★ 彡 4O: Cómodo
HoSeok
— ¡Oh, vamos, mi amor, tranquilizate! — trate de animarla, aunque SeolHyun estuviera más concentrada en pedir a su mamá a base llantos y gritos. Solté un suspiro lleno de resignación y finalmente dejé de lado su muñeca favorita. Mi hija continuó con su llanto, hasta que mi madre irrumpió en mi habitación.
— Debes prestarle un poco más de atención a tu hija, HoSeok. — me reprendió, mientras se dirigía hacia la cuna de mi hija. SeolHyun extendió sus brazos apenas mi madre se acercó a ella y entonces los gritos cesaron. — Solo tiene un poco de hambre y extraña a TaeHyung. — me hizo saber mi madre, como si los gritos de mi hija no me lo hubieran hecho saber hace rato.
— Esto es tan difícil. — susurré, más para mí mismo.
— Nadie dijo que ser padre era algo fácil. — contestó mi madre y solo tal vez no fui tan silencioso como lo creí. — pero al menos lo estás haciendo bien. — trató de animarme, mientras mi hija se encargaba de succionar con fuerza del chupón del biberón.
— Ahora entiendo a TaeHyung. — confesé, luego de pensarlo mucho. — Por fin comprendo el grado de responsabilidad que se necesita para cuidar de un niña. — seguí hablando, mientras mamá seguía prestándome atención y a la vez, prestando atención a su nieta. — TaeHyung tenía tanta razón, mamá... — admití. — Ser padre no solo es ver unas pocas horas a tu hijo, tampoco comprarle todos los juguetes que quiere y mucho menos, dar solamente el dinero para lo que necesite. Ser padre va más allá de todo eso.
— Me alegra que lo comprendas, hijo. — me contestó, sentándose a mi lado, en la cama. — Lástima que tú y TaeHyung descubrieron aquello después de haberse separado. — SeolHyun seguía en los brazos de mi madre, pero sus ojitos se iban cerrando de a poco y sus articulaciones iban perdiendo fuerza, por lo que cualquiera sabría que estaba a nada de entrar al mundo de los sueños. — Ustedes hacían una buena pareja, tesoro, pensé que llegarían a casarse e incluso, a darle más hermanitos a SeolHyun...— abrí mis ojos en par al escuchar lo último. En lo que menos pensaba en este momento era en tener otra SeolHyun más y no es porque mi hija sea un problema o una desdicha, solo que tuve que aprender a la mala lo difícil que es ser padre, peor si eres demasiado joven. — pero las cosas no se dieron como quise. — finalizó, colocándose de pie, poco después de entregarme el biberón, para así acostar a mi hija en su cuna.
— Gracias mamá. — susurré, una vez que ella terminó de acostar a su nieta.
— No hay de qué, cariño, pero procura no dormir tarde. Mañana empieza otra semana y tienes que ir a trabajar.
Asentí, recibiendo un beso en mi frente. Le sonreí a mamá una vez que ella se alejó y procedí a dejarme caer en la cama. Estaba cansado, a pesar de no haber ido a trabajar el día de hoy, y todo eso se debía a mi hija, quien ya tenía una semana en mi casa. Había descubierto tanto desde que ella llegó y había aprendido mucho, además de que descubrí lo difícil que era cuidar de una niña de su edad tú solo, pues eso es lo que prácticamente hizo TaeHyung en todo este tiempo; cuidó a SeolHyun sin pedir mi ayuda. Sé que estuvo mal la manera en la que actuamos, incluso sé que ninguno de los dos se puso en el lugar del otro, como cualquier pareja lo haría, pero ya no había manera de retroceder el tiempo y tampoco de arrepentirnos. Solo nos quedaba seguir.
Apague la luz de mi habitación luego de unos minutos y aunque tenía algunas asignaturas que completar, decidí hacerlas al día siguiente, pues el cansancio me ganaba.
[★ 彡]
La semana empezó como la semana anterior; SeolHyun me levantó con su llanto, el cual anunciaba que había mojado su pañal y que además tenía hambre. Quería enseñarle a mi hija a ir al baño, incluso había comprado la bacinica para ir practicando, pero mi tiempo no se prestaba para pasar mucho tiempo con mi hija, por lo que hasta el momento ella seguía utilizando pañal.
Me levanté tras soltar un suspiro y ahí inició mi día. Tuve que cambiar a SeolHyun, bañarla, mientras yo también cumplía con mi aseo personal, para luego prepararle su biberón y con ayuda de mamá, alimentarla, pues yo me encontraba alistando los libros y mi laptop para este día.
Salí de casa luego de tomar la mitad del vaso de mi leche y despedirme de mi hija, quien era ajena a todo lo que sucedía en su día a día.
