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Capítulo Nº 9 | parte 2


Cené con mamá, ninguno de los dos tenía deseos de cocinar así que solo calentamos las sobras del mediodía, que eran espaguetis con salsa y algo de jugo de naranja –el sabor favorito de mamá a la hora de las bebidas, yo lo odiaba–. Alex se iría a buscar a Chrissy que, según me había dicho, había pasado la noche con una de sus amigas de la universidad para poder estudiar juntas, ellos cenarían y luego pasarían a buscarme en el auto.

Debido a que querían que fuera una noche divertida, me pidieron que invite a Jean y Eric, sin embargo Jean no podía venir porque estaba sola cuidando a su loca madre, y Eric me sorprendió con su respuesta al decirme que vendría. Él no era de pubs, pocas veces habíamos salido a alguno, y no supe si es que él estaba cambiando o solo estaba obteniendo confianza.

Conversamos con mamá mientras mirábamos una de esas películas de acción que a ella tanto le gustaban, y como no teníamos cable siempre terminábamos por mirar las mismas en el DVD a menos que comprara algunas nuevas, debido a que mamá no era buena escogiendo películas siempre las terminaba por comprar yo. Conocía muy bien sus gustos, era sencillo de elegir algo para ella.

En cuanto a películas, yo prefería todo lo relacionado a fantasía y ciencia ficción, especialmente la fantasía. Todo lo que fueran mundos fantásticos, magia, poderes, planetas a explorar, todas esas cosas que distrajeran a mis ojos entre tanto color y a mi mente entre tanta imaginación. Pensé que sería buena idea invitar algún día a los gemelos a ver una película, aunque no conocía del todo sus gustos, pude suponer que Alex sería más llevado hacia el terror y Chrissy hacia el romance, pero la verdad no estaba seguro.

Más tarde me arreglé para poder salir, esta vez sí pude utilizar mis jeans favoritos –a pesar de las quejas de mamá al respecto–, y me coloqué una camiseta blanca con la chaqueta de cuero que me había regalado Alex. La de Eric era preciosa, pero esa era más primaveral, en cambio la que me regaló Alex era invernal y perfecta para alguien tan friolento como yo.

Poco después llegó Eric con sus nuevas ropas, cada vez conseguía tener más estilo, pero en vez de recoger su cabello en una coleta como las veces anteriores, solo recogió la mitad, así que el resto de su cabello caía en rizos y le rozaba la nuca. Debía admitir que se veía bien el muy maldito, si yo me dejara el cabello largo por el mentón o por los hombros me vería ridículo, el muy maldito se veía ardiente. Puta genética de los Morrison.

Eric había traído unas cervezas para beber mientras esperábamos a los gemelos, así que nos sentamos en el banco que tenía en el pórtico, junto a la puerta, para poder fumar tranquilo mientras los esperábamos.

—Estuve hablando con Jean —dijo Eric luego de beber un trago de cerveza—. Me habló de su madre.

—¿En serio? —inquirí con sorpresa—. Ella es muy reservada con todo eso.

—No lo sé, dijo que le produzco confianza —dijo casi en un susurro, por lo cual lo miré fijo con una ceja levantada que lo hizo reír—. No quiere decir que ella no confíe en ti, estúpido, sino que simplemente se abrió conmigo y ya porque supongo que el momento se dio.

—¿Cómo está su madre? —dije y bebí un trago de cerveza—. No sé tú, pero yo la odio.

—También la odiaba... —dijo, pero se quedó en silencio por un buen rato—. Es esquizofrénica, así que puede que el daño que le hacía a Jean no fuera adrede.

—Eso explica por qué decidieron venir a cuidarla a pesar de todo el daño que le hizo... —suspiré, para luego colocar un cigarrillo en mis labios y encenderlo—. Yo no podría hacerlo, Jean es demasiado buena aunque finja ser mala.

—Yo tampoco podría.

