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Por lo que lucha un padre:


Caos asentía con la cabeza mientras observaba a los dioses discutir sobre lo que acababan de ver. Se había encendido la chispa de la curiosidad entre los espectadores, lo cual era en parte lo que el creador buscaba.

No obstante, no podía sólo saltar al plato principal. Antes de mostrar al Olimpo lo que realmente quería que viese, tendría que allanar un poco el camino.

¿Podría haberlo hecho en menos de un parpadeo gracias a su Omnipotencia?

Sí, ¿pero dónde está la diversión en eso?

—¿Qué es lo que sigue ahora?—preguntó Ares—. Quiero ver más sangre.

El primigenio sonrió a todos los presentes.

—Antes de proseguir, quisiera presentarles a... ustedes mismos.

Un nuevo estallido divino inundó el lugar de luz, trayendo consigo a cuatro nuevas personas. El primero era un delgado joven vestido elegantemente; el segundo, un enorme individuo de cabellera rubia y marcada barbilla; el tercero, un pequeño anciano de aspecto débil y decrépito; y finalmente, un esbelto joven de enmarañado cabello claro y desnudo casi en su totalidad.

—¿Qué demonios acaba de pasar...?—balbuceó el más grande del grupo, mientras se reincorporaba torpemente.

El resto de los recién llegados también se levantaron lentamente del suelo, observando su entorno con perplejidad.

—Interesante...—murmuró el anciano—. ¿Dónde estamos? ¿Quiénes son...?

El creador se puso en pie y abrió los brazos como si quisiese abrazarlos a todos.

—¡Bienvenidos!—exclamó—. ¡Adán! ¡Chico, tiempo sin verte!

El joven sin ropa ladeó la cabeza, confundido.

—¿Quién se supone que eres...?

Caos suspiró.

—Oh, claro, ejem. Llámame Dios.

—"Dios"—repitió el hombre—. ¿Dios con "D" mayúscula?

El más grande del grupo comenzó a temblar, visiblemente aterrado. El anciano, por el contrario, se inclinó con curiosidad mientras acariciaba su barba.

—¿Y qué podría querer el creador del todo al traernos aquí?—preguntó.

Caos señaló el salón a su alrededor.

—¡Bienvenidos al monte Olimpo! De un universo distinto al suyo, por cierto—sonrió—. Conozcan... ¡A los dioses del Olimpo!

Los cuatro recién llegados se volvieron hacia los tronos dispuestos alrededor del hogar central. Hermes saludó alegremente con la mano.

—¿Por qué tan grande?—fue lo primero que se le ocurrió decir al grandulón.

No era para menos. El salón del trono del Olimpo resultaba absurdamente gigantesco. El interior podría haber alojado un portaaviones. El gran techo abovedado, sembrado de constelaciones, podría haber dado cabida a las cúpulas más grandes creadas por los humanos. La rugiente hoguera central tenía el tamaño idóneo para asar una furgoneta. Y, claro, los tronos propiamente dichos, en su apariencia usual eran del tamaño de torres de asedio, diseñados para seres que medían seis metros de estatura.

El joven de apariencia elegante dio un paso al frente, disponiéndose a dar la cara por el grupo.

—En ese caso, los saludo—dijo, haciendo una leve reverencia—. Soy Hermes, mensajero de los dioses.

Los doce olímpicos se miraron entre ellos, comenzando al instante las carcajadas por parte de Ares, Apolo y Dioniso. Hermes, por otro lado, no se mostraba tan divertido.

—Pero... pero tú... y yo... ¿qué es lo que te han hecho?

Hermes S alzó una ceja.

—Imagino que la impresión que he dejado no ha sido la esperada.

—Esa ropa...—gimió el dios—. Quizá en una reunión de negocios... ¿pero de a diario? ¡Soy el mensajero de los dioses, no su mayordomo!

Atenea sonrió levemente.

—A mí me agrada. Su forma de hablar es bastante propia—comentó—. ¿No les interesaría intercambiar?

—¡Oye!—se quejó su meidio-hermano.

Hermes S se rió entre dientes.

—Generosa oferta, pero me temo que tendré que declinar.

Ares, temiéndose lo peor, hizo la pregunta que le rondaba la cabeza:

—¿Quién es Barbilla Roja?

El mensajero del otro mundo se volvió hacia su hermano mayor.

—¿Te presentarás tú mismo o quieres que lo haga yo?

—¡Por supuesto que me presento yo mismo!—gruñó el grandulón—. Soy...

Se detuvo en seco, intimidado por la atenta mirada de los lentes oscuros del hombre con chaqueta de cuero que había hecho la pregunta inicial.

—Soy Ares... ¿dios de la guerra?

Si habían habido risas a costa de Hermes, en nada quedaron al revelarse la identidad del segundo dios.

—¿Barbilla Roja es Ares?—repitió Apolo, doblándose de risa.

Ares S se acarició el mentón, ensimismado.

—Entonces, ¿eso quiere decir que...?

Volvió la mirada hacia el motorista. Alto, musculosos, lleno de cicatrices, corte militar y aura de peligro. Sí, más bajo que él mismo, pero indudablemente más intimidante.

Ares se quitó las gafas de sol, mostrando sus ojos: un par de cuencas vacías, completamente negras, en las que explosiones atómicas y terribles llamaradas rugían en una guerra constante e interminable.

Su contraparte sintió que el aire se le escapaba de los pulmones. Trató de tragar saliva para deshacer el nudo en su garganta, pero le resultó imposible.

Leo se volvió hacia Frank.

—No te ofendas, amigo—pidió—. Pero ese grandulón me recuerda un poco a como eras cuando nos conocimos.

El hijo de Marte se rascó el cabello.

—Bueno...

Hazel le tomó una mano.

—Por una vez, creo que Leo tiene un punto. Se parece un poco a ti.

—¿Torpe, inseguro y constantemente fuera de lugar?—inquirió el pretor de Roma—. ¿Saben qué? Creo que tienen razón.

Percy se cruzó de brazos.

—La verdadera pregunta es, ¿al igual que tú tiene un corazón noble y valiente? ¿O será un imbécil con nada más que plomo en la cabeza?

Los dioses habían terminado su ronda de burlas hacia con el dios de la guerra, y poco a poco retomaban la compostura.

—Y eso nos deja al anciano—concluyó Hades, sentado en su trono provisional (una silla de plástico cono el logotipo de Coca-cola).

El aludido se rió divertido, sus ojos vacíos relucieron con un fugaz destello amarillo.

—Entonces... si les dejamos a nuestro Hermes, ¿nos podemos quedar con su Ares?

—¡P-papá!—protestó el dios de la guerra.

Las risas se apagaron en el acto. Todas las miradas se volvieron hacia el trono que dominaba el salón, en donde Zeus mantenía un rostro inescrutable.

Ambos padres del cosmos se sostuvieron la mirada. Uno aparentaba ser un anciano senil, huesudo y seco, capaz de romperse como una rama en cualquier momento. El otro vestía con traje de raya, saco, corbata y poblada barba bien cuidada. Aún así, ambos comprendieron al instante que ninguno debía ser objeto de burla.

A lo largo de los milenios, Zeus había adoptado millones de formas y disfraces en sus raptos por la tierra. Había sido anciano, hormiga, cisne, mujer y lluvia. La apariencia de su contraparte no le sorprendía en lo absoluto.

Zeus S, por su lado, veía a su otro yo y le recordaba a aquellas estatuas que los humanos habían erigido a su nombre en la antigüedad. El traje era un añadido que tampoco le sorprendía, él mismo, en sus años de juventud, acostumbraba a usar trajes de gala militar cuando lideraba grandes conflictos.

—Oigan...—Annabeth recordó aquello que el creador había dicho hacia poco tiempo—. Señor Caos, ¿acaso este hombre que ha traído aquí es...?

Los ojos del primigenio relucieron intensamente.

—¡El humano original! ¡Adam Ha-Rishon!

El primer hombre no se notaba especialmente emocionado. Su última experiencia en un salón rodeado de dioses no había terminado especialmente bien.

Sin querer mediar palabra alguna con las deidades, se dirigió con paso resuelto hacia donde los jóvenes se habían instalados. No eran humanos, al menos no del todo, pero tampoco eran dioses. Eso era suficiente para él.

