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Capítulo 5: Libertad

Louisa/Alexander

Esa noche me di cuenta de que no era una broma, Salazar si les daba preferencia a los de su casa, todos tenían habitaciones individuales, pero no me molestaba, resultaba mejor para mí, después de todo, así podría esconder mis cicatrices. Llegué a relajarme, me recosté sobre mi cama con tranquilidad. Esperaría un par de horas antes de salir de aquí, guardé mi baúl en mi bolso de cuentas.

Leí un rato uno de los libros que traje conmigo, lancé un muffliato, entonces comencé a repasar hechizos como ahora estaba en mi habitación no había problema, iba de una lado a otro mientras lanzaba hechizos y no verbales y uno que otro en voz alta para practicar y poder aparentar que todavía no estaba al nivel, guardar apariencias era importante. Es entonces que noté algo, la luna llena sería dentro de dos noches... Remus debía estarlo pasando mal.

Cerré el libro, tenía poción matalobos, era muy complicada de preparar, un error en esta podía ser fatal, pero tendría que practicar, tomé mis cosas colocándome la capa de Harry, y salí silenciando mis pasos, evitaba las zonas con cuadros y, al llegar al séptimo piso, pensé en lo que necesitaba. Un cuarto y una zona para hacer pociones.

No tardó en darme lo necesario, entré rápidamente, el cuarto era muy similar al cuarto que tenía en casa de Sirius, saqué mi bolso e hice una lista de lo que tenía que reunir (hurtar) para hacer la poción mata lobos, además de los que necesitaba para cambiar mi apariencia, así que con la lista hecha, y una bolsa de cuentas llena de frascos vacíos, salí rumbo al almacén que antes era de Snape.

Saqué el mapa del merodeador por instinto, a lo que vi como dos nombres se dirigían hacia mí, haciendo que me quitara del camino antes de la colisión, James y Sirius habían salido rumbo a las cocinas, ignorando el vacío en mi pecho, seguí mi camino, pero con más precaución, así que avancé y logré llegar al almacén, todo estaba silencioso y no había nadie cerca.

Una vez tomando lo necesario, salí de ahí con prisa, pero un dolor en el pecho me hizo caer al piso, después aparecí frente al séptimo piso sorprendida, ¿Qué había pasado? El dolor cesó, así que suspiré con molestia y me adentré nuevamente. No quise pensar de más, sabía bien que no se podía hacer eso en el castillo, y algo raro pasó, pero estaba harta de pensar en exceso esto cuando ni siquiera termino de asimilar otras cosas, y eso que ya pasaron tres años.

Al entrar, fue hora de ponerme a trabajar, recitaba entre susurros los pasos para realizar la poción matalobos mientras me centraba en avanzar y acatarlas, y es que lo único fácil era memorizar, a la hora de acatar las cosas, la situación se complicaba, toda la noche completamente dedicada a su elaboración me llevaron a que al amanecer un humo azul tenue salió de esta.

Ahora que lo pensaba, ¿siquiera lo recibiría? Digo, un Slytherin que le entrega una poción desconocida a un Gryffindor, esto iba a ser más difícil de lo que pensaba, aunque pueda volverme un completo extraño o extraña, no lo aceptaría, y tampoco estaba en mis planes robar la autoría de un mago a futuro, sin contar que eso llamaría la atención, así que sí, me encontraba de manos atadas a menos que lo hiciera a nombre de Dumbledore.

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Bueno, esto sería una batalla contra el tiempo, me alisté para mis clases, fui a desayunar al GC de forma breve, y fui a mi primera clase, transformaciones, era principalmente teórica, así que no me molesté tanto en prestar atención por lo menos hasta que fue momento de hacer trabajos de redacción, los cuales terminé tranquilamente. Al terminar el trabajo me esperé unos instantes.

