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Comienzo

Espero que les guste~

Nota: Me llama mucho la atención que, a pesar de su historia, los Trolls del Pop no tiene tantos trolls gris como uno habría esperado después de tanto miedo y angustia, aunque muchos tienen la teoría de que no viven mucho debido a la depresión

Nota-2: Tengo que dejar de usar la palabras "Pequeño" como parte de los títulos pero a veces, es lo mejor que se me ocurre ¡Soy mala para los títulos, no me juzguen! xD

Nota-3: El Rey Peppy me cae super mal por alguna razón pero siento que lo hice un poco más responsable y consciente en este cap

Peppy esta cansado.

Hubo años de tensión, con el temor de despertar y enterarse de otro de sus trolls había sido devorado atormentando su mente. Años de llorar a los caídos que fueron secuestrados y devorados. Años de planeación y terror mientras planificaban su escape, temerosos de ser descubiertos. Años de vivir aterrados como prisiones que no tenía otra opción más que vivir hasta ser devorados.

Escapar no trajo exactamente alivio pero parecía llenarlos a todos de fuerza para poder moverse tan rápido como sus cortas piernas les permitían, alejándose de todo lo que conocían y adentrándose en lo desconocido, dispuesto a enfrentar cualquier cosa con tal de liberarse.

Viajaron por semanas, los primeros días sin descanso, queriendo poner toda la distancia entre el pueblo que había sido el tormento de muchos y ellos, hundiéndose en lo más profundo del bosque y evitando lo mejor que podían a cualquier depredador que se cruzará en su camino.

Se detuvo solo cuando considero suficiente y allí, declaró que harían su hogar. Empezaron la construcción, adaptando la zona para ellos, colgando vainas de las ramas y con una distancia entre ellas para darle un hogar a cada troll, aprendiendo que podían comer y que debían evitar en el bosque. Se establecieron y se relajaron lentamente con el pasar de los días, permitiéndose respirar profundo por primera vez en sus existencias.

Ahora están en relativa paz. Aun no está del todo confiado que estén a salvo, la chef había estado furiosa en el momento en el que escalaron y la a visto durante el tiempo suficiente como para saber que no se rendiría tan fácilmente, así que los ruidos demasiado fuertes aceleran su corazón y lo hacían temer pero no lo demuestra abiertamente. Se obliga a mantener la calma, mantener su sonrisa y la alegría, porque sus trolls al fin se están relajando y lo que menos quiere es que vivan en el miedo por el resto de sus vidas.

Aunque aun tenia algo que pesaba su mente y apretaba su corazón.

El pequeño troll de piel gris y cabello negro, de actitud ahora tosca y el ceño fruncido, con sarcasmo emanando de casa poro de su pequeño cuerpo y que ahora gritaba advertencias si se ponía demasiado ruidosos. Branch era el troll gris más joven y el único por el momento.

Dolía tanto ver cuanto había cambiado mientras se hundía en su dolor y tristeza.

La repentina partida de sus hermanos habían dejado una herida en Branch que su abuela lucho cada día para curar. El menor se había vuelto retraído, con los colores opacos en señal de tristeza pero sin llegar a ser gris, y había evitado cantar, disculpándose, creyendo que era la causa de que ellos se hubieran ido. El mismo rey la había visto esforzarse por consolarlo, asegurándole en susurro llenos de cariño y amor que no había sido su culpa, que sus hermanos solo eran unos necios que eran responsables de sus propias decisiones. El pequeño troll había empezado a sanar, todos podían verlo, sus colores volviéndose tan vibrantes como cuando era un bebé y compartiendo abiertamente esa hermosa voz de ángel que de alguna manera siempre parecía mejorar.

La muerte de Rosiepuff lo terminó por derribar.

Había ido en cuanto los comentarios llegaron a sus oídos pero supo que era tarde cuando se encontró con Branch entre los arbustos, con los colores desaparecidos y luciendo derrotado, su expresión ausente incluso con los ojos irritados y las mejillas manchadas de las lágrimas que había derramado.

Esa herida que apenas había empezado a curar se abrió de repente y Peppy temía no poder ayudarlo.

Se encargo de cuidarlo durante esa semana antes del escape, poco dispuesto a dejarlo solo para hundirse en silencio y temiendo lo que pudiera suceder, sintiendo su corazón estremecerse cada vez que lo miraba. Branch se mantuvo estoico, frío, con la mente perdida en quien sabe donde y actuando casi en piloto automático. No dijo una sola palabra en esos días, ni siquiera un ruido pero él lo había visto llorar en las noches, su pequeño corazón roto por toda la familia perdida y la soledad que de seguro lo invadía.

Estar en el bosque pareció hacerlo reaccionar pero no de la manera que había esperado.

