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Capítulo 05

A pesar de rogarle al principio que no fuera, la angustia en el rostro de Gael logró ablandar el corazón del rey, si lo tenía. Permitió que se acercara a Sully, tenía el derecho de saber por qué lo había abandonado, aunque era de suponer que la chica se alejó para protegerlo. Eso, o que en realidad nunca lo quiso, más las lágrimas en su rostro daban la impresión de que la primera idea, era la acertada...

Noah decidió darles un poco de privacidad y trasladó a los demás a un claro lo suficiente lejos como para que no se escuchara nada de lo que aconteciera, sin embargo, todavía alcanzaran a verlos bien. No obstante, su poder mental y por supuesto, el de Kenji, les permitía estar al tanto de todo, como si estuvieran junto a ellos. No era su intención inmiscuirse, pero sentía que su deber como rey, y como hermano, era saber lo que ocurría con cada uno de sus chicos...

Pensaba que los vampiros no lloraban —le dijo Gael a la chica que lo observó llegar a su lado.

Vete con los tuyos, no te me acerques.

Si eso es lo que querías en realidad, ¿por qué te quedaste atrás cuando todos se fueron?... Querías verme, querías cerciorarte de que de verdad soy un vampiro. Que no es un sueño, que ahora soy igual que tú.

Jamás serás igual que yo.

—¿Y por eso desapareciste?... ¡Debiste habérmelo dicho, Sully! Debiste darme la posibilidad de escoger si quería ser como tú, si quería estar a tu lado para siempre...

¡Ser como yo no te alejaba del peligro, Gael!, al contrario, ahora soy una mayor amenaza para ti. ¿No lo entiendes? Ya lo escuchaste hace un rato: cuando tengo sed me importa poco la víctima y a diferencia de otros vampiros, la sangre nuestra lejos de hacerme daño, me hace más fuerte.

Sully, sé que nunca podrías hacerme daño. Se acercó más a ella y esta evitó su mirada.

Te equivocas. En serio, no sabes de lo que soy capaz. ¡Soy un monstruo!

Yo también lo soy. —La tomó de la cintura y la atrajo hacia él—. No sabes como odio las despedidas, pero mucho más, cuando se van sin siquiera despedirse.

Gael..., ahora somos de bandos opuestos.

Siempre quise saber qué se siente besar al enemigo...

El vampiro besó los labios de aquella chica con frenesí. Ya poco le importaba que lo hubiese abandonado, ahora comprendía la razón y le era suficiente para perdonarla. ¡Ahora eran iguales! ¿Qué podría impedirles estar juntos?... Pero ella, ¿querría lo mismo?

—Deberíamos dejar de mirar —ordenó Aisha y los chicos se voltearon con risitas pícaras.

—Miren lo que el pequeño Gael se tenía escondido —carcajeó Aiker bajito.

—Todos teníamos una vida antes de la banda... y antes de convertirnos —comentó Eider con tono preocupado—, pero nunca imaginé que Gael hubiese tenido una novia, y que esta, además, hubiese desaparecido de la noche a la mañana, sin darle explicaciones.

—Ahora sabemos el porqué —agregó Xiang.

—Tenía miedo de decirle lo que era y que él la hubiese rechazado o peor... le hubiese temido —puntualizó Joss.

—Es nuestro miedo más común —dijo Yirem con la mirada cristalizada—: los vampiros... siempre tenemos miedo de amar.

—¡A callar! No me dejan concentrarme para escuchar bien —exigió Kenji y todos lo miraron asombrados.

—No deberías invadir su privacidad así —susurró Kristal indignada.

—Cuando nuestra familia puede correr peligro, sí, pequeña —explicó Noah e hizo señas para que todos se callaran.

Por varios minutos solo escuchó los chasquidos de sus lenguas enredadas y el acelerado ritmo de sus respiraciones, hasta que:

—¡¡¡Sully!!!

Ante el potente grito la chica se apartó y todos voltearon al unísono. Con terror en su mirada, Sully negaba con la cabeza y a distancia, los chicos podían ver como su cuerpo temblaba desde la llegada de aquel tipo.

—¿Qué sucede? ¿Con qué derecho Chanyeol te grita así? —indagó Gael al ver la reacción de la chica.