—Adam Ha-Rishon...—repitió Annabeth—. Disculparán mi ignorancia en el tema, pero... ¿el nombre no era Adam Kadmon, o algo parecido?

Caos negó con un dedo.

—Un error común. Adam Kadmon, al menos en el judaísmo, responde al concepto del "Hombre Celestial" u "Hombre Supremo". Dicho de otro modo, se refiere al primer mundo espiritual que nació después de la concentración de la luz infinita de Dios. Es la luz divina sin recipientes, es decir, potencial puro. La esencia colectiva del alma—explicó—. Vendría siendo un ser sin esencia corruptible o terrenal. No es hombre ni mujer, sino una inteligencia incorpórea, puramente una idea.

—Ah... ¿de acuerdo?

Caos se encogió de hombros.

—Mejor vayamos a lo que nos compete, ¿de acuerdo? El Ragnarök ha comenzado oficialmente, los humanos han dado el primer paso hacia la extinción y la situación es más que favorable para los dioses.

Zeus S asintió con la cabeza. Lo último que había visto antes de ser arrancado de su mundo había sido al Mjölnir de Thor cortando la cabeza de aquel jinete humano. Adán, por el otro lado, frunció levemente el ceño en señal de preocupación. Estaba al tanto del Ragnarök, pero para cuando había sido llevado al Olimpo este aún no había dado inicio.


(Heimdall)

Ni siquiera el hombre más fuerte pudo ganar

Pero todo principio debe tener un final


—Lǚ Bu fue el hombre más fuerte sobre la tierra, pero con frecuencia las peleas se ganan con más que poder bruto—comentó Atenea—. En nuestro mundo, fue reconocido como un terrible estratega al que sus hombres poca fidelidad le tenían debido a su inconstancia. Así pues, incluso si dio buena pelea, quizá sea necesario que los humanos adopten otra perspectiva de la situación. En fuerza bruta, es poco probable que derroten a los dioses como un todo.

—Entre el humano más fuerte y el dios más fuerte hubo un claro vencedor—asintió Zeus S—. ¿Qué será lo que la pequeña valquiria tenga preparado a partir de ahora?


Y el segundo representante sabe mucho de empezar

¡Porque por su existencia nació la humanidad!


—Las matemáticas no me dan...—murmuró Leo—. Si sólo habían un hombre y una mujer, ¿de dónde Hades salieron todos los demás...?

—Tengo una teoría—sonrió Afrodita—. Lo habrán hecho en la cama, la cocina, la mesa, el desierto, la cascada, el techo, la cueva, el mar, el...

—¡Mamá!—se quejó Piper.

Caos soltó un bufido.

—Bueno, al Genesis hay que tomarlo con pinzas, suele ser más metafórico que cualquier otra cosa. Después de todo, yo no escribí ese libro, tiene demasiados agujeros de guión y huecos argumentales como para ser de mi autoría.

—¿Entonces...?

—Entonces mejor no hagan preguntas y que sea como Dios quiera.

—¿Y eso dónde deja la teoría de la evolución?

—¿Realmente tienen que ser mutuamente excluyentes la fe y la ciencia? ¿Es tan difícil concebir la idea de que detrás de cada fenómeno natural científicamente avalado haya una mano invisible de la que todo provenga?

—Eso no contesta a de dónde demonios salieron tantos humanos en el otro universo—insistió Leo.

Adán le miró fijamente y se encogió de hombros, respondiéndolo todo y a la vez nada.

Hermes S disimuló su risa con la palma de su mano.

—Bueno, en nuestro mundo al menos, los humanos si que vienen siendo la evolución de los primates. Pero, claro está, fuimos los dioses quienes los hicimos evolucionar—comentó—. El plan original antes del Ragnarök era exterminar a la raza humana y hacer evolucionar a otra especie... el como se relaciona esta explicación con Adán, es algo que por el momento no recuerdo.


(Adán)

¿Creen que su creación vivirá siempre en una jaula?

Yo junto mis manos con los dioses y la fauna

Y vivo libre, como se debe vivir la vida

Porque levanto la mano y no hay nada que me prohiban


"Dios los bendijo y les dijo: ¡Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los animales que se arrastran por el suelo!"

Génesis 1:28


—Los humanos son mi marca patentada—sonrió Caos—. Creados con la idea de gobernar sobre la Tierra... o al menos según las religiones de la rama abrahámica. Es decir, con frecuencia los humanos se ponen a sí mismos en el centro del todo y justifican la destrucción que causan al mundo en base a palabras que yo nunca dije, pero ellos escribieron que dije.

Ares S alzó una ceja.

—¿Y se pregunta por qué queremos extinguirlos?

—Óigame, un padre ama a sus hijos aunque cometan pequeños deslices cómo matarse entre ellos y a todo a su alrededor. ¿No es cierto, Adán?

El humano original le miró fijamente y parpadeó dos veces, un tanto aturdido.


Aunque no me guste, si lo quiero, ¿por qué no tenerlo?

Yo odio a los dioses, me crearon para hacerlo

Soy el Padre de la Humanidad, fui el primero en serlo

Mi humanidad reside en nunca dejar de quererlos


—Debo reconocer que esa entrada fue genial—silbó Hermes—. El pilar saliendo de la tierra, representando al "hombre de la montaña", los animales atravesando el campo de batalla, la posición en referencia a "La Creación de Adán" de Miguel Ángel, incluso la manzana cayendo del cielo sólo para ser escupida...

—Ignorando el hecho de que en ningún lado se mencione que el Fruto Prohibido fuese una manzana—interrumpió Atenea—. No se menciona ni en la Biblia ni en ningún otro texto cristiano, judío o islámico. Y cuando se menciona, suele ser otra fruta.

Jason levantó una mano para hablar, pero Atenea lo detuvo sin darle tiempo a abrir la boca.

—Y no, antes de que lo mencionen. No es un juego de palabras con la palabra en latín malum, que puede significar "manzana" o "mal" según cómo se lea, muchas gracias. Ese mito siempre cita a la Vulgata de San Jerónimo como fuente de dicha traducción, cuando dicho texto jamás utiliza la palabra "malum" para referirse al fruto prohibido, sino que utiliza "fructu", que es un término en latín genérico para cualquier fruta.

Jason bajó la mano y agachó la cabeza con aire triste. Piper le dio una palmaditas en el hombro.

—Entonces...—murmuró Hazel, para intentar aliviar la tensión—. ¿Cuál era la fruta?

Caos se encogió de hombros.

—¿No se les ocurrió que si no especifiqué nada es porque quizá no deberían saberlo?—respondió—. Peeeero, ya que estamos, los candidatos favoritos de los teólogos son la uva y el higo, aunque...

—Aunque a veces también se nombra la granada—concluyó Hades—. Me divierte esa versión en particular.

—A mi me resulta más divertida la versión de una rama islámica, en la que es un plátano—sonrió Caos—. Pero volviendo al tema, en el Libro de Enoch se describe al fruto del Árbol del Conocimiento como algo que crece en racimos. Sumando esto a las propiedades de la uva al fermentarse...

—¡Hey! ¡Yo creía que a ti te gustaba el vino!—se quejó Dioniso—. Digo, no por nada le diste a tu hijo el poder de convertir agua en vino, ¿me equivoco?

Caos hizo una mueca.

—Todo eso tiene su significado más profundo, ya sabes, con metáforas y distintas lecturas, pero asumo que tú no quieres escuchar todo eso.

El dios del vino se cruzó de brazos.

—Mejor háblanos sobre los higos.

El creador señaló a Adán.

—El chico está vestido con una hoja de higo. Eso significa que había una higuera cerca del Árbol Prohibido, o, en su defecto, que dicho árbol era una higuera en sí mismo. No hay mucha ciencia detrás.

—Lo que hace más graciosa esa vez que Jesus maldijo a una higuera para que no pudiera dar frutos—comentó Thor, con un bufido—. Estúpido niño de Dios...

—La primera imagen en la que se asocia a Adán con la manzana en realidad no era una imagen de Adán, sino de Hércules recogiendo las Manzanas de las Hespérides, las cuales estaban custodiadas por una serpiente—concluyó Atenea—. La idea no se popularizó gracias a ello, de todos modos, así que no podemos atribuirnos la culpa de la confusión, pero es un dato curioso a tener en cuenta.

Percy emitió un quejido.

—¿Por qué hasta en los mitos cristianos tiene que aparecer Hércules?

—Ese sujeto tiene a un increíble agente de relaciones públicas—estuvo de acuerdo Annabeth.

Ares le dio un cabezazo al respaldo de su trono.

—¡Me aburro! ¿Podemos volver a la pelea por favor?


(Heimdall)

Hay un cambió en los combatientes, permitidme corregir

El segundo dios representante que esta por venir es...


—Ya me preguntaba yo por qué Zeus pelearía tan pronto—murmuró Hermes—. Uno creería que guardarían lo mejor para el final.

El dios padre del cosmos se cruzó de brazos.

—Bueno, teníamos una lista y orden bien decidida en la que yo sería el último en luchar—confesó—. Pero después de ver ese truco de las valquirias y su Völundr... me pareció que sería apropiado salir a poner las cosas en claro.


(Zeus)

¡Zeus! Hermes, da un poco de ritmo

¿Tocado por un dios no es verdad que suena distinto?


"Masacre en el Cuadrilátero de los Dioses"


—¡Hey! ¡Hey! ¡Hey! Paren el carro—pidió Apolo, volviéndose hacia Hermes S con un brillo en los ojos—. ¿Tocas el violín?

El mensajero divino se encogió de hombros con fingida modestia.

—Suelo acompañar las entradas del señor Zeus con algo de música.

Su padre asintió con la cabeza.

—Esa canción siempre me hace arder la sangre...

Apolo cerró los ojos por un momento y aguzó el oído.

—Es Aria para la Cuerda de Sol, de Sebastian Bach—reconoció—. Aunque... es la versión más hermosa que jamás he escuchado... ¿aún está en pie eso de intercambiar a nuestro Ares por su Hermes?

Su medio-hermano le miró molesto.

—Amigo, no te olvides de quién te regaló esa lira que tanto te gusta—gruñó—. ¡Yo también puedo hacer música cuando quiero!

—Déjalo, Apolo tiene voluntad débil—rió Leo—. Estuvo dispuesto a esencialmente revelarme los secretos del cosmos a cambio del Valdezinador, que dicho sea de paso, es el mejor instrumento musical jamás creado.

El dios sol los rechazó con un gesto de la mano.


Aria para la Cuerda de Sol

A ver si aprendéis de mí, yo si puedo hacer llorar al creador


—Créeme, chico, más de una vez he llorado por lo que has hecho—bufó Caos.


Esta pieza me pone a tono, es lo mejor

Pelear es un pasatiempo, bailar se me da mejor


—De acuerdo...—murmuró Dioniso—. Esto es...

—Algo digno de ver—asintió Ares.

—¿Zeus bailando? Eso es nuevo—reconoció Afrodita.

—Es... perturbador—decidió Atenea.

—No lo sé, a mi me agrada—sonrió Hermes.

—El viejo se está sacando los prohibidos—aplaudió Apolo.

Zeus S saludó con la mano y rió divertido por la situación, todo ante la silenciosa mirada de su contraparte, que poco o nada sabía que pensar al respecto del pequeño anciano que hacía las veces de él en el otro universo.

Hestia, desde su discreto lugar junto a la hoguera, ahogó una risilla.

—Claro, ustedes no estuvieron allí...

El resto de dioses se volvieron hacia ella. Zeus abrió los ojos como platos.

—No lo digas...—pidió, pero ya era tarde. Las mentes de Hades y Poseidón recordaron un momento clave de su pasado.

—¡La danza de guerra de Zeus!—comprendió el dios de los mares.

Apolo le miró extrañado.

—¿La qué de quién? ¿Dijiste danza de Zeus?

Hades asintió con la cabeza.

—Imitando a los Curetes, los guardianes que protegieron a Zeus durante su infancia en Creta, nuestro hermano nos llevó a la batalla contra Cronos ejecutando dicha danza de guerra. Gran recuerdo. Gracias por eso, Hestia.

Los semidioses se miraron entre sí. Sería difícil sacarse de la cabeza la imagen de Zeus, aquel inescrutable hombre de mirada severa, danzando y cantando de camino al campo de batalla.


Ya ves si se me da mejor...


(¡PADRE DEL COSMOS!)

Llevaba tiempo...

(¡PADRE DEL COSMOS!)

Sin hacer esto...

(¡PADRE DEL COSMOS!)

(¡PADRE DEL COSMOS!)

Mira mis ojos, no tengo ni alma dentro.


—Tal vez no te agrade, hermano—sonrió Poseidón—. Pero hay que reconocer... que el otro Zeus tiene estilo.

—Dioses... ¡Fue increíble!—asintió Hermes.

—Los fuegos artificiales, las luces, la música, el ambiente en el estadio y los vítores del público—añadió Leo—. ¡Ya quisiera yo haber tenido algo como eso en la guerra con Gaia!

—Dios del drama—decidió Hades—. No importa de que universo se trate, mi hermano siempre tendrá una debilidad por las salidas, o en este caso entradas, espectaculares.

—Y mira nada más, ese viejo está macizo—reconoció Ares—. Si no supiésemos de quien se tratase, mirar todos esos músculos aparecer de la nada sería aterrador.


¡ZE-U-US! ¡ZE-U-US!

¿El que me vas a enfrentar vas a ser tú?

¿No quieres hacer esa cosa?

No eres nada sin Völundr


—Völundr...—repitió Atenea—. Recién caigo en cuenta de ello, pero ¿no era ese el nombre de un maestro herrero en los mitos escandinavos? Me suena una entrada de la Edda Poética llamada La Balada de Völundr.

Thor asintió con la cabeza.

—Un sujeto extraño, de orígenes inciertos, pero gran creador de joyas y anillos. Tomó como esposa a la valquiria Hervör-Alvitr, y vivieron felices por un tiempo antes de que ella lo dejase. Luego... bueno, es una historia larga, complicada y... es esencialmente un calco de su historia griega de Dédalo, pero con más muerte, mutilaciones y violaciones de por medio.

—Que bonita referencia—concluyó Leo—. ¿Qué sigue?


(Adán)

Mira arriba, viene el Pegaso

Piensas que va al cuerpo, acaba en el brazo

El poder de una valquiria dando a mi puño un abrazo

El amor y la violencia, todo en un puñetazo


—Respeto la idea de querer ir a puñetazo limpio con el padre de los dioses—murmuró Ares—. Pero, francamente, una nudillera es la peor elección posible, especialmente con ese diseño de agujeros individuales para cada dedo.

Atenea asintió con la cabeza.

—Como la Tercera Ley de Newton establece: toda acción genera una reacción con la misma intensidad y dirección pero en sentido contrario—señaló—. Es decir, en el momento en que un objeto ejerce fuerza sobre otro, este último devolverá una fuerza de igual magnitud. Y por la forma en que las nudilleras están construidas, cuando se golpea teniéndolas puestas, sólo consigues dañarte la mano. Hay mejores opciones o diseños que podrían mitigar esto, pero...

—Pero ya es un poco tarde como para corregir—Adán se encogió de hombros—. La nudillera tendrá que servir.

—Pero... ¿estarás bien?—quizo saber Annabeth—. Después de todo, nunca se te ha nombrado como guerrero. Albañil, granjero, cazador, incluso profeta... pero no luchador.

Los ojos del humano original relucieron brevemente.

—Tranquila, y deja que sea yo quien se preocupe por eso.


(Zeus)

Buena elección.

(Adán)

¿Y la tuya amigo?

(Zeus)

No me hagas reír, niño, no la necesito


—Esto es interesante...—comentó Atenea—. Adán se muestra confiado de poder enfrentar a Zeus incluso con este armado. Y al mismo tiempo...

—Al mismo tiempo, Zeus no necesita cargar con su palo lleno de explosivos termonucleares a todas partes—concluyó Poseidón.

—Soy perfectamente capaz de sellarte bajo una montaña por los siguientes tres milenios—advirtió Zeus.

—¿Harías tal cosa teniendo al frente al creador del todo?

El rey de los dioses miró al primigenio, quien se limitó a negar con la cabeza. Tras un suspiro de exasperación, Zeus devolvió su atención a la batalla.


