—Supongo que tendremos que regresar en autobús… — Toda aquella autoridad e intimidación que emanaba se había esfumado en un par de segundos.

—Te sigo, no se siquiera como se llama donde estemos— Propuse, empezando a caminar ella. —Mi amiga me había dicho que era algo común ver a extranjeros con uniformes escolares, deberías de saberlo tú— Solté, queriendo sonar como un regaño en doble sentido.

—En Osaka suelen vestirse de forma tradicional, llevo poco viviendo en Tokio… — Una vez más, esa faceta de sería era eso, una faceta.

—Espera… — Frené, viéndome ella. — ¿Segura que sabes qué autobús tomar? — Pregunté al recordar que no era de Tokio. Asintió. —Si llegásemos a perdernos podría revisar en mi celular— Lo señaló, justo teniendo una notificación de batería baja.

—Y bien, ¿Qué edad tienes? — Le pregunté una vez regresé a su lado. —No pareces muy mayor a mi— Le miré un poco más de cerca el rostro. — ¡Ey! — Se alejó unos centímetros. —Sigo siendo mayor que tú, probablemente seas una adolescente aún— Intentó bajarme la edad. —Tengo veinte, soy toda una adulta joven para tu información— Me burlé un poco. —Tú no tendrás más de veintiséis— Cogí un poco de impulso y me paré frente a ella, teniendo que parar unos segundos, además de ver como algo la molestaba.

Antes de responder, solo empezó a caminar evitandome. —No me digas que tienes justo veintiséis… — Una vez más me coloqué a su ritmo, viendo cómo era justo eso lo que la tenía molesta.

—Debería de estar molesta yo, me trajiste hasta aquí sin mi consentimiento, ni te molestaste en preguntar nada— Solté.

—Si, si, tengo veintiséis, lo siento por traerte hasta aquí sin cerciorarme— Pasó de estar algo enojada a triste, ahora sintiéndome culpable por aquello.

—Lo siento por eso… — Cambié el tono de cómo me estaba comunicando. —Empecemos de nuevo— Alcé mi mano. —Me llamo TA TN de TP— Me presenté completamente. —Minatozaki Sana— Miró mi mano, tomándola, sintiendo lo suave que era además. —De Osaka, Japón— Aclaró, sabiendo bien donde quedaba Osaka.

—Tengo una pequeña duda desde que estábamos en el metro— Expresé una vez teníamos un rato caminando. — ¿Cómo pensaste que estudiaba aquí? — Cuestioné. —Trabajo para una organización gubernamental relacionada con escuelas, ese escudo es parecido, además del uniforme— Explicó.

—Que extraño— Lo miré. —Esto lo compré en Corea— Expliqué. —Estoy estudiando de intercambio allí, estoy de vacaciones aquí, quedaba cerca y siempre quise venir— Añadí.

— ¿Hay algo en específico por lo que quisieras venir? — Preguntó ella. —Algo… — Empecé a pensar. — ¿No podría decir que todo? — La miré. —Sonará algo raro, pero me gusta prácticamente todo lo relacionado— Empecé a caminar desvariando.

—Quería ver Tokio, las afueras, quizá en otro viaje Hokkaido, Sapporo… — Empecé a pensar los lugares en donde quería estar. —Kioto… — Apresuré un poco el paso. Coloqué mis manos detrás de mi espalda, estirandolas y doblandome un poco. —Osaka también…