significaba que Tony acaba de decir algo que no era correcto.
—Peter es una persona increíble —ella confirmó—. Trabajé con él desde el inicio y su avance es grande. Perdió mucho y a muchos de una forma igual y a la vez diferente a los demás.
—Es... admirable.
Tony no recordaba haber admirado a alguien a antes. De todos modos, no era como que pudiera recordar mucho de su vida más reciente. Quizás había admirado a algún compañero de equipo y ahora no podía recordarlo.
—Sí —ella confirmó—. ¿Tienes algo más que agregar?
Tony no contestó, pensando en Peter Parker de nuevo. Pero Nicole no lo dejó ir esta vez, sino que lo obligó a hacer uno de sus ejercicios terapéuticos bobos que lo dejaban con dolor de cabeza.
Cuando logró salir de la sesión, Tony cayó rendido en su cama de sábanas blancas.
•
El lugar donde estaba internado era como un hospital, pero con las paredes de azul profundo en lugar de blanco. A él no le había gustado cuando había entrado en el edificio por primera vez y luego se había dado cuenta que el azul le transmitía tranquilidad y seguridad, lo que era el objetivo del color con certeza.
Las habitaciones eran amplias, con una cama de tamaño decente y un baño. Nada más. Los médicos habían dicho que era parte de la terapia y que no habían muchos muebles y objetos peligrosos en las habitaciones por seguridad de cada interno.
Tony se hubiera sentido ofendido, sabiendo que era una de las personas más ricas del planeta, de no ser porque no le importaba. Si no recordaba a aquellos que amaba, ni todo el dinero del mundo podía importar.
El dinero nunca iba a ser más importante que todo después de haber conocido el amor.
Sarah le había dicho que el olvidar había cambiado su personalidad y Tony le había creído, porque había algo en el fondo de su mente reprimido, un comportamiento diferente al que tenía en el día a día, pero que no sabía cómo liberar, y que aún así estaba sobre la superficie esperando ser liberado de nuevo.
Era obvio que faltaba una parte importante de sí mismo para volver a ser lo que era antes.
Uno no debería perderse solo porque se olvidó a alguien, pensó. Pero ese pensamiento nunca lo convenció del todo. Al final, todos perdían la cabeza cuando amaban a alguien, y Tony sospechaba que él había amado a alguien con tanta fuerza que se había perdido a sí mismo con demasiada fuerza.
Solo esperaba que esa misma fuerza fuera capaz de ayudarlo a recordar, algún día.
•
Parte IV.
Para su deleite, Peter volvió el siguiente miércoles. El joven irradiaba energía y tranquilidad, y la sonrisa que el chico le dio fue una de las más brillantes que alguien le había dado en su vida.
—Te contaré sobre otro de los amigos que perdí —le dijo el chico, sin perder el tiempo cuando ambos estuvieron cómodos—. No teníamos mucho en común a simple vista, porque él era mayor que yo, pero ambos compartíamos muchas cosas de las que alguien podía adivinar: estatus social, experiencias de vida, gustos diversos y demás. Nos gustaban los insectos, sus favoritos eran las hormigas y los míos las arañas. Tenía una hija, a la que quería más de lo que alguien pudiera imaginar.
Peter se pausó a sí mismo, probablemente, dándose un momento para formular bien sus próximas palabras. Tony tenía la ansiedad de hacerle preguntas, pero no quería decir algo que fuera cruel o insensato, así que no se atrevió.
—Era una buena persona. Demasiado buena para lo malo que es el mundo hoy en día. Y lo extraño muchísimo. Los extraño a todos —dijo—. Fue una víctima más de lo que pasó. Uno de millones.
—Como muchos —se atrevió a comentar.
Peter le dió una sonrisa suave que estaba llena de tristeza.
—Como muchos —confirmó.
*
En su mente, se crearon pensamientos incongruentes después de su última reunión con Peter. De alguna forma, él sentía que conocía a las personas de las que Peter hablaba, aún si se decía a sí mismo que era imposible, pero su mente no dejaba de insistir en ello.
Correcto. Coronel. Letal. Hormigas.
Las palabras se repetían una y otra vez en su mente, como tratando de darle algún mensaje subliminal que Tony no podía descifrar del todo. Parecía bloqueado a relacionar por completo las palabras con otras experiencias de su vida y eso era lo que lo detenía.
Basta, se dijo a sí mismo, deseando olvidar. Basta.
