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IX. Plan tonto: Final.

Vi a Mikasa y Armin siguiendo la dirección del comandante.

¡Suerte Eren!

Gritó el rubio que después desaparecía por el pasillo con la chica quien lo arrastraba.

Suerte, eso necesitaré y mucho.

Ya estando seguro de que se habían ido, me dirigí hacia la habitación del comandante Smith.

Mis pasos eran entre emoción de volver a ver a mi capitán y a la vez miedo de que me vuelva a rechazar.
Aun así siendo un niño, era un completo rompe corazones, lo digo por experiencia propia.

Ya estaba frente a la habitación del comandante.

¿Cómo era el plan? Ah sí... Robarme al capitán.
Bien... aquí vamos.

Con un poco de nervios, giré la perilla de la puerta para abrir de esta y luego entré a la habitación.

Me giré cerrando de la puerta, para estar seguro.
Después de ello. Me volteé mirando la habitación.

Y ahí...

Mi vista fue directamente capturada por el cuerpo de un niño quien estaba sobre la cama del comandante Smith, moviendo suavemente los los pies de un lado a otro, el infante estaba distraído con unos colores en las manos, sobre la cama estaba una hoja blanca, y el capitán llevaba los colores sobre la hoja, haciendo trazos en ella.
Me quedé completamente distraído mirando lo que hacia mi pequeño capitán. Y mas, cuando este empezó a tararear una melodia

De sus pequeños labios musitaban una suave melodía, que era conformada por cortos y dulces
"La la la"

Podría quedarme parado donde estaba, viendo y luego escuchando lo que hacía ese precioso infante.

Pero no, eso no va en el plan.

Reaccionando, me comencé a acercar donde estaba el capitán para poder llamar su atención.

Capitán. - pronuncié ya estando cerca del niño.

Mi cuerpo se sentía inquieto, lo que quería era lanzarme a el y comerlo a besos, pero solamente me mantuve al margen del momento mirando al pequeño.

No puedo resistirme...

El niño solamente al escuchar mi voz, alzó su vista para mirarme.

Puedo jurar y poner en juego mi vida, pero cuando el me vio sus ojos brillaron.

... O tal vez solo es mi imaginación.

Elen, ¿Qué haces aquí? - dijo el pequeño sin quitar su vista de mi.

El que me hable, me pone muy feliz, capitán.

Bueno, vine a verlo capitán... Ya sabe. - dije soltando una pequeña risa nerviosa.

Su mirada bajo, esta vez observando su dibujo, el niño apretó fuerte de sus colores que aun tenía en sus pequeñas manos.

Mmhh... -susurró el pequeño el pequeño.

Sin decir nada mas, se acomodó sobre la cama para incorporarse de ella, y bajar, quedando de pie sobre el suelo de la habitación.

El solamente al bajar de la cama acomodaba sus ropa, si su ropa, ya que creó que el comandante le mando hacer una ropa apropiada para su edad.
El vestía una camisa blanca de mangas largas, que alrededor del cuello de la camisa estaba de adorno una delgada cinta azul que con ella se formaba un lazo, por sus piernas vestía unos cortos pantalosillos de color chocolate, que dajaba ver sus blancas pantorrillas, y al final en sus pies unos pequeños zapatos negros.

Se veía como un niño de clase, pero a la vez humilde, el color de sus ojos resaltaba por la paleta de colores que tenia en sus vestimenta.

Capitán, se ve muy lindo. - dije al niño quien sólo siguió con la mirada hacia abajo.

El silencio se hizo presente en la habitación.

Esto es incomodo... ¿Por qué no deja de mirar sus pies? Tengo que hacer algo.

Capit... - iba a hablar pero él hablo primero.

Elen, por que... ¿Por qué tardaste tanto?... - soltó el niño sin alzar la mirada.

¿Ah?

¿Qué está diciendo?

Sin mas el niño se lanzó para abrazar mi cintura, ya que él a esa estatura llegaba por su tamaño.

Elen, me abandonaste, me dejaste solito, pensé que Elen me quería, pero me dejaste solo...
Y-yo estaba solo, sin Elen. -soltaba el niño mientras abrazaba con ma fuerza mi cintura. 一 Te extrañe mucho, no creí... No creí que lo que decía Elwin fuera veldad...

¿Capitán qué está diciendo? -pregunté confundido por lo que estaba pasando.

Elwin decía que era un estorbo para ti, que solo causaba molestias, que... Que tu no me quieles.... -dijo comenzando a llorar, guardando su rostro en mi cintura. 一 Estos días solo esperaba que Elen, viniera por mi. Pero no veniste. ¿¡Por qué no veniste Elen!?

