Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

2. Underfell

Forjaba de su lanza mientras caminaba por los senderos que la arena formaba con la brisa, no estaba para nada animado como para tener alguna visita inesperada, pero sabía que estaba siendo vigilado.

Se detuvo justo en medio de las hileras de los árboles, alzando su lanza en dirección la derecha, debido a su distancia no había interceptado con la garganta de quien estuvo siguiéndole, y al verle por el rabillo, suspiró.

— Te voy a enterrar esto a ver si te gusta parecer una amalgama. —Se quejó con sorna, guardando su arma en su espalda.

La víctima no había reaccionado a tiempo al ataque, pero en vez de sentirse aliviado de salir con vida, gruñó, se arregló la bufanda roja cruzándose de brazos, molesto.

— No me compares con esas escorias.

— Como sea, ¿Qué haces acá?

Blard se arregló su camiseta empolvada por la arena además de haber podido eliminar un monstruo corrupto, Geno pudo notar ese detalle, comprendía que Alphys había creado monstruos que no llegaron a hacer amalgamas por completo, eran monstruos corruptos, podían llamarse también muertos vivientes pero a una democracia, más fue una discusión que otra cosa, decidieron por el nombre de amalgamas. Pero de todos modos... No era agradable ver al contrario como un asesino serial, y esa incomodidad no la demostraba, no superficial, aunque Blard era tan analítico que era fácil deducir su estado.

— Nada importante. Aparte de avisarte que el bote de la pintura ya está terminado. Ya puedes ponerte tu maquillaje.

El mayor rodó sus cuencas, aunque su sonrisa que marcaba sus afilados dientes se hizo ver.

— Falta que me digas afeminado y me voy a reemplantear mi noviazgo contigo.

— No podría, todo este universo se pinta, tendría que llamar a todos afeminados.

— Es una cultura que nunca vas a entender, cariño.

— ¿Por más que ya lleve viviendo unos... Cuatro años acá?

— Por más que lleves cien años acá.

Ahora fue el turno del menor en rodar sus pupilas.

— No me sorprende.

Ambos podían ser algo agresivos a la hora de conversar con otros, inclusive no se tenían paciencia mutua gran parte del tiempo, pero a solas podían tener una breve conversación que por más que estuviera llena de mofa, era su forma de convivir, Blard chasqueó la lengua al notar que se había hecho daño en su pierna, le dolía caminar, trató de ocultarlo y solo continuaron hasta la aldea.

Aquella aldea producía en Blard un sentimiento de amor y odio, había comenzado a hacer su rutina de trabajo por la obligación de Papyrus, no pudo adaptarse a las extremas tareas que debió hacer apenas no le permitieron esconderse más, él con todo el underground no había una simpática relación, por lo menos con los que vivían todavía en rencor por lo sucedido, Papyrus fue el que más culpa le encaró, amenazando a que cumpliera su pena por haber arruinado la vida de todos, no obstante desde otro punto de vista, trabajar casi sin descanso le había ayudado a olvidarse de sus problemas, agregando los de su rutina masoquista, trabajar duro, matar a los malos, y de vez en cuando escapar para poder pasar rato con su pareja.

Tener de pareja a Geno no era excusa para Papyrus, haciendo que su tiempo fuera uno secreto, era como si el de bufanda no tuviera permitido vivir ahí, pero al menos tenía más suerte en la convivencia con los demás.

Aquellas juntas "ocasionales" solo eran las excusas que incluso se decían entre sí para poder verse.

— ¿Tuviste suerte con tus "queridos" amigos?

— Ajá. —Contestó Geno.

— ¿No sospecharon?

— A veces eres un idiota... —Negó con la cabeza— Espera, siempre lo eres. Ya no es sorpresa que vaya a buscar provisiones extras, Blard.

— Sabes que no me gusta que me ayudes con eso. Puedo vivir sin... Ngh, comer.

Blard ya no resistió más y se apoyó en un árbol, el de bufanda hasta ahora había caído que su pareja estaba herido, y apresurado le afirmó con el otro brazo, el mayor iba a negar su ayuda, pero ya no podía apoyar el pie, se deslizó en el tronco quedando sentado, el menor pudo ver su pie, a simple vista parecía no tener nada, pero tras arrodillarse y revisar notó que los ligamentos del tobillo estaban heridos, si caminaba más sin descanso se dañaría.

— Mierda... —Susurró el mayor— Creo que se me va a complicar un poco trabajar en este estado.

— ¿Estás loco? —Se quejó— ¡Si no descansas será peor!

— No puedo hacer eso, ¡Papyrus está en el pueblo! Soy masoquista pero no un jodido suicida.

— ¡Sé que eres descuidado contigo mismo! ¡Pero para eso estoy acá, idiota! ¿Me amas? Entonces dejame hacer esto, no soporto ser una carga y verte trabajar como un maldito esclavo.

El silencio se volvió sepulcral, Blard había quedado callado por lo dicho, no podía decir nada contra eso, amaba a Geno, con él pudo dejar de pensar en el trabajo solamente, poder disfrutar de su vida. Frunció el ceño, y desvío la mirada en gesto de derrota, el menor se arrodilló acercándose para tomar su pierna y sacando vendaje de su bolsillo para tratar la herida.

En todo ese hielo, el mayor poco a poco se quedaba viendo a su pareja, le ponía de los nervios estar perdiendo más tiempo de lo usual, pero no podía negarse a él, tarde o temprano era convencido, cuando se enojaba de verdad siquiera un abrazo podían darse, pues con él sacaba a veces un lado cariñoso, sólo cuando estaban tranquilos podía hacerlo con libertad.

Geno hizo un mal movimiento y apretó las vendas con fuerza, sacándole un quejido, no iba a perdonarse, de hecho después Blard sonrió ladino.

— No te gusta que me lastime, pero amas dañarme.

— Te lo mereces.

Blard rió, coqueto.

—Merezco cariño, estoy lastimado.

— ¿Acaso te crees un niño mimado?

— ¿Qué hay de malo? —Alzó una ceja— Sé que quieres un hijo por mi part- ¡ngh!

El menor ahora apropósito había apretado la venda, sonrió.

— No quiero que salgan como tú.

— Recuerdo que me has dicho sexy una vez. ¿No quieres a tus hijos sexys?

— Te voy a cortar el pie.

— Lo tomaré como un no, así que seré el niño mimado para que me hagas sentir bien...

Blard acortó la distancia a rastras para poder tomar la mejilla ajena y besarse, el de bufanda no negó el gesto, había extrañado un beso de su parte. Fue casto, lo suficiente para estar conscientes de que pese tuvieran varias discusiones diarias, se amaban.

Al separarse, el menor se sentó a su lado, en el día el bosque parecía estar muerto, era tranquilo poder escaparse de todos ahí, no se dijeron mucho más cariñoso, pero Blard estando tan nervioso le costaba descansar un momento, Geno tomó su mano para acariciar, viendo la nada.

— A la próxima... Intenta no ensuciarte tanto con polvo.

— ¿Prefieres otro tipo de polvo?

Ante eso, el menor se sonrojó y le dio un pequeño golpe al entender el sentido.

— Idiota pervertido, arruinas el momento.

— Pft. Como sea... ¿Ya puedo volver a trabajar?

— ...En un rato más.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro