Mei
Espero que les guste~
Las visitas a la ciudad se hicieron algo semanal, una visita o dos dependiendo de como iban las cosas en general. Es lindo tener un lugar nuevo para explorar, incluso si no lo dejar ir muy lejos y aun no sabe como sentirse exactamente con los humanos.
Es una rutina. Lo llevan a un lugar para que prueba algo de comer que llame su atención, siendo llevado para que pudiera ver las vidrieras brillantes y luego ir al parque, donde pasaba el resto del tiempo disfrutando de aquella cosa que llamaban hamaca.
En ese día en particular, todo va como siempre. Prueba algo que llaman barritas de pescado, las cual amo sinceramente. Lo llevaron al centro, cautivado como siempre por el aspecto brillante y por todas las cosas que no conoce. Lo llevan al parque, ambos sentados en un banco mientras él corre hacia la primer hamaca libre que puede ver y se balancea con toda la felicidad del mundo, cuando alguien lo interrumpe, saltando justo frente suyo de repente y sin aviso.
-¡Hola!- es una chica, el cabello oscuro y vistiendo de verde, mostrando una gran sonrisa y mirándolo con sus ojos brillando con diversión. Él chilla de la sorpresa, soltando las cadenas en el proceso y cayendo de espaldas al suelo, quejándose cuando su pequeño cuerpo choca contra la dura tierra, sus pies quedando enganchados en la madera donde antes estaba sentado. Era una posición extraña. -Lo siento, lo siento- puede escucharla reír pero no cree que se este burlando exactamente, así que decide no sentirse ofendido. Parpadeo cuando ella de repente apareció en su campo de visión, los mechones algo largo de su cabello cayendo ligeramente por encima de sus hombros. -¿Estas bien?- pregunto, mirándolo con curiosidad.
-Eso creo- parpadeo lentamente, pudiendo reconocerla ahora que tiene el tiempo para verla un poco mejor. Siendo completamente sincero, MK realmente no esperaba encontrarse con aquella chica de ojos verdes que había visto defendiendo a un niño mucho más pequeño que ellos. Esta en serio sorprendido de poder volver a verla. -¿Puedes...ayudarme, por favor?- duda en preguntar, aun desconfiado de los humanos, pero sus pies están enganchados y puede sentir la tierra en su cuello, no le gustan ninguna de esas dos cosas.
-¡Por supuesto!- ella se apresura a desenganchar sus piernas, pasando sus brazos por debajo de los de él y levantándolo con sorprendente facilidad, sacudiendo su ropa apenas esta sobre sus pies.
-Gracias- esta nervioso y un poco incomodo, es difícil negarlo pero sabe que esta solo cuando mira de reojo a sus cuidadores y estos simplemente le sonríen, sin hacer amague de ayudarlo. -Soy...MK- las presentaciones son un buen inicio, ¿cierto?
-¡Soy Mei!- sonrío, enorme y animada, luciendo extrañamente emocionada. -MK suena como un apodo- comento, algo que lo hizo sudar en seco. -¿No usas tu nombre real?- hay genuina curiosidad en su tono de voz.
-Yo...no, no lo uso- negó, incomodo. -Mis...cuidadores me pusieron el apodo, es diminutivo de "Monkie Kid"- confeso, sonriendo con nerviosismo y retorciendo sus dedos. Tiene muchas ganas de huir, quizás poder sumergirse en su estanque y no salir por unos días pero puede hacer eso, no cuando ella lo esta mirando con ojos brillantes y expectantes.
-¿Eres fan de Monkey King?- esa pregunta es más fácil de responder, asintiendo ligeramente. -¡Eso es asombroso!- su sonrisa solo se agranda un poco más, algo que no debería ser posible para el gusto del niño. -¡Mi antepasado viajo con él!- declaro con orgullo.
-¿En...serio?- eso llamo su atención, haciendo un rápido recorrido de todos los personajes que conocía, sintiendo que ninguno encajaba...excepto por uno. -¿Eres descendiente del dragón?-
-¡El mismo!- asintió y eso lo emociono por alguna razón.
-¿Y tienes poderes?- porque, recordando la primera vez que la vio, el aura verdosa que ella había tenido le daba alguna clase de pista.
-¡Muchísimos!- asintió y como una especie de prueba de ellos, sus ojos brillando intensamente en un tono muy bonito de verde, la figura transparente y apenas visible del dragón chino elevándose por encima de ella. Es momentáneo, solo durando un segundo quizás, pero es impresionante de cualquier modo. -Solo que...aun no lo controlo- agrego con una sonrisa nerviosa, luciendo avergonzada ante su falta de control pero MK es el menos indicado para juzgarla, especialmente porque él no puede controlar del todo su propio poder.
-¡Es increíble!- le muestra la sonrisa más grande que puede, contento al notar como Mei se anima ligeramente.
-¿No...tienes miedo?- pregunta con asombro.
-No- se pregunta cuantas personas le tuvieron miedo para que preguntara con tanta sorpresa, pudiendo notar la esperanza brillando en sus ojos verdes. -¿Debería?- Macaque le dijo que no todos los humanos eran malos pero que a pesar de no poder identificarlos a simple vista, debía confiar en su instinto y este le dice que Mei no es un peligro.
-Eso es...genial- Mei niega con la cabeza, luciendo como si estuviera luchando contra las ganas de llorar pero antes de que él pudiera disculparse por quizás haber dicho algo mal o intentar consolarla, ella se endereza y extiende su mano. -¡Juguemos juntos!- lo dice con entusiasmo.
-¡Esta bien!- acepta la mano que le extienden y se deja arrastrar a los otros juegos que hay en el parque, agradecido cuando la chica no lo molesta por su falta de conocimiento y lo ayuda a aprender a que es lo que debe hacer, sin preguntar nada.
Mientras tantos, los monos disfrazados de humanos lo observan con atención, sus cuerpos relajándose con el alivio puro que les inunda. Estaban preparados para ayudar al niño en caso de emergencia pero por suerte, las cosas salieron mejor de lo que esperaban, y quizás, su pequeño tritón hizo su primer amigo humano. Eso es un gran avance.
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