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Historia de un amor maldito 1º parte.

Estimado lector, debo decir que no fue un error interpretativo de su mente, Sam en verdad conocía a Crowley de una vida anterior, y en esta encarnación pasada se habían amado tan intensamente como sólo los mortales podemos hacerlo.

La historia que contaré a continuación es la historia de cómo Crowley llegó a convertirse en el hijo de Rowenna y quien era antes de eso.

Pero para poder contar la historia de Elliot y Arturo, tendré que remontarme hasta sus antepasados, y por cuestiones de extensión lo dividiré en dos partes.

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Merlín es un joven muy listo y de buen corazón.
Huerfano de padre y madre, fue criado por los monjes de un monasterio al sur de la Galia.

Con sólo 16 años domina todos los dialectos Germanos y Galeces así como una variedad nutrida de lenguas antíguas, entre ellas Sumerio, Caldeo y Atlante, por ser la abadía, seno y custodia de un importante número de reliquias, rescatadas del incendio que acabó con la gran Biblioteca de Alejandría, construída por el mítico emperador "Alexander Magnus" como un monumento a la sabiduría y el conocimiento humano.

Dicho nombre, "Alexander Magnus", fue con el que dotaron a Merlín sus protectores en el acto del bautismo, cambiándolo él en su adolescencia por considerarlo un "nombre de viejo" para su joven edad.

Una vez supo llegar por el camino un hermoso carruaje, cuyo diseño lo dejó impactado al observarlo con el catalejo desde la torre.

Los reyes de Britania fueron cordialmente recibidos por el Padre Director y expresaron desalentados, que el motivo de su viaje era solicitar ayuda, porque su hijo, el príncipe Uther, había enfermado y los médicos del reino no tenían idea de como curarlo. Llegando hasta ellos por recomendación.

El cuadro era muy complicado, pero con los dones y la gran pasión y entrega de Merlín en esta tarea, el príncipe recupero la salud dos semanas más tarde pese a todos los pronósticos.

Tan agradecidos y maravillados estaban por su recuperación casi milagrosa, que el rey solicitó al Abad tomar al joven por asesor suyo.

Merlín se convirtió en el asesor más joven de la corte de Britania.
Y bajo la tutela del rey siguió dedicándose en sus estudios e investigaciones.

Con el correr de los días Uther fue estrechando lazos con su joven salvador, tanto más en cuanto que el rey, le había encomendado la tarea de instruirlo en tantas artes fuera posible.

Uther tenía toda clase de asignaturas como Aritmética, Ciencias naturales, Historia y Cultura, y ambos entrenaban en el uso de las armas y el combate.

El príncipe también se interesó pronto en la forja, llegando a formar un cuerpo bastante más robusto que el de Merlín.

Una mañana, el príncipe llegó al salón de clases con signos de no haber dormido nada bien, y cuando fue interrogado por su profesor, este le contó que había soñado con una enorme criatura voladora que en nada se parecía a un pájaro, y que esta expulsaba fuego por la boca.

Uther creyó que había soñado con un demonio pero Merlín no tuvo dudas de que era un dragón lo que el príncipe había visto en sueños.

Cuando en horas del mediodía llegó un ave con un mensaje, explicando que un incendio había arrasado la superficie de cultivo y todo un poblado entero sin que se conocieran los detalles de cómo éste había iniciado, supo que el joven Uther había tenido un sueño premonitorio.

Al poco los sobrevivientes llegaban a la ciudadela en busca de refugio y protección. Merlín estaba presto a conformar un equipo médico para socorrer a las víctimas, cuando de la nada el príncipe gritó y pronto lo vieron de rodillas en el suelo agarrándose la cabeza.

-¿Mi señor se encuentra bien? -corrió Merlín a su lado llegando junto a él casi al instante-.

-¿Han oído el rugir de esa bestia...? espero que los muros resistan.