Que tus huesos crujan es música en mis oídos

Me gusta tu actitud, pero ya estoy aquí contigo

No me voy a contener, ¡subo el ritmo!

(0,001 SEGUNDOS)

¡Subo el ritmo!

¡Jab Meteórico!


"Meteor Jab: Grupo de Meteoritos Crepusculares"


—Meh...—bufó Hermes—. Siento que es un nombre demasiado genérico como para ser la técnica de un dios. Al menos los ataques de Thor y Lǚ Bu, aunque redundantes, tenían nombres que se relacionaban con ellos.

—Chico, escucha, cuanto menos los nombres de mis técnicas no son tan pretenciosos como los de mis hermanos. Si los oyeras...

La mención de los Tres Grandes llamó la atención de todos en la sala, lo que forzó a Caos a intervenir.

—¿Qué tal si... cambiamos un poco de tema?—pidió.

Percy hizo una mueca.

—De acuerdo... ¿qué te parecería explicarnos como es que Adán puede esquivar tantos golpes sin siquiera mover los pies de su sitio?

—Sí...—asintió Annabeth—. Esos no son reflejos de batalla o movimientos ordinarios. Además, sus ojos están brillando de forma extraña...

Ares S se cruzó de brazos.

—Ustedes son un grupo muy ruidoso—comentó—. Se sorprenden demasiado por haber pasado la primera prueba de mi padre.

Hermes S sonrió levemente.

—Tengo que estar de acuerdo—reconoció—. El señor Zeus es alguien que disfruta jugando con sus oponentes. La intensidad de sus ataques sólo subirá de poco en poco...


(Adán)

No es distinto, va a seguir siendo lo mismo

(Zeus)

¡Hacha Divina, para acabar el conflicto!


"Kami no Ono: Hacha Divina"


—¿Y ahora en japonés?—gruñó Hermes—. Amigo, ¿no podías al menos nombrar tus técnicas en griego? ¡O incluso en latín!

—Eso no es importante—bufó Ares S—. Ahora es cuando el humano debería despedirse de su mitad inferior...


(Adán)

Para ser un dios, lo esquivo casi por instinto


—De acuerdo, lo admito, eso último que dije no envejeció muy bien—reconoció Ares S.

—Mejor vete acostumbrando—recomendó Caos—. Las sorpresas en este Ragnarök no han hecho más que empezar.


(Zeus)

Eres bueno, pero escaparte no va a ser de ayuda

(Adán)

Ya lo sé, de eso no me cabe duda


—Esos movimientos...—reconoció Zeus S.

—¿Está imitando el primer ataque de Zeus?—cuestionó Atenea—. La secuencia de movimientos es idéntica, al igual que la velocidad.

Ares sonrió complacido.

—Y esa fue la primera sangre—frunció el ceño—. Espera... ¿sangre?

Su contraparte le miró confundido.

—¿Hay algo malo?

Atenea se cruzó de brazos.

—Los dioses griegos... al menos en este mundo, no tenemos sangre como los mortales—explicó—. Por nuestras venas, al menos en nuestras formas físicas, corre lo que llamamos Icor Dorado, la fuente de la inmortalidad.

—Y es extremadamente venenoso para los mortales—añadió Ares—. El mero contacto con la sangre de un inmortal mataría inmediatamente a todos los que entrasen en contacto con ella, lo que significa que, de ser su universo más parecido al helenismo clásico, Adán ya habría muerto tras acertar ese simple golpe.

Ares S frunció el ceño levemente, pensativo.

—La sangre de algunos dioses también tiene poderes especiales en nuestro mundo—aseguró—. Al menos la sangre de Zeus las posee, pero necesita ser ingerida de forma directa...

Zeus S asintió con la cabeza.

—El Icor... es cómo llamamos a la sangre de otro dios, aunque sus características son igualmente distintas a las que describen.


¿Te parece mejor así? Hay algo distinto

No me voy a contener y voy a subir el ritmo


¡Jab Meteórico, puñetazos en fila!

Y ahora para continuar... ¡Hacha Divina!

Dándome técnicas tan buenas no ganarás nunca


—¡¿Pero qué rayos acaba de pasar?!—exclamó Ares S.

—Misma pregunta—añadió Atenea—. Pasó de esquivar a propinar ataques de un segundo para otro, una magnifica copia de su adversario.

Caos se encogió de hombros.

—¿Acaso han olvidado lo que he dicho sobre el nacimiento de Adán?


"Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó"

Génesis 1:27


—El chico fue diseñado para ser una copia de los dioses, así que, como tal, puede imitar perfectamente cualquier técnica que hayan visto sus ojos, incluyendo a las de los mismos dioses que le concedieron dicho poder. El nombre de dicha habilidad es:


"Teología: Divino Reflejo"


Hermes respondió con un sonoro aplauso.

—Y ese, damas, caballeros y Ares... Areses, es un gran nombre—exclamó—. Teología, "el estudio de Dios" y Divino Reflejo, que describe bastante bien el uso de la técnica. Tiene sentido, es coherente, con raíces etimológicas interesantes y es fácil de pronunciar.

Zeus S se cruzó de brazos.

—Eres un pesado...

—Acostúmbrate, anciano, ya que aparentemente me quieren mandar de intercambio contigo.


(Zeus)

Siento talento en cada golpe que propinas

Sólo me imitas, pero me gusta


—Admitamos que la resistencia de Zeus es excepcional—murmuró Ares—. Recibió una lluvia de puñetazos en todo el rostro y una patada en la pierna que, según Barbilla Roja, debería de haber partido a la mitad a su víctima, sólo para levantarse, reírse y seguir luchando.

—Bueno, es Zeus de quién estamos hablando—suspiró Atenea—. Si puede resistir que le arranquen los tendones, lo muelan a golpes, y le vuelvan a poner dichos tendones sólo para regresar al combate, debería de poder resistir algunos cuantos puños y patadas.

Ares S parpadeó dos veces, mirando al dios que dominaba la sala desde su trono.

—¿Le arrancaron los para qué cosa de qué?

Zeus descartó la pregunta con un gesto, no queriendo recordar ese episodio en concreto.


(Adán)

Siendo tus mismos ojos que no se te haga extraño

(Zeus)

No me divertía tanto desde hace mil años

¡A ver si tus ojos pueden ver esta velocidad!


(Adán)

Mis ojos la ven, mis piernas lo pueden imitar

(Zeus)

¿Serás...? ¡Argh!


(Adán)

¿Un dios está perplejo?

Es como si te enfrentaras contra tu propio reflejo


—No es el estilo de lucha más entretenido—murmuró Ares—. Pero supongo que eso de esquivar, copiar y golpear funciona...

—Zeus está tomando golpes cargados con su propio poder reflejado uno tras otro—señaló Frank—. No es por querer ser maleducado, pero... ¿cuántos más de esos podrá aguantar?

—Y Adán tampoco esta especialmente a la ofensiva o defensiva—añadió Reyna—. Simplemente está parado allí, como queriendo acabar con todo rápido, pero sin tomarse prisa de cualquier modo.

Leo bufó.

—¿Quién tendría prisa teniendo un par de ojitos claros que te dan el poder de esquivar y responder a los golpes de un jodido dios?


Te voy a ser sincero, yo no quiero hacer esto

Pero es una competición, abuelo lo siento


Afrodita frunció el ceño levemente.

—Dice no querer estar allí... como si le desagradase la idea de luchar, pero antes ya se nos vendió la idea de que odia a los dioses.

Ares abrió los ojos de golpe y asintió con la cabeza.

—De esa situación se esperaría ira, sed de sangre, cuanto menos algo de rencor en la mirada... pero no veo nada de eso.

Adán exhaló un suspiro, abrió la boca para hablar, pero Caos se la tapó antes de que pudiese decir nada.

—Aún no—le susurró—. Sería quitarle impacto al momento.

El humano, aún sin comprender a lo que el creador se refería, se limitó a asentir y quedarse cayado.


(Zeus)

¿Cómo? ¿Abuelo? Me parece perfecto

Me alegra que me estén divirtiendo mis movimientos


—Se hizo aún más grande...—murmuró Hermes.

—Y sus músculos están hechando vapor—añadió Ares—. Su piel está brillando, como si el calor interno de su cuerpo estuviese aumentando...

