Capítulo 12
—Déjalo... —Jessi escuchó una voz bastante chillona y molesta, pero no vio a nadie más que a su sobrino maltratado en el suelo...
—¿Quién eres y dónde estás? —indagó la original al tiempo que hacía con la mirada una rápida requisa a su alrededor, sin poder encontrar nada.
—Ve-te... de-ja... me... —pidió Joss en voz baja y sin fuerzas a su amigo que, aunque no veía, sabía a la perfección quién era.
—¡No pienso abandonarte en esta lucha! ¡No es justa! No puedes con ella, hermano. Yo lo haré por ti...
—¿Esto es en serio? —replicó con ironía la vampira—. ¡Ja, cuándo se ha visto que un original necesite de una rata defensora! ¿Qué les hace pensar que podrían ganarme? ¡Ni cien de ustedes alcanzarían para hacerme el menor daño!
Sin recibir otra respuesta a su sarcasmo, la chica comenzó a notar una extraña nube rojiza formándose en medio del «campo de batalla». Fue entonces que todos pudieron suponer que era el metamorfo y que este, se disponía a volver a cambiar. La nube se hizo cada vez más grande y densa y la generala detuvo al fin el ataque a su sobrino para caminar hacia Xiang que había tomado la forma de una especie de dragón chino de fuego.
—¡No! —intentó Joss llamar de nuevo la atención de su tía, pero la tos y la debilidad no lo dejaban hablar—. Vuel-ve..., deja-lo..., mal-dita..
—No comas ansias, enseguida estoy contigo —afirmó la chica con una seguridad férrea sin detener su camino—. Primero quiero saber qué se siente quemar a un dragón con su propio fuego...
Las palabras de Jessi dispararon la ira del metamorfo y en menos de un segundo, su aliento convertido en una llamarada gigante cubrió gran parte del lugar. La chica siquiera se asustó, en cambio, rio a carcajadas y lanzó su primer ataque, también en forma de llamas. En pocos minutos aquello se convirtió en una severa lucha de fuego contra fuego y ninguno de los dos parecía darse por vencido...
—Pero, ¡¿está loco?! ¿Cuánto dura su metamorfosis? —indagó asustada la depredadora.
—Ni siquiera él lo sabe con exactitud —declaró Kenji.
—Pues hoy nos enteraremos todos —afirmó la reina con su acostumbrada crudeza.
—Imagino que cuando comiencen a menguar sus fuerzas, su trasformación también se debilite —filosofó la telepata—. Jessi es demasiado ingeniosa y seguro que intentará cansarlo. Utilizará su poder en su nivel más bajo y en el preciso momento en que esté segura de que Xiang está exhausto, ahí es cuando atacará de verdad y con la máxima potencia de sus dones.
—Debemos advertirle de alguna manera —exigió Eider—. Es obvio que está jugando con él, pero Xiang no se dará cuenta hasta que sea demasiado tarde.
—¡¿Y qué rayos quieres que hagamos?! —replicó Noah—. ¡Ya dije que es su lucha, Joss lo quiso así, pero Xiang desobedeció a sus mayores y ahora su estúpida rebeldía...! —Un suspiro profundo salió de su interior y pese a su impotencia y la rabia que le provocaba tener que explicar cada decisión, intentó calmarse y continuar—. Esto podría traernos muchos más problemas de los que imaginan. No puedo ponerlos a todos en peligro, date cuenta de una vez. No es fácil ser el rey, tomar las decisiones, cargar con el peso de todo un reino y sus súbditos insubordinados. Si crees que puedes hacerlo mejor... adelante.
—Noah, no creo que Eider quisiera decir eso —intervino el pequeño con una pizca de cordura—. Solo... está un poco alterado... Como tú, como todos, por esta maldita impotencia que...
—Quizás Eider no quiera tomar tú lugar, pero yo sí. —Aiker se plantó en medio y encaró al monarca qus se quedó estupefacto.
—No, mi amor, no te metas en esto. Las cosas no son como piensas. —Le recriminó Yirem al novato.
—Pero si tú misma dijiste que seré el mayor de todos los tiempos.
—Ella no se refería al mayor traidor —puntualizó la reina.
—Si van a empezar a tratarse así, esto no difiere mucho de Kang y su gente —acotó Sully con desdén.
