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Bienvenido

Espero que les guste~

Nota: ¡Felices fiestas, mi gente linda!

Branch jadeo, pasando el dorso de su mano bajo la barbilla en un intento de quitarse la sensación del sudor goteando, ignorando que solo se mancho a si mismo. Esta cubierto de tierra, con los brazos ardiendo por el arduo trabajo y las piernas temblorosas pero nada de eso lo detiene. A estado trabajando desde que llegaron, usando cada día que puede aprovechar, quedándose solo hasta que el mismo rey viene por él para arrastrarlo de vuelta al orfanato.

Ya tiene la entrada, aunque esta seguro de que va a tener que hacerla más profunda en cuanto empiece a agregar más habitaciones para guarniciones y demás, con una puerta para evitar la entrada de la lluvia y o cualquier animal y cubierta para esconderla de la vista de cualquiera pero por el momento, ya tiene la sala principal y donde va a poner la cocina, esta en proceso de crear su futuro cuarto. Ya luego se encargará del resto.

Ahora, tiene que concentrarse, aunque ya esta armando planos en su cabeza para empezar a construirse una cama. En cuanto tenga eso, podrá escapar de ese orfanato, e instalarse allí.

-¿Branch?- se endereza ante la voz, frunciendo apenas el ceño con confusión al reconocer la voz del rey. No creía que fuera tan tarde, quizás un poco más allá del medio día teniendo en cuenta que su estómago ruge, así que no es hora de volver aun. Deja su pala a un lado y se estira, caminando para ir a las escaleras y subir, cerrando la puerta antes de caminar y acercarse al pueblo, encontrándose con el rey allí. Se siente un poco avergonzado por su aspecto actual pero no hay mucho que pueda hacer.

-Su majestad...- lo respeta, Peppy planeo el escape y cargo a unos cuantos trolls que tropezaron en el camino para no dejar a nadie atrás, se mantuvo a la cabeza mientras se adentraban al bosque y buscaban donde asentarse, mantuvo los ánimos de todos mientras construían su nuevo hogar. -...¿Necesita algo?- lo admira, es fuerte, pero no puede negar que esta un poco molesto a estas alturas. Él parece empeñado de conseguirle un hogar y ya esta cansado.

-Vine a hablar contigo si no estas muy ocupado- tiene una sonrisa amable y aunque eso parece inocente, el menor ya sabe leer entre líneas.

-Si es para llevarme a otra casa, no quiero- se cruzó de brazos, sintiendo nervios y pena por como la expresión del mayor decía pero no iba a retroceder. -Estoy bien por mi cuenta, ni siquiera necesito volver al orfanato- se cruzo de brazos.

-Sabes que no puedo hacer eso- negó, sonriendo con cierta tristeza. -Eres muy joven para quedarte solo, estoy seguro de que tu abuela...- y Branch pierde la paciencia. Duele recordarla, porque sabe que fue su culpa.

-¡No hables de ella!- lo corto, olvidando por un segundo que a quien le estaba hablando era el rey. -¡Además, nadie quiere un troll gris!- gruñó con los dientes apretados, sin poder siquiera sentir culpa al ver al mayor retroceder. Se había mantenido tranquilo pero estaba cansado y lo que menos quería era ser llevado a otra casa donde no lo querían, odiaba recibir miradas de pena o molestia. Ya no quería. -¡Acéptelo y déjeme en paz!- jadeo.

-Oh, Branch...- retrocede cuando el otro da un paso en su dirección, sin gustarle ese tono cargado de tristeza y lastima. -...lamento tanto que mi intento de conseguirte un buen hogar te este haciendo tanto daño...- el de piel gris apretó los dientes con fuerza, los trolls eran tontos, es por eso que algunos lo miraban con lastima y otros con asco, muchos decían que él era de mala suerte y algunos hasta creían que su estado era contagioso. -...pero déjame intentar una vez más- Peppy solo ve al más pequeño rodar los ojos con burla.

-Nadie quiere a un troll gris- repite, porque parece que eso no entra en la cabeza del terco rey.

