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5: Un Chico Peligroso

Camisa blanca perfectamente planchada, saco celeste, jeans claros y tenis blancos. Outfit perfecto. Es lo que Namjoon había elegido para trabajar hoy.

Tiene una reunión importante con su equipo en la empresa, unos clientes potenciales están a punto de cerrar un trato y la presencia es importante para él.

Se había levantado temprano, tendió su cama sin que quede ni una sola arruga en ella, extendió su gran edredón y colocó sus almohadas ahí. Perfecto. Namjoon siente una satisfacción increíble cuando ve su dormitorio impecable.

Algo que ama es el orden y la limpieza, jamás se va a trabajar sin hacer su cama.

"¿Para qué la tiendes si de todos modos vas a volver a desordenarla?", recuerda las palabras de su mejor amigo. El tipo es todo lo contrario, es un vago en potencia, la verdad aún no entiende como mantiene en pie su galería de arte, si a duras penas coge la escoba para barrer.

Su amigo es el dueño de la galería de arte más famosa de la ciudad, sus obras se venden solas, Namjoon apenas puede entenderlo, tal vez sea la forma de ser de Taehyung. La mayoría de compradoras son mujeres de mediana edad, basta con que levante la ceja y les sonría de lado, estas caían a sus pies como por arte de magia. Pues es guapo, talentoso y un Don Juan. Cuando fue creado, a Dios se le pasó la mano con las cosas buenas.

Como se despertó temprano, tiene tiempo de sobra para organizar su pequeño librero. Todo debe estar perfectamente alineado. Coloca sus libros por orden alfabético, tamaño, género y color. Es temático. Obsesivo. Y eso pasa con todo.

El espacio donde tiene sus preciosos cactus y suculentas, están organizadas de la misma manera. Son tan preciosas que podría pasar horas contemplándolas sin aburrirse.

Antes de meterse a la ducha, coloca algo de música. Nada mejor que ducharse con una buena canción de Bruno Mars. Aunque él no se haya dado cuenta, tampoco canta muy bien, si su shampoo hablara, seguramente lo demandara por daños y perjuicios. Es que la voz de Namjoon es grave y los tonos altos, no...simplemente no se le dan bien.

Sale del baño mientras tararea "twenty four karat magic in the aaaaaaaair", por un momento se queda en silencio, aclara la garganta y mejor continúa sin cantar, ya se dio cuenta que no es bueno en eso.

— Al menos no soy bullicioso como otras personas — se dice intentando justificarse, recordando a su vecino molesto mientras se ve al espejo. Ya tiene un poco de vello facial y procura rasurarse para lucir impecable.

Se alista con tranquilidad, luego va a preparar algo de café para llevar al trabajo. Hoy no usará la bicicleta, no quiere sudar. Termina de colocarse sus zapatos blancos impecables, toma su termo de café, las llaves del auto, sus planos y procura que este día sea perfecto. O casi.

┌⁠(⁠・⁠。⁠・⁠)⁠┘⁠♪

30 minutos antes...

Jimin se levantó al caer de la cama, en un salto del susto. Tiene los cabellos tan alborotados que parecía que un pajaro había hecho un nido ahí, se limpia el rostro con la mano y se sienta sobre el suelo aún envuelto en las sábanas, mirando un zapato y algunas cajas aún sin desempacar. Está tan somnoliento que casi se cae de un lado sobre el piso al cabecearse.

Se estira lo más que puede para alcanzar su teléfono...8:15 am.

— ¡Mierda! ¡Mis clases son a las 8:30! — gritó.

Se levantó y corrió rápidamente a la silla llena de ropa que estaba en una esquina, buscó algo que sea decente para ir a la universidad, ni siquiera se bañó, se colocó lo más rápido que pudo una camiseta, un jean, converses y un abrigo rayado, peinó con sus manos su cabello, se colocó un gorro, tomó sus llaves y salió corriendo del departamento. Bajó rápidamente las escaleras y salió en dirección a la universidad, sabía que iba a llegar tarde, pero lo importante era llegar.
Del apuro olvidó un trabajo que debía presentar. — Mierda, el trabajo — dijo y corrió de vuelta al edificio.

Del apuro que tenía ni siquiera miró hacia el frente, sube corriendo las escaleras y Namjoon en ese momento salía también, a paso lento, sin dejar de ver su teléfono, no se dio cuenta y ambos chocaron.

— ¡AAAAAAAAHHHHHHH, quema!
— gritó Namjoon soltando  un alarido de dolor viendo su café sobre su ropa.

— Lo siento, lo siento, ¡perdón!

— ¡Mierda! ¿Acaso no te das cuenta?

— Lo siento, déjame ayudarte
— suplicó Jimin, intentando limpiar la gran mancha de su camisa con el puño de su abrigo.

— No me toques, la ropa se arruinó.

— Yo no tengo la culpa solamente, tenías la vista en el teléfono, la culpa es de los dos — respondió el chico casi en un grito al verse frustrado por la actitud de su vecino.

Jimin tiene razón, pero eso no era justificación para que llegara corriendo como loco, pensó Namjoon, pero jamás iba a decirlo frente a él.

— Y-yo enviaré a lavar tu ropa, pero por favor, discúlpame. Tengo clases de la universidad y voy tarde.

— Es lo menos que debes hacer, debería demandarte, eres un peligro andante.

— ¿Eres tan malo siempre?

— Y tú... ¿Eres tan peligroso siempre?

Jimin apretó fuerte sus manos en señal de molestia, golpeó con su pie el piso y no respondió ante la provocación, él era todo menos peligroso, sólo es muy torpe, lo reconoce, pero jamás podría dejar que alguien le hablara así.

— Eres un amargado y molesto y, ¡y un idiota!

— Y tú... Y tú eres.... Aaaaghhhh, no puedo perder más tiempo. Necesito irme a trabajar y debo cambiarme de ropa.

— Bien. Como quieras, adiós.

— Nada que adiós, debes venir a recoger mi ropa para enviarla a lavar más tarde.

— OK.

— OK.

Ambos se separaron y siguieron sus respectivos caminos, Jimin a ver su trabajo olvidado y Namjoon de vuelta a cambiarse de ropa.

— ¡Maldita seaaaaaa! — Namjoon se quejó. Ya todo su outfit estaba arruinado, buscó algo en su armario y se lo puso rápidamente, salió de su departamento, ya estaba sobre el tiempo. Debe apresurarse.

Se acomodó en su asiento, colocó correctamente el cinturón de seguridad, ya estaba por salir en su auto y golpean la ventana.

— No puede ser — se queja mientras Jimin se encontraba sonriente del otro lado de la ventana, golpeando con suavidad la ventana. Namjoon soltó un suspiro largo y bajó el vidrio y Jimin habló:

— ¿Me podrías dar un aventón?
— Jimin puso ojitos de perro abandonado y formó un ridículo y tierno puchero. Imposible decirle que no.

Namjoon rodó los ojos y desbloqueó el auto para que él entrara.

— Graciaaaaas —  dijo contento el chico, para luego acomodarse correctamente.

— Sólo silencio — dijo Namjoon.

— Oki — respondió Jimin mientras fingía cerrar su boca con un candado.

Namjoon puso en marcha el vehículo, ambos se quedaron el silencio, el cual se rompió a causa de Jimin.

— ¿Dónde trabajabas?

— Soy arquitecto.

— ¿Y qué haces ahí?

— Diseño.

— ¿Qué diseñas?

— Estructuras.

— ¿Podrías diseñar hasta un castillo?

— Si.

— ¿No eres muy joven para ser tan amargado?

— ¿Amargado, yo? Primero me dices idiota y ahora amargado.

— Tú atacaste primero.

— No soy amargado, sólo no me agradas.

— Qué sincero. Tú si me agradas. Pienso que no eres tan gruñón y tan idiota. Oye, ¿Sabes que si pasas mucho tiempo enojado te harás más rápido viejito?

— ¿Quién dijo semejante ridiculez?. No es cierto.

— Pues yo creo que si. ¿Cuántos años tienes?

— ¿Me estás interrogando?

— No sé, tú dime, solo quiero saber de tí. Es lo que los amigos hacen.

— No somos amigos.

— Pero yo si quiero ser tu amigo... ¿Puedo? — pregunta moviendo las pestañas con ternura.

— Assshh... Tengo 27 años.

— ¡Wow! Pensaba que tenias unos 40 por tu cara tan seria.

— ¿40 años?, estás loco.

— Yo tengo 23. Estudio Botánica, adoro leer y el helado de menta y chocolate.

— ¿A quién le gusta el helado de menta y chocolate?

— A mi, es taaaan rico.

— Yo creo que no.

— Yo creo que sí.

— Que no.

— Que si.

— ¡Que no!

— Pareces un niño de 10 años peleando así.

— Tú eres infantil.

— Un poco. ¿Puedo poner música?

— No.

— Aaaaay por favor, no seas aburrido.

Namjoon ante la insistencia del chico, enciende en reproductor de música en su auto y Jimin con una linda sonrisa empezó a bailar en el asiento la melodía.

"Let this groove, get you to move, it's alright
Let this groove set in your shoes
Stand up, alright..."

Mientras manejaba, lo observa de reojo, no pudo evitar esbozar un pequeña sonrisa, por un momento olvidó el incidente del café.

-Me puedes dejar ahí, por favor-señaló un pequeño local.

Namjoon se detiene sin preguntar.

-No puedes ir a la universidad con el estómago vacío. Aquí venden un pollo frito para chuparse los dedos-comentó emocionado.

-¿Quién come pollo frito en la mañana?-Preguntó desconcertado.

-Yo, deberías animarte un día de estos. Algún día te invitaré-Jimin respondió sonriente mientras se bajaba del auto.

-No gracias.

-Viejito gruñón. Gracias por el aventón. Espero tengas un buen día, disculpa nuevamente por el incidente.

-Debes lavar mi ropa.

-Si está bien, en la noche voy por ella.

-Adiós.

Dejó al chico en el sitio y continuó su camino hacia su trabajo. Definitivamente cree que ese tipo tan diminuto, debería tener un cartel que diga ¡PELIGRO! Porque lo es.

Es tan curioso, tan preguntón y tan descuidado y molesto...demasiado diría él.

Al final llegó a su destino, un poco decepcionado pues se tuvo que conformar con colocarse una camiseta blanca, pantalones oscuros, un abrigo fino color gris y tenis blancos.

Se concentró en la reunión que estaba próxima a realizarse, deseando que sea un buen día, o por lo menos esas horas.

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