Si bien me sentía algo cansado, no lo demostraría, en esta clase, me senté junto a Bartemius Crouch Jr. Quien parecía algo ensimismado en su redacción hasta que me vio de reojo, me encogí de hombros y le acerqué el mío disimuladamente, mientras escribía algo más y él no dudaba en revisar mi trabajo para comenzar a tomarlo como guía, yo por mi parte me enfrasqué en una redacción exhaustiva donde explicaba con sumo detalle en procedimientos para hacer la poción matalobos.

Si, todavía seguía en mi mente, no iba a estar tranquila hasta que viera que realmente le había logrado ayudar con su situación, la siguiente clase fue encantamientos, materia en la cual logré superar a todos siendo elogiado por el profesor, quien estaba satisfecho, pero siendo sincera ¿Cómo iba a saber que ninguno ese año iba a lograr un hechizo tan sencillo como el Wingardium Leviosa?

||...||

Cuando llegó la clase de vuelo, no saqué mi escoba, pues llamé mucho la atención en lo que llevaba del día, aun así fui empujada, por un momento pensé que eran de Slytherin, pero no, esa clase la compartíamos con Gryffindor, de los rostros que logré reconocer, estaba Bartemius y Regulus, de ahí en fuera, no conocía a nadie, pero eso era lo de menos, pronto llegó el momento de demostrar nuestras habilidades, fingí ser ignorante.

Eso ocasionó burlas acerca de mi persona, absteniéndome de hacer comentario alguno, me limité a rodar los ojos, pero eso cambio de planes cuando en una serie de empujones entre Gryffindor y Slytherin, las escobas se elevaron sin que pudieran controlarlas correctamente, al instante la profesora pareció alarmada, no dudé en tomar mi escoba cuando vi como caían dos alumnos, uno de Slytherin y otro de Gryffindor.

Volé rápidamente pasando de la profesora, quien también montó en su escoba y atrapé al Gryffindor con mi espalda y una vez se aferró a mi cuello en el pánico, atrapé a la chica de mi casa en mis brazos, descendí con cuidado, o bueno, por lo menos procuré, no era fácil ir tres personas en una sola escoba, menos en una barredora tan vieja. La profesora me ayudó con el chico de Gryffindor.

Una vez en el suelo, la clase se dio por finalizada, pero la profesora dijo que terminaría hablando seriamente con mi jefe de casa, bajé a mi compañera con cuidado mientras esta se sonrojaba, así que hice lo que vi hacer a Fred y George en su momento conmigo, sonreí amablemente, pronto escuché chillidos similares a los de Lavender y sus amigas, eran claro está, gritos de emoción.

||...||

Cuando terminaron las clases, me encaminé a un pasillo solitario, me excusé con Bartemius, que se me acercó para hablar, y pronto me escondí bajo la capa de invisibilidad de Harry, para caminar hacia la torre de Gryffindor, donde no tardé en entrar detrás de el que reconocí como el padre de Neville, esquivé a tantos alumnos como pude y entré a la habitación de los chicos, donde tras buscar cuidadosamente entre las camas, localicé la que pertenecía a Remus.

Suspiré aliviada mientras colocaba bajo su almohada la dosis de su poción adjuntando la carta, no iba a esperar a que entraran, por lo que salí tan veloz como una snitch, pero en las escaleras me topé con James Potter coqueteando con Lily, pasé de ellos son un nudo en la garganta y justo como creí, fui tras las personas que iban de salida en busca de la comida, relajándome cuando estuve un par de pasillos lejos de ahí.

En el momento en que deambulaba buscando un lugar vacío para quitarme la capa, vi como unos chicos lanzaban bolas de papel a Snape, quien masculló por lo bajo mientras avanzaba, pero cuando uno alzó un libro con molestia por ser ignorado me molesté, y mucho.

— Confundus — susurré con malicia.

Lo siguiente que pasó fue que el chico de quinto comenzó a dar pasos confundido hacia el frente, por lo que aproveché y le metí el pie haciéndolo caer, tras eso, desaparecí a por los pasillos a paso tranquilo, si bien sabía que los merodeadores eran los principales autores de sus miles de desgracias, era claro que no solo era atormentado por ellos, recibió abuso de muchos más al mostrarse como un blanco fácil.

