Prólogo.

La presente historia en donde relato cada momento y recuerdo de lo que alguna vez llegue a vivir, en esa vida la que considero de altas lejanías en tiempos cercanos llegue a vivir a flor de piel; una vida que parece ser perfecta llena de sonrisas falsas que encubren secretos oscuros y siniestros. Los sentimientos melancólicos que me arrastraron a un camino lleno de tinieblas y criaturas malévolas, reinando en un mundo tan perdido como las tinieblas donde el agua era decepción, desamor y rencor.

El oxigeno que respiraba era tan sucio y contaminante como la traición, la gravedad de ése mundo me golpeaba fuerte contra el suelo cuándo extendía mis alas para volar en este terrible inframundo, la depresión y la soledad me encerraban como a un criminal tras las celdas donde el único escape parecía ser el suicido, en medio de una trágica historia donde no existían salidas. Al pasar el tiempo, las más grandes de mis derrotas se fueron convirtieron en los primeros éxitos que me llevaron a tocar nuevas tierras, conquistando continentes luego de navegar mares tormentosos en que mi vida estuvo al tanto de perderse en el abismo.

Aprendí como vivir en la oscuridad y reinar en ella donde renací y crecí, cada momento de sufrimiento sería más tarde un gran triunfo significativo que cambió mi vida para siempre, he aquí la enorme fortaleza que concedí de los intentos destructivos por parte de ángeles caídos, los que alguna vez fingieron ser una luz en ese camino perverso en el que estuve.

Me he levantado entre los muertos, y he salido flote al arrecife después de ahogarme en la fosa más profunda de la vida, con el dolor de mi pasado es lo que hoy en día me lleva como guía haciéndome sentir como un soldado de la guerra, la que he combatido dentro de mi todos los días de mi vida. Las estrellas reflejadas en el cielo oscuro me ayudaron a llenarme de emociones y alegrías que hacía brillar mi corazón hasta conseguir el verdadero sentido de la felicidad eterna.

Lost In Dark.

 Todo comienza en una mañana soleada con su cielo azul y transparente, el sol brilla más fuerte que nunca y estoy listo para partir al viaje de la vida entre montañas altas, templadas y oscuras como el otro lado de la luna. Un viaje matutino que parece ser perfecto cómo la simetría de una estrella, pensando que he llegado a mi destino correcto, ese de donde he estado recorriendo todo estos años, mi corazón y mi alma se sincronizaron por primera vez para desechar la materia oscura que por un tiempo se juntaron, se sentía como una gran nube turbulenta sobre mi mente y una carga de peso potente en la espalda.

Mi vida comenzaba a fluir como el oxígeno que abunda y recorre la atmósfera, mi sangre corría relativamente por las venas como una corriente marina. Era como sentir las heridas cicatrizando sin el hecho de tener qué desinfectarlas, todo era tan nuevo que me sentí como un ave pequeña que se juntaba con su primera manada para viajar por el mundo, entre vientos, praderas, y mareas.

Mi alma parecía ser tan blanca como la nieve, pero siempre había algo muy dentro de mí que no había conocido anteriormente, lo definiría como un lugar oscuro tan caliente como el infierno, haciendo una especie de reacción nuclear con mis buenas emociones que a su vez las agotaba y las quemaba. Comencé a vivir entre mis sombras de nuevo, en un mundo tan grande y desconocido en el que me sentí cómo un niño perdido en la jungla, siguiendo la luz de la luna y sintiendo el fulgor de las estrellas sobre mi espíritu.

Generalmente, lo que hacía era alejarme del viaje que algún momento fue genuino, donde gozaba de una aventura peculiarmente fugaz y de alegrías. Todo esto se fue transformando en un proyecto suicida en el qué todo dependía de mi auto salvación, dignidad y elocuencia, lo que antes brillaba ahora se ensombrecía como un crepúsculo de sonrisa falsas y sueños implorados, descendiendo a un océano de lava que derretía mi felicidad en gotas de sangre, por cada respiración entre pensamientos destructivos sólo devastaba mis aspiraciones.

Congelado en vida, todo dentro de mí se mantenía rígido, sentía el frío desgarrando ferozmente la piel y helando mi corazón en cada latido, mi estómago se comprimía entre la angustia y el vacío que se condesaba con la tristeza. Este camino en el que me había desviado, hizo perderme en un bosque encantado donde perdí la noción del tiempo y el espacio; con el hechizo intentaba volar pero al caer la gravedad golpeaba fuertemente mi cuerpo contra el suelo, fueron 90 días y 89 noches de sufrimiento constante en los que me hundía cómo un barco en mis pensamientos, momentos de agonía en donde mis heridas se abrían lentamente, mientras me retorcía en el suelo al ser desangrado.

