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San Valentín Day

-Buen día... -oyó el castaño la aterciopelada voz en el teléfono-.

-Hola -respondió sonriendo levemente al reconocer de quién se trataba, un segundo después se incorporó sobresaltado y agregó- ¡¿qué hora es?! ¡Hay no! Dean... me quedé dormido... -se dió cuenta de que había salido hacía una hora-.

-¡Recién se tomó un taxi, no te preocupes, se ve que estuvo haciendo horas extras...

-¿Lo vigilas?...

-No me convertí en su sombra pero no podemos descuidarnos, si llega a recibir ayuda externa Caín podría despertar antes y estarías en problemas...

-La boca se te haga a un lado... -agregó el menor expresando su deseo de que tal posibilidad no llegue a darse-.

-Anoche mientras dormías te dejé unos viejos manuscritos en el segundo cajón del escritorio... ¿te importaría echarles un vistazo antes de que nuestro enfermero favorito regrese? Quiero que me des tu opinión...

-Claro....

Nervioso y ansioso, apartando las sábanas no dudó en enfrentarse a aquella situación que no podía ni debía rehusar y comenzó a caminar hacia el mueble por ver de qué se trataba, con el corazón golpeando frenéticamente en su pecho, por lo que implicaba ir al encuentro de aquel documento antiguo.

-¿Podrías ir adelantándome algo?... pidió a Crowley una introducción:

-Es una cosa que conseguí en el Tibet... -improvisó el demonio-.

-¡¿En serio? ¿Te entrevistaste con el Dalai Lama o fue más como una intimidación...?! -preguntó el joven ahora aliviado al recordar que la oscuridad no podía desterrar a la oscuridad-.

-El tipo sabe un par de cosas acerca de la luz... -siguió improvisando el trajeado- y no, ya deberías saber que me dedico a la persuasión y no a la violencia para conseguir mis objetivos...

-¿Y qué? la intimidación también es persuasión -rió-.

Finalmente el castaño abrió el cajón, encontrando dentro, la más hermosa caja de plástico transparente con perfecta forma de corazón, y una fantástica selección de chocolates, cerrada con un listón rojo que a su vez aseguraba sobre la tapa un sobre, de papel bordeau, escrito en letras doradas.

-¡Qué lindo... Feliz San Valentín...!

-¿Sabías que era hoy?... -le respondió el trajeado pensando que por la forma en que abordaba los libros lo más probable era que ni siquiera hubiera reparado en la fecha-.

-Iba a escribirte cuando estuviera consciente... -le respondió él-.

Sosteniendo el celular entre la oreja y el hombro Sam quitó con cuidado el listón para liberar tanto el sobre como la tapa de la caja de acetato.

-Se ve muy caro...

-Es chocolate Suizo orgánico, te va a encantar -le respondió él feliz-.

-Amo todo lo orgánico

-Lo sé, y quién podría culparte... espero que te guste la carta..

Sam abrió el sobre y lo leyó, la letra era bonita, alargada y fina, y estaba escrita con pluma y tinta dorada:

***************************

"Déjame cortar la historia como yo la conocí,

El alma es un misterio a descubrir.

Habia algo más profundo que la oscuridad,

a pesar de que jamás lo pude concebir.

Aunque sea tan grande la confusión,

prefiero ahogarme en este océano contigo.

En tus besos soy capaz de navegar,

ese mar que hay en tus ojos.

Me acaricia la preciosa sal,

y en mi cuerpo me desbordo.

Déjame contar las estrellas que te conforman,

Nacido en el destino de un perenne amor,

atrapado en la oscuridad y forjado en el fuego.

Nada quebrará tu alma de cristal,

porque revivió como un diamante eterno.

El espacio es la distancia entre los dos,

Y el tiempo la patria de este anhelo.

Sólo por el capricho de tu dulce rebeldía,

me convertiste en tu amor secreto.

***************************

-Wow... es impresionante que alguien pueda escribir así... Jamás había inspirado a nadie a escribir poesía... -soltó tímido el castaño y tras el teléfono estaba muy colorado-.

-Eso no puedes saberlo -le respondió el mayor pensando que de seguro habría inspirado a más de una dama- no obstante, te dedico mi primer poema... -le confesó-.