Ya lejos de todos, me quité la capa guardándola nuevamente en la bolsa de cuentas, solo esperaba que Remus no mencionara la existencia de la poción matalobos a Dumbledore, sino, mis esfuerzos se irían al carajo, aunque bueno, si se llegaba a dar cuenta, esperaba que fuera después de probar que era efectiva, así no dudaría tanto incluso si se enterara que fui yo quien se la suministró.

Caminé cansada rumbo a mi habitación, pasé a las cocinas por algo de comida que guardé en mi bolso, si bien estaba cansado, lo disimulaba muy bien, tenía sueño y por muy segura que me sintiera en el séptimo piso en la sala de menesteres, sería raro no pasarme por mi habitación de vez en cuando ¿no?

Al pasar por la sala común las miradas se centraron en mí, más no me detuve, seguí mi rumbo hasta chocar con Bartemius y Regulus, este último me miraba demasiado, y aunque estuve sumamente incómoda por esa misma mirada, me abstuve de hacer algún comentario.

— Shafiq, que bueno que te veo, íbamos a jugar un rato al ajedrez mágico ¿quieres venir? — dijo y negué sonriendo.

— Voy a hacer los deberes ahora mismo, tal vez en otra ocasión — le contesté apacible.

— Está bien — dijo para ir con Regulus.

No tardé en llegar a mi habitación, donde lancé hechizos de bloqueo, además del muffliato para acondicionar la recamara, nuevamente intentaría dormir, solo que esta vez intentaría inducirme al sueño con velas que Rory se había tomado la molestia de esconder en mi maleta junto a una carta de mi madre.

"Logan, sé que no me culpas por lo que Richard te hizo, pero sé que no duermes bien y las pesadillas te atormentan, solo espero, aceptes este pequeño presente, y que sirva de consuelo para brindarte un sueño tranquilo, esperando que tu estadía en Hogwarts sea agradable, espero tu carta.

Con amor, tu madre"

Me recosté encendiendo una de las velas al lado de mi cama cerrando los ojos con una sensación cálida en el pecho que se sentía lejana no hace mucho, tras concentrarme en mi respiración y el olor de las velas, me dejé caer en brazos de Morfeo.

||...||

Desperté gritando de agonía tras unos espasmos más de mi cuerpo, las lágrimas escurrían de mis ojos cual cascadas incontrolables, las pesadillas no se iban, y era difícil despertar, estaba completamente mojada en sudor frío, me sentía agotada. Me reincorporé viéndome al espejo por un momento, admirando nuevamente mi rostro original, bueno, el rostro que realmente me pertenecía, aunque mucho más joven.

Si, solo el rostro, porque cuando buscaba mi mirada, ya no había ese brillo de ilusión, fascinación e ignorancia con la que me quería comer el mundo, ahora solo era una chica que se fortaleció con la guerra, una que había perdido todo, y no podía hacer nada para recuperarlo... solo me quedaba hacer todo lo posible por dar la felicidad y la familia que se merecen a mis amigos, obsequiarles un futuro mejor.

Con eso en mente, volví a tomar las pociones una por una, para una hora después, bajar a comer, siendo bien recibida por mis compañeros de casa ¿Qué pensarían ellos si se enteraran que soy una sangre sucia adoptada? Era un falso sangre pura, todo en mi era una mentira, y ante eso, solo me podía limitar a evitar preguntas para no mentir, buscar distanciarme de todos, para no perderme más a mí misma.

