Enojo chiquito ; SeokHao
Era gracioso como no tenían nada en el refrigerador gracias a la lluvia de comida.
Sí, gracioso, solo para Seokmin, Jeonghan y Joshua.
Para Minghao y Jihoon nunca fue gracioso, menos porque el adulto tuvo que bañar a todos (su esposo incluido) y Jihoon se enojó porque usaron sus quesitos y ya no le dejaron ninguno.
Ni hablar de la guitarra escondida debajo del sillón que estaba llena de rayones de marcador, ese fue Seokmin.
—Hoon, haznos caso —suplicó Joshua triste de que su hermanito los ignore.
—Sí, por favor, Jisoo tiene la culpa.
—Joshua.
—Joshua tiene la culpa.
—¡Yo no tengo la culpa, la culpa es de papá!
—¡No es mi culpa!
—Es culpa de todos, callen —Minghao habló con un pequeño dolor de cabeza, logrando que todos dejen de gritar, menos Jihoon quién estaba en sus brazos.
Sentó a Jihoon sobre el asiento de bebé del carrito y después les puso dos mochilas a Jeonghan y Joshua, amargando los extremos al carrito para que no se alejen mucho.
—Jihoon.
—No.
—Jihoonnie...
—No.
—Hoon...
—No.
—Bebé...
—¡No!
Jihoon pataleó enojado cruzando sus brazos sobre su pecho, con un pequeño puchero y sus ojos aún rojos por lo que había llorado al buscar sus quesitos y no ver ninguno.
Jeonghan, Joshua y Seokmin bajaron sus cabezas al ver que el menor estaba enojado, tristes de que no podían hacerle cariños.
—Jisoo, creo que- ¿Qué haces, amor? —Seokmin volteó hacia atrás, confundido.
—Joshua.
—Amarrarte —Minghao terminó de ponerle una mochila demasiado pequeña para él pero con una correa, que amarró al lado de donde estaban las de los niños— Ahora quédense quietos.
—Papi, no quiero estar con ellos —Jihoon les sacó la lengua y estiró sus brazos, siendo sacado de ahí rápidamente por Minghao que lo dejó en el suelo.
—Jihoon... —susurró Jeonghan, acercándose con sus brazos estirados y esa sonrisa burlona de siempre.
—¡No! —Jihoon chilló alejándose, siguiendo a Minghao a donde sea que iba.
—Que lindo se enoja en chiquito —Seokmin sonrió, sintiendo demasiada ternura por su pequeño hijo.
—Le diré que le estas diciendo chiquito para que se enojé contigo —murmuró Joshua, no muy contento de que Jihoon no le hable.
—No, Jisoo, no hagas eso, te compraré algo.
—Joshua.
—Perdón, Joshua.
—Papi, déjalos aquí y vamonos tu y yo —Jihoon le dijo a Minghao, mientras sacudía el pantalón del mayor.
—No podemos hacer eso, bebé, es tu papá y tus hermanos. Es mi esposo y mi hijo, no podemos.
—¿Por qué no?
—Los quiero mucho y no puedo abandonarlos aquí, no pueden sobrevivir solos... Jisoo sí, pero es muy pequeño.
—Yo no soy pequeño.
—Claro que sí lo eres, Jihoonnie, eres mi pequeño bebé —Minghao se agachó, besando su mejilla con cariño— Y ellos son mis bebés grandes, no puedo dejarlos.
—¡Sí puedes! —Jihoon corrió enojado, alejándose de ellos para irse a otros lado.
—Se fue en chiquito.
—Te va a escuchar, Han.
—No es cierto, Jisoo, está lejos.
—Joshua.
—Seokmin, ve por Jihoon —Minghao se acercó desamarrando la correa de su esposo y lo dejó ir, caminando con sus otros dos hijos en dirección a los jugos.
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