-¿Te gustaría pasar por mí a las ocho? ¿Tenías algún lugar en mente? -expresó con un sentimiento cálido el más joven-.

-Sí, pero ¿no vas a salir con Justin Bieber? -.

-Tenemos una cita en media hora, le voy a regalar un desayuno...

-Todavía no te invitó a cenar, pero... no hay chance de que lo haga en el transcurso de la mañana?

-No, ya que de hecho me invitó a almorzar porque esta noche tiene que cuidar a un paciente.

-Cada loco con su tema pero no sabes qué gusto me da oírlo, ¿llevas protección?

-Siempre, ¿y tú?

-Desde luego, soy un novio responsable ahora que finalmente estoy en una relación... -le respondió sinceramente-.

-Amo oír eso -sonrió-.

-Y a pesar de que a veces tenga que suceder sólo es trabajo para mí, no se compara con lo que tenemos -soltó casi suspirando-.

"Ojalá tu trabajo no fuera arruinar las vidas de los demás..." pasó por su mente un segundo después, sintiendo dolor nuevamente ante el hecho de que aquel hombre perfecto fuera una mentira perfecta.

Un sentimiento tan profundo lo había invadido en ese instante que el demonio sintió unos fuertísimos dolores entre el pecho y la garganta y ganas de llorar, por las emociones que sin llegar a saber cuál era el motivo, le habían llegado provenientes de Sam.

-Pensaré en tí amor... -expresó en el silencio que el castaño había dejado, intuyendo que se sentiría tenido cómo uno más-.

-Tambien pensaré en tí... -respondió el menor quebrándose imperceptiblemente-.

-A las ocho estaré ahí... llámame si se te hace tarde o se complica.

-Espero que no, pero lo haré, no te preocupes.

Después de colgar y calzarse su chaqueta, el Winchester procuró volver a la normalidad, comió dos o tres bombones que le provocaron una maravillosa sensación, guardó la caja, escondió la carta antes de salir de su habitación, y en el pasillo se cruzó con su hermano mayor, que llegaba con expresión cansada.

-Aquí estas... ¿todo en órden? -lo abrazó al verle-.

-Bien... iba a ir a buscarte y me quedé dormido, perdón... -no dudó en explicar el más joven-.

-Al menos pudiste descansar un poco, no tuve problema en volver por las mías... -le sonrió-.

-¿Ya empezaste San Valentín tan temprano? el perfume de esa mujer se percibe a diez kilómetros... -le hizo notar Sammy divertido-.

-Qué puedo decir... para mí todos los días son 14 de Febrero... -respondió parodiándose a sí mismo ya que seducir mujeres y acostarse con ellas formaba parte de su ser completamente libre, y por ende de su actividad cotidiana-.

-Eso es porque nadie te regala chocolates... ¿Quieres uno? yo si tengo... -deslizó con naturalidad su inteligente comentario-.

-Valla... ¿tienes una cita? -el mayor había sentido como si le hubieran dado repentinamente un golpe seco-.

-No -mintió el de las iris verdes- los compré, soy un idiota... -sonrió y su hermano se sintió automáticamente mucho mejor-.

Fueron hasta su cuarto, que quedaba a unos pocos pasos, y abriendo la bonita caja le ofreció servirse:

-¿Quieres ser mi Valentín? -bromeó Sam, y el rubio reprimió las ganas de robarle un beso, sabiendo que solo lo parodiaba por el año anterior, donde él le había dicho exactamente lo mismo, después de ofrecerle un corazón sangriento, en medio de la investigación de un caso-.

-Aceptaría si no fuera porque tengo una cita con mi trabajo... -se llevó tentado un chocolate a la boca-.

Sintiéndose lleno de ánimo nuevamente, el menor se dirigió a buscar todo para poder ducharse.

Camino al hospital a visitar a Gray, compró un fantástico desayuno en una panadería que tenía especialidad en ellos, para sorprenderlo. Ya se había comunicado telefónicamente para asegurarse de no dar lugar a un desencuentro.

Fue un momento muy feliz, sobre todo para el rubio que no esperaba que el joven apareciera con semejante belleza de obsequio, y al terminar el turno, de salida, dieron por casualidad con Harrison, el joven que se había topado con Sam de madrugada hacía dos noches.