Giré para verlo y no pude evitar comenzar a reírme a carcajadas, por lo cual Eric me golpeó varias veces para callarme.

—Lo siento, Eric, pero tú llevas a pasear a los hijos de tu padre luego de todo el daño que les hizo, no me vengas con esa mierda de que tú no podrías hacer lo mismo que Jean.

Eric no dijo nada, solo me miró con furia mientras que yo continuaba riéndome. Él era demasiado bueno aunque lo negara, claramente sería capaz de actuar como Jean con quien le hizo daño, si de por sí lo hacía con su padre y sus hermanastros.

Nos quedamos allí por unos cuantos minutos, hacía frío pero era soportable, aunque me divertía viendo mi propio aliento en el aire, el vaho que se formaba por el frío. Vimos el auto de Chrissy doblar en la siguiente esquina y, al vernos, Alex junto a ella comenzó a tocar la bocina. Nos apuramos para llegar hasta ellos en la calle y me acerqué rápidamente para poder saludar a Chrissy con un beso en la mejilla, luego me subí al auto para poder ubicarme tras ella.

—¿Qué tal, Ricitos de oro? —dijo Alex con una sonrisa al asomarse para vernos. Me saludó con la mano para darme un golpecito y despeinó a Eric—. Y tú también, señor timidez.

—¿A dónde vamos? —pregunté al apoyarme en el asiento de Chrissy.

—Iremos al bar de unos amigos míos, es tranquilo y muy rockero así que te gustará, luego se pone bastante interesante —explicó Alex—. Una sola vez llevamos a Reb ahí y no le gustó, así que puedes quedarte tranquilo que no los cruzarás.

—¿Sigues sufriendo por mi prima, es en serio? —escupió Eric mientras me miraba con una mirada de reproche—. Pasaron como cinco meses, no jodas.

—No, estúpido, ya la superé —dije con fastidio y le lancé un golpe—. Lo que no quiero es volver a ser apuñalado.

Sin embargo, aunque dije haberla superado, sentí un nudo en mi garganta por ello. No podía negar que la extrañaba, porque la había amado por tantos años, la había deseado por tanto tiempo, ¿cómo en un par de meses podría olvidar lo que por años sentí? Claramente aún no la había superado, pero estaba en camino a ello. No me quedaba otra opción.

Quería encontrar una mujer que me hiciera olvidarme definitivamente de Becky, que me hiciera sentir que ella no existía. Mejor dicho, que me hiciera sentir que yo era especial, que yo valía la pena, que yo no era esto que siento ser.

Como una hora después llegamos a un bar que se encontraba al menos a dos o tres ciudades de la nuestra, no pude evitar mirar a mis amigos con una ceja levantada cuando llegamos, porque eso más que un bar parecía ser solo un simple sótano. Era un antro increíble, y no de buena manera. Al menos eso pensé hasta que bajamos la escalera y la música estruendosa, seguido de la gente amontonada, demostró que era más interesante de lo que se veía por fuera.

Alex se nos adelantó para poder ir hasta la barra y pedir algo para nosotros, quizá conseguirnos una mesa. Me quedé cerca de Chrissy y Eric, y ella no dudó en tomarnos a ambos de los brazos para escoltarnos por el lugar.

No podía dejar de mirarla de reojo porque estaba realmente hermosa con su falda café y su top que parecía más bien un sostén de encaje color mostaza; me pareció que era el mismo que llevaba puesto en la cena que hizo mamá aquella vieja vez, pero no estaba seguro tampoco. Dejé de mirarla cuando ella giró para verme con una sonrisa, temía incomodarla.

—Tú también te ves hermoso, Al —me dijo en un susurro al apoyar sus labios en mi oído, lo cual me hizo erizar la piel.

La música de Arctic Monkeys resonaba por todo el lugar, era una de las bandas que más me gustaba luego de Radiohead así que me sentí a gusto enseguida.