—Ella tiene razón, solo puede haber un capitán en este barco ¡o nos vamos todos al carajo!
—¡Niña, esa boca! —Aiker le llamó la atención a Kris y esta le hizo una mueca—. Pero tienen razón... Jamás querría ser recordado como un traidor y creo que me pasé de la raya. —Miró al rey y junto a una pequeña reverencia, continuó—: Perdoname, Noah, estoy demasiado alterado por no poder hacer nada ante esta grave situación, pero... supongo que es el sentir de todos por igual y más... el tuyo. Confío en tu guía y a partir de ahora, controlaré mis impulsos.
—Tranquilo, no concibo la idea de que precisamente tú, llegues a traicionarme alguna vez. Todos estamos bastante furiosos y esto no ha sido más que el producto del estrés del momento. Lograrás controlarte, todos lo haremos... Y todo saldrá bien.
—Admiro tu optimismo, pero no creo que Jessi conozca el control... Joss y Xiang no sobrevivirán por sí solos. —Una voz débil, aunque conocida, detuvo la respiración de todos en el gran salón—. En cambio, si ella me ve... se calmará, sé que lo hará... Te pido que me dejes ir afuera, mi rey.
—¡¡¡Nina!!! —aclamó anonadada la gran mayoría.
Afuera la generala y el metamorfo se fundían en una batalla sin sentido que no parecía tener fin. Los dos eran tan testarudos que a leguas se veía que no se rendirían. Xiang estaba satisfecho porque su practica había rendido frutos y no le importaba morir si con eso destruía a quien había dañado a su hermano, pero lo que él no sabía era que Jessi no había utilizado ni un tercio de su verdadero poder. A la original, aunque no quisiera aceptarlo, una fuerza sobrenatural e inigualable le estaba impidiendo acabar con aquel hombre y eso, sería su condena... El dragón apretaba con energía a la vampira, realmente no sabía cómo podría terminar con su vida, pero detenerse no era una opción. Mas de pronto comenzó a sentirse débil, volvieron a aparecerle manos en lugar de garras y, actoseguido, todo su cuerpo empezó a sentir dolor.
Aunque pensaba que era imposible, el metamorfo sentía como si estuviese a punto de morir. El dolor que ahora experimentaba su cuerpo después de volver a su estado humano, era más que insoportable. La original se quedó observándolo por varios minutos: la piel chamuscada y el hedor que desprendían las entrañas del contrario la sumergían en un idilio perverso y abrumador. Jessi sabía que debía tomar una decisión, que sus manos eran unas de las pocas en aquella tierra con el poder para acabar con aquel hombre. Si él moría, quizás su sed de venganza podría ser aplacada y, también, el cruel destino que los unía según los oráculos, no sería tan cruel con la mitad que quedase viva de la supuesta profecía. Si él moría ya nadie podría dañarla... Si él moría... tampoco ya nadie sería capaz de amarla ni de hacerle sentir ese «absurdo» sentimiento... Fue entonces que una idea irracional cruzó por su mente: ¿Y si en lugar de acabar con él, era ella quien moría aquel día? Cosa difícil ya que matar a un original no era pan comido, pero no imposible. ¿Y si le ponía los medios para acabar con su odiosa existencia en bandeja de plata? Un sonido seco, como el del crugir de unos huesos interrumpió los pensamientos de la guerrera y, aunque intentó hacer caso omiso a su conciencia y acabar con lo que había empezado, un sentimiento de justicia la invadió y fue más fuerte. Allí estaba aquel hombre: felinamente perfecto, malditamente hermoso, exalando lo que parecía su último aliento... Cual fuera la decisión que tomase, era hora de terminar con lo que había empezado...
La vampira al fin reaccionó y de la forma menos esperada, se abalanzó sobre el chico a cubrir las llagas que le había provocado y que sin pausa, seguían agrandandose y desintegrando la piel del metamorfo. El chico tosió con desgarradora debilidad e intentó respirar, mas no parecía serle posible. Jessi por fin lo cargó y dejando escapar varias lágrimas lo llevó con rapidez al lado de su sobrino.
—Tú, ¡haz algo! —demandó al más joven que también intentaba reponerse de los ataques de la original—. ¿No es este tu amigo, casi tu hermano? ¡Debes ayudarlo a sobrevivir!
