8 - FINAL
Los rayos del fuerte sol de Venecia, incidan en el cuerpo de Felicity, la misma estaba en una silla de playa con su Bikini, intentando broncearse. Pero una sombra tapo esos rayos, haciendo que la rubia levantara su vista.
— Hola preciosa, ¿Quieres ir a tomar algo conmigo? — coqueteo un hombre de treinta y tantos, con su cabello castaño oscuro y ojos marrones.
— Lo siento, estoy casada — contestó fríamente mostrando su anillo, intentando que el sujeto se retirara.
— Yo no lo veo por aquí — pronunció con su voz grave.
— Está por allí — comentó simplemente ella, a lo cual el extraño miró a donde el dedo de la misma apuntaba.
A pocos metros, se podía ver a un hombre con sus músculos completamente marcados salir del agua, con el caminar más sensual que Felicity podría ver en su vida. El sujeto extraño miró a Oliver, para seguidamente ver a la rubia.
— Lamento molestar, mejor me iré — se atemorizó, al ver al esposo de la misma. Esta se carcajeo, al ver el comportamiento del extraño.
— ¿Quién era ese? — inquirió el castaño, sentándose en la silla junto a su esposa.
— Alguien tonto —sonrió, besándolo. — No sabes lo sexy que te ves justo ahora.
— Seguro que no más que tu, estas preciosa — la beso nuevamente.
Hacía una semana que la pareja se encontraba en Venecia, estaban disfrutando al máximo su Luna de Miel y demostrando su amor en cada rincón del mismo. Los ojos brillosos de Felicity podían afirmar lo enamorada que estaba de su esposo, como cada día ese amor se multiplicaba.
— Tenemos que volver — anunció el castaño, que hacía un minuto había leído un mensaje urgente en su celular.
— ¿Ocurrió algo con Luke? — Preguntó preocupada la rubia, que se inclino en su silla.
— Si, los están atacando hace una semana, lo quieren a él, necesitan sus poderes. — explicaba Flecha, que se levantó rápidamente junto a su esposa para dirigirse al hotel. Volverían de inmediato
— No entiendo porque no nos avisaron antes — expuso la chica.
Mientras tanto en Star City, Luke y la familia de Diggle estaban en la casa del mismo, hace unas horas habían recibido un nuevo ataque, estaban en el parque mientras los chicos jugaban y simplemente aparecieron a atacarlos. Esta vez habían sido solo tres, por lo que Diggle y Lyla se encargaron de estos.
— Ya les avise, no pueden seguir pesando que aquí esta todo bien — hablo Lyla, dejando su móvil en la mesa principal.
— Ellos dejaran su Luna de Miel por mi — se entristeció el chico.
— Es por tu protección, ellos tienen derecho de saber que estas en peligro.— le explicó el moreno, que estaba junto a su esposa.
— Tranquilo, estarás a salvo — le aseguró Lyla, apoyando su mano en el hombro del mismo.
— Vamos, Luke. Iremos a jugar— le propuso John J, a lo cual el acepto a duras penas.
— Hablaré con los agentes de Argus, para reforzar la seguridad. — informó la esposa de Diggle.
— Eso estaría bueno. Ve, cariño — comunicó el moreno, despidiéndose de su esposa con un corto beso. — Lleguen pronto, chicos — pensó en voz alta.
Por sobre las nubes se encontraba la pareja, el Jet privado de la joven había sido su salvación, ahora que la empresa era completamente suya, tenía sus privilegios.
— ¿Qué haremos? — preguntó la rubia. — No podemos dejar que nuestro hijo de quede con nosotros, pero tampoco podemos dejarlo solo.— cayó en cuenta la misma.
— Tengo una idea, pero necesitaremos ayuda de unos amigos — indicó el castaño, que aunque le rompía el alma separase de su hijo, todo sea por su protección.
Unas doce horas después, la pareja se encontraba aterrizando y dirigiéndose con rapidez a donde se encontraba su hijo. Necesitaban tener una charla que sabían muy bien, que les rompería el corazón.
— Estamos aquí — se presentó el castaño en la casa de Diggle.
— Me alegra mucho verlos — los abrazo a ambos. — Está en la habitación — les sonrió compresivo.
Ellos se dirigieron a donde su amigo les dijo, y ahí estaba él, su ángel. Se encontraba jugando con sus figuras de acción y con una sonrisa en su rostro, jamás se cansaría de verlo así, tan feliz y disfrutando la vida al máximo a pesar de todo lo malo que sucedía a su alrededor. No sabían como harían para separarse de él, pero necesitaban protegerlo a toda costa.