-¡¡Gray!!

-¡¡¡Harry!!! -sonrió él-.

-¿Qué tal?... debes ser Samael ¿cierto? -estrechó la mano del ojiazul-

-De hecho sí, es un placer... -correspondió el saludo-.

-El placer es mío, Gray nos ha hablado tanto, es genial poder conocerte en persona -Sam sonrió por toda respuesta-.

-Él ha asistido a varias de mis clases -continuó el joven con gran simpatía- entre ellas la de seducción, aunque no es realmente bueno en ese área ¿cierto?... demasiado tímido... -el carisma y entusiasmo del joven camillero, eran para Sam ligeramente extraños, aunque no le desagradaba el sujeto-.

-Bueno... no fué para nada tímido cuando lo conocí, así que no hiciste un mal trabajo con él en esa clase... -defendió al joven de piel pálida como la nieve-.

-¡Exacto, "Sé tú mismo"... fué lo primero que le dije apenas ví que tenía esa dificultad... -ajustó rápidamente su discurso el de ojos esmeraldados-.

-"Bébe, y sé tú mismo"... eso fue lo que me dijiste exactamente... -le refrescó Gray a quien claramente le había hecho gracia el consejo de su amigo-.

-Y lo hiciste, y funcionó muy bien... -sonrió Harry abiertamente-

-Tuve suerte de que Sama no saliera huyendo -rió el rubio recordando sus insinuaciones tan poco sutiles, aunque no negaba que el el hecho de fastidiar a Ty hubiera sido el factor más decisivo en su triple salto mortal al vacío-.

-Me encantó que tomaras la iniciativa, me hizo empezar con el pie derecho en los Estados Unidos -le confesó Sam, sintiéndose los dos muy felices-.

El amor estaba claramente en el aire, pensó Harry para sí, alegrándose por su amigo a pesar de la pequeña espina que le incomodaba, al haber guardado esperanzas en relación al chico que finalmente había resultado ser de él-.

-No deja de sorprenderme que estés trabajando en tus propias vacaciones... -volvió a acotar Harry- pero estaba pensando que si estas de acuerdo, podrías pasarme tu número y yo dárselo a alguna persona que lo necesite como hago con Gray...

-Sería estupendo... ¿quieres anotarlo?

-Seguro -sin más el joven sacó el teléfono y guardó el contacto del chico de ojos azules- prometo no reportar esta noche... no los entretengo más, Feliz San Valentín tórtolos, gusto en verlos.

-Lo mismo digo... -se despidió sonriente- cualquier cosa que se ofrezca me avisas.

-Claro-.

*********************

De principio a fin fue una cita íntima y maravillosa, cuando llegó el momento de irse se besaron en la puerta y el castaño partió.

Ya en casa se dispuso a prepar el tardío almuerzo de su hermano y con un poco de esfuerzo logró despertarlo.

Tan pronto se quedó sólo corrió a pegarse un baño, buscó un regalo que pudiera gustarle a su "amante inglés", y finalmente consiguió estar ocho menos cinco de regreso, sin encontrarlo en la puerta esperando por él.

Entró. Su perfume no lo recibió en el vestíbulo, confirmando un poco más que aún no había llegado a su encuentro, y en cuestión de unos minutos la llamada del triple seis iluminó la pantalla de su celular.

Tras saludarlo el menor, un Crowley consternado del otro lado de la línea, le explicó que las cosas se habían complicado "malditamente" en el infierno, no sabiendo a que hora podría estar llegando a caer.

Sam buscó infundirle ánimo y confianza:

-Está bien, esto no es nada que no hayas enfrentado antes ¿verdad? sabes que te apoyo pase lo que pase... si necesitas toda mi energía disponible y puedo ayudarte con eso...

-Qué lindo eres pero tu energía es demasiado preciada y sé que tengo lo necesario para salir de este hormiguero... simplemente creí que íbamos a contar con este tiempo para nosotros y no... quiero que sepas que me las voy a arreglar para terminar lo antes posible, te extraño cielo.

-Yo igual, a la hora que sea despiértame si estoy durmiendo...

-Lo haré, lo prometo, cómo la Cenicienta...

-Era la bella durmiente -lo corrigió el muerto de risa- Aurora y Felipe.