Alex llegó un rato después para llevarnos a la mesa que nos reservaron sus amigos, más hacia el fondo del lugar. No era tan grande como el pub para adinerados donde trabajaba Alex, pero se veía más divertido y buena onda, más para gente como yo. Al menos no me sentía fuera de lugar y Eric tampoco, lo veía entusiasmado.

—El único problema es que no podemos fumar aquí, si queremos fumar debemos salir —dijo Chrissy en voz alta para que pudiéramos oírla cuando nos sentamos a una mesa, en unos sillones algo rústicos.

En la mesa estaban las cervezas que Alex nos había pedido, excepto para Chrissy que bebería vino espumoso debido a que en ese bar no había cerveza para ella. Bebí un trago de cerveza mientras la observaba beber su champagne, me daba pena que no pudiera beber lo mismo que nosotros y hasta me sentí mal por tener más privilegios que ella. Se veía tan hermosa con su cabello rizado rozándole el mentón, llevaba su rostro maquillado, sus ojos resaltaban con ese negro del delineado y sus labios, pintados en rosa, se veían hasta deseables.

—Luego de las tres se arma baile, aunque te cueste creer, Ricitos de oro —dijo Alex, quien estaba muy cómodo sentado con su brazo apoyado en el respaldo del sillón rústico—. Aún no me has visto bailar, soy el mejor en ello.

—¿Hay algo que no sepas hacer? —bromeé con una ceja levantada.

—Sí, soportar hombres estúpidos que no respetan mujeres —dijo con una risotada.

—Por eso te quedas sin amigos, Iskandar —acotó Chrissy con una risa.

—Prefiero quedarme sin amigos que soportar comportamientos de neandertal.

No dije nada, solo los miré algo extrañado y noté que Eric también los miraba con sorpresa. Al principio pensé que Alex bromeaba, pero parecía que era verdad lo que habían dicho él y Chrissy aún con sus bromas. Después de todo, nunca había oído a Alex hablar de sus amigos, más allá de sus compañeros de trabajo. Sabía que Chrissy sí tenía amigas, pero Alex parecía no tener amigos hombres, al menos no alguno que no fuera yo.

Un rato después él y Eric se fueron a buscar más bebidas a la barra, así que aproveché ese momento para conversar con Chrissy. Me pegué más a ella para poder oírla bien al hablar sin que tuviera que esforzar su voz y tampoco esforzar la mía.

—¿Alex no tiene amigos? —le pregunté y ella giró para verme, algo sorprendida.

—No suele llevarse bien con los hombres —admitió con un suspiro—. Nuestros padres nos criaron a base de respeto, y se concentraron mucho en formar a Alex como un hombre de verdad. Alex no es como los otros, él no le gritará a una mujer en la calle, no las tocará sin permiso ni les insistirá, tampoco habla de su intimidad con las mujeres.

—Entonces...

—Entonces Alex manda a la mierda a cualquiera que tenga actitudes machistas o tóxicas porque así fue criado, ¿entiendes? —dijo y se apoyó en mi hombro—. Su mejor amigo ya no está, se fue a Kenia a conocer el país de su madre luego de que murió y allí conoció a una mujer con la que se casó hace poco. Isaac ha sido el único verdadero amigo de Alex, y ya no está.

—¿Y ya no se hablan?

—Hablan siempre, hacen videollamadas también, pero bueno... Alex lo extraña bastante. Era el único hombre con el que se llevaba realmente bien, ahora solo le quedan sus amigas —Levantó su mirada para verme con una sonrisa—. Tú eres el único amigo hombre al que no ha mandado a la mierda. Alex suele tener muchas amigas mujeres debido a cómo es, aunque aún tiene actitudes de mierda como macho y suelo recalcárselo en las discusiones y sus amigas también, pero intenta no cometer esos errores.

No dije nada, supuse en realidad que ellos eran así, que tenían esos pensamientos. Se me hacía realmente raro un hombre como Alex, un hombre feminista. Siempre les dedicábamos bromas en los grupos de amistad, diciendo que estaban desesperados por coger, pero Alex claramente no estaba necesitado...

