Obi Wan kenobi
Sabía que la bebida no lo ayudaría en nada, que cualquier lugar daba lo mismo, pero al menos en ese bar en el que Dean solía torturar a todos los presentes, incluyéndolo, con sus rapsódias de karaoke, no rondarían ojos negros ni tampoco brillantes, de los cuales necesitaba un merecido descanso.
Como emergiendo de sus recuerdos, la ronca voz familiar, pidió otro "doble en las rocas" al cantinero, a varios perdedores de distancia.
Al chequear no tardó en reconocerlo. Lo primero que notó era que Sam no estaba con él, y también su actitud corporal, que lo mostraba sobrepasado de problemas, destilando enfado e impotencia como era normal y propio en individuos de su clase, tan acostumbrados a tener siempre el control. Parecía que estaba teniendo de sus peores días, y la simpatía que aún persistía hacia el Winchester por las viejas buenas épocas pasadas, llevó al demonio a acercarse por ver si podía darle una mano.
El asiento junto al de Dean estaba libre. Crowley dedicó una mirada al cantinero y ordenó algo para él. Esta vez fue el rubio quien reconoció la voz del demonio y se encontraron en una breve mirada antes de que el más joven bajara la vista una vez más hacia el cristal agitando el vaso y apurándolo hacia sus labios con tal rabia como si pretendiera sacarle información a golpes al líquido ambarino entre los cubos.
-Parece como si hubieras cortado con tu novia... ¿tienes ganas de ir a desollar un par de cosas vivas por ahí...? -preguntó para poder inferír en su respuesta si su estado de ánimo era por influjo de la espada de Caín-.
-Sí de algo sirviera -tomó otro sorbo, hizo un gesto de estar astiado y volvió a mirarlo- lo único que me ayudaría ahora sería que el maldito "profesor X" y los mutantes fueran reales...
-¿Y eso? -se extrañó el trajeado-.
-Al parecer Sammy acaba de convertirse en "Fénix".
Crowley pozó una de sus manos sobre la del rubio sin tocarla y fue recibiendo imágenes, al final de esta experiencia agregó:
-Necesitas un psíquico... y ¿adivina qué?... soy tu hombre.
-¿Lo que pasó tiene que ver con la Jaula? -preguntó Dean que tenía un presentimiento-.
-Mi teoría es que uno de esos recuerdos se liberó en el inconsciente, y afortunadamente los procesos internos lograron contenerlo. El sistema tomó la propia conciencia de Sam como material onírico, y generó un desplazamiento del material hacia otro elemento de naturaleza no mental. "Soy polvo en el polvo". Mientras pueda mimetizar su conciencia con ese polvo que no racionaliza, ni es consciente de ninguna forma, podrá permanecer ajeno a la amenaza. Estas defensas pueden mantenerse pero demandan una gran cantidad de energía y de ninguna forma pueden sostenerse durante largos períodos de tiempo.
-¿Entonces qué hacemos?
-Colocar cada recuerdo en su sitio, reforzar el muro y recién entonces hacer que despierte...
-Yo que creí... ya sabes... que los recuerdos de la jaula estaban ahí.
-Lo están, aislados de todo el resto de la psíquis normal.
-¿Y qué querrías conseguir a cambio?
-¿Acaso te cobro cada maldito favor? -rió- ... ya sabes que me caes bien, y yo ya sé que no funcionas cuando estás preocupado por tu hermanito...
-También me agradas Crowley.
Al cabo de un momento en el que ambos hombres acabaron su trago, el rey del infierno volvió a tomar la palabra para decir:
-Te llevo.
-Vamos en mi auto... -le respondió el rubio-.
-¡Lo olvidé completamente...! mejor avisa cuando estés en casa y apareceré, me resulta demasiado lento moverme en un vehículo.
-No todos somos fantasmas... -agregó Dean con una pequeña sonrisa-.
Más tarde en el búnker, el de las iris escarlatas logró abrir la puerta de la habitación del joven sin tocarla (el metal del picaporte aún se encontraba a punto de forja). Cuando estuvo de par en par le indicó al Winchester que se quedara atrás y comenzó a avanzar. El ambiente estaba caliente y sobrecargado.
Cuando se adentró en el cuarto, aproximándose más a él, los pedazos punteagudos de la cama destrozada que flotaban caprichosamente se formaron de repente en un una suerte de perímetro a su alrededor.
El demonio las hizo caer al suelo y se llegó junto al chico abrazado a sus piernas contra la pared.
El contacto que hizo en su hombro le posibilitó tomar el control de su mente, empujó el recuerdo a donde pertenecía, lo aisló junto a los demás y después de eso, llamó el nombre del menor quien se sintió sorprendido al verle:
-¿Qué haces aquí?
-Hace tres días que no tomas alimentos y a Dean le gustaría saber si puedes dejar de jugar a Siddartha Gautama y bajar a almorzar.
-¿Y desde cuando Dean necesita un vocero para preguntarme algo?
-Que él mísmo te lo explique -le respondió más bien simpático y agregó esta vez para su hermano- ok, Padme ya está de regresó y con su tierno carácter de siempre, me debes un trago.
-Cuando quieras -le agradeció el Winchester-.
-¿Volvíste con Ánakin? -preguntó a su hermano-.
-Cuando te lo explique todo tendrá sentido... -se apresuró Dean sin reparar en que Ánakin era el amor trágico de Padme, éste último, no pudo dejar de notar la analogía, entendiendo el mensaje del inconsciente y se dió el gusto de volver a dirigirse al menor para despedirse diciendo:
-Soy Obi Wan Kenobi.
-Te estaré vigilando... -le advirtió aún desde su posición el más pequeño de los hermanos que pensaba que tenía a Dean en la mira y ya no lo vió más.
-Entonces ... ¿de qué me perdí?... -preguntó al mayor con cierta inquietud- me duele todo el cuello y la espalda... -dijo y con ayuda de Dean comenzó a ponerse de pié.
-Un recuerdo de la jaula... -lanzó Dean-
-¿Enserio?
-Ocurrió mientras estabas dormido y no despertaste más, llegué, encontré la cama flotando como en el espacio, hecha mil pedazos, y así sonámbulo como estabas me empujaste fuera, cerraste la puerta y le pusiste un sello anti ángeles. Cuando no supe qué más hacer le pedí ayuda a Gray... -la cara de estupefacción de Sam hizo que Dean aclarara rápidamente que el rubio se encontraba bien...- y hace un rato coincidí con Crowley en un bar al que ibamos juntos hace unos meses, estaba tratando de pensar cómo carajo te sacaba de esto...
-¿Entonces el controló el recuerdo de la jaula?
-Sí, y honestamente parece de las pocas personas capaces de hacerlo además de Cass... No entiendo porqué te está pasando esto ahora... -agregó enseguida-
-Bueno... es evidente que no se puede tapar el sol con un dedo... ni el infierno con una pared... -reflexionó algo triste, y por no poner triste y preocupado a Dean pronto agregó- en todo caso lo bueno es que tenemos gente cerca capaz de responder en esos casos...-.
-Te prometo que vamos a resolverlo... -le respondió el mayor resuelto-.
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