—Todavía no está claro que siquiera yo logre vivir, ¿cómo rayos pretendes que cure a alguien más? —reclamó Joss con aliento ahogado—. ¿Por qué no te dio el maldito arrepentimiento antes, he?
—Dé-ja-me... no ne-ce-sito... t-tu com-com-pasión... —Las palabras del metamorfoso se iban haciendo cada vez más difíciles de escuchar o entender.
—¡No seas necio! Necesitas ayuda... Lo... Lo siento.
—Si... acepto... nos... Nos deja-rás tran-quilos.
—Sí, lo prometo. Ya no quiero vengarme ni lastimar a nadie más, pero... por favor... necesitan irse y reponerse. Yo... estoy arrepentida, mas puedo afirmar que Kang jamás sentirá algo como eso y seguro vendrá dentro de muy poco a continuar esta maldita guerra sin sentido que acabará exterminandonos a todos de una forma u otra.
—Eso no sucederá —prometió Joss intentando ponerse en pie, a duras penas, pero lográndolo al fin—. Nuestro rey tiene un plan que tu condecillo de cuarta ni siquiera contempla. Gracias por la advertencia..., «querida tía», pero no nos hacía falta.
Joss agarró a su hermano del brazo y con las pocas fuerzas que había acumulado, lo ayudó a incorporarse. No habían dado ni dos de sus débiles pasos cuando en frente de ellos apareció Noah.
—Déjame llevarlo desde aquí —pidió al original y este accedió pasando el brazo del malherido por encima de el del rey para que este le sirviera de soporte al metamorfo.
Noah le dio un rápida mirada de angustia a Jessi y esta bajó la cabeza avergonzada.
—¡Espera!, ¿por qué me miras así? —indagó la mujer actoseguido y el rey la volvió a mirar—. ¿No fuiste tú quien intentó sacrificar primero a esa niña espejo y ahora dejaste que tus hombres de confianza, a quien llamas tus hermanos, se pusieran de carnada? ¿Por qué debería yo sentirme mal por ellos?
—Yo no he dicho nada, tu corazón, si es que lo tienes, es quien te condena. No tengo por qué arrepentirme. Mis hermanos saben lo que hacen, yo nos los envié a sacrificarse ni les exigí lealtad, como hace el conde con ustedes. Todo lo que han hecho ha sido por propia voluntad.
—¿Quieres hacerme creer que mataron a quien más quería sin una orden tuya? ¿Por qué lo harían? No la conocían y no ganaban nada con su muerte, en cambio tú, sí. Te escondes tras una cortina de mentiras. Al final, eres igual o más despiadado que Kang.
—Mira hacia las ventanas del segundo piso del palacio, Jessi... —pidió el rey en tono pausado y hasta con una sonrisa condescendiente dibujada en sus labios—. ¿Reconoces a alguien?
La original, aunque a regañadientes, hizo lo que el rey le pidió y al observar por unos segundos, la figura de una chica paliducha y sonriente la hizo querer frotarse los ojos incrédula. A Jessi le costaba aceptar que lo que veía era real. Allí, en el humbral de uno de los ventanales del palacio estaba su mejor amiga, aparentemente, sana y salva. ¿Cómo podía ser eso posible? ¿Acaso los cueles asesinos no habían sido tan crueles, ni mucho menos, asesinos como Kang le había jurado?
—Solo es un espejismo, una ilusión producto de las ansias que tengo por volverla a ver —reflexionó la original para convencerse de que no era cierto—. Nina está muerta, ¡ustedes la mataron!
—Creíste en todo lo que te dijo el desalmado de Kang, sin embargo no creeras en tu sobrino, sangre de tu sangre —indagó Joss con urgencia.
—Pero, ¿por quénlo harían? ¿Por qué me engañarían así?
—Ya te lo dije, mi rey tiene una plan. Debíamos hacerle creer a todos que Nina estaba muerta, pero no imaginamos que tú también caerías en la trampa. Pensé que eras más inteligente..., tía.
—Las veces que a Kang le ha «sobrado alguien»... no finge acabar con él, simplemente lo mata... Es... todo lo que he aprendido a su lado. Cómo imaginar que ustedes podían tener un plan como este. No es normal en los vampiros tomarse las cosas con tanto cuidado ni apreciar tanto esta vida como para no exterminar la existencia insignificante de alguno de nosotros sin miramientos.
