Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Nezha

Espero que les guste~

Nota: Tenía muchas ideas pero nada concreto, aunque al fin pude hacer algo con todo eso xD

Nota-2: No duden en dejarme ideas, mi gente. Usaré lo que pueda ^_^

Nota-3: No tengo compu por el momento, así que corregiré mi errores en cuanto me la presten otra vez

MK estaba obsesionado con aquella pulsera que Macaque le había entregado, siempre pasando alguno de sus dedos sobre la perla de suave color rosa, llegando a dormir mientras apretaba el objeto entre sus manos. A veces, cuando pasaba por en frente del baño, podía escucharlo murmurar, aunque no podía entender exactamente qué decía, parecía casi hablar en otro idioma y se sentía demasiado personal como para preguntar.

Así que decidió ir con el responsable, quien seguía apareciendo por su montaña sin ser invitado.

-Entonces...¿Qué es esa cosa?- preguntó, directo al punto. Tenía curiosidad pero también estaba algo preocupado porque si esa pulsera, que parecía ser parte de su gente, fue encontrada en la ciudad...eso no podía significar nada bueno.

-No lo tengo muy en claro- negó Macaque después de unos segundos de silencio, moviendo ligeramente su larga cola. -Hace unos siglos atrás, conocí a un grupo de su gente, estaban atrapados y temerosos mientras esperaban a que los humanos que los habían capturado volviera...- los había encontrado, atados y amordazado en la orilla, mirándolo con ojos suplicante pero serios mientras se removían. -...los libere pero pude notar que unos pocos de ellos tenían esas pulseras. Debe significar algo pero ellos se negaron a responderme y solo se alejaron-

-Debe ser importante- el de pelaje claro tarareo.

-Tienes un tritón en tu bañera, podrías preguntarle- enarco una ceja, negándose a demostrar que él se estaba muriendo de curiosidad por saber que hacía esa extraña perla. Podía sentir algo que venía de ella, algo difícil de expresar y de identificar pero estaba seguro de que tenía algún tipo de poder.

-Puede ser una opción- aunque no estaba seguro de que el niño le respondiera. Su gente era poco conocida, especialmente luego de ese período de masacre donde los humanos se volvieron locos y mataron a todos lo que pudieron, eso sólo hizo que se mantuvieran ocultos y básicamente, inexistentes.

-¡Mi rey! ¡Mi rey!- empezaron a gritar los monos desde afuera de su pequeña casa, sonando frenéticos y hablando tan juntos que era difícil de entenderlos por completo.

-Ya, ya, cálmense todos- se acercó a la puerta para abrirla, mirando al grupo de sus monos saltando frente a él, frenéticos y queriendo llamar su atención. -Saben que no puedo entenderlos bien cuando todos hablan al mismo tiempo- ellos se calmaron y uno se enderezó.

-Él está aquí, mi rey- habló, señalando hacia el pequeño bosque con árboles donde usualmente jugaban. -¡Vino de vuelta, está aquí!-

-Rayos...- frunció el ceño. -...me olvide de él y sus visitas- bufo, algo molesto. No le gustaba tener una niñera pero siempre era divertido molestarlo. -Atrásenlo todo lo que puedan...- ordenó, sabiendo que el príncipe podía ser brusco pero nunca lo suficiente como para hacerle daño a sus monos, los cuales no podían decidir si le agradan o no. -...intentaré que se vaya pronto- los monos a sintieron y se alejaron rápidamente para cumplir sus órdenes, el dios sonriendo al escuchar reclamos y gritos no muy lejos. Cerro la puerta y miró al primer invasor, quien tarareo, sus orejas moviéndose apenas. -Él está aquí- informó, aunque sabía que el otro ya había escuchado todo. Maldita sea su habilidad.

-¿Tienes un niñero?- bufo Macaque, divertido porque sabía que los celestiales desconfiaba del dios pero sabía que hasta el punto de mandar a alguien para mantenerlo vigilado.

-Yo me encargo de él, tu cuida de MK- porque aunque Nezha no tenía malas intenciones y su único objetivo era cumplir órdenes, temía la reacción del pequeño, quien había pasado por una horrible situación y no había visto más rostro a parte de los suyos.

-Bien, bien- chasqueo los dedos, una sombra apareciendo en el techo y un par de manzanas cayendo a su manos. -Diviértete~- se dio media vuelta y empezó a caminar hacia el baño.

-¡Le gustan sin cáscara!- advirtió, ya escuchando la voz del príncipe más cerca, yendo hacia la puerta para abrirla y riéndose entre dientes al ver a su supuesto niñero luchar para sacarse a los monos de encima, estos soltando chillidos y negándose a bajar. -Ya chicos, déjenlo en paz- hizo un gesto, sus fieles monos asintiendo y bajándose para luego ir al árbol más cercano, subiendo a sus ramas con rapidez.

-Tu los enviaste- gruñó Nezha, mirándolo con el ceño fruncido e intentando acomodar su ropa, para después pasar sus manos por su cabello para arreglarlo un poco.

-Yo no hice tal cosa- sonrió, dispuesto a negarlo todo. -No tienes pruebas de nada- añadió al verlo abrir la boca para responder, divertido al escucharlo maldecirlo entre diente. -Ese lenguaje~. Deberías ser más educado, se supone que eres un príncipe- lo dijo en tono burlón, sólo queriendo molestarlo un poco más.

-Te odio- le mando una mirada de muerte, solo logrando que la sonrisa ajena se agrandarla.

-Lo sé~- se apoyo casualmente en el marco de su puerta, bloqueando la vista del interior. -Ahora, ya me viste, soy inocente, no hice nada malo, no ataque a nadie, así que...- hizo un gesto con una de sus manos en señal de echarla.

-Estas ocultando algo- dijo después de unos segundo, mirándolo con sospecha y apretando los puños.

-No, no lo estoy haciendo- su postura se volvió más firme, con una mirada clara de advertencia pero eso no lo hizo retroceder.

-Apártate- se lanzó y de repente estaban luchando, uno haciendo fuerza para entrar y el otro para evitar que entrará pero en algún momento, el príncipe logró ingresar, avanzando con largos y firmes pasos, ignorando los intentos del dios para convencerlo de que se fuera.

-¡Nezha, no!- pero fue muy tarde, el príncipe ya había llegado a su baño y estaba parado en la entrada, tieso y tenso mientras se detenía de golpe. El príncipe y el tritón se miraron entre ellos con los ojos bien abiertos, uno brillando de sorpresa y conmoción, el otro con miedo y horror. Eso no era nada bueno.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro