— ¿Estás segura que esto no es raro? — Pregunté, viendo el cómo me quedaba detrás.  —Creo que es incluso común aquí— Soltó, sonando raro.

— ¿Por qué me mires así? — Preguntó luego de verla indignada. —Tú tienes ese uniforme, no yo—  Aclaró. —Te recuerdo que fué por una apuesta que perdí por tu amigo— Me sacudí los dobleces. —Nunca habría pensado que Felix era más fan del anime que yo— Empecé a caminar fuera.

—Yo que sé, parece más gay que fan de estas cosas— Bromeé. Antes de poder salir, sentí un jalón desde detrás. —La falda queda más arriba— Jaló casi de golpe. — ¡Mina! —  Le reclamé. —Esta es de las que ya traen protección debajo— Empecé a sentirme un poco el dónde dolió.

—No puedo subirla más— Finalmente solté. Ella me miró sin entender tanto, a lo que tomé dos puntas de la falda, mostrando que no solo era un pedazo de tela alrededor de mi.

—Oh… ya veo… — Miró muy fijamente. —Es una lástima que estemos lejos de casa de mis padres, podría prestarte la que usé yo cuando estudiaba aún— Alzó su vista, viéndome la cara, luego jalandome fuera.

—Estamos listas— Avisó ella, saliendo todos del hotel. —Algún día me las pagarás— Señalé extrañamente no discreto a Felix, quién solo iba por allí riéndose de mi.

— ¿Cómo pueden soportar el otoño tan frío con estas faldas? — Le pregunté a Mina, buscando alguna salvación para mi circulación sanguínea.

— ¿Te da frío en las piernas? — Una vez más, no entendía. Me paré un segundo, mostrando el cómo obviamente estaba temblando.

— ¿A ustedes les da frío en las piernas? — Miró a los otros. —Nunca— Rápidamente soltó Felix. —Es donde más calor tengo siempre— Le sigue Chan. —Tampoco es que hubiera mucho frío en Australia— Lily los miró en un claro intento de hacerlos entrar en razón.

—Quizá solo necesites unas medias largas, también te darían más el toque— Propuso Haewon, siendo todos después un coro afirmando que si, eso era lo necesario.

Luego de una buena caminata, estábamos frente a un gran almacén de pisos y pisos de ropa.

—Bien, como penitencia extra, te quedas aquí fuera mientras nosotros discutimos cuales comprar— Me sentó Felix en una banca, entrando todos sin cuestionarlo.

Luego de quizá diez segundos meditando sobre lo absurdo que era estar allí fuera con tal frío, me levanté, yendo a la puerta, chocando con alguien en el trayecto.

—Lo siento… — Solté con intenciones de pasar de aquello, pero sentí un fuerte agarre en el brazo. — ¿No deberías estar estudiando? — Volteé, siendo una mujer no tan mayor a mi. —No, no— Intenté negar, pero no parecía querer escuchar.

Antes de poder decir o hacer algo, ya estaba arrastrándome, además de sus quizá diez centímetros más a mi, el frío ya me tenía débil.

—Tienes suerte que te topaste conmigo y no un policía— Dijo mientras aún me llevaba a rastras.

— ¡Para! — Grité, volteando a verme, visiblemente enojada, aunque en el medio de toda esa situación logré notar que tenía una forma peculiar en sus ojos…

Creo que tenía una historia con sana que tenía que ver con esas cosas en el cielo blancas, bueno, algún día me acordaré si la tengo de verdad o es un sueño.

Lado bueno, aprendí de una buena maestra, DubuMyoui que si puedo escribir nuevas historias teniendo otras en emisión.

No planeo que está historia sea tan larga (procede a hacer un 180 grados 2) corta pero potente.