-Aurora, es cierto... y hablando de aurora espero poder llegar antes del amanecer o voy a estar verdaderamente enfadado... -se lamentó este del atolladero de almas y deberes en el que se encontraba-.

"Todo irá bien", le aseguró el menor, y ciertamente habían dado las cuatro de la mañana cuando Romeo consiguió llegar junto a ël.

Dormido con ropa y todo sobre la cama que aún continuaba armada, junto a un paquete envuelto para regalo sobre la mesita de noche, se veía cómo un auténtico príncipe bajo un hechizo.

Crowley lo movió un poco llamándolo despacio y el menor reaccionó casi de inmediato posando en él su mirada.

Antes de que cualquier palabra pudiera emerger, el Winchester fue directo a darle aquel silencioso beso de bienvenida que habían prometido darse.

-Perdón se hizo tardísimo... -lo saludó el moreno apenas pudo ver sus ojos verdes otra vez-.

Sam buscó con la mirada la hora en el reloj despertador de la mesita de luz, agregando:

-¡Lo lograste... antes del amanecer... aún queda hora y media... ¿hacemos una visita al Mac? -agregó consciente de que si en su momento había hecho una reserva, esta debía inevitablemente haber expirado-.

-De hecho mi plan inicial sobrevivió... ¿aceptarías ir conmigo a cenar a un lugar especial?

-Seguro, sólo te robaré un momento porque aún no te dije... Feliz San Valentín Fergus... -le tendió el paquete-.

Crowley le agradeció y le tomó por un momento la mano antes de abrirlo. Era un perfume de excelente buen gusto con el que pronto rocio su camisa. No obvió decirle que le había encantado.

-Hay más -le avisó y sacó de debajo de la almohada otra caja, de plástico transparente en forma de corazón con variedad de bombones, lentejas de chocolate y caramelos, más una birome de fantasía con una pequeña escultura de Godzilla en la tapa.

-¡Tú si que sabes cómo enamorar a un chico!... -agregó disfrutando intensamente de sus regalos-

-Lo aprendí del mejor -le sonrió él-

-¿Listo para una cita con el espíritu más cargado de trabajo de todo el inframundo? -agregó él-.

-Ciertas cosas no cambian con la muerte ¿Verdad?... -le respondió divertido y lleno de ánimo-.

Crowley separó el alma del castaño de su cuerpo físico, cayendo nuevamente éste último sobre la cama.

Tomado de su mano Sam no tuvo necesidad de volver la vista atrás y simplemente recibió la llegada de una luz intensamente blanca trás la cuál, pudo percibirse de pié frente a un paisaje de postales.

La luna bañaba los picos nevados de las montañas y también las nevadas cúspides de un cercano bosque de pinos, apreciándolo desde la amplia terraza de un lujoso departamento privado en Bariloche, con piscina iluminada y calefaccionada al aire libre.

En el lugar, también había una mesa, vestida con un sobrio mantel azul marino intenso, e iluminada por pequeñas velas en fanales de cristal.

El demonio lo invitó a sentarse y volvió con bandejas de plata, una pata de ternera con papas a la crema acabaría definitivamente sorprendiéndolo aún más, y la botella de vino más costosa del planeta, sirvió para acariciar sus sentidos y acompañar la comida.

-No es 14 de febrero... pero al menos sigue siendo la misma noche... -le dijo con una leve sonrisa, de pie junto a él, mientras escanciaba algo del líquido borravino en su copa-.

-¿Tanta belleza es posible? -se maraviló el menor-.

-Está dentro de tí, todo esto está inspirado en el alma de mi amado... -soltó el mayor y no eran palabras vacías- quiero brindar por tenerte esta noche y por poder cenar en San Valentín a las cuatro de la mañana... -propuso un pequeño brindis que el castaño correspondió-.

-No podíamos ser una pareja normal, teníamos que pelear para tener esta cita... -sonrió el más joven-

Los latidos de ambos se hicieron a un mismo tiempo más fuertes cuando se quedaron por un momento en la mirada del otro.

El Wincheter no tardó en elogiar la cena trás haberla probado.

**************************
Mientras estaban comiendo:

-Recuerdo que cuando entraste en la comunidad Wicca pensé "¿en serio quieres perder el tiempo aquí...?" tengo que decir que estaba completamente equivocado al respecto, por supuesto diste en el blanco-.

