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Revelaciones

Sam comenzó a beber de la botella que su hermano, en vida, había comenzado, encontrándose consternado y fatal ante la realidad cada vez más aplastante de haberlo perdido de manera injusta.

Oscuras presencias, como una silenciosa maldición, habían estado actuando a lo largo de sus vidas, y es que ser descendientes de una familia de cazadores de demonios y criaturas sobrenaturales de ningún modo podría haber resultado inocuo.

Con tan sólo dos meses de vida, la visita a los pies de su cuna del demonio Azazel, de ojos amarillos, (antiguo rey del infierno antes de ser derrocado) le había valido la muerte a su madre, y años más tarde a su progenitor.

Por último su tío del corazón, un cazador que había trabado amistad con el papá de los chicos desde joven, había muerto a manos del propio Lucifer (que después de esto afortunadamente consiguirían volver a encerrar) y ahora la inquietante entidad celestial llamada Metatrón, le había hecho una herida mortal en el estómago a su hermano mayor y único pariente vivo, con la propia espada de éste, por haber perdido la redada en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo, intentando frustrar el objetivo del arcángel de convertirse en una especie de nuevo Dios, ante la misteriosa y prolongada ausencia del padre creador.

El cuerpo de Dean, que se había apagado finalmente en sus brazos, cuando su agresor lo abandonó malherido, se enfriaba en la cama de la que había sabido ser su habitación, y habiendo llegado al fondo del envase de cristal y tocado fondo en todos los sentidos, el Wincheter se levantó dispuesto a hacer un último acto, a terminar su último asunto pendiente que lo llevaría hasta el instante mismo de su propia muerte.

Buscó dentro del freezer en el que la había mantenido oculta, la jeringa que contenía la última dósis de su sangre consagrada en un rito, para mediante su sacrificio humano restaurar el alma del rey del infierno, provocando por este acto que se cerraran para siempre las puertas del Averno, y perdiendo la vida en la consumación.

Le dió calor, hasta lograr que volviera a ser un fluido y a continuación la ocultó en el bolsillo derecho de su chaqueta, antes de comenzar el ritual de convocación.

Cómo una alentadora señal de la conformidad divina, comenzó una vez más a experimentar sus doloroso efectos en el externón.

Entonado en el momento indicado y de manera precisa, las palabras del conjuro, sin importarle que las mismas resonaran como eco en una profunda caverna, en la lapidaria penumbra de la biblioteca más antigua de la casa, al caer el fósforo sobre la ofrenda, en el centro de la estrella garabateada en el suelo con carbonilla, el olor a azufre invadió el lugar y lo tuvo delante, el frío e impasivo Crowley, de ojos de sangre, obligado a hacerse presente por el hechizo más fuerte y peligroso de todos.

Como rubíes los malignos iris resplandecieron:

-¿Desde cuándo tanta formalidad? -replicó amable-.

-Le debes una a mi hermano... -soltó el castaño en tono cansado-.

-Y por supuesto quieres que lo saque de ese pozo de oscuridad... -no dudó en afirmar sin dejarlo terminar la idea- pero esta vez también pretendes que te borre de sus recuerdos, de los de todos los que alguna vez tuvieron contacto contigo e incluso de las fotos y los registros escritos.... creo que me confundiste con el genio de la lámpara...

-Eres un Dios en el mundo material... ningún precio te es imposible de pagar para ganar un alma... -le respondió y sabía de lo que hablaba- creo que no desconoces que el rey antiguo hizo todo lo que estuvo a su alcance para que me convertiera en su general y al propio Lucifer no le interesaba poseer otro cuerpo sinó el mío... ¿porqué no descubres el potencial que hay en mí y lo explotas? Si me das ese pequeño deseo tan fácil de lograr para tí, me convertiré en tu general, en tú esclavo o en lo que desées.

Después de un silencio tenso, dónde los ojos rubí lo escudriñaron, al fin hubo de soltar:

-Está bien, tendrás lo que me pediste... bienvenido, hijo...

Aún en actitud sumisa y vulnerable el castaño dió un paso más hacia el mayor, intentando no pensar en el siguiente paso ya que había sido perfectamente capaz de leer sus pensamientos.

Mientras se acercaba la puerta se abrió y Dean apareció, sus ojos se llenaron sin querer de lágrimas:

-Lo siento... tuve que hacerlo... -agregó y volvió a encaminarse firme, y sin nada en la mente, hacia el de la mirada rubí, para terminar con todo-.