La noche transcurrió sin contratiempos, aunque claro, con muchas miradas, entre ellas, unas fugaces miradas de Dumbledore, al que no le daría el gusto de ver mi mente. Aunque también Bartemius insistió en que lo llamara Barty, dado que de ahora en adelante seríamos "amigos" aunque realmente necesita ayuda, por lo que sé y con lo poco que conocí a su padre, sé que es una persona perfeccionista y capaz, pero estricta y exigente, algo duro de sobrellevar, eso justificaba un poco la personalidad de este chico, así que accedí. Aunque sabía que Harry y los demás no lo aprobarían si se enteraran.

||...||

La mañana del día siguiente, fui citada por Slughorn a su oficina, lo cual me puso de los nervios, si, no era la persona más agradable a mi parecer, inofensivo claro, pero solo busca personas prometedoras con grandes futuros, buenos prospectos para contactos, la profesora Hooch había hablado de mi con él seguramente. Toqué dos veces antes de oír una respuesta.

— ¿Quién es? — dijo mientras abría la puerta y sonreía — pero si es el joven Shafiq, pase, no se quede ahí parado, precisamente con usted quería hablar.

— Supongo que eso tiene que ver con respecto a las clases de vuelo ¿no es así? — comenté con tranquilidad y sonrió.

— Eres muy perspicaz — señaló mientras se sentaba y le ofrecía asiento con la mano — es correcto, como sabes, eres muy talentoso y me gustaría que nuestro equipo de quidditch tuviese un buscador tan rápido y hábil, ya sabes, sumar un talento tan prometedor — comentó colmándome de alabanzas, me limité a sonreír.

— Entiendo, aunque sigo siendo muy inexperto en dicho deporte, tengo que admitir que me he centrado más en mis estudios que en desarrollar habilidades en ese campo — intenté bajar su balón de forma cortés. No sirvió de nada cuando sonrió ampliamente.

— Claro, me comentan que es un joven ejemplar — ¿qué decía este hombre? Apenas llevo un día de clases y dos noches. — sé perfectamente que los estudios no serán un problema, y claro, siempre puede tener mi respaldo. — no pensaba desistir.

— Bueno... supongo que puedo ir a las pruebas — comenté y sonrió más.

— No es necesario, ya he hablado con el capitán, felicidades joven Shafiq, ahora es el nuevo buscador de Slytherin, no ha habido un jugador de primer curso en años, así que he de reconocer sus méritos — anunció y fue como un balde de agua fría, este hombre no me iba a preguntar, solo me lo informaba.

— Gracias por la oportunidad profesor — agradecí encarcelando mi furia ante un semblante calmado.

Cuando salí, mi mirada se volvió inexpresiva, porque claro, no la podía relajar del todo, seguía expuesta, fui a mis clases, y justo como esperaba, fueron simples para mí, por lo que no me molesté en prestar atención, y me limité a ayudar a Barty en sus trabajos, por lo menos en las clases que compartíamos, porque en algunas, terminaba sentada con las niñas que me miraban con admiración.

Terminamos el día con pociones, donde fue simple realizar los apuntes correspondientes y hacer caso a sus explicaciones, lo que no lo fue, era el soportar la mirada de expectación de parte del profesor, preguntándome a mí y a Regulus casi todo el tiempo, porque casi nadie respondía sus preguntas.

Una vez terminada la clase, salí buscando algo de comida a las cocinas, pues si bien no estaban Dobby o Kreacher para apoyarme, incluso Winky, el ambiente era cálido y no sentía tantos cambios como los que sentía cuando veía a Gryffindor buscar pelea con Slytherin, siendo ellos los agresores y los Slytherin los que reaccionaban en defensa con palabras mordaces y amenazas más sádicas.

¿eso los hacía los villanos? Ellos simplemente sufrieron los prejuicios y los aceptaron haciéndolos suyos, no pensaron que podrían ser algo más, solo aceptaron que si las personas los veían como monstruos o amenazas, de esa forma se iban a defender, siendo lo peor posible.

Una vez caminando por los pasillos del jardín trasero, una fuerte punzada que se extendió en mi cabeza me hizo apoyarme en la pared, esta sensación nuevamente... tenía que salir de aquí, así que corrí en busca del séptimo piso, o por lo menos el baño del tercer piso de Myrtle, me vi interrumpida cuando choqué de lleno con alguien.