—Tú también tienes muchas actitudes de mierda, Al —dijo Chrissy de repente—. A Alex le molesta bastante, pero no quiere mandarte a la mierda porque cree que puedes mejorar.

—¿Qué actitudes de mierda tengo? —inquirí con algo de molestia.

—Hay cosas que haces o dices respecto a las mujeres, la forma en que giras para verlas sin que te importe incomodarlas, entre muchas otras cosas.

—¿Qué tiene de malo que haga eso?

—Tiene de malo que es molesto, Al. Es muy molesto —dijo al mirarme fijo—. Pero sé que vas a mejorar de a poco, lo harás porque eres un buen chico.

—Para empezar, por algo se ponen esos escotes —dije con fastidio y ella frunció el ceño.

—Alégrate que Alex no está aquí para oír esa estupidez —escupió—. Pero bueno, es tu crianza, ya con el tiempo madurarás, espero...

No dije nada, sabía que todo lo que diría podría hacer que mi amistad con Chrissy se viera afectada. Yo nunca me consideré machista, y que ella me considerara así me dolía bastante, y como no quería perderla decidí no decir nada que pudiera ofenderla.

Nos quedamos en silencio por un buen rato hasta que regresó a acomodarse en mi hombro, donde comenzó a tararear la canción que sonaba en el lugar de una banda que no supe reconocer. Me dio algo de dudas pero me animé a pasar mi brazo por su espalda para abrazarla, no estaba seguro de si eso le molestaría luego de nuestra conversación, pero la sentí algo más relajada con ello.

—Lo siento —le dije y ella levantó la mirada para verme—. Si en algún momento te hice sentir mal sin darme cuenta...

—Está bien —dijo con una sonrisa y se levantó un poco para darme un cálido beso en la mejilla—. Eres un idiota la mayoría del tiempo, ¿sabes? Pero te adoro.

—También te adoro.

Vimos a Alex y Eric abrirse paso entre la gente para poder traernos unos tragos, así que me acerqué a ellos para recibir los otros dos vasos. Le extendí a Chrissy el suyo y me quedé de pie junto a Alex mientras que Eric se acomodaba allí, cerca de Chrissy.

Noté que Alex miraba a una chica que estaba apoyada en la barra. Su cabello era muy corto y en un color celeste o azul, por la oscuridad no podía saber bien cómo era. Alex me miró cuando notó que la estaba observando y comenzó a reírse.

—Ya conoces mis gustos, Ricitos de oro —me dijo.

—Es linda —admití al verla, vestía sencillo con una camisa a cuadros azules y unos jeans rotos, pero ese cabello azul la hacía resaltar entre las otras mujeres, al igual que ese arete en su nariz como un toro—. ¿Por qué no te le acercas?

—Todo a su tiempo, pequeño Al, todo a su debido tiempo. No puedo ir y acercarme de esa forma como si nada, podría asustarse o podría incomodarla.

Nos quedamos en silencio mirándola con disimulo, Alex no la miraba directo por miedo a incomodarla, pero en verdad lo veía interesado por la chica, quizá más de lo que lo vi por Jean –y eso era mucho decir, luego de que Jean lo dejó babeando y lo golpeó en el ego–.

El alcohol siempre me daba más ganas de fumar, así que le pregunté si quería acompañarme. Le avisamos a Chrissy y Eric que saldríamos un rato y ellos apenas si movieron su mano, sin darle mucha importancia. Se quedaron allí conversando entre sí, mientras que Alex y yo nos abríamos paso entre la gente amontonada que esperaba a que una mesa se liberara.

Salir fue un cambio rotundo de ambiente, por el calor que hacía dentro ni siquiera había tomado mi chaqueta y Alex tampoco, así que nos recibió todo el viento frío de la noche con fuerza. Él parecía estar acostumbrado y no le dio mayor importancia, tomó de su pantalón su paquete de cigarrillos para encender uno, y yo lo imité mientras me insultaba por haber olvidado la chaqueta.

Nos apoyamos contra una pared de ladrillos y observamos la noche en silencio, solo disfrutando de ese cigarrillo. Necesitaba sentir ese sabor a tabaco, pero también quería seguir bebiendo, por lo cual le di un largo trago a mi bebida y dejé ir un suspiro al disfrutar de la noche.

—¿Por qué te gustan las mujeres como esa chica? —le pregunté sin mirarlo, me concentré en ver la forma en que un auto en frente se movía, que delataba perfectamente que una pareja se divertía dentro.

—Si te soy sincero, me gustan las mujeres como Chrissy —dijo al soplar el humo de su cigarrillo—. Me gustan las mujeres con carácter, con seguridad, que tengan una personalidad fuerte, alguien con quien caminar a la par y que no crea que debe caminar tras de mí. ¿Entiendes?

—Es gracioso —admití con una risa—. Porque ella dijo que le gustan los tipos como tú.

—Lo sé —dijo con una risa también—. Será la admiración que sentimos por el otro, no lo sé, pero la única persona a la que amo más que a Chrissy es a Bobby.

Alex pareció querer decirme algo más, pero entonces el grito de un tipo llamó nuestra atención, seguido del de una chica. Alex enseguida dirigió su mirada hacia allí al igual que yo, pudimos ver a la perfección que un tipo parecía estar acosando a una chica vestida de negro.

—Ah, no, maldito infeliz —gruñó Alex y arrojó su cigarrillo al suelo para poder acercarse, sin embargo lo retuve al percatarme de algo.

—No, déjala —dije con una sonrisa torcida.

—¿Cómo me pides que la deje así?

—Solo mira, ¿está bien? —Lo miré fijo con esa sonrisa—. Confía en mí.

Arrojé al suelo el cigarrillo que había terminado por consumirse y me alejé de Alex para poder acercarme hacia ellos con las manos en los bolsillos. Tenía frío, pero no podía perderme el espectáculo así. Crucé la calle oscura gracias a que una lámpara parecía no funcionar, y me acerqué a ellos, no sin antes girar para ver a Alex que me hacía señas.

—Vamos, puta, claro que quieres —dijo el tipo cuando llegué hasta ellos.

—Eh, no, la verdad es que no, así que no me hagas enfadar —le dijo ella con asco—. Vete de una vez.

—Yo que tú le haría caso —dije con una sonrisa torcida.

El tipo giró para verme, parecía algo alcoholizado pero fuerte, no estaba del todo borracho así que seguramente podría defenderse en una pelea.

—¿Tú que te metes, vienes a defender a tu noviecita? —me dijo con asco.

—Oh, no —dije con una risa—. En realidad venía a defenderte a ti.

El tipo me miró con un gesto sorprendido y luego comenzó a reírse, quiso girar hacia esa gótica preciosa, pero ella lo tomó de la ropa y le lanzó un fuerte puñetazo al rostro que lo hizo caer al suelo.

—Ay, pero si yo se lo advertí —suspiré al menear mi cabeza con indignación.

—¿Y tú que quieres? —escupió ella al verme—. ¿Viniste a llevarte a tu amigo?

—No en realidad, ni siquiera lo conozco.

—¿Entonces por qué lo defenderías?

—Porque sé que puedes defenderte perfectamente tú sola —dije con una sonrisa y una ceja levantada—. No necesitas que nadie te proteja, lo sé mejor que nadie.

Señalé mi frente, donde me había quedado una cicatriz producto del golpe de esa gótica. Creo haberlo contado antes, pero esa gótica, llamada Emily, era mi compañera en química y una vez que la llamé «bicho raro» me golpeó con su carpeta y tuve que ser llevado a enfermería. Ella muchas veces en el instituto había demostrado ser capaz de defenderse sola, nadie se metía con ella, ni siquiera los bullys.

Todos sabían que ella podía darte una paliza y llevarte al hospital, y le tomaron más miedo luego de que yo, el problemático, tuve que ser llevado a enfermería.

—Bueno, cuídate de los borrachos —le dije y me di la vuelta para volver con Alex, quien se reía casi a carcajadas allá en el paredón.

—Espera —dijo Emily y me tomó del brazo de una forma demandante—. Gracias.

—¿Por qué?

—Por decir eso de mí —dijo y me miró fijo con sus ojos verdes, no eran tan claros como los de Alex o mamá, eran algo brillantes y muy bonitos—. Van der Hok, ¿verdad?

—Van der Hout —corregí con una sonrisa.

—¡Invítale unos tragos, Ricitos de oro! —gritó Alex desde en frente.

—Te invito algo de beber, ¿quieres? —dijo ella al menear uno de sus hombros—. Por intentar proteger a este pobre idiota de mí.

Asentí como respuesta y caminamos juntos hacia el bar, dejamos atrás al tipo en el suelo que estaba mareado o inconsciente, no lo sabía, y nos acercamos donde Alex nos esperaba en la entrada con una sonrisa pícara claramente clavada en Emily. Ella, sin dudas, era de su gusto.

La miré de reojo, su cabello era negro, corto y recto por el mentón y tenía un flequillo algo curvado, vestía sus clásicas ropas góticas, solo que esta vez, a diferencia de en el instituto o incluso en la fiesta de Ian, llevaba un vestido negro con una falda corta y acampanada. Me llamó la atención sus medias con portaligas, así que no pude evitar hacer un gesto de interés por ello.

—Emily, él es Alex, un amigo —dije cuando quedamos frente a él—. Alex, ella es Emily, el bicho raro del instituto.

Ella extendió su mano hacia Alex para saludarlo.

—Mi pésame por ser amigo de este rubio estúpido que se cree Mister Universo —dijo con una sonrisa torcida.

Ingresamos juntos al bar y me acerqué a la barra para invitarle unos tragos a ella, sin embargo Emily se adelantó y pidió vodka para ella y, en broma, me preguntó si quería una leche con chocolate. Maldita gótica de mierda, no podía ser tan violenta y sarcástica y aun así moverme todo el suelo.

Pedí dos cuba libre y luego de que nos entregaron los tragos la invité a la mesa con los demás. Emily me dijo mientras esperábamos que su amiga se había ido con un tipo, ella había salido a la calle para asegurarse de memorizar la patente o algo así, y fue justo cuando el otro borracho la acorraló. Mala idea, muy mala idea la de él. Y como estaba sola, aceptó sentarse con nosotros.

Chrissy alzó una de sus cejas al ver que nos acercamos, mientras que Alex le daba golpecitos en medio de risas. Fue solo unos instantes donde nos miró de esa forma, al menos hasta que se movió un poco para que pudiéramos entrar y yo le extendí el otro cuba libre que había comprado para ella.

—Oye, tú eres uno de los Morrison, ¿cierto? —dijo Emily al ver a Eric allí.

—Sí, y tú eres la loca que le partió la nariz a mi hermano, ¿no? —dijo él con una risa.

—Probablemente, ya ni me acuerdo. ¿Quiso tocarme las tetas? —se rio ella.

—Seguramente —respondió Eric con una risa y me miró—. Fue con John.

—Ah, mis respetos, bicho raro, por haber golpeado al estúpido de John —acoté con una risotada.

Conversamos un largo rato y aproveché que estaba sentado junto a Chrissy para hablar con ella también, quería ver cómo estaba y si no le molestaba que Emily estuviera con nosotros. Por sus gestos al principio supuse que era así, sin embargo cuando ella repitió lo mismo que me había dicho a mí sobre su amiga, Chrissy aceptó que se quedara con nosotros sin ningún problema.

Se apoyó en mi hombro con cariño y pasé nuevamente mi brazo por su espalda para poder acariciarla.

—No puede ser... —dijo Chrissy de repente y traté de ver su cara, tenía los ojos bien abiertos y luego chilló—: ¡Pero mira qué par de tetas, no puede ser!

—¿Te refieres a mí? —preguntó Emily.

Dirigí mi mirada hacia ella, se había quitado su chaqueta para quedar solo con su vestido de mangas largas. Sorbí aire al ver que en verdad tenía un buen par de tetas grandes que en el instituto no se le lucían por sus ropas, maldita sea, ¿dónde las tenía escondidas?

—Son naturales si te lo preguntas —dijo la gótica con una risa—. ¿Quieres tocar?

—No, no, estoy bien —dijo Chrissy con un extraño tono de voz, para luego susurrar—. Maldita sea...

Miré fijo a mi amiga, la noté tensa e incómoda de repente, hacía mucho tiempo que no la veía afectada por sus pechos, y al principio no me di cuenta por qué reaccionaba así. Luego dejé de ser el imbécil que era y tragué en seco.

—No me voy a acostar con ella, Chrissy... —le dije en un susurro al oído—. ¿Sí? Quita esa cara.

—¿Por qué lo dices? —respondió también en un susurro—. Si se te ofrece la oportunidad entonces aprovecha.

—Es que... —La miré fijo a sus ojos miel, rodeados de ese maquillaje que los hacía resaltar. Miré sus labios rosados y finos, pero tan tentadores—. Tú y yo...

Chrissy curvó sus labios en una sonrisa y me lanzó un golpecito al hombro.

—No seas estúpido, Al. —Volvió a apoyarse en mi hombro y se acercó un poco más—. Somos amigos, que la hayamos pasado bien aquella noche no significa nada, ¿está bien? Si puedes estar con una chica, hazlo.

No dije nada, pero apreté mi mandíbula y comencé a sentirme incómodo yo, incluso algo furioso. Traté de disimularlo lo mejor que pude y continué bebiendo, mientras que Emily conversaba con Alex sobre deporte, resultó ser que ella también era peleadora de Muay Thai, así que se entretuvieron un buen rato hablando de ese deporte.

Luego de un rato, Alex se animó a acercarse a la chica de cabello azul, fue cuando la música cambió y se hizo más movida. El rock había desaparecido y una extraña música electrónica lo había reemplazado.

—Es electro-industrial —dijo Emily en lo alto al verme—. ¿Nunca lo oíste?

—No —admití con una sonrisa torcida—. Es rara.

—Tiene sus propios pasos de baile, pero a esta hora a nadie le importan los pasos de baile —dijo con una risa y me miró fijo—. ¿Quieres bailar?

Giré para ver a Chrissy y Eric que conversaban entre sí, ella dirigió su mirada hacia mí y me sonrió al levantar su pulgar, mientras que Eric parecía echarme con sus manos al reírse. Seguramente quería estar a solas con ella y yo le estaba estorbando. Tomé la mano de Emily para poder ir a bailar cerca de donde estaba Alex con la chica de pelo azul, y allí a su lado, luego de que me abrí paso entre la gente, noté que la chica no le quitaba los ojos de encima a Alex y lo miraba de una forma que incluso a mí me encendía. Alex, sin dudas, esa noche la pasaría muy bien, porque estaba seguro que no era el único en notar esa tensión sexual entre ambos.

Emily me tomó del rostro para que la viera a ella en vez de a mi amigo, mientras bailaba allí. Se movía de una forma sensual y jugueteaba con sus manos en mi cabello, luego llevó su mano hacia mi rostro y me pellizcó la nariz con una sonrisa divertida.

—Eres un idiota egocéntrico —dijo Emily al verme de esa forma, con intensidad—, pero me agradas.

—Tú también me agradas, bicho raro.

Volví a girar para ver a Alex, se estaba besando con la chica de pelo azul, quien le aferraba con fuerza la espalda ancha. Luego giré para ver nuevamente a la gótica que se encontraba frente a mí, con sus labios violetas que sonreían para mí. Me miraba con una intensidad que me hizo estremecer, así que no dudé ni un segundo para tomarla del rostro y besarla. Ella se aferró a mi cuello mientras continuaba moviéndose de esa forma ondeante que me estaba volviendo loco, me hacía imaginar cómo se movería en la cama.

La aferré con fuerza de la cintura mientras exploraba su boca, se sintió extraño pero muy caliente cuando me mordió el labio inferior, me dio ganas de ponerla contra una pared y hacérselo ahí mismo.

Nos separamos por unos instantes cuando sentí un golpecito al costado del cuerpo, vi a Eric y Chrissy allí, se movían y bebían sus tragos en medio de risas, pero a los pocos instantes sentí a ambos gemelos tras de mí, ambos me tomaron de la cintura para alejarme un instante de la gótica. Me abrazaban desde atrás e incluso Alex me dio un beso en el cuello con una risa.

—Cuídate.

Dijeron ambos al meter sus manos en mis bolsillos, Alex metió un condón en mi bolsillo derecho y Chrissy otro en el izquierdo, pero a diferencia de él, ella me dio un beso en la mejilla y dijo:

—Diviértete.

Luego se alejaron nuevamente y vi que Alex salía del bar con la chica de pelo azul, solo pude sonreír ante eso.

Volví a bailar con Emily, quien me miraba con mayor intensidad que antes y esta vez fue ella quien me besó y mordisqueó mi labio inferior de esa forma. Luego pasó a besar mi cuello y sentí que me volvería loco, traté de tranquilizarme para no ridiculizarme a mí mismo y quedar como un precoz, pero es que esa mujer me calentaba y mucho.

Y mientras que ella me besaba el cuello y acariciaba mi pecho de forma insinuante, pude ver que Chrissy y Eric se ubicaban nuevamente a la mesa y conversaban entre sí.

—¿Quieres ir a mi casa, o prefieres un hotel? —dijo Emily de repente en mi oído.

La miré con sorpresa, traté de no mostrarme ansioso pero es que esa mujer me estaba volviendo loco.

—Donde prefieras —le dije mientras la miraba con intensidad.

Me tomó de la mano para acercarnos a la mesa a buscar nuestro abrigo, pero al ver a Chrissy hablar así de cerca con Eric no estaba seguro de querer irme. O sea, sí quería irme y cogerme esa hermosa gótica hasta cansarme y apretujar y chuparle las tetas sin parar, pero no quería dejar a Chrissy a solas con Eric, Alex se había ido y no podía dejarlos solos. ¡No podía dejar a Chrissy con Eric!

Sin embargo ni siquiera nos dirigieron una mirada cuando tomamos nuestro abrigo, y no pude evitar apretar mi mandíbula con odio, con un fuerte malestar en el pecho, cuando vi que Chrissy tomó del rostro a Eric para besarlo. Los vi besarse allí, en la mesa.

Emily volvió a tomarme de la mano y salimos del bar juntos. Iríamos a su casa, se le hacía más cómodo a ella, pero aunque estaba ansioso por poder por fin estar con esa gótica que siempre me gustó, que siempre me volvió loco y con la que había tenido unas cuantas fantasías, no podía dejar de ver en mi mente la imagen de Eric y Chrissy besándose.

¡Maldita sea!

Falta la tercera parte, pero ese lo traeré mañana. Hoy no hago a tiempo. xD

Dejo en el multimedia superior un ejemplo de música Electro-Industrial.

Dejó acá abajo un par de dibujos, son solo bocetos a color pero sirven xD

El primero es de la chica de pelo azul que le gustó a Alex:

La segunda es Emily. Si no la recuerdan, aparece en la introducción xD

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