Un giro inesperado terminó poniéndolo contra las cuerdas, cuando una fuerza sobrenatural lo arrojó hacia una de las paredes laterales, golpeándose salvajemente su cabeza contra el muro, hasta el punto de hacerle ver, primero, una luz blanca intensa y segadora, y luego un reflejo fantasma en cada objeto que pudiera observar en torno suyo. En la región central, en la que había recibido el impacto, la sangre pulsaba provocando intervalos rítmicos de dolor.

Aturdido, y paralizado casi al completo por aquella fuerza invisible y hostil que lo sujetaba y no lo dejaba moverse, pronto supo de dónde provenía y tuvo que obligarse mentalmente a no perder la cabeza, ya que era su propio hermano pero ya no tenía una apariencia bella y saludable sinó que súbitamente se había convertido en un muerto vivo con una maligna expresión, caminado hacia él.

Cuando lo tuvo prácticamente encima, notó que los ojos verdes del rubio se habían tornado en dos esferas de humor acuoso, mezcladas con hilos grises de una sustancia similar al alquitrán (como si se tratara de un zombie con cataratas y mosca volantes).

Su presencia destilaba las más espantosas sensaciónes y el castaño creyó notar que la oscuridad en torno a él se hacía más intensa.

Sintió su corazón contraer dentro del pecho, y paralizarse su respiración, podía sentir el frío beso de la muerte en la espina y sólo su cerebro, estóicamente, siguió procesando información.

Crowley estaba físicamente más cerca y aprovechando su desconcierto le sustrajo la inyección escarlata del bolsillo inmediatamente.

-Qué increíble actuación... digna de un Oscar...-soltó sin que pareciera importarle demasiado- el príncipe de la mentira ¿enserio creíste que no sabía que ibas a traicionarme?

-Patético -soltó el cadáver poseso levemente divertido-.

Al menor intento del Wincheter de lanzar una arenga, para batallar contra los espíritus malignos, el de la mirada sanguinolenta le asestó un brutal puñetazo que lo hizo sangrar por la boca inevitablemente, y tomándolo a continuación por el rostro apretándolo sin compasión, agregó ahora sí colérico:

-¡Ahórrate las estupideces héroe!... no vas a volver a pronunciar una sola palabra más hasta después de que hayas muerto -aquella órden se apoderó del cuerpo del castaño ni bien haberla pronunciado -.

Crowley introdujo aire en la jeringa cargada, procediendo a tocar suavemente la yugular del menor con los bordes de la aguja.

Regocijándose con el temblor involuntario en su cuerpo, repasó mentalmente el sufrimiento que podría causarle si la introdujera directo al interior del tímpano, y finalmente, en lugar de llevarlo a cabo, se limitó a besar su labio inferior ensangrentado, degustando tras lamerse los propios, el exquisito sabor metálico junto a la embriagante sensación de energía y vitalidad que le proporcionaba la adrenalina y demás químicos en sangre, por acción del dolor y el miedo, que la volvían deliciosa y sensacional.

Esto lo llevo inmediatamente a ir por más, degustando el líquido rubí esta vez directamente de la boca del condenado, no dudó en pasear su lengua por dónde y cómo le placiera.

Mentalmente el hechizado hubiera actuado arrancándosela con los dientes por la ira y el desprecio, más no tenía el control y sintiendo las incómodas sensaciónes de haber sido abusado, pero a la vez de haber tenido un beso realmente bueno, una vez que Crowley suspendió su degustación, dándole a los dos un respiro, y a él mismo la posibilidad de contemplar lo que había logrado, el demonio en el cuerpo del poseso, que había estado aguardando ansiosamente la oportunidad (ya que necesitaba provocar la muerte del castaño para consolidarse en el cuerpo de su hermano muerto) simplemente abrió el estómago del joven como un acto de cortesía hacia su señor.

Ni siquiera entonces el menor fue capaz de gritar pero lágrimas enormes comenzaron a caer por el dolor indecible de la piel siendo desgarrada por una hoja dentada de marfil.

El sonido de su respiración convulsa era música en los oídos del perverso demonio quién no disimuló la satisfacción que esto le provocaba y para torturarlo aún más agregó viéndole a los ojos:

-Muy pronto estarás en casa con papi... -tornándose sus extraños ojos grices en un rojo intenso como los de Lucifer-.