El llanto del capitán se intensificó, mojando con sus lágrimas la parte baja de la camisa de mi uniforme.

A caso...

¿El capitán igual me extrañó?

¿Él igual sufrió estos cinco días?

¿Él estuvo esperándome?

Escuchando el llando del pequeño, tomé su cuerpo para abrazarlo y llevarlo hacia mi altura.
El rostro del niño estaba mojado por sus propias lágrimas, llevando sus pequeñas manos a su cara para ocultar sus ojos.

Capitán, por favor ya no siga llorando, o me hara llorar a mi. - dije tratando de no debilitar mi voz. - Ya he vinido por usted capitán, yo igual extrañé a mi pequeño capitán. -dije abrazando al niño, dejando pequeños besos en su frente, que por ello el infante solamente cerraba sus ojos por causa de mis besos y sus mejillas se sonrojaban levemente en un tono carmesí.

El capitán solamente me abrazó pasando sus manos por mi cuello para sostenerse.

T-te quiero mucho Elen, por favor no me dejes solito otra vez...

Susurró el pequeño tratando de parar su llanto.

No lo volveré hacer, perdoneme capitán... Lo siento mucho... - solté en un leve sollozó.

No me di cuenta, no pensé en el capitán, no creí que él estuviera igual estos días.

Los dos hemos estado tristes estos cinco días

Los dos lloramos.

Los dos nos abrazamos.

Los dos no queríamos que nos separen.

Lo siento mucho capitán, por ser tan egoísta... Lo siento.

[...]

Aun estábamos en la habitación del comandante, al final el pequeño heichou se terminó durmiendo en mis brazos.

Ver su rostro al dormir era una divina joya. Sus suaves y pálidas mejillas, sus delgados y pequeños labios, sus ojos cerrados, que debajo de estos estaban un tanto rojizos por el llanto de hace poco, sus largas y negras pestañas, el flequillo de su cabello caer por su rostro con si fuera un adorno.
El capitán eran una preciosa joya.

Extrañe mucho estar con usted capitán, en serio que lo hice... -Murmuré bajo para evitar despertar al niño.

Minutos despues el sonido de la puerta se escuchó, cuando el comandante Smith, entró a la habitación.

El tiempo de la distracción de Mikasa y Armin creo que ya había terminado...

Bien, ahora de finalizar el plan.

Oh vaya... Eren estás aquí. -dijo el comandante mirándome con naturalidad.

Comandante Erwin... iré al punto por el cual estoy aquí, vine a llevarme al capitán conmigo. -hablé con seguridad al hombre rubio. 一 Y no me importa si tengo que enfrentarme contra usted porq...

Hey, tranquilo Eren. - habló el comandante mientras me miraba y notaba que tenía al capitán en mis brazos. 一 Realmente estaba esperando que vinieras, sabes... Rivaille se puso muy mal no estando contigo... Estos días, en las noches se ponía a llorar, preguntando por ti, ahí... - el hombre soltó un suspiro 一 ahí me di cuenta que él te quiere demasiado, Eren, y que hice mal al alejarlo de ti.

¿Acaso está aceptando Erwin Smith... Que perdió contra a mi?

Eso no iba en el plan...

Oh... Bueno, si me dijo algo así el capitán... - dije más tranquilo trantando de procesar todo lo que había dicho Erwin.

- Si, ya sabes... Ahora no me interpondre que te lleves a Rivaille.

¿Gané? ¿Y ahora qué hago?

Emmm... Bien... Creo que ya es demasiado tarde comandante... Mejor me retiro. - dije acomodando al capitán en mis brazos para después comenzar a caminar hacia la puerta.

Mi superior solamente se hizo a un lado dejándome pasar.

Ah... Eren, por favor... Cuida bien de mi pequeña paloma... - pidió el comandante.

Pequeña paloma...

Sí comandante. -dije para después salir de la habitación.

El hombre rubio, solamente se aproximó a su cama, realmente había tenido un día cansado.

Sobre dicha cama, estaba una simple hoja de papel y alrededor unos cuantos colores.

En la hoja esta ilustrado un dibujo hecho por un pequeño, que era un círculo con unos dos puntos azules, una linea curva dibujada como una sonrisa, y sobre el círculo unas lineas de color amarillo como cabello.

A lado del dibujo estaba torpemente escrito.
"Erwin"

El hombre al ver el siemple dibujo del niño, sonrió con calidez.

Eren... Sé que cuidadas bien de mi pequeña paloma...

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