-A estos trolls no les importa, te lo aseguro- esta desesperado, eso se nota de lejos, y el menor no puede entenderlo. Es solo un troll, Peppy tiene muchos más en el pueblo y por alguna razón, parece decidido a buscarle un hogar, incluso si cree que no lo necesita. -Sera mi último intento, lo juro- eso llama su atención. -Ni siquiera te obligare a volver al orfanato- ofreció, incluso si la idea de dejarlo solo para vivir por su cuenta partía su corazón.

-¿Me dejara en paz si esto falla?- se cruzo de brazos, mirándolo fijamente. -¿Y podre vivir en mi bunker sin que vuelva a buscarme?- lo ve asentir, luciendo aprensivo y ansioso, pero Branch esta satisfecho. -Bien- no le gustaba la idea de ir a otra casa, estaba agotado y creía que ya había ya le fue lo suficientemente mal en su vida con las anteriores, pero estaba dispuesto, en especial si eso significaba que podría vivir en su bunker sin amenazas de ser arrastrado de vuelta al pueblo. -Iré a lavarme- no le queda otra más que ir al orfanato, ignorando la mirada fija de quien dirige el lugar, y saliendo apenas termina, ahora limpia y con su mochila colgando en su espalda. No tiene mucho, solo lo necesario, porque la mayoría ya esta en su lugar seguro y no piensa sacarlo de ahí.

-¿Listo para irnos?- el rey lo esta esperando afuera y Branch se abstiene a suspirar con cansancio, optando por asentir, siguiéndolo de mala gana. Puede sentir las miradas fijas de todos a su alrededor en su nuca, murmullos poco entendibles que son fáciles de ignorar pero sabe que llama mucho la atención, en especial por Peppy, quien camina a su lado y ya puede imaginar los murmullos. El menor ni siquiera intenta empezar una conversación, a diferencia del rey, quien se aclara la garganta. -Sé que te dije que esta era la última y estoy dispuesto a cumplir mi palabra de dejarte tranquilo si esto falla pero...- lo mira con una suplica notable que hace que el menor se remueva con incomodidad. -...dales una oportunidad, ellos son buenos y sé que serán buenos para ti- Branch se encogió ligeramente ante la súplica que venía del rey, sintiéndose ansioso y un poco presionado. Entendía las buenas intenciones de Peppy pero cada casa, cada rechazo, rompía un poco más su dañado corazón y ya no quería que eso sucediera.

No van a una vaina para su sorpresa, sino que caminan hacia un troll de piel brillante que parece animarse notablemente cuando los ve. Branch los escucha conversar a medias, porque no esta realmente interesado, permitiendo a su mente divagar en planes e ideas para anotar más tarde solo para volver a presar atención cuando Peppy le habla, despidiéndose con una sonrisa amigable, deseándole suerte antes de alejarse.

Así, solo quedan ellos.

-Hey, soy Hype- el troll brillante le sonríe, luciendo demasiado emocionado para el gusto del menor, quien enarco una ceja. -¿Listo para irnos? Puedes instalarte antes de conocer a los demás- eso le da la señal de que habrá más trolls y no sabe como sentirse.

-No quiero hacer esto- es directo. Ya se canso de intentar ser bueno, porque nada de lo que hacía satisfacía a nadie, así que se rindió y fue sincero, directo, incluso si la mayoría pensaba que era grosero.

-Lo sé...- Hype no lucia ofendido, ni siquiera molesto, mantuvo su sonrisa y con algo suave brillando en sus ojos azules, lo que tomo al menor con la guardia baja. -...aun así, es un placer conocerte en persona- se inclino para estar a su altura. -Intentemos llevarnos bien, ¿si?- extendió su mano y eso solo añadió más confusión en el pequeño troll. Nadie quería tener contacto directo con un troll gris, excepto los más pequeños e inocentes que eran muy poco consientes de lo que significaba su estado.

-Supongo- bufo y terminó por poner su pequeña mano en la ajena, viendo los dedos brillantes rodearlo en un ligero agarre, sin poder entender del todo la amabilidad ajena.

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