Te vi antes de morir, 

te vi antes de que fueras admirado por alguien mas, 

te vi antes de que te adoraran, 

pero ya todo eso yo lo hacía, 

con fervor e irrespetando las reglas y sobrepasando cualquier límite que la sociedad impusiera.

Aún así, los preferiste a ellos.

A ellos que llegaron después de mí,

que cuando te fuiste, te olvidaron.

Te visito en tu sepultura y no dejo de maldecir, no sabes cuanto me gustaría ser yo quien estuviera ahí, a tres metros bajo tierra.

Pero no, fuiste tú, a quien adoraban, a quien todos querían.

Pero ¿por qué? ¿Acaso esa es la idea, que cuando quieres mucho a alguien la vida te la arrebata?

No tengo la respuestas a muchas cosas, pero si le tengo respuesta a mi mal humor.

Tu ida sin una previa despedida.

Y aunque te adoro, te odio por no prepararme a tu partida.

Pero te doy las gracias, las gracias por enseñarme a ser quien soy.