Tanta desesperación volvió su sangre tan cargadamente placentera para el rey del inframundo, que volviendo a servirse, esta vez de su herida principal, se había vuelto prácticamente irracional en su frenesí, llegando a experimentar un placer indescriptible.

-¿Quieres un poco? -ofreció a su nuevo aliado tan pronto consiguió en un respiro recobrar algo de autodominio-.

-Prefiero una virgen -fue su respuesta al cabo de un breve silencio de fingido análisis--.

En lo que se sucedieron los últimos suspiros de Sam, el demonio empezó a caer en la cuenta de algo. El ripper que debía entregárselo no había aparecido (los ripper's eran aquellos ángeles, cuya misión comprendía, en cortar la última hebra del hilo plateado y entregar el alma recién desencarnada a su próximo destino).

No tardó en inferir quién se lo había quedado, y cómo no se lo había cedido voluntariamente comenzó a correr en él una ira enorme hasta que por fin entendió que podría arrebatárselo, sólo necesitaría que el Wincheter lo eligiera por su propia voluntad.

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Al formar parte del mundo inmaterial, el castaño pudo ver el semblante aterrador de la criatura que había profanado el cuerpo y el alma de su hermano.

De apariencia antropomorfa, cabello negro no muy largo ni muy corto, era pálido, y no tenía rostro, a excepción de una nariz de apariencia convencional ubicada a la altura en que comúnmente se presentaba en la cara.

Extremadamente alto, grisáceo y esquelético, vestía de traje y era la versión más tétrica de un mayordomo.

Una energía negra manaba desde el interior de las cavidades oculares del inerte cuerpo etérico, dándoles un antinatural aspecto de oscuras cavernas, su semblante sin expresión daba la horrenda sensación de que no era más que una cáscara vacía, y uno de los brazos del demonio se perdía detrás de su espalda cómo si estuviera en posesión y control de una marioneta.

-Dean... -soltó sobrecogido de espanto al ver esta imagen y con una sensación de estar en una pesadilla agregó- voy a sacarte de esto... -le prometió y se prometió a sí mismo para infundirse valor-.

_-¿En serio? ¿Acaso vas a venderme tus habilidades especiales...? -se mofó la entidad-.

-Algo así -agregó él y se avalanzó a desarrollar un plan que había elaborado en cuestión de segundos apenas notar la espada de hueso en las manos del joven rubio.

Tomándola de su mano en un rápido movimiento, la blandió en el ángulo preciso y perfecto, con la fuerza necesaria para efectuarle un corte limpio en el cuello a aquella mala imitación de "Jack y las calabazas".
Más como si se hubiese tratado de una ilusión, en los segundos cruciales perdió densidad convirtiéndose en una inocua espada fantasma que no cumplió su objetivo y un segundo más tarde desapareció.

En represalia el monstruo lo sujetó del brazo, atrapándolo en la inercia, y en cuestión de nada, el muchacho comenzó a sentir piquetes de agujas en ciertos sectores de su cuerpo incluyendo las muñecas y la criatura, triunfante y burlona le preguntó:

-¿Nunca habías oído 'ten cuidado con lo que deseas"?... pediste desaparecer y mi señor te lo dará encantado, aunque dudo que te resultara sencillo pagarlo... ahora no puedes recordar pero lo harás muy pronto... y verás que las almas también lloran...

Sin poder recuperarse del terror que le provocaba aquella horrenda criatura, y el sentido que sus palabras habían cobrado, se percató en ese instante de que unas finas hebras de luz, se había manifestado, tensándose en diferentes sectores de su cuerpo y comenzando a tirar de él.

Las mismas se extendían hasta perderse en el interior de un vórtice de energía anaranjada, que había aparecido como una grieta en el espacio tiempo de aquella extraña dimensión.

-No es posible... -tragó instintivamente y un segundo después ya se encontraba siendo arrastrado-.

-¡¡¡Adios... a tu hermano le espera el mismo destino aunque el suyo será en breve!!! -le respondió lleno el maligno -.

-¡¡¡Cass, por favor auxilio, auxilio!!!... -clamó el menor mientras forcejeaba con la fuerza que lo estaba jalando-.

-Olvídalo nadie va a venir a salvarte, ya estás en casa, en tu antíguo cuarto... para siempre... -le respondió el oscuro y parte del castaño ya había atravesado el portal-.

