Primeros Pasos
Espero que les guste~
Bañar al niño resultó ser una lucha entre evitar que se tomará el shampoo olor a durazno con el que estaba lavando su cabello y para poder frotar la piel ajena con la esponja que obviamente no le gustaba. Al final, terminó mojado por completo pero al menos, el niño estaba limpio. Le hizo ropa fin su pelaje por el momento, su siguiente lucha siendo para que se lo pusiera y a pesar de que no se veía del todo feliz, se quedó con la ropa y los zapatos.
Su primer movimiento fue ayudarlo a aprender a caminar y eso venía con tropiezos, además de algo de frustración.
-¿Cómo funcionan estos?- bufo después de caer nuevamente de sentón, mirando sus nuevas extremidades con el ceño fruncido.
-Con practica y paciencia- contestó con voz suave, algo divertido si tenía que ser sincero pero sin burlarse. -Una vez que lo entiendas, lo harás genial- tomo las pequeñas manos entre las suyas y lo puso de pie, soltándolo lentamente y quedándose cerca al verlo tambalearse.
-Esto es...diferente- murmuró con un puchero, apresurándose en agarrar las manos del mayor al sentir que volvía a caer. Sus piernas ya no temblaban pero aún no tenía ni idea de que se suponía que debía hacer.
-Por supuesto que es diferente- acarició ligeramente el dorso de las pequeñas manos. -En el agua tienes más movilidad y una sola aleta, aquí tienes límites y dos piernas-
Una vez que aprendió a caminar, le tocó darle algo de comer y para su absoluto espanto, incluso con su aspecto humano, el chico aún conservaba sus pequeños colmillos y su extraño gusto, dándole un gran mordisco al pez que había traído mucho antes de verlo con piernas. Fue tan extraño como la primera vez, en especial cuando pronto quedaron solo los huesos.
Y muy pronto, lo siguió rápidamente la curiosidad pura e infantil, la cual venía con preguntas. Muchas preguntas
-¿Qué es eso?- señaló.
-Una cama, es para dormir- respondió casi al instante, algo divertido. Ahora que el menor tenía libertad de explorar, por el momento había decidido seguirlo casi como un patito.
-¿Y eso?- volvió a señalar.
-Son sábanas, Kid- bufo.
-¿Y para que sirven?- preguntó, retorciendo ligeramente la tela entre sus dedos.
-Es para comodidad. El colchón desnudo es algo áspero y las sábanas son suaves, así que...- hizo un gesto.
-Oh...- asintió, al parecer entendiendo. -¿Y eso?-
-Es una almohada, es para apoyar tu cabeza...- una idea se le vino a la mente y chasqueo los dedos, riendo ante el asombro en el rostro del niño al ver su nube mágica. -...pero mi nube sigue siendo más cómoda- se inclino apenas para alzar lo y dejarlo caer sobre su nube.
-Oh...- se retorció, acostándose y tarareando suavemente ante la suavidad de la nube, acurrucándose ligeramente mientras un amplio bostezo salía de su boca. -...quiero dormir...- murmuró, sus ojos ya cerrándose. Wukong canto victoria internamente, la comodidad de su fiel nube nunca le había fallado.
-Duerme, duerme- eso le daría un descanso de tantas preguntas y algo de tiempo para digerir todo lo sucedido en tan poco tiempo. Pará su suerte, el niño se durmió rápidamente. El dios suspiro de alivio mientras doblaba una de sus sábanas por la mitad y tapaba el pequeño cuerpo con esta, relajándose en su lugar al verlo acomodarse aún más, dejando su nube en su sala para poder vigilarlo de vez en cuando y yendo directamente a la puerta al escuchar a su monos chillar. -Oh, volviste- enarco una ceja al ver a su contraparte saludando a sus pequeños monos, algunos de estos subidos a sus hombros.
-Sip- Macaque tarareo, moviendo la cola con algo de diversión ante la expresión en el rostro ajeno. -Te ves cansado, ¿me perdí de algo?-
-No tienes ni idea- hizo un gesto para que el entrará.
-¿Quieres que se seque o algo así?- frunció el ceño al ver al niño dormido sobre la nube ajena.
-Si, bueno, creo que eso ya no será un problema- se acercó y levantó la sabana, casi riéndose por la forma en la que los ojos ajenos se abrieron con sorpresa al ver las piernas que reemplazaba la cola roja brillante del menor.
-¿Cómo...?- frunció ligeramente el ceño, curioso y algo confundido.
-No siquiera él lo sabe pero...- señaló la perla de la pulsera atada alrededor de la pequeña muñeca, el manipulador de sombras frunciendo un poco más el ceño ante el nuevo tono de color que vio. -...estoy seguro de que eso tuvo algo que ver-
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