«Noah, debemos intervenir. Esto no me gusta».

«No, Kenji, todavía no».

El rey no se veía sorprendido. Era de esperar que el conde hubiese convertido, al menos, a los chicos de confianza de su banda en parte de su ejército, pero todavía no era tiempo de actuar. Como buen «padre», Noah creía que debía primero dejar a sus hijos valerse por sí mismos. Gael debía resolver la situación o por lo menos, intentarlo.

—Vete, por favor, ¡corre! —chilló la chica a Gael, para luego arrodillarse ante el recién llegado—. Chanyeol, castigame a mí, él no tuvo...

—¡Lo vi todo, Sully! Sabes perfectamente el crimen que cometió —la interrumpió el mencionado.

—¿De qué crimen habla este idiota? —indagó Gael.

—Huye, por favor —susurró suplicante la chica—, no voy a poder negarme...

—¿Negarte a qué?

—A castigarte —respondió el vampiro—. ¡No puedes tocar a una marcada y ella lo sabe muy bien!

—¿Marcada? —cuestionó Gael confuso.

«¿Marcada?», repitió Kenji con claro enojo. «No puedo creer que ese idiota se atreviera a tanto».

«Oh, no, mi querido hermano, el conde es de todo menos idiota y creo que ha estado planeando esto desde mucho antes de lo que imaginamos», puntualizó el líder.

A lo lejos, Sully parecía pedirle permiso con la mirada a Chanyeol, que asintió sin más, dando paso a que la chica se retirara un poco la blusa en el área de su hombro derecho. El Macknae sabía que el rey y Kenji estaban conectados con él mediante el vínculo telepático, así que enfocó muy bien su mirada hacia la chica, permitiendole a sus hermanos ver, a través de sus pensamientos, aquella especie de tatuaje grabado en tinta negra que lucía como un corazón encadenado.

—Había escuchado de ese tipo de marcas —balbuceó Gael pensativo—. Se utilizaban hace siglos para señalizar a los esclavos, pero no creí que en este tiempo todavía hubiera quien hiciera uso de ellas.

—Fui obsequiada por el conde a este imbécil y aunque no me puede obligar a estar con él, nadie puede tocarme o sería ejecutado al instante —explicó la vampira a punto de llorar de nuevo.

—Pero eso es una estupidez, ¡no eres un objeto!

—No, es algo peor: un soldado... —Chanyeol miró a la chica con desprecio—. ¿Lo haces tú o lo hago yo?

—Por última vez, Gael, ¡largate de aquí!

—¿Cómo puedo hacerte libre? ¿Cómo puedo quitar esa marca?

—Solo existe una manera, que mi propio amo me deje en libertad.

—Cosa que jamás haré —puntualizó Chanyeol en tono engreído.

—Por favor, Gael, te lo suplico por última vez —siguió rogando la chica—. Ya nos vimos, ya sabes el porqué no podemos estar juntos, ya cerremos nuestro capítulo. No podemos seguir viviendo en el pasado y no soportaría que te sucediera algo... ¡No entiendes que prefiero verte lejos, que muerto!

—No puedes seguir decidiendo por mí. No pienso perderte de nuevo, si no podemos estar juntos, si este es el fin... no voy a retrasarlo... Si no puedo estar contigo, no quiero vivir... Y prefiero que seas tú misma la que termine con la agonía de no tenerte.

«Por favor, Noah, se va a dejar matar. ¡Debemos actuar ya!», gritó Kenji asustando a todos a su alrededor, que sin dudarlo, tomaron posición de ataque, a la espera de la orden del líder, para poder franquear la poca distancia que los separaba de su pequeño hermano.

«¡Todavía no!»

«¡¿Qué demonios se supone que estas esperando?!», vociferó de nuevo el telépata.

«Un milagro».

—Ya lo oíste, el «bebé», está feliz de sacrificarse en tus brazos. ¡Qué tierno! —ironizó el maldito de Chanyeol, con la completa seguridad de su victoria—. ¡Hazlo ya!

Con una lentitud desesperante y pesar en su mirada, Sully se levantó y fue hasta Gael, lo tomó del rostro con ambas manos y ladeó su cabeza para dejar expuesto su cuello. Actoseguido, sus colmillos asomaron y todos los del lado del rey gritaron.