Antes de que su desaparición fuera un hecho, en el último instante Crowley apareció ante sus ojos, llamándolo por su nombre de pila y tendiéndole la mano. Sam desesperadamente consiguió tomarla y tan pronto conectaron, una poderosa energía estalló, cegando al Wincheter por un momento.

La fuerza que lo jalaba cesó en el acto y un segundo más tarde, se percató de que toda la escena había quedado congelada a excepción de ellos, y de que también a excepción de ellos, todo se había vuelto de un tono azul francia opaco, como si fueran seres tridimensionales en un entorno de dos dimensiones, y se encontraran en el interior de la página de un comic monocromo azulado.

-¿Qué es esto ? -tuvo que preguntar el más joven ante este hecho-.

-Estamos en el espacio vacío entre un latido de tu corazón y el próximo que ocurrirá, aquí dónde la creación tiene origen... los seres humanos nos ayudan a plasmar lo que queramos en la realidad ya que son los únicos portadores de la chispa divina...

-¡¿Qué?!... -sólo pudo responder en ese momento. El silencio y la soledad en las cuales resonó esta expresión de sorpresa eran antinaturales. Parecía que era imposible que el sonido llegara a excepción de sus voces.

-La oscuridad no puede desterrar a la oscuridad, debes haberlo oído antes, ¿cierto?, pero la luz sí puede y de hecho, el brillo que tiene tu alma podría ayudarnos a expulsar al mal que tomó posesión de tu hermano, sólo que cómo no sabes gestionarla yo tendría que canalizarla para los dos...

-¡¿El brillo ordinario de un alma ordinaria? -se sobresaltó Sam- ¿tan fácil es poder deshacerse de un caballero del infierno?... significa que aprovechaste el conflicto con Ávadon para convertir a mi hermano en uno de tus esbirros! -lo increpó-.

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Ávadon era un demonio que había pretendido destronar al rey del infierno. En su deseo de prevalecer, el de los ojos escarlata, había investigado de que manera poder detenerlo, y finalmente había encontrado la localización de Caín, ni más ni menos que el propio fraticida de la leyenda, a quien pretendía quitarle el arma especial que poseía, una espada que había pertenecido a un general infiernal de alto rango.

La espada de hueso, era como el maxilar inferior de un animal primitivo, y el poder de corte de esos dientes podía atravesar no solo materia bruta sino también cuerpos más sutiles.

Para sorpresa de Crowley, Caín admitió que se la hubiese entregado de buena gana y que había intentado entregarla ya en varias oportunidades, pero que había ciertas restricciones, siendo una de ellas que solo podría pasarle la espada a otro ser humano, que tuviera además al menos un hermano varon, y que hasta ahora la espada había reusado cambiar de dueño....

Por supuesto el rey de los demonios, pensó que Dean sería el hombre indicado por sus características particulares y no se equivocaba, el joven cazador de demonios había terminado siendo del interés de la espada de Caín, convirtiéndose en su nuevo portador.

Al poco de obtenerla, Ávadon fué destruido por el chico de cabello rubio oscuro.

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-¿A caso piensas que se trata de un juego deshacerse de un demonio? un alma común y corriente no sólo no tiene nada que hacer contra un Caballero del Infierno sinó que además es fácilmente devorada ¿eres idiota o qué? ¿de verdad hay que explicártelo? -respondió rápidamente el rey un tanto enfadado- tu alma tiene un brillo irritante y una frecuencia tan rara que no se ha visto en ninguna parte, hasta en eso eres un fenómeno, y por supuesto que me aproveché de la situación ¿porqué no lo haría? tu hermano siempre me ha interesado mientras a tí siempre te resultó más cómodo fingir que no existía para poder jugar a tener esa vida "normal" que tanto deseas... -esto último fue un cuchillo a la espalda del menor, quién sintió dolor físico, además de la angustia que lo invadió en el pecho tras la confrontación. Sus ojos se llenaron de lágrimas- la espada, creí que sólo se trataba de un arma extraordinaria con la mágica capacidad de convertir a un humano en demonio. Contaba con que volviera y a raíz del cambio lográramos tener cosas en común y se convirtiera en mi compañero... mi caballero... -había desilusión y dolor al decirlo- pero parece que todas las ratas de esa alcantarilla sólo suspiran por el arcángel caído... ¡maldición, ni siquiera es un demonio...! -recalcó frustrado- el asunto es que no tienes alternativa, o te entregas a mí para tener tu energía a mi disposición y poder darle uso, o entraras por ese vórtice en un pestañeo cuando este espacio haya dejado de soportarnos y nos expulse.