*
Dado que no podía socializar con más personas en el edificio por órdenes medicas, su vida se redujo a los miércoles, en donde podía escuchar a alguien más que no fuera sí mismo y a Nicole. Tony se encontró cada vez más deseando que los miércoles llegaran.
—Peter hablará sobre una persona muy importante para él hoy —Nicole dijo, cuando Tony ya estaba sentado y los había saludado a ambos.
—Está bien.
Peter se había tomado su tiempo antes de comenzar su nuevo... relato. El joven se había encargado de mirarlo a los ojos antes de comenzar a hablar.
—Perdí a mí... amante en la Guerra —comenzó—. Él era mayor, pero era todo para mí. Me amaba de la misma manera en que yo lo amaba a él, a pesar de nuestras enormes diferencias sociales y económicas. Él también se perdió a sí mismo durante la Guerra. Hubo mucha pérdida para todos y yo estuve a punto de morir, así que él... simplemente no soportó la presión de vivir esa situación.
Los ojos de Peter brillaron con lágrimas y Tony volvió a retener el impulso de acercarse a él y abrazarlo, de darle un consuelo.
Sentía algo caliente en su pecho, desagradable y feo. Tony sabía reconocer los celos cuando los sintió así que no se negó a admitirlos. Lo que no podía entender era por qué sentir celos de una persona que había visto como tres veces, alguien que no conocía.
—Pero si puedo decir algo sobre él, es que era una luz para todo el mundo. Siempre estaba buscando ayudar a otros aún a costa de sí mismo. —Peter lo miró más detenidamente—. Él había sufrido mucho, pero tenía un corazón de oro que era hermoso y magnífico; único. Y desearía que él supiera que logró por lo que luchó, que salvó al mundo.
Peter se quedó en silencio, sus palabras haciendo eco en la mente de Tony; las palabras del otro se habían sentido tan personales que ahora sentía un nudo en la garganta.
Tony cerró los ojos cuando sintió la sensación de una persona convirtiéndose en polvo en sus manos. Es un recuerdo, pensó. Aún no podía saber un nombre o ver un rostro, pero todo se sentía tan real que sabía que lo había vivido.
—Yo... te admiro —soltó sin pensar, abriendo los ojos y mirando a Peter—. Debe ser horrible haber pasado por todo lo que pasaste.
Peter le dio una sonrisa triste y cansada, antes de decir:
—No tienes idea.
•
La mente de Tony estuvo ansiosa esa noche, pensando en todo lo que Peter le había dicho. La familiaridad con la que le había hablado significaba que lo conocía. No sabía por qué tardó tanto en asumirlo, si el chico parecía conocerlo desde la primera vez que lo había visto en la oficina de Nicole.
Asumiendo que lo conocía, había pasado a preguntarse su lugar en la vida de Peter Parker. Sin duda alguna había sido alguien cercano pero no sabía qué tan cercano.
Tal vez un conocido en el que confiaba, pensó. Pero algo en su mente se sintió incorrecto.
No, no había sido solo un conocido. Su instinto le decía que había sido algo más. Alguien importante en la vida de Peter. Y quizás esas personas de las que Peter había hablado eran importantes para él también.
Pero, ¿por qué Peter no se lo había dicho? ¿Peter podría haber sido uno de los Vengadores? ¿Tal vez él sí recordaba? Si era así, Tony necesitaba saber por qué no recordaba, porque él no podía tragarse eso de que era por el dolor. Tony sabía y sentía que había sufrido en su vida y nunca antes se había rendido al dolor, no totalmente. No al punto de olvidar todo.
Con la idea de preguntarle cosas a Peter la próxima vez que lo viera, Tony se durmió.
•
—Quiero hablar contigo a solas —Tony le dijo a Peter, ignorando a Nicole—. Lo necesito.
Peter miró a Nicole y ésta asintió. Se disculpó con ambos y salió de la oficina.
—¿Sobre qué quieres hablar? —Peter preguntó, su voz dulce y pacífica, familiar, segura.
—Eras un Vengador —afirmó. Para su sorpresa, Peter ni siquiera lo negó, solo inclinó la cabeza hacia adelante para confirmarlo—. Y quiero saber por qué olvidé.
Las facciones de Peter se contrajeron en una expresión de dolor y Tony deseó poder quitársela del rostro. Peter era hermoso y su rostro jamás debería estar teñido por el dolor.
—Nadie sabe por qué olvidaste.
Tony lo analizó antes de volver a hablar, porque de alguna manera sabía que Peter sabía algo.