Hermes S parpadeó dos veces.

—Reconozco esa postura, planea usar... ¿ese movimiento contra un humano?

Leo ladeó la cabeza.

—¿Qué movimiento?—preguntó—. Vamos, no nos dejes colgando.


A ver si puedes imitar esto

Eso que aprendí en algún punto del universo...


En la Titanomaquia donde la guerra se esconde

Tuve que derrotar a mi padre como un hombre

Me rompió la mandíbula, sólo recibí un golpe

Era un mal padre, pero un guerrero como corresponde


—Tiene que ser una broma...—murmuró Poseidón.

—Si ese es el caso, ¿dónde está el chiste?—cuestionó Hades—. ¿Dónde está la gracia?

Zeus S los miró extrañado.

—¿Y a ustedes qué les pasa?

Zeus miró a su contraparte a los ojos.

—En nuestro mundo, la Titanomaquia no fue un torneo, sino una guerra de diez años—explicó—. Cuando nuestro padre Cronos castró a Urano, el Cielo Primordial, este profetizó que algún día los hijos de Cronos lo derrocarían como le había pasado a él. Para evitarlo, Cronos devoró a sus hijos según iban naciendo, hasta llegar a mí, oculto en la isla de Creta por mi madre Rea.

—Cuando alcanzó la mayoría de edad, Zeus se infiltró en la corte de Cronos como su copero y usando una mezcla de hiervas consiguió hacer que nuestro padre nos vomitase—añadió Hades—. Tras eso, huimos para reclutar aliados. Liberamos a los cíclopes y hecatónquiros del Tártaro, y en agradecimiento, la Tierra Primordial Gaia nos envió su ayuda. Dioses menores, deidades del inframundo y titanes rebeldes se unieron a nuestra causa.

—Los dioses ganamos la guerra tomando el monte Olimpo como base. Zeus usó su rayo para partir al monte Otris, el fuerte de los titanes, por la mitad, y tras un combate conseguimos encerrar a los titanes en el Tártaro—prosiguió Poseidón—. Nos hicimos con el control del mundo, pero no fue tan simple como entrar a una arena y aplastar algunas cabezas.

Caos se cruzó de brazos.

—Y entonces me despertaron—bufó—. Como bien narra la Teogonía de Hesíodo, el titán Menecio estaba siendo un poco muy insolente, así que Zeus, con tranquilidad... casi destruye el universo. Fulminó a Menecio con un rayo, el cual literalmente derrumbó el cielo, esta bóveda metálica que rodea la creación. Los estragos llegaron hasta el mismísimo Caos Primordial, a.k.a. yo.

—Lo solucionamos poniendo a Atlas para que sostuviese el cielo sobre su cabeza—se apresuró a añadir Deméter.

Percy y Annabeth hicieron una mueca, cruzando miradas con Artemisa.

—Así que ya sabemos a quién agradecer por ese incidente en el Tamalpais...—murmuró el hijo de Poseidón, llevándose una mano a donde en antaño había llevado un mechón canoso de cabello gris.

Zeus S había escuchado el relato con atención, asintiendo lentamente con la cabeza. Sus hijos, a su lado, guardaban silencio. También tenían malos recuerdos sobre la guerra, aunque de una distinta.

—Me gusta más la versión del otro mundo—concluyó Hermes—. Directa al punto y sin rodeos, sí señor.


Entonces, en honor a él usaría su golpe

Ya que era mi padre, decidí brindarle nombre

Para todos los humanos, no hay mayor tormento

Que el paso del puño que sobrepasó al...

(Adán)

¡Tiempo!


"Toki o Koeru Ken: el Puño que Superó al Tiempo"


—Tengo... demasiadas preguntas—murmuró Frank.

Hermes negaba con la cabeza.

—Esos nombres, Zeus... mal, mal, mal...—murmuró—. Repite después de mí "I grothiá pou xepérase ton chróno" (Η γροθιά που ξεπέρασε τον χρόνο).

—Hermes—pidió Atenea.

—¿Sí, hermana?

—Cállate.

—Perdón.

Ares S se inclinó sobre su asiento.

—Me da vergüenza admitirlo, pero déjenme ser franco. No es por presumir, pero como dios de la guerra, conozco muy bien todos los estilos de pelea, su hablamos del "Grupo de Meteoritos Crepusculares" y el "Hacha Divina" de mi padre, un dios promedio apenas podría ver la sombra de la técnica. Mientras que yo, soy capaz de verlo claramente. Sin embargo... y juro por los dioses que digo la verdad, no tengo ni la menor idea de lo que acaba de suceder.

Su contraparte le miró alzando una ceja.

—¿Soltaste todo ese discurso sólo para decir que no entendiste nada?

Hermes S se cruzó de brazos.

—Justo en ese momento, cuando Lord Zeus hizo su movimiento, simultáneamente... no, un momento después, gracias a una fuerza desconocida, Adán fue capaz de copiarlo. Y además, esquivó el puño de Zeus por los pelos antes de contraatacar con su puño—explicó—. O, al menos, esa es mi suposición.

Leo tomó aire.

—Es decir que, y en resumen... parece ser que tienen el mismo tipo de stand.

Los demás se le quedaron mirando sin decir nada.

Annabeth y Percy se miraron entre ellos y a Thalia, los tres compartían un mismo pensamiento.

—Los ojos amarillos...

—Y el control del tiempo...

Zeus miró a su contraparte.

—Así que, posees las mismas aptitudes que nuestro padre.

El anciano asintió con la cabeza.

—Bueno, ser el hijo del Vigía del Tiempo y el Espacio debía tener alguna ventaja.

Caos aplaudió una vez para llamar la atención del grupo.

—Me parece que es buen momento para una clase de historia—resolvió—. En ambos mundos se le conoce a Cronos como el titán del tiempo, pero si nos ceñimos a como son las cosas desde un punto de vista religiosa, mitológica e históricamente correctas... bueno, la situación cambia un poco.

Jason parpadeó dos veces.

—¿A qué se refiere?

El primigenio tomó aire.

—A menudo se confunde a Chronos, el Tiempo Primordial, con Crono (Κρόνος), rey de los titanes, señor del calendario, las estaciones y las cosechas, hijo menor de Urano y Gaia, y padre de Zeus—explicó—. La confusión entre ambos se debe a la traducción desde el latín de sus nombres: Κρόνος es Cronus en latín, y χρονος se traduce como Khronos. En español se elimina la 'K' de Khronos, dando lugar a Chronos. El error está en que a menudo 'Cronus', el titán, es traducido como 'Cronos' (cuando según las normas de evolución 'us' pasa a 'o', y por tanto debiera ser 'Crono'). Así se confunde con facilidad 'Chronos' (dios del tiempo) y el erróneo 'Cronos' (padre de Zeus). Dicha confusión aparece en diversidad de fuentes posteriores, y en la actualidad muchas obras académicas y enciclopedias funden ambas figuras o ignoran completamente la existencia de Chronos como una personificación separada y diferente del tiempo.

Annabeth le miró extrañada.

—Es decir... ¿qué Cronos... esto, Crono, no debería haber tenido poderes sobre el tiempo?

El creador asintió.

—Se explica más fácil con la etimología. Chronos significa "tiempo", mientras que Crono, según algunas teorías, significa "cortar el cielo". Ya saben, por lo que le hizo a Urano.

—Osea, que era tocayo con la alabarda de Lǚ Bu—puntualizó Leo.

—Eso mismo—rió Caos—. Pero ya saben como son los humanos, confundiéndose y poniendo cosas donde no van. Es un error común. Pero ahora ya saben al menos que el titán Crono no tenía potestad alguna sobre el tiempo.

Ares miró al grupo fijamente.

—Zeus está en el suelo con la cabeza volteada... ¿y ustedes se ponen a discutir sobre etimología?

Atenea rodó los ojos, pero tuvo que reconocer cierta validez en su comentario. El mundo no dejaba de hacer más que hablar del tremendo odio que Adán le tenía a los doses, pero una y otra vez el humano no parecía demostrarlo.

En el pasado, en su sucio paraíso

Llegaron demasiado lejos para algo que ella no hizo

La Serpiente quiso engañar a Eva y os engañó

Por eso irrumpí en el juicio llevando al gigante al piso


Con un cesto de ácidas manzanas, el Fruto del Edén

Mordiéndolas una a una y escupiéndolas también

Tuve que matar a un dios, su sangre salió de él

Nuestro propio paraíso, Eva, yo siempre te amé


—Okey... aquí hay tela para cortar—murmuró Atenea.

—Empezando con que no había ningún dios por ahí cuando eso sucedió... exceptuando al dios con "D" mayúscula, supongo—dijo Hermes.

—Yo lo decía porque en nuestro mundo la serpiente no presentó pruebas falsas, sino que de hecho la tentó y convenció para comer del fruto prohibido. Aunque... bueno, la parte de la "intimidad física" sí que aparece en ciertas lecturas de algunas ramas de la religión abrahámica, no es precisamente la versión más popular, pero existe.

—Sí, me gusta más la versión del otro mundo—sonrió Afrodita—. Más romántico y muy pero muy adorable.

—Sí, nada que ver con el Adán de este mundo—bufó Caos.

El humano original miró al creador.

—¿Cómo?—preguntó—. El yo de este mundo... ¿cómo es?

—Se fue del paraíso por simp—dijo Leo.

—¿Simp?

Super Intensive Minecraft Player—explicó Hermes.

Sniper Monke—repuso Percy.

Squirrels In My Pants—sugirió Apolo.

Annabeth rodó los ojos.

—Comió del fruto prohibido, y cuando Dios los encaró, culpó a Eva por ofrecérselo, cuando ella había sido igualmente engañada por la serpiente.

Caos asintió con la cabeza.

—Y, sobra mencionar, en la Biblia jamás se menciona a la serpiente cómo el Diablo. Esa es una interpretación salida a posteriori. Originalmente la serpiente era sólo una serpiente, y hace el mal porque los humanos siempre han odiado a las serpientes.

—Razones no les faltan—bufó Thor, mientras Apolo asentía.

El creador se encogió de hombros.

—De forma similar a como hizo Adán en su mundo, le quité las extremidades a la serpiente después de ese... incidente, obligándole a arrastrarse a ella y a sus descendientes por el resto de su existencia.

—¿No es un poco extremo?—cuestionó Piper.

—Oye, es el Antiguo Testamento—se excusó el creador—. ¿Alguna vez haz leído esa cosa con detenimiento? Desde ir al baño hasta ser aleccionado por una mujer se puede considerar pecado en base a ese trozo de papel obsoleto. Lo mejor es quedarse con el lore y desechar lo demás.

Atenea se cruzó de brazos.

—En otro tema. Si Adán ya ha comido del fruto del Árbol del Bien y el Mal, eso significaría que debería ser consciente y avergonzarse de su desnudez, por lo que poco o ningún sentido tiene que siga desnudo.

—Bueno, en nuestro mundo, el árbol prohibido es simplemente un árbol prohibido—mencionó Zeus S—. No otorga conocimiento del bien y el mal y esas movidas.

—Y quizá debería señalar que, por si a alguien le interesa saberlo, la Serpiente no está muerta. Se le puede ver por ahí en las gradas durante la pelea—añadió Hermes S.

—Eso no nos interesaba saberlo—bufó Leo.

Piper miró al creador.

—¿Qué fue del Adán de este mundo después de dejar el paraíso?—preguntó.

Caos tomó aliento.

—Bueno... es una larga historia, y llena de subjetividad por parte de los autores reales de los textos sagrados, pero bueno—murmuró—. Ya todos se saben la primera parte. Dios crea el todo, lo llena de animales y crea al hombre a partir del polvo de la Tierra, a su "imagen y semejanza" para que reine sobre el mundo. Luego, para que Adán no estuviese solito crea a Eva a partir de una de las costillas del sujeto...

—Eso es desagradable—puntualizó Percy.

—Y Dios les da el mandado te fructificar y multiplicase. Los pone en el huerto del Edén bajo la única pega de no comer del árbol del conocimiento del bien y el mal para no morir. Y lo primero que dice, lo primero que hacen. La serpiente engaña a Eva, luego esta convence a Adán, y Dios se enoja y los echa a patadas de la casa: "Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y en polvo te convertirás". ¿Todo claro?

—Ajá...

—Bien... Adán no hizo mucho más por el resto de su vida, además de coger y trabajar. Tuvo algunos hijos, un montón de hijas, se convirtió en el primer profeta de algunas cuantas religiones y murió a los novecientos treinta años.

—Eso... supera un poco la expectativa de vida del humano promedio—murmuró Frank.

—Meh, detalles.

—La idea del pecado original tampoco existía en un inicio—añadió Atenea—. Fue añadida después por los cristianos, asociando este pecado original al esperma masculino. Eso hacia de su mesías, Jesucristo, el único ser libre de la mancha de Adán, porque no había sido concebido de la manera tradicional.

—Estúpido niño de Dios—volvió a gruñir Thor.

—Sí... los escritores de la época se basaban en la teoría de que el semen contenía toda la persona y que el vientre de la madre no era más que un horno glorificado—Caos ladeó la cabeza—. En su defensa, no es como que la biología estuviese en un punto especialmente desarrollado como ciencia.

—Entonces—Hermes se inclinó sobre su trono—. ¿Por qué prohibir que Adán y Eva comiesen del Árbol del Conocimiento? ¿No va eso un poco en contra de la idea de libre albedrío?

El creador descartó la pregunta con un gesto de la mano.

—Oye, todo eso del libre albedrío y Dios como un buen sujeto viene por parte de Jesucristo—señaló—. Prácticamente no hay razón real para que nada en el Viejo Testamento figure como parte de la religión que sigue al Nuevo Testamento. Pero claro, cómo ambos libros se promocionan como parte de una saga... saquen sus propias conclusiones.


(Heimdall)

El dios Zeus ha caído, el ganador es...

(Zeus)

¡Cállate, Heimdall! ¡Qué me estoy levantando!


Ares S se cruzó de brazos y sonrió orgulloso.

—Nuestro padre regreso, sabía que lo haría.

Atenea frunció el ceño.

—Aún así... se le nota en bastante mal estado...

—¡Alto ahí!—se quejó Leo—. ¿Para qué le hacía tanto royo el presentador? ¿Qué le costaba dar la victoria de una y a lo que sigue? ¡Estaba ganando tiempo!

—Esa es una queja estúpida—bufó Ares S—. Las peleas en el Ragnarök son a muerte. Aunque Heimdall hubiese declarado la victoria, se hubiese anulado en el segundo en el que el señor Zeus se pusiese de pie nuevamente.

—Vaya...—se sorprendió Hermes S—. Dijiste algo inteligente, hermano.

—¿En qué te sorprendes? ¡Soy alguien inteligente!

—Claro que sí, jamas sugerí lo contrario, querido hermano...


Una pregunta, hijo, ¿por qué estás luchando?

No veo un odio ferviente saliendo de tus ojos


—Finalmente alguien hace las preguntas correctas—murmuró Atenea.


(Adán)

Para proteger a mis hijos no me hace falta tanto

¿Querías otro motivo?

Sólo lucho para que mis hijos sigan vivos


"¿Odio? ¿Venganza? No necesito nada de eso. No hay ninguna razón. ¿Hay algún hombre que necesite alguna razón para proteger a sus hijos?"


—Esa... es una frase poderosa...—murmuró Hermes—. Toma esto como un halago del dios de la elocuencia, Adán, tienes estilo.

Se hizo un breve momento de silencio en la habitación. Eran pocos en aquella sala los que habían tenido una figura paterna aceptable, mucho menos ejemplar. La mayoría habían poseído padres distantes y ausentes, en los mejores casos, o psicópatas caníbales, en el peor.

Annabeth recordó con cariño la vez en que su padre se lanzó en picada junto a su avión contra un ejercito de monstruos para salvarla. Jason recordó como su padre, a pesar de lo frío e inescrutable que era, le había dicho en privado, la única vez que hablaron, que se enorgullecía de él, muy a pesar de que por su posición como rey de los dioses no podía expresarlo o demostrarlo públicamente.

Por primera vez en el combate, Ares S cayó en cuenta de que en la arena no se estaba arriesgando sólo una derrota para los dioses, sino la muerte de su propio padre Zeus, cosa que sacudió su sistema como una descarga eléctrica.

—Adán se nota con mucha ventaja...—murmuró.