Fueron 3 meses de mal augurio y temores, que con el tiempo fui superando con todo el peso de mí corazón, en cada tortura me preguntaba a mi mismo ¿Dónde está mi verdadero camino? Eran esas decisiones que me obligaron a elegir dos caminos, sin conocer cuál era el indicado. Las catastróficas inseguridades solo me llenaba de malas ideas, hasta decisiones absurdas que solo me empujaban cuando yo solo pensaba por mi felicidad, por primera vez en mi vida había llegado a un mundo melancólico donde la luz no existía; con un constante dolor como si una espada traspasara mi estomago.

La muerte fue lenta y miserable, creo que todo estaba arruinado cuando creí que me había convertido en un ser muy recio con emociones tóxicas, estaba en un mundo venenoso y de llantos que con sus mares me ahogaba en lágrimas de sangre. Mí llegada a ese lugar fue tan despreciable que la maldad y la soberbia me hipnotizaba, perseguido por criaturas diabólicas que se alimentaban de mi depresión, tan traidoras como Judas y farsantes como Herodes, se disfrazaban de ángeles coloridos que cambiaban con el tiempo.

Robaron mi luz y presumían de ella, quedando en una oscuridad plena donde mis castigos me ahorcaban, entre todas esas bestias infernales pude tener cerca los seres más desgraciados y crueles de toda la historia, los describiría con palabras claves: Traición, decepción, mentiras, fraude, hipocresía, dolor y sobre todo el rencor que sembraron en mi, dejando el dulce sabor del odio. Quedé en el fracaso y la derrota, perdiendo todo los colores del arcoíris que se formaron después de viejas tormentas.

La fortaleza que un día tuve se había transformado en una gran debilidad, estaba tan vacío e irremediablemente desahuciado que imaginaba ahogarme en una gran piscina de eutanasia, perdiendo la batalla me perdí a mi mismo en una gran derrota en que mi enemigo había ganado. Hechizo a mí pueblo para que cayeran rendidos a sus píes, todo mi escuadrón se había esparcido como las cenizas en que intentaba renacer, la traición más grande vino de mi gran compañero de batalla que trabajaba para el reino del mayor dictador de todas las doctrinas, siendo ese el último puñal que recibí.

Días de duelo transcurrían haciendo sentir mi vida del tanto bizantino, pero como todo un soldado había caído caí para ver pasar la vida como un flash por mi vista, derramando sangre sucia y envenenada por lo que me sentía limpio. Antes corría por torrentes que quemaban todo mi interior, llenando de toxinas mi organismo provocando el dolor mental y físico.

Pasó el tiempo necesario para perdonarme a mí mismo, una de las lecciones más grandes fue que tenía que aprender a vivir con la marca del pasado, logré liberar como mariposas al aire todas esas malas energías, así como también los malos recuerdos que caerán con la lluvia hasta desaparecer en la tierra, el suelo succionara la lluvia acida que caía contaminada sobre el pasto. Ahora siento que puedo trascender después de todo, lo que viví me hizo tan fuerte como el sol y tan vital como el oxígeno, gritando al cielo decía con fuerzas "Volaré muy lejos, mientras llueva la sangre qué he derramado por mí herida, y mi corazón se vacíe entre sentimientos opacos, bajo la turbulencia suicida y huracanes melancólicos", y lentamente la tormenta se iba con todas las nubes negras.

Era increíble ver como las aves salían a volar libremente junto a mí espíritu, reflejándose en aquella perfecta obra de arte que se observaba como un cielo azul, comprendido de nubes que parecían ser tan blancas como el algodón. Tras la apocalíptica batalla entendí que algunas derrotas eran futuras victorias, ahora mi evolución se mantiene constante como la temperatura, que en cada amanecer una parte de mi muere y vuelve a nacer, ahora soy mucho más inteligente de lo que fui ayer.

No creo en el destino, pero si algo pude aprender es que la vida es todo lo qué tú eres y lo qué mereces, si ofreces algo ya la vida te lo regresará como un boomerang de bendiciones o maldiciones, los verdugos que me torturaron sin piedad hoy sufren en el olvido, como serpientes entrelazadas que se ahogan en su veneno. Permanecerán gritando con sufrimientos, dolor, agonía, sin perdón, ya no conocerán la luz que apagaron de mi y estarán vagando entre la oscuridad para siempre.

Bajo mis píes ahora serán aplastados como sucios insectos nocturnos, después de mi destierro viví entre serpientes y alacranes que me ayudaron a ser más fuerte. Caminando por el fuego encontré mi verdadero ser, como la incandescente luz de Venus que ilumina el oscurecer del día.