-Y lo dices porque... -se sorprendió el castaño-.

-El desarrollo en tu campo energético es excepcional, equilibrado y con mayor resonancia y actividad en los centros superiores, ellos verdaderamente te enseñaron acerca de tu energía, te estás volviendo un iluminado...

-¡De "fenómeno" a "super fenómeno"! ... sabía que podía... -bromeó y en su tono de voz se interpretaba un "no estoy seguro de que algo bueno fuera a salir de esto"-.

-"Super fenómeno modo Dios" -hubo de afirmar Crowley- y heredaste de tu hermano ser un imán de problemas así que estimo que va a ser interesante...

-Créeme que no, las crisis son oportunidades pero los problemas que hemos causado desde el principio son una verdadera bomba, estás en peligro amigo, somos material radiactivo inestable...

-Eso fue tan nerd que te comería la boca ahora mismo -le sonrió feliz y agregó- pero, el universo siempre tiende al equilibrio, si sirve para secar las lágrimas de tu "culpa existencial"... el principio de homeostasis opera más allá de lo que podrías haber imaginado.

-Creí que el mal quería... ya sabes... voltear la balanza...

-Y quiere, lo que no le significó hasta ahora haberlo conseguido.

-No vallas a tomarlo a mal pero espero que siga así...

-Puedo vivir con eso... -le hizo saber el mayor con inmenso cariño y poco después volvió al tema de los Wiccanos- Salvo por el amor a la naturaleza no encajas con los Wiccas realmente, ¿cierto?...

-Sí... y francamente es como si no encajara en ninguna parte, excepto contigo -agregó sin notar internamente la verdad que había expresado en sus palabras, pues el alcohol había relajado considerablemente su juicio trocándolo en una profunda honestidad sin filtro-.

-Vas a pensar que miento pero sé lo que se siente...

-¿De verdad crees que puedo hacer la diferencia? -lo interrogó seriamente el castaño-.

-Apuesto todas mis fichas, si alguien puede hacerlo ese es Sammy Wincheter -respondió con total convicción su interlocutor- tienes ese don de "toparte con las respuestas" y también tienes a Dean de tu parte... ustedes son mi dúo dinámico y sabes que no te estoy dorando la píldora, sabes lo malditamente buenos que son, no existe nada que se hayan propuesto que no hayan logrado... lo único que me pesa es no haber reparado antes en tí, y encima arrastrar el ala por Dean como un idiota. Fui el imbécil que todos dicen que soy.

-No es por nada pero mi hermano me pasa como una topadora en todos los sentidos, si te fijaste en él entonces no eres ni siquiera un poco imbécil... no seas tan condescendiente y deja de faltarte el respeto -lo reprendió sin levantar el tono- te oyes igual que yo cuando me derrumbo porque soy la "P***" causa del apocalipsis...

-Fuiste la causa de que terminara justo a tiempo, así que ya podrías dejarlo en el pasado... -le aconsejó que no volviera a caer en la antigua amargura-.

-Y tú no estás en el trono para hacer amigos así que cargarte a quién sea que te fastidie por la espalda y sin perder tu estilo...-.

-Lo haré, claro que sí, es un gran consejo... -le respondió él con un sentimiento cálido y una sonrisa honesta-.

Cuando terminaron de comer Sam lo arrastró hacia el interior de la habitación que contaba con unas gruesas y pesadas cortinas negras.

En la penumbra comenzaron a quitarse mutuamente la ropa intercalando con besos la acción de sus manos.

Las últimas estrellas brindaban al cielo su resplandor mientras en el oscuro cuarto, las dos mitades de un ardiente cometa se aferraban al fuego inextinguible de sus almas.

A pesar de tener edades dispares, el Winchester era muy maduro para su edad, y por haber pasado gran parte de su vida entre mudanzas, monstruos, hoteles y hazañas detectivescas, sentía en la estabilidad que Crowley le proporcionaba con su caracter tranquilo, un inigualable canto de sirena, así como por su parte, en lo más intimo, el trajeado siempre había deseado fervientemente una sola cosa, ser importante para alguien y en Sam había encontrado sin planearlo, al compañero que en su momento había buscado insistente e infructuosamente en su hermano.