Sam estaba fuertemente golpeado emocionalmente y no fue capaz de hablar.

-La primera opción te dará chances de recuperar a tu hermano, la segunda es posible que acabe no sólo contigo sinó con la creación entera de un sólo golpe... eres la llave de la Jaula, ese es tu superpoder y la razón por la que le interesas -le soltó-.

-¿Qué pretendes con todo esto?...

-Sobrevivir... cuando Lucifer te convenció de que eras su avatar, eso fue un montaje... simple motivación... su verdadero objetivo siempre fue que entraras a la Jaula con él para tenerte en sus manos, sólo debía hacerles creer a los dos que era tu decisión para evitar que Dean se interpusiera o te negaras a hacerlo, ese loco plan desesperado que funcionó tan convenientemente, no tengo dudas de que te fue implantado-.

-Tienes razón, Lucifer me dejó ganar... -exclamo Sam horriblemente sorprendido- y era verdad que no necesitaba mentirnos... -siguió tomando consciencia- porque sabía que recordaría cómo el tío Bobby nos salvó negándose a obedecer al demonio que lo controlaba y supo que iba a querer hacer lo mismo para encerrarlo.

-Él te marcó las pautas, las que sabías y las que no, te quería sólo, lejos de toda posibilidad de auxilio para poder destruir tu alma... -volvió a afirmar el moreno-.

-¿Y luego no lo hizo? Tuvo tiempo de sobra ¿Porqué perdería la oportunidad?...

-Precisamente porque tenía todo el tiempo del mundo y por fortuna todos los psicópatas desarrollan un indescriptible apego con sus juguetes... es verdad que el alma sobrevive al cuerpo pero eso puede cambiar, existen criaturas que las devoran... las brujas, las larvas... incluso objetos místicos como las aguas del río Áqueron que la disuelven como ácido... Éste fue el método que Lucifer pretendió emplear, mató a Michael (el Arcángel que había caído al interior de la Jaula con Sam al lanzarse sobre él para iniciar la pelea final contra su malvado hermano en el cuerpo del chico) y usó su gracia para conjurar un vórtice interdimensional -le reveló el rey demonio- una parte del río comenzó a circular en el interior de la jaula y a partir de entonces no dejo de torturarte de una forma cada vez más horrible que la anterior, ofreciéndote arrojarte al agua como única forma de acabar con tu sufrimiento... me costó un poco darme cuenta pero eres la encarnación del "rey de la Luz", mi némesis... cuando Lucifer caminó en la tierra no fue determinante para nada porque gran parte de su esencia siguió retenida dentro de la Jaula, no tenía ni el veinte por ciento de su poder real... ni podría tenerlo en el mundo exterior mientras existieras.

-¡¿Tu némesis?!... Dios es tu némesis... -replicó inmediatamente el castaño que no iba a tragarse esa ridiculez-.

-Eso dicen los libros, pero él solo es el creador del universo y actualmente está retirado, quien guía a las almas hacia su verdadero despertar sin saberlo, tienes que ser tú, el Espíritu Santo, el accionar de Lucifer lo está marcando, y naturalmente siendo humano jamás podrías ser consciente... al estar encarnado, sólo una pequeña parte del alma entra en el cuerpo y el cerebro tiene una taza irrisoriamente baja de conexión con ella, lo que genera al ego, una identidad sin consciencia de su propio poder ni de su sabiduría real, se necesitan varios días de estar muerto para que este ego comience a disolverse... el rey de la luz es la causa de que los milagros existan -continuó- le das entidad física a la jaula y por lo tanto eres el punto que hay que golpear si lo que se desea es eliminarla...

-No me importa lo que pase conmigo -se sinceró Sam que no estaba seguro de creer en aquella historia- pero no quiero que Dean siga en manos de ese demonio ni un segundo más, si necesitas mi alma la tienes.

-Necesito tu cuerpo también, necesito que te entregues a mí completamente y activar previamente un ritual para que nuestras frecuencias no entren en repulsión como naturalmente ocurre.

Sam estaba dispuesto a todo, comenzó a desabotonar su camisa, agregando a continuación:

-Imagino que tienes experiencia...

-Por suerte para tí más de la que podrías imaginar, pero espera, vallamos por algo de alcohol y a tu habitación -.

Frente a la vitrina de los licores, Crowley tomó un vaso de whisky y una botella de Vodka y siguió al castaño hasta su cuarto.