—Sé que me escuchaste aquella noche... —susurró Gael en tono pacífico—. Sé que por eso decidiste irte de mi lado, para... para protegerme. Porque tuviste miedo de hacerme daño, pero lo voy a volver a decir, me aseguraré que esas sean las últimas palabras que escuches de mí. Y se te queden grabadas en la memoria para toda la eternidad. Porque te amo Sully... Te amé con mi humanidad, te amé con tu extraña forma de ser que ahora comprendo... Te amo con mi vida... y te amaré más allá de mi muerte.

Las lágrimas de la chica inundaron sus iris y corrieron por sus mejillas, sin consuelo. Bajó su rostro enrojecido y su llanto se hizo audible junto con un grito de dolor.

—Sí que existe... otra manera de liberarme... ¡la muerte de mi amo!

En un abrir y cerrar de ojos, Sully llegó a donde estaba Chanyeol y clavó sus incisivos hasta el fondo del cuello de este, provocandole un alarido que estremeció a todos. Gael se quedó petrificado, pero en su rostro lleno de confusión y horror, también se podía ver la satisfacción de saber que ahora, ya nada lo separaría de la mujer que amaba. O al menos, eso creía... La depredadora no paró hasta dejar a aquel hombre diseco, mas cuando al fin se apartó y el cuerpo de Chanyeol cayó sin vida al suelo, una neblina, tan roja como espesa, comenzó a cubrir todo el cielo artificial del bajomundo.

—¡Dios, ¿qué he hecho?! —se lamentó Sully, pero ya era demasiado tarde.

—Lo correcto, Sully, hiciste lo correcto. ¡Eres una vampira libre! —exclamó el joven tras comprobar que la marca en el hombro de su amada, había desaparecido.

—No, Gael, soy una vampira muerta. Eirym ya lo sabe y seguro le ha dicho al conde lo que acabo de hacer con su protegido. Vienen a por mí.

—No dejaré que te hagan daño.Ven conmigo..., con nosotros. El rey no te dejará desamparada.

—No lo entiendes, cariño mío, llevarme contigo solo te traerá problemas y hasta la muerte.

—Ya no soy el débil humano que conocías, mi hermosa Sully. —Gael sonrió y se volteó hacia el rey para adentrarse en su mente y así comunicar su petición, aunque este ya de sobra la sabía.

«¿Me escuchan?»

«¡Alto y claro!», respondió Kenji, pero la mirada del menor se dirigió directo a Noah.

«Sé que no debí tomarme atribuciones sin primero preguntar, mi rey, pero también... sé que nunca dejarías abandonada a la familia».

«Entonces, ¿qué esperas para venir? Toma a tu chica y traela a casa».

«El conde se aproxima y me temo que no viene precisamente... a conversar», agregó Gael preocupado.

«Ya lo sabemos y estamos preparados. Nadie más va a morir hoy, eso te lo prometo».

Sin decir más, el maknae tomó la mano de Sully para ir al encuentro de los demás, mas a tan solo segundos de levantar el vuelo, todos divisaron al conde y a su corte detrás de la pareja, a no mucha distancia de ellos. Era de suponer que Kang no se quedaría de brazos cruzados después de la muerte de uno de sus soldados. Sin embargo, el rey sospechaba que más que por venganza, el ataque de su cuñado se debía a la ambición, que no le permitía perder con facilidad a la que él mismo había denominado «su mejor arma»... El planeo de Sully comenzó a verse frenado por alguna fuerza mágica y sin que Gael tuviera tiempo a accionar, la chica cayó desde una gran altura.

—¡Preparados! —avisó Noah, cuando el firmamento se cerró por completo con aquella bruma roja, que le impidió ver la ubicación exacta de sus enemigos.

—¡Nos atacarán por tierra! —gritó Kenji señalando al grupo de vampiros que se acercaba dramáticamente. Caminando con lentitud por las arenas, levantando el polvo del desierto cual banda de peli del oeste, que se aproximaba al centro de la plaza donde tendría lugar su duelo—. No imaginé que la chica del miedo tuviera un alcance tan largo, pero hizo caer a Sully.