Por supuesto el rugido del que hablaba sólo había sonado en la mente del joven, por lo cual el rey abrió bien grandes los ojos creyendo ver la locura haber entrado en su hijo.

-El único sonido de bestia ha sido el que provocó el olifante -le respondió su padre-

(El olifante es un cuerno cuyo poderoso sonido se utilizaba como señal de alerta o al encabezar un ataque, en este caso lo utilizaba el vigía de la ciudadela para anunciar la llegada de los aldeanos abatidos).

-¿Han tenido algún contacto con dragones? Porque de alguna manera el príncipe parece estar conectado a ellos... -la pregunta de Merlín desconcertó a sus majestades-

-Ni siquiera sé de lo que me hablas Merlín -respondió pronto el rey- ¿son alguna clase de demonios?

-No su majestad, los dragones son como... enormes reptiles con alas que escupen fuego por la boca, aparentemente fueron vistos hace mucho tiempo del otro lado del mundo, ya que su descripción aparece en antíguos textos de la cultura china.
Los dragones forman parte de la mitología de tierras lejanas pero podrían ser la explicación a lo que está pasando, tal vez estaban dormidos y de algún modo ellos despertaron, y consiguieron llegar hasta aquí, atravesando el mar.

-Definitivamente jamás los he visto... ¿hay posibilidades de que aún así ellos estén pudiendo influír en mi hijo?

-A menos que esté muy equivocado en lo que pienso sí majestad, de algún modo el príncipe Uther y esa criatura poseen algún tipo de conexión.

-¿Podría correr peligro su vida? -preguntó en relación al príncipe-.

-De lo que estoy seguro, es de que no és saludable para su joven alteza tener mal descanso a causa de sueños perturbadores... he estado investigando mucho acerca de todo lo relacionado con magia de protección, pero para poder crear una protección cien por ciento fuerte y eficaz, es necesario contar con ciertos materiales... si fuera a diseñar una protección contra dragones me sería de gran utilidad poseer alguna escama... o uña de dragón... aunque sea un cabello...

-¿Cabello? -repitió el soberano sin entender como Merlín le pedía un cabello de reptil.

-Un bigote -aclaró enseguida y notó que esto no explicaba por sí mismo para el rey las cosas- tienen... bigotes, como los gatos y perros... -hubo de asegurarle entonces-.

-¿Un reptil con bigotes? -repitió confuso el rey entornando los ojos-.

-La naturaleza es en ocasiones caprichosa mi señor -solo pudo responder el joven asesor denotando en el tono de su voz que sabía que eso sonaba a locura-.

-Enviaremos una comitiva lo antes posible... -esta vez sí el monarca habló de forma concluyente-.

-Mientras tanto me encargaré de reunir a un grupo para asistir a los heridos... -respondió a su vez Merlín - usted alteza, intente descansar -posó luego la mano sobre el brazo de su alumno- subiré más tarde para ver como ha seguido con el tema de sus visiones.

Al cabo de unas horas trabajando en el improvisado campamento, emplazado en la plaza pública, una de las damas de compañía le pidió de parte de la reina, encontrarse con ella en sus aposentos.

Merlín la siguió inmediatamente, y tan pronto llegó, esta solicitó a sus damas quedarse a solas, tenía que hacer una impactante confesión:

-Lo había olvidado por completo, una noche fui visitada por un dragón en mi cuarto... hace más de quince años... -hizo una pausa y como intentando evocar lo mejor posible el momento continuó- creí estar con mi esposo, era una de las primeras noches que pasabamos juntos después de estar casados, se había levantado en mitad de la noche y... de repente cambió de forma a un reptil gigante de ojos verdes, piel negra, con una línea aquí -recorrió de arriba hacia abajo toda la recta de su nariz hasta la frente- de color aguamarina, casi se me detiene el corazón, me asuste mucho, recuerdo que exshaló y empezó a hacer tanto calor... y me desvanecí... apenas puedo creer en mis propias palabras ¡fue real... ¿verdad Merlín?! -preguntó con los ojos húmedos-.