El lugar, extremadamente pulcro, carecía de grandes ornamentos, y de haber hallado un crucifijo en alguna parte, Crowley hubiera podido pensar que había entrado en la recámara de un sacerdote. Ni siquiera un abrigo colgaba en el respaldar de la silla del sencillo escritorio, y un par de libros, junto a unos escritos y una birome, que rápidamente el muchacho devolvió a su cajón, constituían todo el desorden de aquella habitación semi vacía a excepción de dos o tres portarretratos con fotos dispuestos entre el escritorio y la mesita de noche.

La depresión, que impregnaba claramente el cuarto, hizo que Crowley se sintiera casi como en casa.

El demonio encendió la lámpara que iluminaba el escritorio accionando el interruptor, y luego apagó la luz principal por medio de telequinesis.

Tocó a Sam en la cabeza en el temporal derecho por algunos instantes y le hizo conocer su papel en el hechizo que debían desarrollar.

A medias iluminados, materializó un sirio negro que Sam encendió pues era el representante de la luz.

El demonio plantó el sirio en el centro de la mesa y al apuntar hacia él, la llama triplicó su volumen y también su intensidad. De éste modo, con borboteos, fue consumiéndose rápidamente hasta apagarse, formando un círculo caliente. Sobre él, Crowley colocó el vaso, que llenó de Vodka hasta medio centímetro antes del borde.

A continuación tendió hacia Sam un sirio blanco, que tras haber encendido, el muchacho usó para describir mediante la cera caliente, un círculo blanco, la cara iluminada de la luna, al rededor del vaso emplazado sobre el oscuro núcleo (representando a la sombra que proyecta la tierra).

-Préstame tu cuchillo -pidió el demonio refiriéndose a la daga especial que Sam llevaba siempre con él. Ni bien pedirlo la tuvo en sus manos-.

Tomó la mano izquierda del joven e hizo un corte bastante profundo en la palma a la cual Sam procuró dar una forma de cuenco dejando que su sangre naturalmente se acumulara...

Luego el demonio hizo lo propio en su mano izquierda y a continuación el castaño, hundió su índice derecho en el charco de su propia sangre acumulada en la mano contraria, para delinear a la izquierda del vaso de vidrio, a "Kano" la runa del fuego.

A su término, Crowley delineó con su sangre a la derecha del vaso a Raido, el encapuchado, el mago errante, el hombre sabio, que viajaba de lugar en lugar buscando los conocimientos que le permitieran profundizar esa sabiduría.

Definitivamente la runa del hombre sabio representaba de forma natural al rey del infierno, quien por los años transcurridos y su formación, se había convertido en un ser de gran sabiduría, también era una especie de hechicero errante, y en este caso hubo de dibujar la runa de modo invertido para indicar su pertenencia al bajo astral.

A Sam le tocó nuevamente realizar un paso, que consistía en delinear la runa llave, la que contenía la síntesis de todo el conjuro, que fue nuevamente "Raido" pero esta vez al derecho, ya que por su forma "Raido" contenía en sí misma la forma de "Kano".

"Raido" en posición no invertida, estaba relacionada con la comunicación y la armonía de algo que se componía de dos elementos y a menudo señalaba la posibilidad de un viaje, ya sea físico o hacia el interior del ser, que podía ser hacia la auto-curación o el auto-cambio.

Mientras que Kano, en el terreno de las relaciones anunciaba una apertura mutua y a menudo las emociones intensas y la pasión.

Este era básicamente el objetivo de aquel encantamiento, lograr que los elementos, luz y oscuridad, realizando un viaje hacia el interior, establecieran una comunicación armónica a través de la "apertura mutua".

-"Así como es arriba es abajo..." -dijo Crowley acercando la mano izquierda por sobre el vaso, y separando ligeramente los dedos para que su sangre pudiera escurrir a través de los intersticios-.

-Así como es dentro es fuera -dijo Sam mientras vertía del mismo modo su sangre que se fue mezclando dentro del transparente Vodka con la de su compañero- todo es energía... todo es uno -continuó el castaño y los dos a la vez recitaron con sus dedos sanguinolentos entrelazados un poco por encima del vaso la siguiente letanía- en el puente de la materia, por mi sagrada voluntad, invoco la memoria original... en el puente de la materia, por mi sagrada voluntad, invoco la memoria original... en el puente de la materia, por mi propia voluntad, invoco la memoria original.