—Pero tú lo sabes.
Peter asintió lentamente, como temiendo su reacción. Tony se preguntó por qué temía pero no lo preguntó.
—¿Por qué?
—Fue el chasquido —Peter aseguró con tristeza—. Debería haberte matado, pero de alguna manera, no lo hizo. En cambio, robó tus recuerdos y los de todos los Vengadores. Todos menos yo.
Tony se preguntó qué sería que todos olvidaran y solo él recordara. Pensó en la desolación y tristeza que se sentiría y tuvo la necesidad de abrazar a Peter. Tanta soledad debería haberle dolido.
—Ninguno recuerda nada y yo no sé cómo manejar esto. Ha pasado un año y aún no sé cómo llevar todo. El mundo es un caos absoluto ante la pérdida de memoria de sus héroes. Soy el único Vengador actualmente, porque todos están en terapia, recuperación y han olvidado. Y los demás... están muertos.
No sabía quién de los dos se había movido primero, lo único que sabía era que abrazar a Peter le traía confort a su alma. El cuerpo del joven se sentía familiar en sus brazos, como si lo hubiera tenido antes en ellos y hubiera sentido su tacto en la punta de sus dedos.
Tony deseó haberlo hecho, haber sostenido el cuerpo musculoso de Peter en sus brazos y haberlo adorado durante horas, porque le gustaba Peter, le gustaba mucho. Se sentía como si pudiera enamorarse de él, a pesar de que mente le gritaba que ya lo estaba.
—¿Quién eres?
Peter se separó para mirarlo, con sus ojos brillantes por el llanto y sus mejillas sonrojadas. Tony pensó que era precioso.
—Soy... alguien especial para ti.
¿Qué tan especial? Quiso preguntarle, pero las palabras se quedaron ahogadas en su garganta y Tony no tuvo el valor de sacarlas de ahí. En su lugar, se concentró en Peter, que parecía estar a punto de romperse en mil piezas frente a él.
*
Peter le contó algunas cosas superficiales de lo que sabía, sin decir nada demasiado comprometedor poniendo de excusa que Nicole lo iba a regañar si llegaba a decir demasiado.
—Ella dice que es un proceso amplio el que hay que seguir —le había comentado tranquilamente—. La información debe ser liberada poco a poco, para que tu mente no se vea abrumada y así evite colapsar de nuevo y arruinar el proceso.
A Tony le parecía que era una vil mentira y excusa, pero no pudo sacarle una palabras más de Peter. El chico tenía una determinación de acero que él aprendió a apreciar con facilidad.
—Como digas.
Peter le dió una sonrisa que decía que sabía que Tony no aceptaba lo que él decía, pero que aún así debía fingir que si lo aceptaba.
*
A pesar de que Tony pensaba que toda la técnica de trabajo de Nicole era una farsa, sintió que estaba avanzando más de lo que incluso avanzó con Sarah. Nicole parecía segura de lo que hacía y no se dejaba intimidar por su temperamento sarcástico. Tony la apreció por eso, incluso si una parte de su mente le dijo que no debía hacerlo.
La sensación de estar perdido comenzaba a desaparecer cada vez más de sí mismo y las reuniones privadas que Nicole lo dejaba tener con Peter después de cada sesión ayudaba. El chico lo hacía buscar su propio norte en la ola de perdición que era su mente y sus pensamientos, y lo ayudaba a querer esclarecer todo aquello que estaba confuso y borroso. Tony quería recordar plenamente. Saber qué había pasado y por qué había olvidado con certeza y no solo por una simple suposición.
Quería llorar a sus compañeros y ayudar a aquellos que aún, supuestamente, estaban vivos a encontrar su propio norte así como Nicole y Peter le estaban ayudando a encontrar el suyo.
*
—Dime algo de ti, cualquier cosa.
Peter lo miró durante algunos instantes, y después comió algunos maníes con los que había estado jugando durante los últimos treinta minutos. Nicole los había dejado estar juntos en su oficina de nuevo, a pesar de que esta vez se vió más reticente a hacerlo.
—Me uní al equipo a los dieciséis años —confesó Peter—. Al principio, no estaba seguro si quería unirme o no, pero después... encontré mi propia brújula que me guío hacia el equipo y me di cuenta de que era lo que realmente quería.
Tony se inclinó hacia adelante, mirándolo con atención.
—¿Cuál es tu poder? ¿Habilidad? ¿Destreza? ¿Don? Eras joven cuando te uniste. Debes haber tenido un don muy especial. Bueno, aún lo eres.