Cuando caí parcialmente sobre la persona, el dolor no me dejaba razonar, solo susurré un "lo siento" me reincorporé y salí corriendo, esquivé como pude a los pocos alumnos con los que me topaba y no tuve de otra más que entrar al baño de Myrtle, mientras mi respiración era entrecortada y pesada, lancé el muffliato en todo el baño, le di la vuelta a la zona de los lavamanos pero antes de poder llegar a un cubículo caí al suelo con un dolor más intenso.

Me hice ovillo llevando una mano a mi pecho, comenzaba a sudar frío, mis lágrimas se hicieron presentes mientras ahogaba los gritos que querían salir de mi boca, imágenes de otros recuerdos me golpearon, una asesina a sueldo que mataba a todas sus victimas a sangre fría, siempre de formas distintas, inspirada en varias historias de asesinos seriales y series, perfeccionándolas, haciéndolas suyas, ¿o mías?

Perdoné a una de las víctimas, fingiendo su muerte, lo escondí y eduqué abriendo mi corazón por primera vez, y recibí como recordatorio el por qué no nos encariñamos con nadie, se vuelve una debilidad, y por esa debilidad, que desapareció una tarde de otoño, perdí la cordura, no pensé fríamente y corrí en su rescate, era obvio que estaba muerto, aunque deseaba fervientemente creer que si estaba vivo.

La dura verdad me golpeo al ver a la persona que me hacía más humana, desmembrado y sin ojos, con claras señales de que había sido torturado, la gente con la que me meto es gente peligrosa, esto era un recordatorio de que los errores los pagábamos caros, los gritos comenzaron a salir de mi boca, mi garganta desgarrándose por ellos, solo quedando la sed de venganza.

Uno a uno fueron muriendo, basándome en las distintas formas que hicieron sufrir a mi persona, esa persona que me había hecho más humana, la que me enseñó un poco más del mundo desde sus ojos, que había algo más que sangre, la que me brindó un abrazo, que me inspiró a hacer una promesa la cual no pude cumplir. Cuando terminé de matar a todos los culpables, solo hasta acabar con cada uno de ellos, incluyendo los que me hicieron matar a un sinfín de personas, terminé acabando con mi vida saltando de un edificio abandonado son una sonrisa de dicha.

La sensación de mi cráneo rompiéndose y la sensación de mi cuerpo impactando bruscamente contra en concreto me hizo perder la conciencia, después de todo, nada cambiaría, esa persona tenía la esperanza de que, si había la posibilidad de no ir al infierno, reencontrarse con esa persona en el más allá, ¿Cómo sobrellevar un castigo semejante al que estoy sufriendo ahora? Vidas pasadas, es terrible.

Cuando reaccioné, fue por un grito de impresión proveniente de Myrtle, no fue la mejor idea, por lo menos no estaba cuando me retorcía de agonía, ya era tarde eso era seguro, el frío y la oscuridad que se cernía en este lugar me dejaban en claro que lo era, así que salí por comida hacia las cocinas, y una vez regresé a la sala común, en esta estaba Regulus Black junto a Snape, que me miraron al entrar.

— ¿Dónde estabas? — dijo Snape, pero caminé con cansancio rumbo a las escaleras. — no puedes estar fuera a altas horas de la noche, harás que nos bajen puntos, no porque seas sangre pura y tus padres tengan contactos van a poder influir en el colegio tan libremente.

— Lo tomaré en cuenta — contesté sin poder evitar el estilo digno de un sangre pura — si eso es todo, iré a descansar — no podía salir de personaje, eso era un riesgo que no tomaría. Snape se enojó y Regulus pareció perplejo.

||...||

En un abrir y cerrar de ojos me encontraba frente al capitán del equipo de Quidditch, Jody Jacknife, quien me veía con incredulidad mientras escuchaba atentamente a Slughorn, quien hablaba animadamente de lo prometedor que era, pero no porque sea veloz significa que soy adecuado para el equipo, y por la mirada de Jacknife, él pensaba igual. Cuando el jefe de casa nos dejó solos me miró fijamente.