Dicha luz genero furia y potencia, tan fuerte como la radiación de un pulsar que aceleraba mi nuevo corazón, por fin estuve recuperando lo que pensé que estaba perdido. A medida que crecía, mis temores se quedaban bastante lejos por lo que se me hacía increíble, como bien dicho lo dijo Aristóteles: El sabio no busca placer sólo busca la ausencia del dolor; mi renacimiento fue doloroso y maravilloso dejando esa palabra marcada en mi piel, renacimiento y fulgor.

Ahora puedo sentir la felicidad como el calor que antes me quemaba, después de tantas vueltas pude encontrar mi camino. Respirando el aroma de la alegría y el cambio,
he regresado de la muerte sintiéndome más vivo que nunca, toqué fondo en donde me perdí en la totalidad de la oscuridad, pero en un suspiro me hizo subir hasta lo más alto.

Lo más genial, es que nada podrá destruirme como solía ser, mis heridas han cerrado permanentemente. Estoy en mi nuevo respiro, conquistando mundos y descubriendo continentes gozando del triunfo que he conquistado, todo este tiempo estuve entre los muertos, donde todos temen estar.

Me levantaré y caeré de nuevo porque es parte de la vida, pero si hay algo que nunca pasará es qué las heridas vuelvan abrirse, donde mis recuerdos me lleven al pasado y perderme en la nostalgia. Adiós a todos esos momentos que quedaran en el profundo olvido abismal, con una gran parte de mí qué será enterrada hoy; la soledad castigará a los villanos, haciendo que los lobos regresen a sus cuevas donde no logren ver la luz del sol.

Quemados con mi luminosidad quedarán ciegos como murciélagos, estoy en mi trono donde siempre he merecido estar y tengo mucho que hacer en este mundo, vendrán peores batallas por enfrentar. Ahora tengo mi verdadero equipo bélico, donde somos libres del olor de la traición y la envidia, estaremos unidos por toda la eternidad entre el paso de los años.

He conseguido la luz que estará conmigo en momentos de llanto, tengo los mejores soldados que protegen mi reino y juntos venceremos como la gran jerarquía que tenemos, no quiero presumir mis grandes virtudes pero hoy soy un asesino en serie, soy el principal factor más letal existencial, voy por la vida acompañado de mi generosidad, disciplina, educación, respeto, y dignidad algo que muy pocos tienen. Mis principales armas potentes que destruyen a cualquier ser negativo, como con los que he vivido todo este tiempo y los que he matado con mi pureza.

Atacar con ello te duele más de lo que tú crees qué me duelen tus mentiras, tu traición y tú soberbia. Ayudas a sumar el desprecio que te tengo como ser humano, aunque cualquier especie sería grande para ti, has demostrado que careces de inteligencia y de amor propio, vivirás en mi sombras para siempre con tu hipocresía y tu alma empobrecida, intentando el ser el centro del mundo.

Nadie consigue lo que quiere intentando ser la víctima y dar lástima cuándo lo qué da es tristeza por sí mismo, sí quieres que te tengan lástima está bien, fracasas cómo persona para toda la humanidad y eres una vergüenza mitológica para la historia universal.

El éxito viene de tu talento y tu grandeza, no de tus penas que escasa de honra tu imagen. Siempre estoy por la vida buscando lo que quiero y lo consigo con mi sudor, cada persona es un átomo que está constituido por cargas negativas y positivas en sus vidas, cuando quieres hacer una reacción electromagnética todo va en tu potencia si quieres brillar, así como los grandes agujeros negros que son tan solos y errantes en el universo, sosteniendo su inmensa donde su punto es tan infinito que la luz no escapa de él.

Así mismo, cuando en vida era una estrella súper gigante que mantenía millones de sistemas con su luz, tu también lo puedes hacer porque tú brillo iluminas la vida de quienes están en tu órbita. Estas dándoles calor todo el tiempo, ya que gracias a ti favoreces la existencia de muchas ideas y logros que seguro has tenido.

Sin embargo, cuando una estrella muere su ausencia se siente como un potente reactor, la inspiración resplandece la magia de la astronomía con los agujeros negros que contribuyen a la formación de galaxias, o cuerpos celestes que forman vidas como tú. Es porque siempre dejan su huella, y su brillo se hace sentir en los distantes años luz.

Cuando algún día sea tu turno de morir, dejarás tu huella del éxito en este mundo donde alguna vez estuvo tu existencia, que jamás será desapercibida ya que por por alguna razón tu voz seguirá en el mundo haciendo latir el corazón de muchos, renaciendo y trascendiendo moverás montañas con tu grandiosidad. Eres lo que sientes y cada persona tiene su historia, tu eres el fuego, eres agua, eres aire, todo lo que alguna vez fue creado para evolucionar y lo seguirás haciendo, porque un guerrero no se hace de sus victorias sino de las derrotas que se convierten victorias.