Soltaron suavemente sus dedos y Sam tomó con ambas manos el vaso llevándolo a sus labios para beber la mitad del contenido, manteniendo la mirada en el contrario mientras lo hacía y dejándolo nuevamente en la mesa tras terminar su parte.

Crowley lo levantó de su aposento en el charco negro de cera e hizo lo propio, al terminar, los dos se sintieron igualmente extraños.

Sólo les quedaba transitar el puente de la materia y así sería.

Primero fue un beso que Sam se aproximó a darle, tomándolo con una mano por detrás del cuello antes de iniciar el contacto que fue lento y profundo, causando en el experimentado demonio una sensación electrizante, pronto comenzaron a desear la piel, acabar con lo ilusorio de la ropa que se interponía entre ellos y su ser verdadero.

Sam era tranquilo y seguro, sorpresivamente posesivo, y el de los ojos granate pudo notar por primera vez lo atractivo que era tan pronto interrumpió el primer beso, el calor de su contacto sin prendas de vestir activó la zona media de los dos en un instante haciendo que el mayor diera un respingo sin poder evitarlo.

Crowley se recargó sobre él dando unos pasos para tratar de indicarle que se dirigieran hacia el colchón.

El menor entendió y aterrizó de la forma más armónica que le fué posible quedando el mayor arriba. Sus movimientos hacían que comenzara a excitarse demasiado y dejándose llevar ambos, fueron comunicándose físicamente a la perfección.

Todo lo que comenzaron a experimentar fue rápidamente en crescendo, hasta confundirse sus mentes, y perder el castaño la identidad, luego la consciencia, en el devenir de un éxtasis místico.

Poco tiempo después, en medio de la calma que había disuelto su razón, Sam fue abordado súbitamente por una visión.

Vió al rey del infierno, sentado en su trono, y oyó como se dirigía al jinete de la muerte con estas palabras:

-Te mande llamar porque quiero el alma de Sam Winchester fuera de la jaula, ese payaso que engendró Castiel casi lo arruina hace unos minutos y si no hacemos algo, puede que no tengamos otra oportunidad-.

-Déjalo en mis manos... -respondió el caballero haciendo una pequeña inclinación-.

-Una cosa más -lo detuvo- ponle a Dean un desafío y deja que gane, nadie puede saber que yo tuve algo que ver en esto, y envíale al chico este obsequio... -Crowley hizo una bola de luz roja que flotó hasta introducirse en la mano del caballero, era "el muro" que instalado en su mente le permitiría olvidar todas las torturas padecidas en "la Jaula" aunque la muerte no dijo nada Sam lo supo-.

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"Ese payaso que engendró Castiel" no era ni más ni menos, que aquel al que habían denominado "el Sam sin alma", un esfuerzo del ángel por librar al joven de su prisión, que no había salido del todo bien a pesar de que él no hubiera llegado a notarlo en un primer momento.

Si bien el alado había conseguido arrebatarlo de ese lugar y traerlo a la tierra, el alma del chico no había atravesado a la otra dimensión con el resto de su cuerpo, sinó que siguió atrapada, funcionando solo su cerebro y órganos como la máquina que eran.
No había en él ningún tipo de escrúpulo ni sentimientos.

Tanto Dean como Castiel tardarían un tiempo en darse cuenta y lucharían inútilmente por recuperar esa parte tan importante que faltaba, hasta que muerte decidió restituírsela sin dar mayores explicaciones al respecto.

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Con el correr del tiempo la sensación de poder fue tan grande que el demonio, abrumado, debió interrumpir el enlace.

El tiempo apremiaba así que logró que el castaño reaccione y los dos se vistieron a tiempo para la traslación. Volvieron al lugar en dónde todo comenzó y al notar el mayor cómo aumentaba la presión, volvió a tomar la mano del joven a la misma altura y de la misma forma y al instante una explosión de luz volvió a sacudirlos regresándolos al presente.

Sin perder un sólo segundo y sin dar tiempo al demonio a reaccionar, el moreno canalizó la potente energía de Sam y un destello de luz también blanca se expandió por la habitación como si se tratara de un flash, el golpe de energía hizo que Dean volviera a la normalidad y la influencia del demonio se desvaneciera en el acto.

-¡Qué es esto! -gritó el rubio prácticamente aterrado al notar a Crowley y a Sam tomados de las manos.

Los dos se soltaron mutuamente.

-No es lo que parece...

