Quien cultiva amor sincero, recibe amor del bueno.

Narrador Omnisciente.

Día Martes 11 de Junio.

Escenario: Colegio de los niños.

Mientras la clase se preparaba sacando sus útiles para comenzar con su asignatura, la maestra les pidió que prestarán atención a la siguiente información.

—Niños, como cada año, este por ser el último mes antes de las vacaciones de verano, se realizará el evento de traer a sus padres, presentarlos al curso y hablar de sus trabajos —anunció con alegría la profesora a todos los más de treinta niños que conformaban el curso.

—Es por eso que lo primero que escribirán en sus cuadernos es una linda invitación para sus padres. Deberán venir este Viernes 14 a las 11:00hrs para compartir con el resto de sus compañeros. También escribirán que se debe traer algo para compartir con todos a esa hora —explicaba la maestra mientras que algunos niños impacientes, ya estaban anotando todo lo mencionado por su profesora.

Luego de esa información, la clase continuó como de costumbre. Los niños anotaron la linda carta que la profesora dictó para sus padres donde una invitación bastante llamativa, esperaba sorprendiera a los padres de sus estudiantes.

Llegada la hora del descanso, los mellizos salieron juntos para encontrarse con su pequeño hermano Liam, quien, muy emocionado les contó que su padre debía venir ese viernes al colegio para hablar delante de toda la clase sobre sus empresas.

Mientras tanto, Jordy dejó sus muletas a su lado y sacó la comida que Rocío les había preparado. Que no era más que un rico pastel de manzana que le apeteció en sobremanera a Liam.

Su madre resultaba ser muy estricta en cuanto a la cantidad de azúcar que podía ingerir diariamente. Aunque, claro, cuando quien lo iba a buscar era Rose o Marcus, ellos sobrepasaban la cantidad permitida porque le regalaban deliciosos helados que le alegraba la vida.

—Si es a la misma hora para todos, papá no podrá estar presente en ambos salones —acotó la única hembra de los tres hermanos, haciendo que sus hermanos se quedaran meditando sus palabras. Tenía razón. Eran tres hermanos, pero Liam apenas estaba iniciando el colegio, por lo que no estaban en la misma clase.

¿Cómo haría su padre para estar presente en dos salones diferentes y al mismo tiempo?

—Podemos pedirle a Abupá que venga para la nuestra y dejar que papá vaya a la de Liam. Igual ya todos conocen a nuestro papá. Ha venido todos los años anteriores —argumenta Jordy. Los tres niños asienten estando de acuerdo.

Después de todo, su Abupá es como su padre también. Les llena de orgullo que todos lo conozcan y lo escuchen hablar de todas las empresas que tiene por diferentes partes del mundo.

Mientras Jordy más lo pensaba, más le enorgullecía que conocieran a Marcus.

Él, a diferencia de su padre, no tuvo las cosas tan fáciles para ser empresario, eso era algo que lo hacía admirar aún más al mayor de los Lombardi.

Pasado el tiempo del descanso, los hermanos se despidieron en la puerta del salón de Liam, ya que los mayores siempre lo acompañaban a su clase y luego solían irse corriendo a la de ellos, pero como Jordy ahora no podía correr, tenían permitido llegar unos cuantos minutos tarde.

Sin embargo, esta vez llegaron a tiempo y ocuparon sus asientos habituales.

Zoe se acerca a su hermano un momento para recordarle que deben hablar con su profesora sobre el intercambio de su padre con su Abupá. Jordy se decide a levantar la mano para pedir permiso para hablar, la maestra se lo cede tranquilamente mientras el resto de sus compañeros se sientan.

—Profesora, disculpe, mi hermana y yo queremos informarle sobre algo —comenzó el niño hablando como todo un adulto. Eso era algo que tenía a los adultos que lo rodeaban, embobados.

—Cuénteme sobre eso, Lombardi —pidió la profesora, dirigiéndose a él como a todos los demás, por su apellido.

—Verá, este año es diferente la venida de nuestro padre al colegio. Nuestro hermano menor, Liam, comenzó a estudiar por lo que mi padre vendrá el viernes a su clase. Nos preguntábamos si a la nuestra podría venir nuestro Abupá —expresa con emoción y nerviosismo. Deseaba que la respuesta fuera positiva. De verdad anhelaba que fuera Marcus quien los acompañara ese día.

—¿Su Abupá es su...? —interrogó la profesora, teniendo una vaga idea de lo que ese apodo podría significar.

—Nuestro abuelo, el esposo de mi mamá —explicó el varón de los mellizos. La profesora arrugó el rostro con confusión.

Se sentía muy confundida, realmente.

—Cuando dices que tu abuelo es el esposo de tu madre, ¿a qué te refieres con eso? —insistió la maestra. Jordy no sintió nada extraño en su pregunta, tampoco notó que sus compañeros de clases estaban atentos a sus palabras.

—Mi abuelo, es decir, el papá de mi papá es el esposo de mi mamá —explicó el niño como si eso fuera lo más obvio del mundo. Su hermana Zoe si notó los murmullos de todos a su lado y se sintió extraña. Ellos nunca habían sido el foco de habladurías o burlas, y justo en ese momento, así se sentía.

—No comprendo, Lombardi. ¿Cómo qué su madre está casada con el padre de su padre? —replicó la maestra. Y es que mientras más lo pensaba, más bizarro parecía. De seguro los niños estaban confundidos y no era lo que ella pensaba.

De ser lo que ella pensaba, ¿cómo es posible que algo así estuviera ocurriendo?

—Profesora —dijo Jordy, con notable aburrimiento en su voz por tener que repetir lo mismo por tercera vez—, mi mamá está casada con el papá de mi papá. Por eso le decimos Abupá —concluyó, esperando que esta vez, la profesora si lo entendiera y no lo hiciera repetir. Odiaba tener que repetir. Él sabía que se expresaba de la mejor manera para no tener que repetir nada nunca.

—Y se aman mucho —añadió su hermana para ver si así, sus compañeros dejaban de mirarlos y hablar.

—Silencio, todos —ordenó la profesora, haciendo que los estudiantes, callaran de inmediato—. Lombardi's, vengan acá —solicitó la maestra, abriendo la puerta del salón para ellos.

Jordy se apoyó en sus muletas y se alzó para caminar junto a su hermana hasta la profesora. Él seguía sin notar el cambio en sus compañeros, quienes ahora los miraban raramente. Tampoco entendía cómo es que una persona tan inteligente como su profesora, no entendiera algo tan fácil como lo que él había explicado.

Zoe, sí sabía que algún regaño les esperaba, ya que ella sí había percibido todas las expresiones de su profesora como algo malo, además del cuchicheo de sus compañeros.

—Niños, quiero estar segura de lo que creo que me están explicando, pero necesito algo más para comprobarlo. A ver, díganme el nombre completo de su madre y de su Abupá —pidió.

—Rose Catalina Alsina de Lombardi —respondió firmemente Zoe. Se sentía cohibida, sí, pero todavía no sabía el porqué.

—Marcus Lombardi —dijo Jordy. La profesora cerró los ojos con fuerza al comprobar que lo que había pensado, es lo que era.

Realmente la madre de estos niños estaba casada con su abuelo.

¿Qué persona con la mente más retorcida puede hacer tal cosa?

Al parecer, la respuesta estaba en los nombres que dieron los niños.

—Muy bien, ahora los voy a llevar con la psicóloga, ella les hará varias preguntas sobre ese tema y luego podrán volver a clase, ¿de acuerdo? —preguntó la profesora sin saber qué hacer. Ambos niños asintieron.

—Pero, profesora, ¿si va a poder venir nuestro Abupá? —insistió el mellizo varón antes de caminar con la profesora por el pasillo. Ella aspiró fuertemente.

—Eso ya lo hablaremos luego, ¿si? —Fue lo único que pudo responder ante su estado de confusión.

Jordy volvió a asentir y se dispuso a seguir a su maestra y hermana hasta el salón de psicología. Desconocía el motivo por el cuál debía ir, pero no le importaba hablar en vez de tener que hacer tareas.

En cambio, Zoe, si tenía un nudo en el estómago que le alertaba que se venían grandes problemas. Aunque seguía sin entender el porqué.

¿Prendemos esta monda o qué? JAJAJAJAJAJA.

Perdón por la demora. El día ha estado bastante full.

Espero que les guste el capítulo.

¿Qué opinan sobre lo que la maestra hizo y sobre cómo reaccionó?

Comenten que si se portan bien, mañana hay maratón. Siquesiiiiiiii

Los amo, Aixa.