Interrogando a Metatrón
Tras una espantosa pesadilla de la que no conseguía despertar, en la que Dean mataba a Amy, a Lucian y luego al doctor Elliot, Sam despertó aterrado, creyendo haber tenido una premonición.
Después de casi enloquecer, determinó que no podía continuar pisando en medio de la oscuridad, esperando a que el milagro llegara, tenía una carta en mano y debía jugarla antes de que fuera tarde.
Cuando comenzó a hacer efecto el medio comprimido que ingiriera para desarticular sus ataques de pánico, llamó a Cass y el alado se hizo presente.
Explicándole todo lo que había averiguado y el favor que necesitaba éste se lo llevó en cuerpo presente al cielo, y cuando Metatrón los vió entrar en la celda, desenfundando el moreno una espada angelical, se sobresaltó pensando que el alado había decidido darle a Sam la venganza por haber matado a su hermano:
-Si intentas algo será lo último que hagas -le advitió Cass enseguida y Sam que había captado su reacción le explicó:
-Admito que al principio era precísamente lo que quería... vengar la muerte de Dean... -se arrodilló frente al hombre en la litera- él estaba convencido de hacer lo correcto, temió que estuvieramos a punto de ser sometidos por tí y sintió la responsabilidad de hacer algo al respecto, pero estabamos equivocados, no eras ese tipo de ángel... -continuó- ahora que mi sexto sentido está activo lo veo claramente... tantos detalles desconocíamos respecto del cielo y su situación... -
Metatrón sólo lo miró y Sam quitó del sobre que tenía en la mano un cuaderno y bolígrafo que le dió al prisionero diciendo- sé que no te dan nada para leer y no sé qué libro podría haberte dado que no hubieses leído ya cien veces... llevabas muchos años viviendo en la tierra cuando nos conocimos...
-Más de cincuanta mil millones... -dijo con desenfado-.
-No quiero que tomes a mal lo que traje, no es para burlarme, realmente tengo esperanza en que ayude a pasar el tiempo aquí.
Los tomó y un poco melancólico agregó:
-Supongo que tanto trabajar con Dios en sus obras y de pronto no tener más esa tarea, hizo que mi mente volara con la idea de lo que yo mísmo podía escribir, y corregir, y mejorar hasta hacer más sublime y rico cada rincón de la creación, pero lo arruine con mi arrogancia, con mi ambición... fuí deshonesto y finalmente conseguí que mi trabajo terminara incluso antes de empezar, al menos él la dejó por aburrimiento... -le confesó el arcángel-
-Sé que empezamos con mal pie, pero los demonios se están organizando para traer a Lucifer de nuevo, Crowley está seguro de que incluso la realidad tal y como la conocemos se encontraría comprometida si consiguiera salir de la Jaula. El demonio que conoce la forma de liberarlo pretende tomar a mi hermano por vehículo para poder llevar a cabo estos planes, levantó a Dean de entre los muertos para cumplir su propósito y logré frenarlo... Dean está resistiendo y le impide actuar pero no podrá detenerlo por siempre, la única forma de parar a esa cosa realmente, es a través de un poder que no se ha desatado en la tierra desde hace siglos, el poder de Excálibur, que sólo el rey Arturo es capaz de liberar, así que tengo que preguntar... ¿puedes leer las historias que las almas encarnadas guardan en sus memorias...? ¿Tienes acceso a los registros akáshicos?... -en ese momento, tenso por la exposición ante esas criaturas celestiales, y por las situaciones que no dejaban de complicarse Sam exhaló con profundidad-.
-Sí, puedo leerlos... -le respondió el arcángel prisionero-.
-¿Recuerdas haber visto en algún ser humano las memorias del rey Arturo? ¿Puedes encontrarlo aquí o en donde quiera que se encuentre? ¿nos ayudarías a impedir la ascensión de Lucifer? Podría ser el pase hacia tu libertad...
-El registro que mencionaste lo tengo delante de mí en este momento... -respondió el arcángel y Sam quedó mudo mientras sus ojos se iban llenando de lágrimas saladas:
-Entiendo... -le respondió pensando que mentía para no proporcionar ayuda alguna-.
Se levantó derrotado y giró hacia Castiel para marcharse con él.
Metatrón lo retuvo del brazo cuando el chico le dió la espalda haciéndolo volverse:
-Ciertas páginas jamás deberían haber sido escritas -el escriba de Dios se refería a que sus hermanos jamás debieron habérselo entregado a Lucifer, y Sam pensó que hablaba de que Dean jamás debió haberse levantado en su contra-.
