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Películas y Canciones #2

Espero que les guste~

Nota: ¿Qué les gustaría que pasara después?

La consciencia vuelve muy lentamente, Wukong bostezando ampliamente mientras se estira todo lo que puede, dándose cuanta después de unos segundos de que está recostado en algo blando y que puede identificar cómo su sillón cuando su brazo se encuentra con el respaldo.

-Que buena siesta~- tarareo, contento, sin recordar haber decidido dormir en su sillón pero contento, aunque muy confundido. Se sentía bien descansado, mucho más que algunas de sus siestas en el día.

-Al fin despiertas, desastre con cola- la voz es lo que lo hace sentarse, viendo de reojo y notando entonces a Macaque, quien está cruzado de piernas y manteniendo el equilibrio sobre su cola, de seguro meditando por la pose de sus manos.

-¿Qué haces aquí?- enarco una ceja y ahí es cuando el domador de sombras se mueve para pararse sobre sus pies, caminando con paso elegante para acercarse y antes de que el otro pudiera reaccionar, lo golpeó con fuerza en la cabeza. -¡¿Qué rayos te pasa, loco bastardo?!- se erizo, furioso, levantándose para estar a la altura ajena y luciendo dispuesto a pelear, mostrando los colmillos con un gruñido.

-Eso...es por ser despistado- lo volvió a golpear, retrocediendo rápidamente para esquivar el intento del dio por agarrarlo. -Eso...es por idiota- hace un gesto con su mano, un clon de sombras pareciendo tras su contraparte para poder golpearlo nuevamente. -Y eso...es por hacer llorar al niño- eso hace que el dueño del lugar se detenga en seco, todo el enojo desapareciendo de repente.

-¿MK?- está muy confundido, especialmente porque realmente no recuerda haber hecho algo particularmente malo, mucho menos para hacer llorar al niño que de alguna manera ahora está bajo su cuidado. -¿Qué pasó?-

-Eso iba a preguntar- se cruzó de brazos, algo molesto. -Vine en cuanto escuche el llanto del chico, lo encontré llorando encima tuyo- fue una escena triste, encontrarse con el chico sollozando mientras intentaba voltear al dios que tenía el rostro enterrado en el suelo, demasiado quieto y silencioso.

-¡Fue un accidente! ¡Lo olvidé, olvidé que podía hacerlo! ¡Lo siento!- fue lo que dijo cuando levantó la vista, mostrando su rostro manchado de lágrimas y con las mejillas rojas por el llanto. Macaque había tardado mucho en calmarlo, pudiendo al fin alzar el rostro dios dios y gruñendo con algo de frustración al comprobar que estaba dormido, bastante profundo teniendo en cuenta que no se despertó ni siquiera cuando le tiro un balde de agua con hielo encima. Así que se quedó esa noche, algo sorprendido ante el pegajoso tritón que se negaba a soltarlo, e intentando consolarlo lo mejor posible.

-Oh...- parpadeo, lo último que recordaba era demasiado silencio y luego, cuando fue a revisar, escuchar una dulce voz que cantaba antes de que el cansancio lo noqueara. -Lo escuche cantar-

-¿Cantar?- el de pelaje oscuro enarco una cena. -Eso...puede explicar mucho- los rumores de aquella época de las melodiosa y dulces voces que podían atraer a cualquiera se le vinieron a la mente.

-¿Dónde está?- preguntó, algo sorprendido de que el niño no se hubiera lanzado a abrazarlo a estas alturas.

-A los pies de la montaña, Nezha lo vigila mientras nada un rato- hizo un gesto. El príncipe había aparecido muy temprano en la mañana, confundido ante el angustiado niño que no había dormido mucho en la noche y el dormido mono que no se movía por el momento, ofreciéndose a hacerle compañía al niño quien decidió que quería nada un rato.

-Bien- avanzó con grandes pasos, apenas recordando cepillar sus dientes ante el mal sabor que tenía en la boca, bajando con rapidez y aterrizando justo a tiempo para ver a Nezha sacar al tritón del agua, mordiendo su lengua ante la expresión llena de confusión.

-¿Estas seguro que quieres que te tire?- preguntó el príncipe, preocupado, sosteniendo con mucha cautela al pequeño por debajo de sus brazos. -Parece peligroso-

-¡Es divertido!- chillo MK con una gran sonrisa, agitando ligeramente su aleta rojiza.

-¿Divirtiéndose sin mi?- su voz los sobresalto, ambos volteándose rápidamente para verlo con los ojos bien abiertos.

-Oh...aun estas vivo- la expresión de Nezha se relajo, luciendo casi decepcionado.

-Al menos finge que te importo, maldito- Wukong bufo, aunque estaba más divertido que ofendido a estas alturas pero toda su atención estaba en los ojos brillantes que ahora lo miraban.

-¡Monkey King!- MK se animo visiblemente al verlo, estirando sus brazos hacia el mono, su aleta agitándose con felicidad y entusiasmo. El dios sonrío de manera burlona mientras se acercaba, notando la mala mirada que el príncipe le estaba mandando, sacándole la lengua con superioridad antes de tomar al tritón que se removía.

-Hola, Bud~- lo abrazo, ignorando lo mojado que estaba, sintiendo las pequeñas manos que tiraban apenas de su ropa en un intento de estar todo lo cerca posible.

-Lo siento mucho- murmuro contra su hombro, aliviado y encantado de tener de vuelta a su cuidador ahora despierto. En serio que se había olvidado del ligero efecto que tenía su voz, especialmente porque usualmente estaba rodeado de su propia especie a lo que no tenía ningún efecto.

-Nha, fue la mejor siesta del mundo- froto su mejilla contra la cabeza ajena, tarareando suavemente y con cariño.

-¿Las sirenas no atraen a los humanos para hundirlo?- pregunto Nezha de repente, luciendo tan confundido como los monos.

-Ellas lo hacen, si...- asintió MK, separándose apenas para poder mirar al príncipe y al domador de sombras, agitando apenas su aleta. Todavía no estaba completamente seco. -...pero los tritones pueden hacerlos dormir por mucho tiempo, eso siempre depende de cada quien- hizo una ligera mueca, pensativo. -No pensé en como mi canto los afectaría...- frunció el ceño, apenas. -...debo practicar-

-Puedes hacerlo todo lo que quieras, tu voz es maravillosa- MK rio ligeramente ante las palabras del dios, sintiéndose más tranquilo. 

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