— Hola, campeón— saludo su padre con un abrazo.
— Los extrañe — reveló abrazándolos a ambos.
— Tenemos que decirte algo importante — las lágrimas de la rubia ya estaban presentes en sus ojos.
— Mami no llores, no me paso nada. Estoy bien — le aseguró el pequeño, quitandole las pocas lágrimas que corrían por las mejillas de ella.
— Lo sabemos, mi amor. Pero para que eso siga así, tienes que ir a un lugar donde puedas estar a salvo — explicó ella.
— ¿Iremos juntos? — Preguntó, partiendo en dos a sus padres. Esa pregunta les había dolido más de lo que creían.
— No, irás tú. Nosotros iremos a visitarte siempre que podamos — contesto Oliver, abrazando a su esposa.
— ¿A donde iré? — seguía preguntando, aún confundido.
— ¿Te acuerdas de la amiga de Barry? ¿Supergirl? — esperaron a que el asintiera para continuar. — Ella vive en un lugar lejano donde esos hombres de negro no te harán daño — le explicó el castaño.
— Pero yo quiero quedarme con ustedes — rompió en llanto el pequeño.
— Te iremos a visitar, lo prometemos. Y cuando seas mayor, podrás volver a nosotros — aseguró la rubia, que se aferró a su niño sin querer soltarlo.
— Barry vendrá por ti en un hora, el tío Cisco te llevera con Supergirl. La pasarás genial. ¿Sabías que ella puede volar? — intentó convencerlo Flecha verde. — Además, su hija es muy linda, serás un galán como papá — bromeo él, alijerando el ambiente y recibiendo un pequeño golpe de su esposa.
— La última vez que le hablé trato de golpearme — se cruzó de brazos.
— Se hace la difícil, es como tu madre — señaló, recibiendo un nuevo golpe de su esposa.
— Ya callate — sonrió ella, a pesar del momento.
— Volveré. Volveré con ustedes — aseguró el pequeño. — Cuando sea grande y sea muy poderoso, Vendré con ustedes y los protegeré, porque papi será muy viejito y se romperá — comunicó Luke, ofendiendo a su padre.
— Te extrañaremos mucho. Iremos a visitarte cada mes, en tus cumpleaños. Siempre — decretó la informática, que no dejaba de abrazar a su hijo.
—También los extrañaré — lloriqueo el chico.
Una hora puede parecer tan tedioso en otras oportunidades, pero en este caso paso volando. Fue tan rápido que no se dieron tiempo a despedirse, Barry llegó de la nada junto a Cisco. Ambos preparados para abrazar fuertemente a su sobrino y extrañarlo como nunca.
— Iremos todos a verte, iremos a invadir el departamento de Supergirl siempre que podamos — aseguró el velocista abrazando al pequeño. — Dato extra, Supergirl en realidad se llama Kara, pero ya sabes...Es su identidad secreta, no la reveles — le informó.
— Anotado — comentó el chico. — Los extrañaré mucho — confirmó con lágrimas en sus ojos.
— Es hora de irse — anunció Flecha, que junto a Felicity fueron de inmediato a darle un largo abrazo. Los tres, empapados en lágrimas. — Te amamos, recuerdalo. Te amamos mucho. — dijo, besando la cabeza de su hijo.
— También los amo — lloriqueo, para darse media vuelta e irse por una brecha junto a Cisco el cual le mostraría el lugar, no sin antes voltear un segundo y saludarlos a todos.
Un silencio expectral se hizo presente, nadie sabía que hacer en estos momentos, simplemente llorar y apoyar en todo lo que pudieran. La pareja Queen estaba destruida, sabían que esta partida les dolería, pero el saber que su amiga cuidaría de su hijo, les reconfrotaba.
— Ahora, nadie descansará hasta atrapar y hacer pagar a los responsables de esto — hablo con furia Oliver, que tenía sus ojos rojos por las lágrimas que estaba aguantando.
— Los atraparemos y así, Luke podrá volver a casa antes. Aunque tenga que morir en el intento, mi pequeño volverá sano y salvo — sentenció la rubia, que estaba abrazada a Oliver.
— Lo haremos — confirmo, tanto el equipo Flecha, cómo todo el equipo Flash.
Era un hecho, tenían una misión y esta era, proteger al pequeño recluta. Aunque fuera lo último que hicieran.
FIN♡
Un placer concluir una nueva historia para ustedes y muchas gracias por su apoyo! Nos leeremos en próximos proyectos ♡
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