—No puedo decírtelo —le dijo Peter, mientras le sonreía con diversión. Como cada vez que Tony le hacía un cumplido disimulado —los cuales solía ignorar—.
—¿Por qué?
—Nicole me lo prohibió.
—¿En serio? —Tony alzó una ceja—. ¿Y le obedeces? ¿Hay algo más que te prohibió decirme?
Peter se encogió de hombros, desviando su vista hacia cualquier otra parte con tal de no mirarlo a los ojos. Tony, que lo había estado analizando y observando por aburrimiento y curiosidad, ya sabía que el chico hacía eso cuando estaba avergonzado consigo mismo.
—Le obedezco porque quiero lo mejor para ti —dijo, jugando con las mangas de su suéter—. Y sí, me prohibió una serie de cosas más.
—¿Qué cosas?
—Me temo que tampoco puedo decírtelas —dijo con tristeza—. Incluso si quiero.
De alguna forma, Tony no se sentía tan sorprendido de saber eso. Una parte de su mente, aquella que aún quería salir, parecía haberlo estado esperando.
—Mmm —tarareó.
Quizás, pensó, saber su poder me ayude a recordar y Nicole por eso no quiere que me diga nada.
*
Su mente se empeñó en buscar alguna pista sobre las habilidades de Peter los próximos días, pero no pudo encontrar nada durante los primeros días. Durante el cuarto día, Tony se dio cuenta de dos cosas: el plan de Nicole de que Peter lo ayudara a abrirse y a recordar parecía que iba a funcionar realmente, y Peter ya le había dejado un par de pistas accidentalmente de sus habilidades.
Arañas, pensó, esos animales del infierno deben ser la clave.
Tony odiaba las arañas.
*
Parte V.
—Tengo una pista sobre tus poderes —le dijo a Peter la próxima vez que se encontraron a solas, haciendo que el chico se tensara durante algunos segundos. Después, Peter le sonrió como si no hubiera pasado nada.
Tony se dio cuenta de que ese día parecía estar más tenso y reactivo de lo normal, pero no quiso comentar nada.
—Oh —dijo con alegría—. ¿La tienes?
—En efecto.
—¿Y cuál es? —Peter preguntó, inclinándose hacia adelante para verlo con más atención que antes.
Su mirada de sentía intensa sobre la suya y Tony resistió el impulso de apartar la mirada como un chiquillo enamorado.
—¿Por qué te lo diría? Tu no has querido decirme nada sobre ello.
Peter sonrió para si mismo, disfrutando de su desplante.
—Eso suena muy como tu yo antiguo —dijo Peter.
—¿Lo hace? —Le preguntó.
—Sí —confirmó Peter—. Demasiado.
Por alguna razón tonta, Tony se sintió celoso de sí mismo al descubrir que, aparentemente, Peter conocía muchísimo a su otro yo si era capaz de notar cosas sencillas de su carácter.
—Es bueno saberlo.
—¿No me dirás cuál es la pista que tienes entonces?
—No.
*
Tony soñó con una batalla en la que muchos morían.
No conocía o reconocía a la mayoría de la gente, pero podía ver a todos luchando con su mejor esfuerzo contra Thanos. Vio como una mujer se enfrentaba a éste y estaba a punto de vencerlo cuando Thanos, cobardemente se dijo a sí mismo, decidió atacar incluso a su propio... equipo con tal de no perder.
Desde ahí, todo se puso mal. Vio morir a muchas personas que quería recordar. Las vio luchar con todas sus fuerzas y aún así ser vencidos y asesinados.
En el sueño, su primer pensamiento, al ver tanta muerte a su alrededor, fue Peter. ¿Dónde estaba? ¿Por qué no podía verlo? ¿Acaso ya... había muerto?
No, se dijo a sí mismo con fuerza, no puede estar muerto.
Pero él no podía encontrarlo incluso si lo buscaba desesperadamente a su alrededor y trataba de ubicarlo, y no podía hacer nada más que asumir que algo le había pasado sabiendo que Peter ya debería haberlo encontrado.
Con el dolor corriendo por sus entrañas, se centró en la batalla que los Vengadores más fuertes estaban llevando contra Thanos. Parecía imposible vencerlo del todo, porque siempre terminaba lastimando a los suyos.
Pensó en el guantelete, y sabía que esa era la única solución en el fondo. Miró hacia un hombre que tampoco pudo reconocer y éste alzó el índice. Uno. Única oportunidad.