Se mantiene alejado de todos, y lo entiende porque ni siquiera él puede ignorar los comentarios que circulan entre los trolls del pueblo, explorando el bosque por cuenta propia a pesar de las advertencias y desapareciendo durante horas, volviendo a mostrarse casi de noche pero sudoroso y cubierto de tierra, luciendo cansando mientras arrastraba los pies para buscar donde dormir.

No es ningún secreto que Branch odia el pequeño orfanato que habían logrado construir para aquellos jóvenes que quedaron solos, lo dice abiertamente y sin ningún problema, a lo que el rey se encarga de ir personalmente a arrastrarlo por momentos para asegurarse de que no se quedara al aire libre.

Peppy intento encontrarle un hogar, una familia que pudiera ayudarlo a sanar lo que se había roto y para que pudiera volver a ser feliz una vez más, pero parecía que cada intento solo lo destruía un poco más y ya no sabía que hacer. Estaba empeorando su situación y temía que rendirse pudiera terminar aun peor.

-¿Su majestad?- hay un troll brillante, con un tono de piel azulado que casi parece verde por momentos, y ojos azules amables que lo miran con curiosidad mientras se acerca con pasos tranquilos.

-Ah, Hype- sonrío ligeramente al verlo, haciendo una ligera mueca mientras se sienta lentamente en el hongo más cercano, dejando escapar un suspiro. Esta cansado y por alguna razón, su cuerpo entero esta adolorido, se siente más viejo de lo que realmente es. -Espero que tu y tus amigos se estén adaptando- Hype y su grupo, una banda que se hacia llamar "Kismet", habían escapado hace mucho del Árbol Troll pero en cuando se enteraron de que estaban instalados en el fondo del bosque, parecieron decir volver y asentarse por un tiempo. Incluso hicieron algunos shows desde que llegaron, sus voces y coreos encendiendo la felicidad en todos a su alrededor, logrando que hubiera más canciones resonando por allí. Para un rey, era bueno escuchar la felicidad de su gente.

-Todo esta bien- sonrío, aunque termino por reír. -Ablaze y Boom están al borde de arrancarse las orejas entre ellos pero eso no es nada nuevo- comparten las habitaciones de a dos y tienen camas cuchetas para ahorrar algo de espacio.

-Eso me dice que Boom se negó a dormir en la cama de abajo- rio al imaginarlo. Esos cuatro siempre habían sido unidos, volviéndose una familia apenas empezaron a cantar juntos como grupo, y como hermanos, siempre se molestaban entre ellos.

-Su mano sigue colgando del borde de la cama y Ablaze se despierta con el rostro lleno de brillo-en su opinión, despertarse con los gritos dramáticos del troll de piel morada gritar, aun era muy divertido. -¿Todo esta bien?- ladeo apenas la cabeza, luciendo ligeramente preocupado y curioso.

-Por supuesto- se apresuro a asentir, respirando profundo y dejando escapar un largo suspiro, obligando a su cuerpo relajarse del todo. La tensión esta arraigada en sus hombros y espalda, una sensación que no cree que vaya a abandonarlo pronto. -¿Por qué no lo estaría?-

-Esta aquí y no allá- señalo en dirección al centro del pueblo, desde donde se podía escuchar la muisca y las voces de los trolls, cantando con alegría notable que lo hace sonreír con cariño. Es el segundo aniversario de su escape y ellos están festejando su libertad, aun no puede creer el tiempo que paso.

-Solo estoy...vigilando- hace un ligero gesto y ambos miran al único que esta en lo que se considera como las afueras del pueblo. Como en pocas ocasiones, Branch no esta trabajando en su secreto y se mantiene a plena vista para su absoluto alivio, aunque no hace amague de socializar o de siquiera intentarlo. Esta allí, arrodillado, usando un hongo algo grande y alto como mesa, dibujando en ese cuaderno que el rey cree que alguna vez le perteneció a su abuela. Peppy también esta seguro que su color gris es más intenso de lo usual, hasta puede decir que tiene ojeras, y eso lo hace sentir una punzada de culpa que no puede ignorar.

-Oh...- la expresión del troll brillante se derrite en algo triste. No es el primer troll gris que ve pero si es el más joven y eso le parte del corazón. -¿Esta solo?- hace una mueca ligera la ver al rey asentir con tristeza notable.

-Estoy buscando un lugar para él pero...- bajo las orejas con pena, la culpa y el arrepentimiento mezclado con su tristeza. -...creo que solo lo estoy empeorando- admitirlo se siente como una derrota y no sabe que hacer con aquella sensación. Mientras tanto, Hype mira al menor con expresión pensativa, tarareando, ya planeando hablar con sus compañeros de cuarto.

Las cosas para el pequeño troll gris están por cambiar si tiene suerte.

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