Y aunque ambos habían querido vivir esta relación cómo una transacción, habían acabado tan implicados que los límites del control se habían desdibujado y las mentiras habían mutado en una inconfesable verdad, mientras se concentraban sólo en seguir actuando a medias sus sentimientos.

***************************

Al otro extremo del continente, Dean no dejó de experimentar una creciente y tortuosa sensación de angustia, como la que sus discusiones con Sam solían generarle, a raíz de que Lucian apenas le había dirigido la palabra en toda la noche.

Después de alcanzar el límite de su resiliencia y ante el "impás" que se había instalado en la guardia después de arduas e intensas horas, decidido a arreglar las cosas, fue detrás del joven director, quien resuelto a escabullirse fue interceptado por el rubio que consiguió jalarlo hacia el interior de un cuarto vacío:

-Disculpe, sé que no es la manera...

-¡¿Qué ocurre? ¿Hay alguna complicación? ¿La chica de la inflamación de bajo vientre carga estupefacientes?

-Tenía para diez minutos más en el tomografo si no me equivoco... en realidad es por un asunto personal, necesitaba pedirle disculpas por lo de ayer a la mañana... fui cien por ciento responsable de lo que sucedió. Se que actúe fuera de la norma, fue un impulso que no volverá a repetirse.

-Está bien, somos seres humanos, nos pasan cosas, lo entiendo perfectamente... nuestro trabajo nos pone en contacto permanente con la realidad de la muerte y es normal que necesitemos hacer cosas que nos hagan sentir vivos, jamás podría juzgarlos, y no estaban en horario laboral así que no tengo nada que decir mientras no permitan que lo personal los afecte en su desempeño.

Lucian buscó salir por la puerta cuando el castaño lo tomó del brazo haciendo que volviera a mirarlo:

-Que lo entienda no implica que no le haya molestado... es evidente que no podía soportar estar en el mismo espacio conmigo... sólo quiero que podamos superar esa emoción completamente válida, podemos resolverlo cómo adultos... lo que pasó entre Miranda y yo fue sólo algo del momento... le prometo que no fue importante para ninguno de los dos... así que si siente cosas por ella, le aconsejo que avance, porque sé que le puede ir de maravilla, y si lo considera necesario por supuesto que puede echarme.

-A mí no me gustan las mujeres Jace... -soltó por impulso arrepintiéndose al instante, viendo que no había alternativa decidió ser frontal y admitió- ese es el problema... es a tí a quién tengo que renunciar y lo hice esta noche... por favor intenta olvidarlo y continuar con tu vida... vas a completar tu último mes de práctica en internación y luego de seguro pediremos tu incorporación a planta permanente...

Derrotado y consternado no tardó en volver a su anterior intento de marcharse.

Con el corazón latiéndole más fuerte en ese instante el menor volvió a detenerlo...

-Espere jefe... yo nunca dije que no me interesara...

-Sería un completo error -le soltó el director-.

-Tiene a alguien más... ¿es eso? Y se siente la peor persona del mundo porque le están pasando cosas conmigo... el amor puede ser complicado Lucian... pero siempre es mejor ir con la verdad, o de lo contrario jamás llegarán a ser felices... Si está en esa situación de duda, un beso podrá aclararlo... hagámoslo y si no funciona al menos tendremos certeza y podremos volver a ser los de siempre...

Aturdido por lo que acababa de hacer al confesarse y por todo lo que había ocurrido y estaba ocurriendo, el mayor lanzó en vos alta:

-¿Esto está pasando?

-Es la mejor aventura que he tenido en años -le respondió el rubio y el mayor no pudo evitar el empujón del enfermero atrayéndolo hacia él y se quedó inmerso en el miedo mientras naufragaba con Jason en un beso excitante, cálido y a la vez algo desenfrenado. Aferrados los dos, el director por acto reflejo-.

Al poco de ese tremendo rayo que había caído sobre él bajo la forma del chico de sus sueños (aunque jamás se hubiera atrevido a soñar) Lucian se separó de sus labios alterado y confuso pero dispuesto a saber la verdad. A pesar de que se sentía emocionalmente golpeado tuvo fuerzas para responder con aparente calma:

-¿Cómo estuvo?... ¿Fue lo que esperabas?... ¿Ahora ya tienes claro que te gustan las chicas?