--¡No jodas conmigo Sam...! -lo retó el mayor de inmediato.

-No le vendí mi alma, no tuve que hacerlo... -volvió a expresarle su hermano lo antes posible-.

-Ya nos pondremos al corriente después, pero tu pajarito sigue siendo tuyo, puedes estar seguro de eso... -le respondió el rey desapareciendo un segundo después -.

-¡QUIERO SABER EXACTAMENTE LA ESTUPIDEZ QUE ACABAS DE HACER Y MÁS VALE QUE NO SE TE OCURRA OMITIR NINGÚN DETALLE...! -le exigió prácticamente fuera de sí de los nervios-.

-Lo amenacé, ¿está bien? -le confesó nervioso- después de que ese tipo te asesinó -hubo de referirse a Metatrón- perdí la cabeza y traté de morir cerrando para siempre las puertas del infierno... lo engañé y conseguí clavarle la aguja, se asustó tanto que prometió traerte a la vida para que no termine el ritual... Y... ¡Te odió maldito...! -comenzó a llorar con la voz entrecortada- esto ocurrió porque nunca confías en mí... -y Dean ya lo estaba abrazando para en silencio pedirle perdón-.

-Sabes que eso no es cierto, eres mi debilidad y tenía que asegurarme de que estuvieras a salvo para poder tener mis cinco sentidos en batalla... no pensaba perder... nunca contemplé la idea de abandonarte, yo tenía la espada...

El tacto de Sam, notó bajo la piel del brazo derecho de su hermano la marca, haciendo que quisiera llorar nuevamente.

-¿Cass estara bien? -oyó entonces a Dean-.

-Eso espero, ya que cuando me dejó se fue directo a cazar a Metatrón... me juró que lo atraparía...

-Y lo hice... -apareció repentinamente en la habitación detrás de él y ante la vista del castaño- está completamente neutralizado, pero Sam ¿vendiste tu alma?... -le preguntó-.

-Digamos que agarró al demonio correcto de sus soberanas bolas -lo defendió instintivamente su hermano que conociéndolo cómo lo conocía supo que había sido cierta su explicación-.

-No es un juicio, yo mismo te hubiera traído de donde fuera sin importar el costo... -agregó el ángel empezando a quebrarse su voz- perdón por llegar tan tarde...

-¡Lo único que importa es que estás a salvo...! -soltó el castaño aliviado de todo corazón- lo demás es secundario -agregó- Por hoy tomemos un descanso, mañana tendremos que esforzarnos en encontrar a Caín y hacer que nos revele cómo podemos pasárle la marca a alguien más... eso que tienes en el brazo, Dean, no es un juego...

-Lo sé... -respondió el mayor tocándolo brevemente en la espalda baja con bastante culpa-.

-¿Soy el único que tiene hambre? -preguntó entonces el menor para ver si podía cortar con el pesado ambiente -.

-En realidad ahora que lo mencionas... -agregó el rubio que casi podía oír rugir su estómago-.

-¡Cass, estás invitado... -no dudó en decirle el castaño- ¿qué opinas? ¿buscamos un lugar para tomar unas copas?.

-Por favor... y de verdad, me alegro que tu misión kamikaze fracasara y los trajera de regreso a salvo... ya quisiera que dejarán de meterse en tantos problemas-.

-También me alegro de no haber podido terminar lo que empecé... al parecer has estado leyendo algunos libros... -agregó ya que desde que había llegado a sus vidas, Cass había mostrado un absoluto desconocimiento acerca de las cuestiones humanas y hasta hace apenas meses había logrado comprender la necesidad humana de usar ropa-.

-De hecho tomé un curso acelerado de lecturas de tu planeta... prácticamente no fui consultado al respecto... -amplió el alado- te contaré cuando podamos estar sentados tranquilos...-.

-Apuesto a que es una gran historia-le sonrió el castaño-.

-¡Listo... pásame las llaves del auto! -pidió Dean para desmantelar la química tan incómoda que se había desatado entre ellos y que a sus celos inconscientes le producían escozor-.

-¿Estás seguro? -preguntó el menor antes de dejarlas caer sobre su palma-.

-Puedo conducir perfectamente con el estómago vacío- lo miró resuelto-.

Así los tres se pusieron en marcha. El día comenzó en la cafetería preferida de Dean y terminó de madrugada en un bar.

Sam no podía evitar pensar que aquella era la mejor parte de haber logrado sobrevivir a una catástrofe.

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