—Nina solo necesita un ténue roce para influenciar en el miedo de las personas —explicó la reina—. Después de un primer contacto con ellas, podrá provocarles pavor siempre que quiera, mientras estén en el plano de su visión. Pero no debes preocuparte, Yirem y yo nos encargaremos de que no pueda ponerle un dedo encima a ninguno de los nuestros.

—Todavía no, amor —ordenó el líder tratando de calcular la distancia que los separaba de sus adversarios—. Déjalos acercarce más... Joss, ve a traer a Sully, solo tú podrás dejar sin efecto el poder de Nina... —El mayor de la banda asintió y se dirigió con rapidez al lugar donde Gael intentaba, sin éxito, sacar a Sully del estado de dolor en el que estaba—. ¡Aisha, Yirem!, cuando estemos todos juntos, será su momento de actuar.

—¿Y qué es lo que hacen? —indagó Kristal con los ojitos enternecidos de emoción.

—Pronto lo verás —anunció Yirem con un guiño y tomó posición de ataque.

Como el rey suponía, al Joss tomar a Sully en brazos, los efectos del poder de Nina se disiparon.

—¡Apresúrate! —ordenó Joss al menor y ambos se trasladaron al lado de los suyos.

—¡Su telépata quiere hacer contacto! — informó Kenji—. ¿Qué hago?

—Déjala entrar —dispuso con rapidez el líder.

—¿Estas seguro?

—Por supuesto. Entretenla, así tendremos más ventaja sobre Jongin. Sin Eirym, no sabrá las probabilidades de la batalla.

—Bien pensando —comentó el mentalista con cinismo y cerró los ojos para viajar a su subconsciente.

—¡No, Noah, ¿qué haces?! —reclamó Aiker confuso—. ¿Por qué lo dejas entrar en  trance? ¡Lo necesitamos!

—No hermano, lo que necesitamos es dejar al conde ciego, sin su estratega, y Kenji lo hará.

El novato, todavía dudoso, miró al rey, pero supo acatar su orden a pesar de no entenderla. Algo bien difícil para el tempestuoso tigre.

—¿Cómo puedo ayudar entonces?

—Por lo pronto no hay mucho que hacer, solo estar preparados. Quiero que ellos hagan el primer movimiento.

—Deberíamos socorrer a esa chica —señaló Kristal al ver lo débil que estaba Sully, todavía en los brazos de Joss.

—Se recuperará a su ritmo. Nadie, excepto el sanador, debe acercársele. Sería como suicidarnos —explicó Noah—. En ese estado su instinto de supervivencia es más fuerte y sería capaz de disecarnos a todos.

—¿Por qué?

—Sully es lo que llaman una depredadora nata —agregó Aisha—. No tiene la capacidad de decidir parar, como el resto de los vampiros. Si alguna vez prueba tu sangre, no se detendrá hasta succionarla toda.

—¡Vaya! Todos tienen poderes cools y yo nada.

—No comas ansias, pequeña —la confortó Aiker acariciando su cabeza—. Pronto encontrarás el tuyo y estoy seguro de que será maravilloso.

—¡¡¡Cuidado!!!

El grito de Gael no fue lo suficiente rápido como para que detuvieran el ataque enemigo y Kristal fue lanzada por los aires gracias a un golpe telequinetico del conde. Por suerte, Aiker logró asirla justo antes de que la chica se estampase contra el suelo.

—¡¡¡Ahora!!! —gritó el rey y su esposa y su prima, sonrieron con malicia para después correr cada una a un extremo.

De sus manos salieron dos rayos luminosos que entrelazandose entre sí, formaron un domo perfecto e impenetrable, dejando a todos dentro y a salvo de los próximos ataques.

—¡¿Campo de fuerza?! Joder, que cool. ¡No hay nada que supere a un campo de fuerza!

Los chicos sonrieron por instinto, gracias a la ocurrencia de aquella niña, y se dispusieron a tomar posición de defensa. «¿Tendrá ella razón? ¿Será que de verdad no existe nada que supere a un campo de fuerza?», se volvió a preguntar Noah, permitiendo que la inseguridad llenara sus pensamientos. «Espero sinceramente que sí, porque si el enemigo contara con una mejor arma... estamos todos muertos».

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