-De hecho acabo de darme cuenta de que también los chicos están bien para mí, en especial si lucen cómo usted... así que realmente espero que no le haya decepcionado el beso... -le sonrió-.

-No estaría bien, eres sólo un chico, demasiado joven todavía y con mucho por experimentar... -mostró de repente arrepentimiento-.

-Entiendo que ya vea asomar los cuernos sobre su frente porque sabe que terminé enredado con alguien en sólo un par de noches... pero necesito que me de la oportunidad te demostrarle que eso se terminó... jamás había reflexionado acerca de lo provocaban mis acciones en las demás personas hasta que me dejó completamente de lado, entonces comprendí que toda la vida había estado actuando como un cretino, cómo si los sentimientos de los demás no existieran o no importaran, quiero cambiar eso en adelante... mi hermano tenía razón, sólo iba a terminar contrayendo alguna enfermedad infecciosa...

-Tengo que volver a la oficina, el papeleo se está atrasando y necesito terminar los informes de internación y cuidados intensivos...

-¿En ese estado? ¿cómo podría continuar siendo mentalmente coherente? mejor vamos a la cocina y le preparo un té con algo de comer, debe estar a punto de desmayarse, que los cadáveres de la heladera se ven mucho más saludables en este instante, dudo que pueda hacer un cálculo simple antes de haber tomado una siesta de al menos quince minutos...

Lucian estaba acostumbrado a seguir sin importar en lo más mínimo cómo se sintiera, y la medicina se había convertido hacía tiempo en su forma natural de entender la vida, por lo que no había riesgo de fallos en el diagnóstico, no obstante la ternura que el menor le provocaba preocupándose por el de ese modo, no dejaba de acrecentar aún más dentro de sí la tortuosa sensación de haberse enamorado, lo cuál lo llenaba de culpa.

En el fondo se sentía profundamente triste, avergonzado y desesperado pero no podia evitar lo que estaba sintiendo.

El joven cumplió su amenaza, preparándole desayuno mientras él, dormía sobre sus brazos cruzados arriba de la mesa (haciendo juego con otro médico que se había quedado dormido pero con la cabeza de lado).

Cuando reaccionó al toque del joven cazador, el mayor tenía delante una taza humeante de te verde, dos barras de chocolate,y dos cucharadas de crema de maní sobre una rebanada de pan integral tostado.

-No son huevos revueltos con tocino pero creo que puede ayudar... coma, se sentirá mejor...

-Gracias, me hacían falta esos minutos de siesta... ¿Tú no vas a tomar nada?

-Una taza de te negro no me vendría mal ahora que lo menciona...

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De regreso en la oficina del director:

-Bueno, ahora sí ne voy a casa... -le informó el rubio- ¿Entonces estoy despedido? -consultó-.

-No, no estás despedido... -le respondió el castaño-.

-¿Me va a confinar en internación de por vida?.

-Sala de Emergencias es la decisión correcta, te desenvuelves con mucho valor y profesionalismo, sólo un imbecil dejaría de contar contigo, eres prácticamente un pez en el agua en este estanque demoledoramente insano.

-Y para eso es que estamos nosotros ¿cierto?... para sanar a los demás peces... -sonrió-.

-Gracias por encerrarme en el consultorio 7... -lanzó Lucian, perdiendo nuevamente el control de su razón-.

-Valió la pena -volvió a sonreír endulzando el tono de su voz-.

-Intenta no desvelarte mucho, ya deberías haber agarrado la cama.

-La mañana es joven... pero tengo cápsulas de melatonina junto a la mesita de noche para desconectarme en cuanto llegue -sonrió al notar que su tono había vuelto a ser el de siempre-.

-Te veo en la noche -lo saludó el mayor-.

-Hasta la noche Director Page, muchas gracias -le respondió él con un ademán encaminándose pronto a continuación hacia la salida.

-Llámame Lucian... -murmuró él por lo bajo y tras haber cerrado la puerta de su despacho privado, se recargó sobre ella hecho un desastre por dentro, mientras que Dean, mirando por la ventanilla del taxi que lo estaba llevando a su casa, cayó en la cuenta de que se había enamorado de él hasta la médula.

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