Sin pensar en lo que iba a hacer y cegado por su dolor, se movió para tomar el guantelete antes de que Thanos lograra chasquear los dedos de nuevos. Éste ni siquiera notó cuando él le sacó las gemas en un movimiento más desesperado que estratégico, Thanos solo le quitó el guantelete y lo empujó lejos, regocijándose de su derrota.
—Soy inevitable —le dijo, y chasqueó los dedos al mismo tiempo que Tony comenzaba a sentir el poder de las gemas corriendo por su cuerpo.
Era abrumador y lo hizo estremecerse, deseando detener las sensaciones y a la vez queriendo sentir más. El poder era grandioso. Se sentía doloroso y adictivo a la vez.
—Y yo soy Iron Man.
*
Se despertó exaltado, con la respiración acelerada y sin poder respirar correctamente. Pasaron treinta segundos antes de que se diera cuenta que estaba teniendo un ataque de pánico y de que intentara, en vano, calmarse para no tenerlo.
Sintió a su cuerpo perder toda respiración y a su corazón latir de forma palpable y demasiado fuerte. La sensación de ahogamiento fue demasiada y Tony pensó, por un momento, que quizá no iba a resistir a ese ataque antes de comenzar a respirar de nuevo.
La bocanada de aire que tomó después del ataque se sintió pesada y dolorosa en sus pulmones, y aún pudo sentir la sensación de estarse ahogando en cada poro de su piel.
Peter, pensó.
*
Cuando salió de su estupor por la pesadilla —en realidad, estaba seguro de que era un recuerdo de lo que había pasado durante la pelea— se dio cuenta de que Peter siempre era su primer pensamiento ante cualquier situación. Pero, ¿por qué? ¿Por qué había pensado en Peter durante la batalla? ¿Por qué había hecho el chasquido pensando que Peter estaba muerto? ¿Por qué había susurrado el nombre como una oración después de tener un ataque de pánico avasallante que ni siquiera quería recordar?
A Tony le gustaba Peter, eso ya lo había aceptado. Pero, ¿a su antiguo yo también le había gustado? ¿Era posible que su antiguo yo hubiera estado enamorado de Peter y que no se lo hubiera confesado por alguna razón? Solo eso explicaría por qué Tony había estado tan abrumado por el dolor cuando pensó que Peter había muerto.
¿Y Peter lo sabía? ¿Sabía lo que él sentía? ¿O no?
Soy... alguien especial para ti. Le había dicho Peter, sin una gota de duda en la voz.
Lo sabía. Lo sabe.
*
Se mantuvo en silencio y pensativo sobre lo que había descubierto durante las próximas sesiones con Nicole. Se dio tiempo de analizar más a Peter y su comportamiento para ver si podía deducir algo más.
Peter lo observaba más frecuentemente que antes durante las sesiones, pero las miradas que le daba eran diferentes. Tony podía ver el deseo en la superficie de los ojos castaños del chico.
Era irónico de cierta forma que él no lo hubiese notado antes, porque podía apostar a que la forma en la que Peter lo miraba era igual a la que él miraba a Peter.
*
Esa vez, llevó a Peter a su habitación con el permiso de Nicole (a la que había convencido diciéndole que en la próxima sesión iba a hablar sobre lo que quería).
—Es... raro aquí.
Tony asintió suavemente, recostándose en una pared.
—Lo es. Pero uno se acostumbra al final.
—Lo sé.
Se quedó en silencio, repasando sus pensamientos y palabras una y otra vez en su mente, dándose un impulso para hablar.
—Dime —pidió—. ¿Quién era yo realmente para ti?
—¿A qué te refieres?
—Eres pésimo fingiendo que no sabes.
—Tony-
—¿Quién eres para mí?
Peter se calló, lo miró fijamente y Tony ya sabía la respuesta por sus ojos antes de que este dijera una sola palabra.
—Soy tu amante —contestó, con la tristeza reflejada en su rostro—. Era tu amante.
Sin saber qué estaba haciendo, Tony se inclinó hacia adelante y lo besó. Los labios de Peter estaban fríos y salados por las lágrimas, pero él los sintió perfectos, como si estuvieran hechos para encajar con los suyos. Su corazón latió con rapidez cuando Peter le correspondió el beso con suavidad.
Su pecho se sintió cálido y lleno, rebosante de felicidad. Peter lo amaba. Y él amaba a Peter. Lo había hecho antes de olvidar y lo hacía ahora.