—No tiene ninguna herida, no parece cansado y aún no ha lanzado un sólo ataque por cuenta propia, todos han sido golpes reflejados—asintió Atenea—. Zeus, por el otro lado, parece tener tanto daño interno como externo. No aguantará por mucho más tiempo...

—Con lo fácil que hubiese sido chasquear los dedos y desintegrar a tu oponente, o convertirlo en un animal o inofensiva planta. Cegarlo, maldecirlo o simplemente tirarle un rayo, la teoría dice que como dios que es, Zeus debería poder haber hecho desde el primer momento—murmuró Apolo—. Pero si Zeus está allí... si realmente corre el peligro de morir, en lugar de ser completa y absoluta mente inmortal...

—Pausa—pidió Ares S—. ¿Ustedes son completamente inmortales?

Los olímpicos asintieron con la cabeza.

—Pártenos en pedazos, coártanos en trocitos y lánzanos al poso más oscuro de la creación, seguiremos vivos. Muélenos a golpes, arráncanos los tendones y lánzanos al otro lado del mundo, seguiremos vivos—explicó su contraparte.

—La inmortalidad puede ser revocada, no obstante—puntualizó Atenea—. Zeus tiene la capacidad de quitarle la divinidad a un dios y convertirlo en humano. Y al igual que él, hay algunas fuerzas antiguas, seres de otros panteones, con capacidades similares.


El siguiente ataque va a dejarte destruido

(Zeus)

Hijo, no sirve fanfarronear contigo


—Parece ser que se está poniendo serio...—murmuró Apolo.

—No esperaba tener que llegar a eso—confesó Zeus S—. Pero parece que es necesario.

—¿Qué va a hacer?—quizo saber Percy—. ¿Su verdadera forma divina?

—¿Su verdadera qué de qué?—preguntó Ares S.

Su contraparte exhaló un bufido.

—¿Es que ustedes no se enteran de nada?

—Su universo es distinto al nuestro, déjalo en paz—le regañó Atenea—. Ahora, respondiendo a la pregunta. En este mundo, hablando en exclusiva de los dioses griegos, esta apariencia con la que nos ven no es realmente todo lo que somos. Podemos estar en muchos sitios al mismo tiempo: donde la gente nos llama, donde nuestra esfera de influencia es fuerte. De hecho, es raro que toda nuestra esencia se concentre en un sólo sitio: nuestra auténtica forma. Es peligroso y lo bastante potente para destruir a cualquier mortal que nos mire. Simplemente... se desintegran.

—Por eso adoptamos cuerpos tangibles—prosiguió Apolo—. Los humanos no existen en el mismo plano que los inmortales. Ni siquiera resultan heridos con nuestras armas si no lo queremos, simplemente no son lo suficientemente importantes. Es difícil interactuar con el mundo cuando tu existencia misma es luz.

—Somos seres de energía pura—concluyó Hera, hablando por primera vez—. ¿Comprenden a caso las implicaciones de un ser de energía pura?

—Creí que eso no era posible...—murmuró Leo.

Jason se estremeció.

—Es más fácil de creer cuando vez a una diosa molesta convertirse en una supernova y explotar en un anillo de fuerza. Si sobreviví... fue sólo porque las Puertas de la Muerte estaban abiertas.

—O sea que técnicamente no sobreviviste—comprendió Leo—. ¡Amigo, ambos somos muertos vivos!

—Ustedes tienen demasiadas formas de desintegrar lo que no les gusta—murmuró Ares S.

Percy asistió con la cabeza.

—Intenta vivir una semana sabiendo que estos hacen lo que quieren allá arriba.

Zeus S se rascó la barba.

—Por bonito que eso suene, no. Me temo que no adoptaré esa forma verdadera de la que tanto hablan...


Esto tiene un gran coste, podría matarme

Comprimir mis músculos, destrozar mi carne

Todos tiemblan por instinto cuando van a asesinarles

Adamas, además, la llamo forma diamante


"Forma Final de Zeus: Adamas"


—Me agrada eso de "Adamas"—comentó Hermes—. Significa literalmente "indestructible".

—Adán se ha puesto en guardia—observó Atenea—. Sus instintos deben de advertirle del peligro...

—Puedo sentirlo incluso desde aquí—comentó Hazel—. Es... siniestro, como si acabara de nacer algo maligno.

—El halo de muerte a su alrededor se hace más fuerte—asintió Nico.

—Que inmensa presión...—se asombró Ares S—. ¿Qué es eso?

Hermes S frunció el ceño, meditabundo.

—Estando en plena forma, Lord Zeus puede mantener esa forma durante unos doce o trece minutos, pero estando tan herido, diría que cinco o seis minutos sería su límite...

—Felicidades, pero, ¿qué es eso?—insistió Leo—. Puedo escuchar sus a sus músculos gritar de dolor.

El mensajero sonrió levemente.

—La forma Adamas de Zeus es su técnica secreta. Consiste en condensar y acumular energía mediante la comprensión de los músculos. No sólo se vuelve extremadamente resistente, sino que ahora puede dirigir esa energía hacia su puño y liberarla en un potente golpe. Su simplicidad lo convierte en el ataque más fuerte.


¡La Verdadera Derecha de...!

(Adán)

¡Dios!


"Shin Kami no Migi: La Verdadera Derecha de Dios"


—No lo digas—pidió Zeus S.

—Seriamente, creía que tras esa increíble entrada, le darías mejores nombres a tus técnicas—suspiró Hermes, decepcionado—. Nombres genéricos, que poco tienen que ver contigo o tus dominios, y en un idioma que tampoco es el tuyo...

—Hermes, cállate—pidió Atenea—. Miren con atención. Adán lo esquivó y respondió, pero no salió impune...

—Un corte en su mejilla—comprendió Annabeth—. Es el primer daño real que Adán recibe en la batalla.

—Y el golpe reflejado no hizo gran cosa tampoco—añadió Percy—. Es decir, sí, Zeus fue mandado hacia atrás, pero eso es todo. Los otros golpes reflejados habían lanzado a Zeus a volar hasta llevarlo al límite, pero la copia del puñetazo más poderoso a penas lo hizo retroceder.

—Definitivamente la resistencia de Zeus es mayor—asintió Apolo—. Pero aún más importante... ¿de dónde salieron los dientes? Zeus Adamas tiene una dentadura perfecta, pero fíjense en el viejito... ¡está chimuelo!

Todas las miradas se volvieron hacia Zeus S, quien se limitó a encogerse de hombros.

—Un misterio misteriosamente misterioso.


(Zeus)

¡La Verdadera Izquierda de...!

(Adán)

¡Dios!


Te sigo el ritmo, esta forma no era tan atroz

(Zeus)

Esquivando golpes nunca vas a salir vencedor


—El campo de batalla se está partiendo a pedazos—rió Ares.

—Zeus es increíble, pero los ojitos claros de de Adán simplemente son demasiado para él—celebró Leo—. Ni siquiera puedo contar cuántos puños está esquivando y lanzando...

Nico abrió los ojos de golpe.

—¿No lo notan? El aura de vida de Adán se desvanece rápidamente...

Reyna se inclinó sobre su asiento para mirar desde más cerca.

—Las venas alrededor de sus ojos se están hinchando demasiado...


(Heimdall)

No entiendo nada, algo está pasando...

¡Adán ha esquivado todo, pero está sangrando!

Sus ojos no aguantan copiar tanto...


(Adán)

Debí terminarlo cuanto antes, me estoy sobreesforzando


—¿Sobreesforzándose?—repitió Frank.

Adán frunció levemente el ceño.

—Eso... en realidad, tiene sentido—murmuró—. Mírenlo de esta forma: esa es la técnica definitiva de Zeus, ¿no? Cada uno de esos golpes debería ser un inevitable y mortal puñetazo.

—Y tú, desde que comenzó la pelea, has presionado tus ojos al límite para poder evadirlo—comprendió Nico.

El humano asintió con la cabeza.

—Poder ver a través de las técnicas de un dios hace que mi sistema nervioso esté bajo una impresión inimaginable...

El hombre cruzó miradas con Zeus S, los ojos del anciano relucían con malicia.

—Admito que es impresionante—murmuró Atenea—. Zeus... se las ha arreglado para acabar con la Teología de Adán por medio de nada más que desgaste.