-Ya ha habido antecedentes de dragones adquiriendo forma humana para engañar a hermosas doncellas -le aseguró el muchacho- mucho más interés despierta la dama si se trata de una reina, por lo general los frutos de estas uniones terminan siendo varones extraordinarios.

-¡Oh por Dios, entonces Uther no es hijo de su padre...! -soltó triste y avergonzada en voz muy leve y llena de dudas-.

-En cierto modo lo és... era su apariencia la que el dragón tenía...

-¿Qué es lo que va a pasar ahora? ¿Crées que haya venido a llevárselo?

-Desconozco cual sea su propósito pero no llegará a él, eso puedo asegurárselo majestad... solo una escama y podré darle una protección inquebrantable...

-Eres nuestra única esperanza -dijo y le tomó tiernamente la mano-.

-Tendré que pedirle una vez más que confíe la vida de su hijo en mis manos, necesitaremos que participe en este viaje, su conexión con el dragón podría ser la única posibilidad de encontrarlo a tiempo.

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Uther no se lo habría perdido por nada.

Esa misma mañana partió la comitiva, rodeados los dos nobles en los cuatro costados por los caballeros de la guardia. El joven consejero era el encargado de planificar la ruta que seguir hacia las tierras del Norte.

También había enviado un águila entrenada hacia el poblado más cercano a aquel donde ocurrió el incendio, pidiendo que tuvieran preparadas sus mejores armas y sus mejores hombres por si hubiera necesidad.

Al caer la tarde llegaron al poblado, el sol se ocultaría en media hora y las visiones de Uther los habían llevado a centrar su atención en una caverna al pie de la montaña.

En ocasiones las hembras dragón se volvían más salvajes llegando a querer devorar a sus cachorros.

Esta era la situación que estaba viviendo el pequeño "Thóron" y su padre incansablemente peleaba para protegerlo. Su grito de guerra fué lo que abatió al príncipe en la sala del trono.

En el momento en que los guerreros llegaban a la entrada de la caverna Uther perdía el conocimiento. Con el corazón latiéndole desesperadamente, Merlín atrapó su cuerpo y comenzó a llamarlo para que despertáse.

El joven volvió en sí sin entender lo que había ocurrido, lo que había originado el desmayo del príncipe había sido que en la salvaje batalla, ambos dragones habían conseguido darse muerte el uno al otro, como descubrirían Merlín y los demás en el interior de la caverna.

El incendio en el poblado había sido producto de la pelea que estaban desarrollando en el cielo.

Por órden de su padre, Thóron se había quedado escondido en una grieta, pero la desesperación de no verlo regresar lo empujó a salir en su busqueda.

Al encontrar a ambos dragones abatidos, con los humanos al rededor, entendió erróneamente que ellos habían matado a sus padres.

Merlín a sus espaldas quitaba con su espada, a estocadas, unas escamas del cuerpo del dragón macho y todos tenían sus ojos en los especimenes adultos, o en el alrededor, pasando por alto la presencia del cachorro.

A esas alturas, Thóron no tenía siquiera desarrollado su cuerpo para escupir fuego, por lo que decidió regresar hacia el oscuro fondo de la caverna para aguardar el tiempo de su venganza, la imágen de Merlín quedó grabada en su retina.

Además de los cuerpos muertos de las bestias, los hombres encontraron gran cantidad de oro y joyas, que los dragones habían estado recolectando desde tiempos antíguos.

Había toda clase de reliquias, y una esmeralda en particular atrajo la atención del mago.

Al tomarla, milagrosamente esta le transmitió muchos conocimientos de alquimia perdida y magia antigua en cuestión de segundos. Y es que la que había encontrado no era una joya ordinaria, en su interior contenía el compendio de todo el conocimiento de la sagrada ciencia alquímica.
Merlín había hallado la legendaria "Tabla Esmeralda".

Esto aumentó sus habilidades, otorgándole un poder muy grande.

Con el poder de la alquímia el fué capaz de transportar todo el oro hallado al interior del arca del palacio (luego de llenar los bolsillos de todos los nobles implicados en la aventura) pero él se quedó con las reliquias pues no debían caer en manos que no pudieran comprender su valor verdadero.

El dragón al que estaba ligado Uther estaba muerto, no obstante Merlín hechizó su armadura, su espada e incluso sus accesorios reales, poco a poco el joven príncipe fué ganando fama de ser un hombre imparable.

Espiando a Merlín entre las sombras, u oculto cuidadosamente entre las copas de los árboles, Thóron terminó hayando una debilidad crucial, el joven mago estaba enamorado de Uther.

Durante una ocupación en palacio, llevada a cabo con el patrocinio de Thóron, los padres del príncipe fueron asesinados delante de sus propios ojos, Merlín no había llegado a hacer nada por haber sido atacado primero y dejado sin conocimiento.

Sólo faltaba que mataran a Uther para que la satisfacción del dragón y su venganza estuvieran completas, pero éste salvó su vida milagrosamente gracias al hechizo puesto sobre él y a fuerza de coraje terminaron recobrando el control del castillo.

El día posterior fué con mucho el día más triste en el reino en mucho tiempo. Y con el correr de los años el joven rey Uther se fué tornando en un bravo conquistador, siempre alcanzando sus victorias gracias a la astucia y el buen juicio de su asesor a quien consultaba regularmente.

El reino había expandido sus fronteras, y el rey había ganado gran importancia en el continente.

Una noche, durante una fiesta celebrada para reforzar la paz y unión entre los reinos vecinos, Thóron se aprestó a asestar otro duro golpe al corazón del mago, por lo cual, tomando la apariencia de uno de los sirvientes reales, consiguió vertir su sangre en la copa del rey de Britania, envenenándolo de pasión y lujuria por la reina de Cornualles, Lady Igraine que se encontraba entre los presentes.

A los pocos días, Uther le solicitaba a Merlín usar su mágia para otorgarle la apariencia del marido de la reina, Lord Gorlois, teniendo conocimiento de que este había partido a una batalla, para poder yacer con ella.

Con el corazón roto, el mago no tuvo más alternativa que otorgarle su deseo.

Las cosas se pusieron aún más oscuras para Merlín, pues al poco tiempo la reina quedó viuda y fué desposada por Uther, viviendo a partir de entonces en palacio junto a sus dos hijas.

A partir de eso se refugió en los libros

y nueve lunas más tarde era el encargado de asistir a Lady Igraine en el parto, ayudando a Arthur, el hijo del hombre que aún tristemente amaba, a llegar al mundo.

Entregando el niño a su madre, para que esta pudiera darle el pecho, ver la satisfacción de Uther al contemplar que tenían un varón, le hizo casi insoportable permanecer más tiempo en el cuarto, no obstante hubo de darle un abrazo para felicitarlo antes de retirarse.

Cuando la reina lo mandó llamar jamás esperó escuchar lo que finalmente diría:

-¿Me buscaba su majestad? -expresó con humildad-.

-Después de este tiempo de conocerlo Merlín, no me quedan dudas de que es usted un hombre extraordinario...

-Extraordinario el honor que hace a éste su humilde siervo alteza...

-El favor que debo pediros es tan grande, que jamás podré exigir de vos una respuesta afirmativa... pero que és lo que una madre no haría, que de sus hijos se tratara...

-No tenga ningún temor de confiar en mí, mi reina, puede hablar con toda franqueza ¿cuál és ese favor que de mí su gracia requiere?

-Yo... no amo a Uther -le confesó un poco avergonzada y a media voz- acepté desposarlo pensando principalmente en mis hijas, sin mi adorado esposo, Lord Gorlois en casa, era cuestión de poco para que fueramos abordadas por alguien más y asesinadas, con suerte llevadas a morir en lo alto de una torre... pero mi pequeño... mi dulce Arthur... quien sabe lo que ese bárbaro de su señor, y perdone el atrevimiento, podría hacerle si tuviera alguna sospecha acerca de su verdadera sangre... lo que tengo que pedirle es que lo tome y se lo lleve, fuera y lejos de estos muros, tal vez en un monasterio puedan darle asilo a ambos y salvar sus vidas... perdón por lo que acabo de decir, por supuesto necesitará tiempo para meditarlo y aceptaré humildemente su desición, ¿talvés pudiera darme su respuesta por la mañana en los jardines? -la reina cayó de repente como arrepintiéndose, derramó algunas lágrimas y se las enjugó agregando- debo estar perdiendo el juicio completamente, disculpe...

Pese a que el mago sabía que Lord Gorlois no era el verdadero padre del niño no podía revelar este despreciable detalle, y en lugar de eso le dijo:

-Acepto de todo corazón la misión que me ha encomendado... cualquier riesgo bien lo vale la vida de nuestro amado príncipe... conozco a una familia que cuidará de él amorosamente, su hijo crecerá en un hogar cálido y seguro... Y le prometo... guarde en su corazón estas palabras, que un día regresará a sus brazos convertido en un hombre.

-Dios... muchísimas gracias... -lloró la reina- él lo ampare de la cólera del rey.

-No le temo a la muerte mi lady... él es un ángel piadoso que nos arranca de las garras del sufrimiento para llevarnos en sus propios brazos hasta el paraíso... si eres un hombre justo canta ante su llegada y jamás le temas -dijo para procurar tranquilizarla.

En verdad era un hombre valiente.

Tras besar la reina a su hijo, lo puso en brazos del mago, y dominando el mundo de la materia tal y como lo hacía, Merlín se teletransportó con él hacia la casa de Sir Héctor de Betania, que había sido hace pocos meses padre de un niño.

El era un hombre de honor. Y su esposa Elaine se encontraba aún en pleno período de lactancia.

Luego volvió al palacio para enfrentar el destino que le aguardaba.

Ni bien haber tomado conocimiento de que el niño había sido robado y previo haber mandado a encarcelar para su posterior ejecución a los hombres de la guardia personal de la reina, Uther acudió como una tormenta enloquecida hasta la recamara de su viejo amigo.

-El niño no fué robado yo me lo llevé lejos de tu mente desquisiada... -lo enfrentó el moreno para su sorpresa- y si he logrado impedir que un maníaco ególatra forje a quien ha de gobernar Inglaterra en el futuro, tengo por bien ganada la muerte que me espera, ya no queda nada, absolútamente nada del hombre al que salvé, VENDÍSTE TU ALMA, pero nuestra Britania se levantará por la mano de un hombre justo!!!!

-¡Maldito! -le espetó el rey, y a Merlín no le importó que comenzara a pretar su cuello despiadadamente, sólo rezaba para que los soldados fueran perdonados-.

Antes de que el mago llegara a caer en la inconsciencia, Uther cayó en la cuenta de las palabras que éste le había dicho, y de que estaba a punto de arrebatar la vida a quien había salvado la suya, inmediatamente le permitió respirar y Merlín comenzó a toser temblando en el suelo.

Las palabras salieron de Uther automáticamente:

-Una vez salvaste mi vida, te la devuelvo.

-Recogeré mis cosas -dijo el mago como pudo, con la voz rota y mirando al suelo-.

-Y no digas que esta basura fué un acto de patriotismo, no te atrevas, desde hace años cuando me ves, no es amistad lo que hay en tus ojos.

Sin levantar la vista comenzaron a caer sus lágrimas sobre el suelo de piedra y oyó la voz del rey una vez más:

-Una semana es todo lo que voy a darte para que recapacites y me devuelvas a mi hijo, nadie te ha dado el derecho de decidir sobre mi familia y quien toma las decisiones de gobierno mal que te pese soy yo.

-Necesitaré pasar ese tiempo lejos del castillo.

-Así como no regreses mandaré traer tu cabeza.

-No le temo a la muerte Uther, me tendrás parado en la entrada al morir la sexta luna.

El monarca dió un portazo y se alejó a sus aposentos, la vida de los guardias fué perdonada para alivio de los complotadores.

Merlín se marchó llevándo las reliquias con él. Durante ese tiempo forjó un hechizo sobre una antígua espada élfica, derramando su propia sangre a lo largo del filo y dejándola reposar luego en tierra, en agua, al sol y en la luz de luna, sobre una escama que le había quedado del dragón padre de Thóron.

La llamó Excálibur y escribió a lo largo de la hoja en caractéres élficos su don principal "A quien posea esta espada, su sangre no será derramada en tierra".

Acto seguido viajo con ella hasta Londres, la clavó en una piedra y puso sobre ella un cartel:

"Quien separe esta espada de la piedra, será proclamado sucesor al trono de Inglaterra".

Como había prometido regresó, al final de la sexta luna e iluminado solo por su luz Uther lo aguardaba, sólo en la entrada.

-He sabido viajar hasta Londres, y he dejado en ese lugar, clavada en piedra una espada mágica. El hombre que consiga traértela, ese hombre sabrás que és tu hijo... entonces me pongo ante tí para que mi cabeza pueda ser cortada, el justo castigo por mis actos.

-Lo haría, sólo que aún me es más valiosa pegada a tu cuello por ser el hombre más sabio... -respondió Uther complaciente desconcertando al mago- todo lo que soy lo soy gracias a tí, todo lo que Inglaterra és a tí te lo debe... -el mago levantó la vista reflejando en su mirada cristalizada de lágrimas su confusión- Igraine es mi esposa pero por su expresión dijeras que se trata de una doliente esclava... tenías razón, perdí mi alma, pero ha regresado Merlín y me tortura...

Bajo la luz de la luna, ante la mirada atónita del mago, Uther entrelazó con los de él, los dedos de su mano izquierda, mientras con el brazo derecho estrechaba sus caderas, provocándole al joven de cabello azabache temblar. El rey aproximó sus labios despacio a los del chico pálido, rozándolos con su aliento cálido, y cayendo en el hechizo de esos ojos aguamarina, tan hermosos como los de un dragón, los de Merlín se entre abrieron tímidos, dejándose hacer y elaborando instintivamente las respuestas involuntarias que surgieron en él..

Era la primera vez que el mago daba o recibía un beso y su corazón latía desbocado con una sensación de irrealidad y la consciencia omnubilada.

-No llegará jamás el día en que no te necesite a mi lado... ni Britania... si la educación de mi hijo se encuentra fuera de estos muros entonces que así sea... tu juicio jamas dió frutos que fueran amargos ni despresiables... sólo quédate porque nadie más me verá con tu mirada y soy un despojo, una imagen que aborrezco más con cada día que paso en este infierno helado... un huérfano -volvió a suplicar y Merlín lo cubrió con un beso-.

-De la oscuridad a la luz... -sollozó el joven mago en voz ahogada cuando un súbito recuerdo lo sorprendió- pensé que el cielo hablaba de mi muerte... no de nuestra resurrección...

-Hacerme salir de la oscuridad... parece que siempre estará en tu naturaleza... -le nació decirle al moreno que nunca olvidaría quién lo había arrebatado de las garras de la muerte-.

-Son tus fuerzas, no las mías... tu espíritu es verdaderamente el de un dragón... -le respondió su consejero desde lo más profundo- tu corazón es justo y siempre sabrá volver a latir así...

-Siento como si hubiera estado bajo un hechizo todo este tiempo... -le susurró íntimo y lo besó una vez más, y cómo si de otro hechizo se tratara, el casto hombre de ciencias, llegó a convertirse en uno con el calor del rey..

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