Las clases no fueron tan aburridas, como muchos creían que lo era, al contrario, pude distraerme por un momento, antes de sentir que el sueño se quería apoderar de mi cuerpo. Desde hace unos días tuve que andar con un vaso de café en mano, pues sabía que en cualquier momento podría comenzar a bostezar y a cerrar los ojos, y lo que menos quería era faltarle el respeto a uno de mis docentes.
Mi día en la universidad terminó a las tres de la tarde, solo por el horario de aquel día, así que tuve tiempo de sentarme en la cafetería y comer un almuerzo algo elaborado antes de irme a trabajar. Una vez que terminé salí del lugar y posteriormente de la universidad, para así dirigirme hacia el restaurante.
Durante mis horas de trabajo tuve que sonreír, aunque apenas tenía fuerzas para hacerlo, y moverme con agilidad para no tirar los platillos o empujar a un comensal en el camino. Aunque el día no estaba tan pesado, sentí que las horas pasaban muy lentas, pues por más que miraba el reloj, este se mantenía en el número siete, indicando que aún faltaban tres horas para que mi horario termine.
Este día me tocaba hacer la limpieza del local junto con YongSu, por lo que al finalizar mi turno tuve que quedarme media hora más para dejar todo resplandeciente. Pensé que todo estaría bien con eso, pero con lo que no conté fue con que los chicos habían planeado otra salida para este día y que le habían dejado la tarea de convencerme a YongSu.
— Puedes venir con nosotros si quieres, HoSeok. Hemos elegido el mejor club, a comparación de la semana pasada, por lo que las bebidas serán de primera. — trató de animarme, como los chicos se lo habían indicado, aunque muy en el fondo sabía que lo que en realidad quería era invitarme a esa pequeña salida con dobles intenciones. YongSu era muy linda, lo reconocía, incluso algunos compañeros me habían "regañado" por no darme cuenta de las indirectas que ella me lanzaba, unas indirectas de las cuales me percaté, pero que ignoré por obvias razones. Yo no quería nada con ella.
— YongSu, estoy muy cansado, es día de semana, así que ni aunque quisiera podría ir, además necesito hacerme cargo de mi hija esta noche. — le contesté sin muchas ganas de hacerlo realmente. Ella hizo un puchero y continuó trapeando las baldosas del restaurante.
Terminamos el aseo en un silencio, que agradecí tanto, pues no estaba del todo seguro de que le contestaría bien si seguía insistiendo.
— Esta es la dirección del club en el que estaremos. — me extendió un papelito, en el cual estaba escrito efectivamente la dirección del club. — Los chicos me están esperando allá, así que iré a arreglarme antes de ir, por lo que cualquier cosa me avisas. Puedo pasar por ti o tú por mí, como gustes, Hoseokkie. — ella me sonrió antes de colocarse su chaqueta y cerrar su casillero. Yo apenas lo hice.
— Adiós, YongSu. — susurré, antes de verla salir por la puerta de empleados.
Me encargué de apagar todas las luces y cerrar el restaurante antes de irme, y en cuanto tuve un pie en la calle no dudé en arrugar el papelito que YongSu me entregó y dejarlo caer. Ella podía ser una buena persona, una chica increíble y de un carácter admirable, pero seguía sin comprender mi responsabilidad con SeolHyun y mi labor de padre, creo que nadie lo haría, por lo que quedarme solo era una opción viable.
Al llegar a casa me encontré con mi hija dormida, mamá me comentó todo lo que hizo SeolHyun durante el día e incluso me hizo saber que se encontraba muy orgullosa de mí. Me dio otro beso en la frente y pasó a salir de mi habitación.
Esa noche tuve que hacerme cargo de mis tareas hasta muy tarde, pero fue justamente aquella desvelada la que me facilitó el hablar con TaeHyung, quien a eso de las tres de la mañana me preguntó por nuestra hija, alegando que la extrañaba mucho y que en algunas ocasiones miraba su cuna y lloraba. No hablábamos tanto, como cuando éramos pareja, pero sí mucho a comparación de hace una semana, por lo que estaba al tanto de su avance, él solía contármelo, no solo a pedido de su psicólogo, quien le había recomendado que estuviera acompañado de sus familiares y del otro padre de su hija, también porque él se sentía cómodo haciéndolo, y a decir verdad, yo me sentía igual de cómodo escuchándolo o leyendo cada uno de sus mensajes. Me sentía bien a su lado y sabía que él se sentía igual.
Ahora todas gritemos juntas: ¡El vhope se va a reconciliar!
Ok, mejor no, no quiero ilusionarlas :)
HoSeok por fin se dio cuenta que cuidar de una niña 24/7 no es tan fácil como lo creyó, ahora sí hay comprensión, señores, así que esperemos que eso se mantenga hasta el final. Por cierto, recuerdo que en la primera temporada este era el número del capítulo en el cual todo llegaba a su fin, en cambio, aquí todavía hay mucho más por hacer uwu
Nos vemos ♥
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro