Tu no sabes nada de la vida ; Seungkwan
Los domingos significan el descanso de Seungkwan y Soonyoung, por fin iban a estar un día sin hacer nada y descansar como se debe.
Soonyoung se puso a jugar con sus peluches en la sala mientras que Seungkwan veía la televisión y hablaba por teléfono pidiendo comida grasosa con recompensa para los dos.
Después de un pequeño rato, Soonyoung terminó acostado sobre su papá diciendo que le dolían mucho los pies por haber estado corriendo por todos lados el día anterior.
—Papi, hazme masaje en los pies —Soonyoung hizo un puchero, estando muy cansado para hacerlo él mismo.
—Tu deberías hacerme eso a mi, no yo a ti, niño mandon —el pequeño le sacó la lengua y movió exageradamente sus pequeños pies contra el brazo de su papá.
—¡Por favor, me duelen mucho! —tapó su rostro con sus manitas y pequeñas lágrimas empezaron a salir de sus ojos, asustando a Seungkwan.
—¿Hoshi? ¿De verdad te duelen tanto? —Seungkwan se preocupó y limpió los ojitos del menor, muy asustado de que su hijo se haya lastimado.
Soonyoung simplemente asintió con la cabeza haciendo un puchero y volvió a extender sus pies hacia su papá.
Su padre suspiró empezando a masajear donde su hijo le iba diciendo, solo que le pareció raro que dejara de llorar tan rápido, siendo su hijo un exagerado y llorón.
Como él.
—Ahora tráeme vino y preparame mi jacuzzi.
Seungkwan lo miró confundido, nunca había tomado vino y no tenían jacuzzi, lo más cercano al jacuzzi era la piscina inflable que tenían guardada.
Se levantó del sofá muy confundido, fue hacia la cocina y del refrigerador sacó un jugo en caja, lo sirvió en una copa que usaban para ocasiones de elegancia y se dirigió de nuevo hacia donde estaba su hijo.
Soonyoung siempre decía que su papá no lo podía excluir, gracias a que Seungkwan vestía elegante, comía en lugares elegantes y en sí todo era elegante. Por otra parte, tenía que comprarle a su hijo pequeños trajes a talla, pantalones formales para la ocasión y claramente copas de plástico para cuando cenaban.
—Tome su vino, señor. La comida pronto llegará —Soonyoung empezó a tomar pequeños tragitos de la copa, asintiendo con su cabeza.
—¿Qué comeremos?
—Pizza elegante, señor.
—Muchas gracias, señor elegante, ahora sigue —Soonyoung volvió a extender sus pies para que siguiera dándole masajes.
—Ya no quiero masajear sus pies olor a queso, señor.
—¡¿Por qué no?! —el niño hizo un puchero, cruzando sus bracitos enojado ante el "insulto".
—Por qué usted es muy mandon.
—¡No, yo no soy mandon! Tu no sabes nada de la vida.
Soonyoung se levantó enojado y caminó hacia su habitación, lastima que tropezó en el camino y eso hizo que su padre soltara una pequeña risa, también que se enojara más.
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