-Si pudiera saltear el libro hasta la última página ahora mismo lo haría... -respondió Sam deprimido -.
Luego de eso, él y el alado se marcharon.
Mientras caminaba por el pasillo del cuartel general de los ángeles y pese al estado sonámbulo que le proporcionaban las drogas, se sentía indescriptíblemente horrible y cada ángel que le pasaba por delante hacía que su corazón lo golpeara.
-¿Qué sigue ahora? -preguntó Cass mientras se dirigían a la salida-.
-Por el momento necesito tomar un descanso... siento que no puedo pensar en nada...-le respondió el Winchester con sinceridad mientras masticaba una pastilla entera dentro de su boca, que se había introducido a escondidas de Castiel, por sentirse próximo a un ataque.
-Desde luego... -asintió su amigo y al poco ya lo había teletransportado al living de su casa que estaba solitario. el mayor no se encontraba en ese momento-.
El castaño pudo moverse hasta su habitación, abrió la puerta y encontró a Lucifer en las sombras, parado delante de él a medio metro de distancia.
Su sonrisa amigable lo hizo correr en la dirección contraria, pero la fuerza del arcángel oscuro lo levantó del suelo sin brusquedad volviéndolo a traer a su presencia.
Manteniéndolo suspendido en el aire para poder apreciar mejor su rostro pálido, aterrado y sin esperanzas le preguntó:
-¿A donde crees que vas Sammy? -el calor del vapor golpeó su rostro y Sam encontró un volcán bullendo bajo sus pies, volvió la vista hacia él y sabía que suplicar no serviría de nada- es hora de tu baño -lo soltó y permitió que la magma mojara su cuerpo por solo dos segundos.
Cuando Crowley llegó, el joven lloraba y gritaba en el suelo bañado en su propia sangre. Lo tomó y lo curó tan rápido como le fue posible.
Tras unos minutos de estar abrazándolo logró tranquilizarlo y la misma sensación de calma que había despertado en el castaño se produjo también en él, envolviéndolos en ese sentimiento de amor profundo, sumergidas sus mentes en un silencio cargado de serenidad mientras contemplaban la sensación del amado calor contrario.
El idilio fue interrumpido en el moreno por una visión de Cass con Sammy en el cielo y la pregunta fue automática.
-¡¿Porqué Castiel te llevo al cielo con él?!-.
-Sólo fue un momento, pensó que Metatrón podía saber algo... -no podía confiar en Crowley, así que debía mantenerlo al márgen del asunto de Excálibur-.
-Qué locura, no puedes distinguir entre un cuarto lleno de ángeles y un féretro repleto de escorpiones... ¿qué creíste que pasaría?
-Tengo pastillas... -le confesó él- robé una droga experimental del ejército... una droga hipnótica utilizada para programar soldados que ralentiza la actividad cerebral, ellos la llaman lobotomía... se suponía que detendrían mi cabeza a tiempo... a lo mejor demoré demasiado en tomarlas...
-Tonto... -soltó el demonio en un hilo de voz al notar que el menor se perdía... -en la desesperación por acelerar su efecto, el castaño había tomado una píldoras y media lo cual era demasiado para su cuerpo humano, el resultado final hubiera sido muerte cerebral producto de la sobredosis, de no haber intervenido el de las iris escarlata, quien le hizo vomitar llevándo en ese reflujo hasta la última molécula de sustancia, volviéndo el más joven en sí.
-Te informo que me deshice de esa porquería, cometiste un error gravísimo y estúpido, te metiste más de una y estuviste a punto de convertirte en un vegetal, así que es todo... no lo tomes a mal pero volviste a ser un niño que no se puede dejar sin supervisión adulta...-.
-¡¿Y tú eres el adulto responsable?... Dios... dame un respiro... -se llevó las manos a la cabeza con nerviosismo, se apretó los ojos por un momento y continuó- un niño no tiene que cargar con todo lo que yo cargo... no soy un niño, sólo un idiota! -concluyó-.
El demonio lo tomó de la mano y jaló de él para que dejara de estar en el piso, cuando estuvo de pié le dijo:
-Me pediste un respiro así que vamos por un batido y pizza... aunque no sea una cita como las de antes, podremos combatir el estrés que llevas encima con algo que simule unas buenas vacaciones.
Sam no pudo evitar que un sentimiento cálido volviera a apoderarse de él en ese instante, pese a todo lo que había pasado, Crowley podía ser el mejor amigo del mundo en ocasiones.
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