Qué ironía enamorarse dos veces de la misma persona, pensó.
—Tony —Peter dijo su nombre como una oración sagrada—. Tony, ¿estás seguro? No te sientas presionado a nada solo porque sabes lo importante que eres para mí.
—No me siento presionado —contestó. Tomó la mano derecha de Peter y la llevó a su pecho, justo por encima de su corazón—. Mi corazón late por ti incluso si no recuerdo lo que es haberte amado antes. Cada latido es porque me volví a enamorar de ti y porque eres tú quien completa mi vida.
Peter sollozó y enterró el rostro en su hombro, Tony acarició su espalda con suavidad y lo dejó liberar sus emociones, sabiendo que lo necesitaba.
En algún lugar de su mente, los recuerdos de él y un hombre sin rostro se derramaron como la lluvia.
•
—Wanda Maximoff, Stephen Strange, James Rhodes, Bruce Banner, Clint Barton, Sam Wilson y Thor están vivos. Todos internados en diferentes lugares debido al descontrol de sus poderes. Sam, Clint y Rhodes están en un lugar cerca de aquí, los he visitado un par de veces pero tampoco me recuerdan. No recuerdan a nadie y aseguran haber visto morir a todos. Parece que es un efecto que el chasquido dejó en todos, porque todos aseguran lo mismo —Peter comentó, con tristeza. Tony apretó aún más sus manos enlazadas, queriendo darle apoyo—. Wanda, Thor y Bruce sufren muchísimo por la culpa de creer que no salvaron a nadie, mientras que Strange está como en coma. Wong dice que está en la dimensión astral y que no puede salir de ahí, no hasta que otros Vengadores lo recuerden.
—¿Y los demás?
Peter bajó la mirada, viéndose como si pudiera llorar de nuevo.
—Muertos —confirmó lo que Tony ya sospechaba—. Hubo un homenaje a ellos después de que la Guerra terminara y el ejército de Thanos de desvaneciera. Steve Rogers, Bucky Barnes, T'Challa, Natasha Romanoff, Scott Lang, Hope Pym, Los Guardianes de la Galaxia y otros más son recordados por su sacrificio con el mundo.
Cuando Peter terminó de contarle todo —todos sus compañeros y amigos muertos, la nueva Reina de Wakanda, etc— se dejó abrazar por Tony.
Aún en medio del dolor y la pérdida, ambos encontraron su propio hogar. De nuevo.
•
Extra.
Tony comenzó a recordar lentamente.
Comenzó con Wanda Maximoff. Recordó el daño y el dolor que se habían causado, el odio y la ira. Su gemelo muerto en la lucha con Ultron. Todo en sueños. Cuando despertó, en medio de lágrimas y desolación, conocía todo sobre ella de nuevo.
Wanda Maximoff recordó todo al día siguiente de que Tony Stark la recordara a ella. Ella vino hacia Tony dos semanas después: tuvieron la conversación que nunca habían tenido, una en la que el perdón y los sentimientos no sobraron.
Peter no se había visto sorprendido de que recordara a Wanda, y le había comentado que antes había sospechado que los demás comenzarían a recordar cuando Tony los recordara a ellos.
Dicha teoría se cumplió al pie de la letra.
Vengador tras vengador fue recordando todo cuando Tony fue capaz de recordarlos a ellos.
Y Tony los recordó a todos —muertos o vivos— menos a Peter Parker. Se lamentó por aquellos que habían muerto valientemente en batalla. Y también se frustró de no recordar a Peter.
—Quiero recordarte —había dicho Tony una noche, después de hacerle el amor a Peter de forma lenta y apasionada hasta que ambos habían alcanzado el orgasmo y se habían abrazado—. Quiero hacerlo y no sé cómo. Me frustra no poder hacerlo.
—Todo a su tiempo, Tony.
Tony había tomado la palabra de Peter sabiendo que tenía razón. Y así había sido. Le había tomado un lento y tortuoso año —en el cual había salido de aquel internado y había tomado las riendas de Los Vengadores— recordarlo, pero lo había hecho.
Y Tony había amado aún más que antes a Peter, si es que eso era posible, cuando los recuerdos volvieron y encajaron en su mente como piezas de un rompecabezas.
Cada sonrisa, cada trabajo, cada broma científica, cada salida secreta, cada noche apasionada, cada beso oculto, cada momento. Todo se había unido en su mente y había convertido a Peter Parker en aquello que siempre había faltado en su mente: su complemento.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro