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Dean descubre una nueva esperanza

Como en un sueño, Sam creyó ver una silueta sentada a los pies de su cama. Eso lo hizo despertar del todo y entonces pudo comprobar que no lo había soñado.

-Buenos días... -lo saludó Crowley-.

-¿Se te perdió el teléfono? -le preguntó pues no había respondido sus mensajes ni llamadas y aparecía dos días después como un fantasma-.

-Me disculpo, hay una sabandija en actitud sospechosa, la estuve vigilando y no estuve atento...

-¿Pasó algo con el sospechoso? -quiso saber Sammy al respecto-. 

-No pude averiguar qué planeaba pero estaba bueno... -le hizo notar que lo había ingerido- ¿qué hay de ustedes, alguna novedad? 

-Lo normal, casi muero al realizar un hechizo de convocación, conseguí una pista que no me lleva a ninguna parte y me dediqué a esperar que no te hubieran matado.

-El tiempo transcurre diferente en el infierno y eso no ayuda, lo siento, no estaba tratando de ignorarte, sólo que no tenía idea de que lo había hecho hasta que ví tus llamadas perdidas- esto último lo dijo sentándose muy junto a él-.

-Estas aquí, es lo que importa -lo atrajo hacia él-.

-Huéles a flor de cerezo y hojas de té -dijo sensual rozando con la punta de la nariz el cuello del más joven- algo sobrenatural a entrado en contacto contigo.

-Como te estaba diciendo convoqué a Kuan Yin, le supliqué que tomara el asunto en sus manos y me dijo que no podía hacerlo porque el demonio dentro de él estaba fuera de su jurisdicción-

-¡Auch! -dijo el de los ojos rojos sin poder encontrar una palabra mejor.

-Pero después nos habló de que exponer a ese demonio ante la verdad le haría perder gran parte de su fuerza, cuando estaba por revelárnoslo el contacto se interrumpió, algo dentro de mí se daño, algo que Castiel tuvo que reparar, y me advirtió que moriría la próxima vez que volviera a intentar contactar con ella ¿Puedo contar contigo si muero para que me traigas de regreso? Necesito volver a hablarle.

-Cuando el caballero del infierno te asesinó pude hacerte volver porque todo el ambiente estaba infestado de negatividad, era el infierno, dentro y fuera de tí... conectando con ese espíritu tan poderoso de naturaleza opuesta, estarías varios niveles por encima, fuera del alcance de mis manos, y existe un peligro mayor, en el momento en que mueras se derrumbara la pared que te protege de los recuerdos de la jaula y a partir de entonces podrías quedar atrapado en el interior de tu propia mente, sin oír mí voz aunque estuviera a tu lado gritándote. Esos recuerdos te enloqueceran y de ese lugar no regresarás. No veo viable que vuelvas sobre tus pasos... además la verdad puede ser un buen principio pero por sí sola te aseguro que no es suficiente, la "verdad", si es esa a la que kuan Yin se refería, es que "todos los seres humanos tienen derecho a ser felices".

Esto sorprendió al chico de las iris gris esmeralda que no había esperado jamás una respuesta de esa naturaleza- 

-Si me preguntas, lo más poderoso que tienen ustedes y lo que más los asemeja a Dios es "la voluntad" -continuó Crowley- en este momento la voluntad de Dean esta co existiendo con la del demonio, finalmente deberán separarse o funcionar como una y la misma, y aún así la voluntad de un individuo es cuando mucho el setenta por ciento, pero sin una fuerza externa no es posible separar a un demonio del humano al que está aferrado, para eso se requeriría una fuerza de voluntad del cien por ciento, y en el tiempo que llevo a cargo, no he conocido personas a parte de tí y Bobby, capaces de exhorsizarse a sí mismas, es algo raro y extraordinario.

-Cuando combatí con el demonio... creí haberlo obligado a  revelar su verdadero nombre... -repasó Sam- pero eso lo habría catapultado de inmediato hacia las profundidades y lejos de eso continuó ocupando el cuerpo de mi hermano...

-La respuesta debe estar en la espada de hueso, según los documentos no puede ser destruída y está arraigado a ella, usándola como anclaje... pero del cuerpo de Dean si puede ser removido y cuando lo logren procuraré dejarlo encerrado ahí por otra eternidad.

Tras un momento de silencio en el cuál procesaba sus palabras, extenuado el castaño soltó:

-Fueron dos largos días y dijiste que ibas a hacer algo al respecto...

Crowley sabía lo que quería y lo besó arrojándolo con él hacia atrás donde el colchón los esperaba, así comenzó a estremecerlo con sus roces, mientras lo besaba con los ojos cerrados para empaparse del sonido de su respiración desacompasada, la humedad de sus labios y la textura cálida de su cuerpo que sentía suyo.

Pero como lo esperaba, con Dean en la casa era solo cuestión de tiempo hasta que apareciera y a los pocos minutos de estarse mimando, tuvo que informarle de la inminente llegada de su hermano, esfumándose a continuación.

-Hola -saludó al ver a Dean- ¿hace mucho que te levantaste? no sentí nada...

-Me desperté como a las diez cuando empezaste a roncar -respondió el mayor y se le dibujó una sonrisa-.

-Sí, estoy bastante congestionado -admitió él.

-¿Cómo te sientes esta mañana? ¿como está tu oído? -quiso saber el rubio-.

-Bien, definitivamente sanó por completo, sólo que aún no tengo  ganas de salir de la cama -se dijo haciendo pereza-.

-¡Vamos, ¿porqué esa actitud? -lo arengó Dean quien definitivamente parecía tener mucha energía esa mañana- el día está fantástico, ¿porqué no te das un baño caliente? estoy seguro de que es justo lo que necesitas, después desayunamos y nos vamos al barrio Chino a cazar pokemones...

-¿Enserio? ¿Te bajaste el Pokémon go? -Sam pensaba que estaba bromeando-.

-Después te explico -respondió el mayor, dejándolo aún más desconcertado con su respuesta.

Dean se veía tan entusiasmado que el menor no podía menos que hacer lo que se le pedía, apareciéndo por la cocina veinte minutos más tarde, pudo confirmar el buen ánimo de su hermano que había preparado Hot cakes y emparedados de pavo.

-¿Entonces? ¿se trata de una misión? -dijo ya sentado a la mesa-.

-Algo así, ¿ves esto? -le puso delante una hoja protegida por un folio que tenía el dibujo de una especie de estatuilla con un aspecto entre animal y totem. El resto del papel era un texto que Sam presumía, estaba escrito en Mandarín.

-¿Tiene poderes místicos? -Intentó adivinar el menor-

-Mejor aún -le respondió su hermano- este es Luduán, una criatura mitológica con una habilidad que no vas a creer... es capaz de encontrar la verdad-.

-¡Dios!... -Sam estaba feliz y asombrado...

-Es la misma estatua que vimos en el Jardín del templo budista -le recordó el mayor-.

-¿Este es nuestro pokemón?

-Exacto.

-¿Que tan peligroso crees que sea?

-No todos los ritos mágicos son peligrosos, este en particular es inócuo.

-¿Estás seguro? -volvió a indagar Sam-.

-No todo tiene que ser complicado, de todos modos podríamos tener los Xiànjǐngs a mano sólo por si acaso... -propuso el mayor-.

-Sí, creo que ya no concibo salir sin ellos... -agregó Sam y dió un trago a su delicioso café caliente-.

-Es hora de dar a ese grillo en adopción -le recordó el rubio-

-¿No crees que sería mejor liberarlo?

-Eso es a tu elección, siempre y cuando me liberes de él.

-Bueno, siempre supe que este día llegaría, además de que no me parece normal vivir en una cajita de acrílico...

-¿Que tal en un centro de operaciones subterráneo? -comparó Dean-.

-Es mejor que muchos de los moteles en los que hemos estado... -bromeó el castaño-.

-Es cierto -admitió Dean y después agregó- además ¿cuando hemos sido normales?

-Somos normales... -respondió el menor- lo que no significa que nuestro estilo de vida también lo sea.

Cuando llegaron al jardín del templo y estuvieron frente a la estatua, Dean hizo que su hermano mantuviera apoyada la mano derecha sobre el costado del cuadrúpedo e hizo lo mismo del otro lado, pidiéndole que procurara tener la mente despejada mientras el recitaba el conjuro en voz baja.

Apenas terminó de decir la última palabra sintieron algo muy similar a una descarga, Dean en el corazón y Sam en la cabeza, sobre el tercer ojo. Ambos acabaron tendidos en el pasto apretando por unos segundos el lugar donde el dolor se había originado.

Cuando notó que a Sam le dolía la cabeza el mayor se acercó para confirmar:

-¡Sammy... ¿estas bien?!

-Si, no es nada -respondió el menor que parecía un poco adolorido-.

En el infierno Crowley también sintió correr dentro de él un poder inmenso aunque duro apenas unos pocos segundos.

-Creo que no le caí bien a Luduán... -reflexionó el mayor.

-Estoy seguro de que él no te juzga -lo contradijo dulcemente el más pequeño- dale algo de tiempo... el va a ayudarnos, lo presiento... 

Dean no lo sabía pero en ese momento Luduán había levantado una protección invisible que resguardaría la verdad más grande y fundamental en su interior, en cuanto a Sam su verdad más profunda estaba a punto de ser revelada a un nuevo nivel.

Cuando salían del templo al atardecer, mientras se dirigían hacia su auto fueron súbitamente atacados. Una flecha desgarró el aire camino a clavarse en el corazón del rubio, y con velocidad sobrehumana Sam consiguió detectar la llegada del proyectil a tiempo, llegando a frenarlo en su mano.

Identificando poco después a una mujer como autora del disparo. Un segundo más tarde, ante sus ojos, se desplomó en el pasto y Éiri apareció detrás dejando caer la pequeña arma que había usado al suelo.

-Tanto Dean como Sam estaban petrificados ante su imágen.

Acercándose la hermosa morena dijo al menor:

-No sé porqué me dejaste con vida la última vez pero, estamos a mano... -cuando se estaba marchando escuchó la voz del joven a sus espaldas-.

-Yo... al final me dí cuenta que eras como nosotros... -atinó a responderle-.

La joven le sonrió y luego agregó en relación a la mujer abatida en el suelo:

-Ella era un acólito de Caín... suerte que evitaste que tuviera éxito...

-Ya lo creo...

-Te envié un correo hace diez minutos... lo están localizando con magia, vas a tener que montar un contra hechizo... 

-Gracias.

-Quiero que sepas que si algo sale mal y se te va de las manos... estaré lista...

-No pienso perder -le respondió seguro y tranquilo-.

Los chicos entraron al auto mientras ella metía los guantes de latex al bolsillo de su abrigo.

Mientras conducía, visiblemente nervioso, afectado por el episodio, finalmente el mayor pudo preguntar:

-¿Desde cuando eres un ninja?

-¿Qué? ¿No estarás pensando que le pedí a Castiel poderes o sí? fué una reacción medular -le respondió el menor divertido-.

-Estoy seguro de que ya atrapas moscas con palillos -agregó ya bromeando, intentando volver a la normalidad-.

-Nadie puede hacer eso... qué mentira... ¿podemos detenernos por un momento? -pidió recordando algo-.

El mayor lo hizo y su hermano tomó la cajita de acrílico, que no había olvidado empacar, abriéndola en medio de una plaza cercana. Ni bien hacerlo, con un brinco, el grillo desapareció de la vista.

-Adios "General Shang"... gracias por todo -dijo al aire a media voz y a Dean le resultó tan hermoso y tierno que decidió fastidiarlo-.

-¿Porque le sigues diciendo "General Shang", al pequeño "Mushu"? ¿creí que querías quedartelo?

-¿Pequeño "Mushu"?... la última vez lo nombraste "bicho desafinado" y "cucaracha de la fortuna"... deberías estar agradecido de que halla dejado ir a mi grillo de la suerte.

-Lo sé, ahora la suerte es mía porque no tendré que volver a compartir espacio con esa cosa latosa.

Cuando entraron al auto, Dean dejó pasar un momento en silencio y luego viéndolo por un instante le dijo:

-Te compraré un Hamster...

-¿Qué tal un murciélago? -le dijo Sam y cuando Dean lo miró con esa cara de "¡tiene que ser un chiste ¿verdad?!" hábilmente el castaño agregó: ..."I'm Batman..."

"¡Ni lo sueñes Christian Bale!... -respondió el y finalmente remató: "I'm Batman..." -agregó él- y los murciélagos están en mi estómago -dijo robándole al castaño una sonrisa-.

        ***************************

Apenas encontró un instante a solas, y recordando el extraño episodio vivido horas antes, el demonio quiso confirmar que Sam se encontrara bien, por lo que se movilizó hacia la base subterránea de operaciones de los hombres de letras.

Buscándolo en su habitación, en modo invisible, no lo encontró y de pronto tuvo la fuerte sensación de que algo increíblemente poderoso se hallaba en ese momento presente en la sala. Con cuidado se dirigió hacia las cercanías de ese sector de la casa:

-¡Caray, ¿Te convertiste en un arcángel? -le preguntó sorprendido al ver al chico que creyó que era Samuel, por ser idéntico a él salvo por aparentar físicamente unos 18 años.

Unas enormes alas doradas similares a las de los ángeles nacían de su espalda. Replegadas, sus puntas tocaban el suelo provocando en la habitación toda clase de fenómenos físicos relacionados al calor y la luz, como resultado del veloz y contante intercambio de energía entre el menor y el planeta tierra. Energía que se veía ir y venir, en forma de chispas, a raz del suelo, desdibujando el ambiente, del mismo modo que el calor cuando se hacía visible en el aire.

Supo que no se trataba en realidad de Sam, cuando el adolescente unió sin mediar palabras la palma de sus manos y en el contacto pudo sentir su gran emoción al ser observado por primera vez, así como su infinita soledad, pues nadie jamás lo había notado ni dirigido hacia él ninguna palabra desde el amanecer de los tiempos. La alegría y la tristeza se mezclaban y confundían en el interior de las almas de ambos, danzando como las prístinas, a gran velocidad.

Luego de este encuentro simplemente el menor desapareció, al poco se escucharon las voces de Sam y de su hermano hablando animadamente y Crowley tuvo que esfumarse pues no tenía motivo alguno que pudiera justificar una irrupción en ese momento.

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