—Así que... ¿Adán tiene las de perder?—cuestionó Piper.

—Yo no estaría tan seguro—respondió Frank—. Aunque él esté cerca de su límite, Zeus está igualmente bajo mucha presión. ¿Qué fue lo que dijo Hermes? ¿Cinco o seis minutos? Piensen en que Adán no ha recibido ni un sólo golpe, mientras que Zeus no ha dejado de recibir puñetazos ni por un sólo segundo.

Hermes S asintió con la cabeza.

—Así pues... ¿quién será el primero en romperse?


(Zeus)

Esta forma me hace ver los años que he recorrido

Es como el paso del tiempo dejándome dolorido

(Adán y Zeus)

Debo seguir luchando aunque cesen mis latidos

¿Cuál será el último ataque que derrame el vino?


(Göll)

¿Por qué estoy llorando?

¡Es lo más bello que he visto!

(Caín/Abel)

Papá, ríndete de una vez, por favor, insisto

¡No vale la pena morir por salir invicto!

¡No vale la pena aunque lo hagas por tus hijos!


—Jamás pensé que una pelea podía ser tan bella...—murmuró Ares S, con los ojos humedecidos.

—En efecto, que increíble—asintió Hermes S.

—Ninguno de los dos está retrocediendo—comentó Nico.

—Están superando sus límites—entendió Annabeth.

—Es como una danza—convino Percy.


"La gran mayoría de eventos en el mundo no son el resultado de nuestros planes y ambiciones, sino que son debidos a la combinación de sucesos insignificantes. Ya sean las diferentes formas de una enfermedad o una revolución tecnológica y cultural. Todo lo valioso en nuestras vidas es debido a una infinidad de pequeños sucesos".


—Esa... fue la gota que derramó el vaso—sonrió Zeus S.

Se hizo un momento de silencio en el salón, únicamente interrumpido por el terrible resonar de los puñetazos del dios moliendo carne y hueso sin perdón y sin piedad.

—Reconozcamos... que Adán es un tipo duro...—murmuró Hermes—. Se está comiendo los golpes más poderosos de Zeus... uno tras otro... sin romperse. Se sigue irguiendo... sigue levantando la guardia...

—Al final, la presión sobre su sistema nervioso fue tanta que hasta más pequeño impacto pudo romperlo—comprendió Atenea—. Perder los ojos... no es simplemente perder la Teología y su capacidad de esquivar, copiar y golpear... si así fuese, aún podría intentar defenderse con sus propias técnicas y habilidades, pero...

—Pero también perdió la vista—completó Ares—. Quedarse sin un sentido tan básico como ese en medio de una batalla es esencialmente quedar vendido ante el enemigo.


(Adán)

Sangra mi cara, la copa derramé...

Un bebé llorando y yo lo debo proteger...

De tantas cosas malas que te pueden suceder...

¿Con ese golpe crees que voy a perder?

Te encontré...


—Es increíble...—admitió Ares.

—¿Se dejó golpear para poder alcanzar a Zeus?—se cuestionó Percy, incrédulo y admirado a partes iguales.

—Eso soluciona la mitad del problema—señaló Annabeth—. Ahora que tiene a su oponente bien ubicado, puede volver a luchar.

—Pero ya ha tomado muchísimo daño para este punto también—recordó Reyna—. La batalla está en un punto muy crítico en este instante. Lo que sea podría pasar.

—¿Por qué la nudillera de Adán está brillando?—preguntó Leo—. ¿Se viene súperpoder de valquiria?

Caos rió entre dientes.

—Zeus Adamas tiene un aura de poder morada, la nudillera una verde. ¿Quieres saber qué hace la valquiria? Eso no voy a contestarlo.

—¿Y eso por qué?

—Porque Dios actual de formas misteriosas.

—Empiezo a creer que ni siquiera tú lo sabes...


¡No puedo parar, es más no voy a parar!

¡Mis ojos están sangrando en vez de llorar!

¡Porque nunca lloraría por qué un sucio dios me va a matar!

¡Incluso ciego y tiritando no pararé de luchar!


(Zeus)

¿Quién lo diría? Arrodillado...

El Padre de los Dioses enfrente de un humano


—Entonces... ¿Adán ganó?—preguntó Leo—. Zeus se ha quedado sin nada más que dar. Adán sólo tiene que rematarlo, ¿cierto?

La mirada de Caos se tornó distante, apagada.

—Mucho me temo... que eso ya no será posible.

—¿Eh...?


Se ha acabado, eso es cierto

Pero él no acabó de rodillas, incluso muerto...


No se rindió, luchó cuando pudo

Hijo, hiciste que este viejo se caiga de culo

Has sido un gran hombre, mi respeto es tuyo

Para mi la segunda victoria, para ti el orgullo...


—Incluso estando muerto... seguiste golpeando, y golpeando, y golpeando...—murmuró Zeus S—. Eres un hombre increíble...

Caos asintió con tristeza.

—Bien se dice que Lǚ Bu fue el humano más fuerte, en cuanto a poder físico respecta, no obstante, y esto es indiscutible, Adán era aquel con la fuerza de voluntad más grande, una fuerza de voluntad capaz de superar incluso la barrera entre la vida y la muerte.

—Tal vez en otro tipo de competencia tendría que haberte dado la victoria...—prosiguió Zeus S—. Pero el Ragnarök es el Ragnrök, una muerte digna de un guerrero es lo mejor que puedo darte.

Adán guardaba completo silencio. La idea de su muerte quizá la preocupaba en algún recóndito rincón de su mente, pero más le pesaba el saber que había fallado, que aunque lo dio todo y más no pudo derrotar a Dios, que sus hijos estaban un paso más cerca de la extinción.

Y entonces sucedió. Mirando a la pantalla, el humano original contempló a los millones de humanos que se ponían de pie, dolidos, pero abrazando ese dolor para erguirse más fuertes y determinados que nunca. Adán no había ganado la batalla, pero había abierto una puerta.

Lǚ Bu demostró que los dioses podían ser enfrentados, él demostró que los dioses podían ser superados... y ahora, alguien más, alguno de sus hijos, tendría que demostrar que los dioses podían ser derrotados.

El humano original sonrió satisfecho, alzó la mirada y se sorprendió al encontrar con el salón entero derramando lagrimas.

—¿Estás llorando?—preguntó Ares S a su contraparte.

—Son lágrimas de macho, por un verdadero guerrero caído.

Atenea repasó los eventos que acababa de presenciar dentro de su cabeza.

—Nuevamente fue una batalla muy cerrada. Era obvio que Zeus poco o nada podía hacer contra Adán de base, pero una vez adoptó su Forma Adamas... las cosas se volvieron interesantes.

—Si esa gota de sangre que colapsó el sistema de Adán no hubiese caído en él, podrían haber pasado muchas cosas—asintió Apolo—. Por un lado, Zeus terminó cayendo al final, por lo que quizá sólo unos segundos de vida más para Adán hubiesen sido suficientes para ganar, o, cuanto menos, para rascar el empate.

—Aunque, tampoco sabemos qué tanto le quedaba a la Teología de Adán para romperse por cuenta propia—señaló de nuevo Atenea—. Si no era con esa gota de sangre, podría haber sido con cualquier otra. Llegados a cierto punto, los ojos de Adán podrían haber estallado por el mero contacto con el aire, o por la presión acumulada en su interior.

—Es un escenario difícil de predecir—convino Hermes S—. Pero fue una batalla que podría haber ido a cualquier lado, de eso no hay duda.

—Eso es irrelevante ahora—dijo Zeus S—. La victoria me la llevo yo, y el Ragnarök debe continuar. Estoy deseando esa pela, no he sido golpeado como se debe en mucho mucho tempo, pero eso es todo lo que queda.

Caos asintió con la cabeza.

—Devolveré a Zeus y Adán a su universo—anunció—. Ares y Hermes, aún los estaré necesitando por algunas cuantas batallas más.

Un parpadeo iluminó el salón, llevándose consigo al padre de los dioses y al padre de la humanidad.

Todos miraban el espacio que momentos antes Adán había ocupado en la sala.

—Dos victorias para los dioses—Frank rompió el silencio—. Las cosas realmente no están saliendo para nada bien.

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