—No a... todos... nos gusta ser... asesinos... —expresó Xiang y su voz parecía la de alguien a punto de expirar.
El metamorfo cerro los ojos y el rey emitió un suspiro de resignación.
—¿Qué pasa? —indagó Jessi sin poder ocultar su temor—. ¿Por qué cerró los ojos? ¿Por qué no has hecho nada para curarlo? Llévatelo pronto, ¡no ves que va a morir! —La chica continuaba gritando con desespero, pero el rey no se movía—. ¡Noah, rayos, ¿qué demonios esperas?!
—Primero quiero la seguridad de que te iras del reino —propuso al fin el monarca con demasiada tranquilidad ante el agobio de la original—. No pretendo obligarte, de verdad, pero que continúes al lado de Kang aún después de todo lo que ha hecho, supone un grave problema para mi familia y un freno para nuestro plan de supervivencia.
—Yo... ¿Quieres que me vaya? ¿No hay... ninguna otra forma?
—Lo sentimos —agregó su sobrino con mucha más convicción que el rey—. Para nosotros la familia es lo primero y tú eres un peligro más grande para ella que el mismo Kang.
—Pero... yo también soy tu familia, Joss. Soy tu tía, ¿cómo puedes pedirme algo así?
—No, no lo eres. Lo siento de nuevo, pero solo eres una extraña. Noah y los chicos son los únicos que han estado a mi lado. No puedes pedirme que te vea como algo más que uno de los esbirros de nuestro mayor enemigo.
—¿Y Nina? Ella sí es mi familia. ¡No pueden separarme de ella ahora que sé que está viva!
—Ella ya tomó su decisión —explicó el rey y cargó a Xiang en brazos— y tú debes tomar la tuya, pero sin imposiciones. Por eso solo te ofrecí el destierro, pero si crees que puedes hacer lo que Nina, siempre las puertas de mi casa estarán abiertas. No tengo mucho que brindarte, solo una verdadera familia... y la seguridad de que serás amada sin importar que te equivoques o caigas.
Sin esperar respuesta, el rey desapareció con el metamorfo y Joss iba a hacer lo mismo cuando sintió que lo tomaban del brazo.
—Yo... quiero... quedarme con ustedes —dijo Jessi y parecía más una suplica que una decisión—. No tengo nada más en esta maldita vida. Si me quitan la tierra que me vio nacer y también a Nina... ya no tendría razón pata existir... Prometo que mi prioridad será defender al rey y a su familia...
—Lo estas haciendo mal, Jessi —interrumpió el original con mirada condescendiente—. Si de verdad quiere quedarte con nosotros, empieza por decir «mi familia» y no «la del rey...»
—Lo siento... No estoy acostumbrada a...
—Tranquila..., ya irás aprendiendo... —Joss ofreció su mano a su tía y esta, aunque con el rostro plagado de vergüenza y hasta un poco de temor por la nueva vida que le esperaba, la tomó.
Ambos se desvanecieron y aparecieron en el interior del palacio real donde todos, con Nina en medio, esperaban ansiosos por recibir a la nueva miembro de la familia. Sin embargo, Jessi solo pudo correr a abrazar a su amiga, quien se desbordó en lágrimas al contacto con la original.
—No te voy a perdonar que me hayas hecho sufrir así —le recriminó la mayor.
—Lo siento mucho —se disculpó la chica que ostentaba una palidez mucho más aguda de lo normal. Esto le pareció un tanto extraño a Jessi, pero en aquel momento no tenía cabeza para pensar en nada más que en que su pupila estaba viva—. Ya no soportaba los maltratos de un conde, pero... temía que si te contaba mi plan pusieras el grito en el cielo o peor, me convencieras de no llevarlo a cabo.
—¡Claro que no iba a dejarte! —reclamó la original apartándose un poco para ver a la chica a los ojos—. ¡Mirate! Estás muy débil, ¿qué te hicieron para dejarte así?
—Yo... Nadie me hizo nada que no quisiera —explicó la chica un poco asustada, aunque con firmeza—. Fue mi decisión, Jessi. Yo quería dejar de ser el mounstro que era.
—¿Qué monstruo ni que nada, Nina? ¡Somos vampiros! No podemos dejar de ser lo que somos a menos que... —La mujer hizo una pausa y su rostro se tornó más frío que de costumbre. Comenzó a negar con la cabeza y un fino hilo de lágrimas recorrió sus mejillas—. Dime que no lo hiciste, niña tonta. Dime que no te convertiste en... —La chica asintió apenas y la original estalló en un alarido de dolor—. ¡¿Cómo pudiste?! ¡¿Cómo rayos te dejaste en esto?!
—Pero, Jessi, era la única salida.
—¡No, Nina! Tenía que haber otra forma. ¡No te das cuenta que ahora eres casi una normal! ¿Cómo vas a defenderte ahora sin ningún poder? ¿Cómo...? ¿Cómo voy a cuidarte ahora? —La chica rompió en un llanto desgarrador y todos en el gran salón se compadecieron de su dolor.
Nina la abrazó con la poca fuerza que tenía y al fin entendió cuál era la verdadera razón de la conmoción de su mentora: el miedo a perderla lejos de aliviarse, se había incrementado con la noticia de la pérdida de sus poderes. Al privarse de su condición de vampira, la chica se había vuelto incluso más débil que un humano normal. Esto era reconocido como natural y había ocurrido muy pocas veces en la historia, pero todas, habían terminando muy mal. No era nada fácil mantener vivos a estos seres: eran altamente enfermizos y debiluchos.
—Yo la defenderé... —se escuchó decir a una voz conocida y Jessi se apartó una vez más de su pupila con recelo.
—Niños necios e insensatos. ¿Piensan que su estúpido sacrificio cambiará algo de la supuesta profecía? ¡Ja!, no sean idiotas. Si se verdad existe ese maldito designio nada lo hará retroceder. Se cumplirá hagan lo que hagan.
—No se trata de hacerlo retroceder, siquiera pretendemos cambiarlo —explicó el rey con lentitud—. Solo queremos estar seguros de que suceda lo que suceda, no nos tomará desprevenidos. Al menos estando juntos, con la mirada puesta en el mismo lugar, cualquiera que sea la suerte que corramos, será más llevadera... De eso se trata la familia, Jessi, de apoyarnos aún cuando tomamos malas decisiones o nos equivocamos.
—Una vez más... lo siento —declaró la original y bajó su rostro lleno de vergüenza—. No logró entender esta idea de familia ya que nunca he pertenecido a una.
—Es por eso que estás aquí —susurró Aisha y la tomó de los hombros, haciendo que esta volviera a levantar la mirada—. Te prometo que esta familia te amará tanto, que no necesitarás nada más en este mundo... Ahora a descansar... —Miró a su alrededor y habló a los demás—: ¡Todos! Mi hermano no estará muy contento cuando vea que su generala no volverá y de seguro no esperara mucho para su próximo ataque.
—Es cierto, mi reina —agregó Noah y de nuevo su rostro se inundó de preocupación—. Necesitamos que Joss y Xiang se recuperen pronto. Sin ellos será muy difícil luchar.
—¿Dónde es su habitación? Puedo ayudar... —pidió la original y todos se quedaron atónitos.
—No creo que sea una buena idea —dijo la telepata.
—Jessi está arrepentida de todo el daño que causó —comentó Nina con aquella voz débil que a penas se escuchaba—. Pienso sinceramente que dejar que cuide de Xiang, es una buena prueba por parte de nosotros de que la aceptamos en la familia. Una acción dice más que mil palabras, ¿no?
—Tienes razón —dijo al fin el rey—. Me gusta como piensas, Nina. —Noah le ofreció una linda sonrisa a la nueva natural y luego se dirigió a la exgenerala de Kang—. Es la segunda del tercer piso, la comparte con Joss, pero que él escoja otra ya que está menos afectado... Cuidalo bien... Y a descansar ya, puede que esta noche tengamos problemas.
La chica asintió, tomó a Xiang del brazo y desapareció con él. Los demás también fueron desvaneciendose no sin antes hacer una pequeña reverencia. Por primera vez todos estuvieron realmente de acuerdo, se sentían demasiado agotados y solo esperaban que la noche, los problemas o el maldito destino que los acechaba, tardara mucho en llegar...
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