— Entonces, al parecer piensa que eres adecuado para estar en el equipo — comentó.

— Bueno, eso dice — contesté desviando la mirada para apreciar el campo. Nunca he jugado en un campo así, siempre era el la casa de los Weasley.

— Seamos sinceros, no tienes pinta para ser un jugador, además, eres demasiado pequeño, y pareciera que apenas conoces de escobas, pareces ser más bien alguien de casa — espetó y alcé una ceja. — lo mejor será que desistas de esta locura y evitemos que Slytherin pierda la copa de Quidditch.

— Estoy seguro de haberle dicho al profesor que esta idea de ponerme a jugar no era buena, pero insistió — informé para comenzar a caminar al campo — supongo que esa loca idea la puede volver a considerar si hago un mal papel en el primer partido — comenté con serenidad.

— No voy a arriesgar el resultado — dijo y suspiré sacando la escoba que mi madre me regaló haciéndolo abrir los ojos con sorpresa — imposible.

— Solo practiquemos, ya después renunciaré, solo quiero volar un rato sin que me llamen la atención — sugerí y asintió.

Soltó la snitch y fui por ella instantes después, la atrapé rápidamente, y frunció el ceño sin creerlo, así que lo que siguió fue volver a enfrentarnos, así que llamó a uno de los golpeadores del equipo, por lo que salí volando a toda velocidad mientras era perseguida y me intentaban derribar y yo esquivaba cada ataque, lo debía admitir, el viento chocando con mi rostro era algo exquisito.

Volví a conseguir la snitch ante la mirada de completa sorpresa del capitán, que me miró seriamente y le hizo una señal al golpeador que parecía sorprendido, llamaría al equipo para practicar ¿así había sido para Harry? Recuerdo que su primer entrenamiento era solo entre Oliver y él ¿se quería deshacer de mí? Suspiré.

— Gracias por la oportunidad, le voy a decir a-

— ¿de qué estás hablando? — cuestionó — estás dentro, te presentaré al equipo, los entrenamientos comenzarán en un mes, así que prepárate — aseguró para descender. — Gryffindor perderá de ahora en adelante y se tendrá que acostumbrar a esto. — sonrió con sorna y un brillo de astucia apareció en sus ojos.

— Supongo — concedí bajando junto a él.

Ese día conocí al equipo de quidditch, quienes aceptaron la decisión y en ese único día de excepción, volé y practiqué con ellos hasta el cansancio, mamá tenía razón, extrañaba el volar y sentirme libre, pero lo que más extrañaba, era las personas con las que volaba, y aunque sabía que nunca más volvería a volar a su lado, el surcar el cielo le hacía sentir más cerca de ellos, sensación que no quería que se acabara por nada del mundo.

Esa misma tarde, volví a mi habitación para escribirle una carta a mi madre, contándole acerca de lo acontecido y agradeciendo nuevamente por la escoba, lo dudé un poco, pero algo me animó a mandarle una carta al hermano de mi madre, Robert, aunque la escribí de forma muy formal, comentando acerca de la casa en la que quedé y el hecho de haber sido aceptado en el equipo de quidditch a tan corta edad.

||...||

Y así comenzó mi gran historia en Hogwarts nuevamente, sin saber que me deparaba el futuro, pues era tan incierto como lo que yo ya sabía, intervenir, no hacerlo, era un dilema al que encontraría respuesta en su momento, pues llegaría, mientras tanto, me haría más fuerte, y entre mis prioridades estaría el curar a la única persona que he visto y vería como mi madre.

Un paso a la vez Louisa, eso es en lo que me debo concentrar por ahora.

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Espero que haya sido de su agrado, no creí que escribiría una historia asi, pero despues de escribir notas cada que estaba inspirada, nació esta historia.

Gracias por leer y por todo el apoyo que le han dado a la historia 💜

Nos leemos pronto 💜😉✨

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